LA GUARDAESPALDAS
Cundo Sang-Mi Myeong tenía 9 años de edad, sus padres fueron brutalmente asesinados. Sola en el mundo, la niña crece bajo la tutela de una desconocida quien la prepara en el arte de la pelea y la deducción para que en un futuro enfrente a quien le arrebató a sus padres. Lejos está de imaginar que la persona a quien ella deberá proteger como su guardaespaldas y de quien también se enamorará, es el hijo del asesino de sus padres.
Género: acción, drama, romance
Calificación: para mayores de 13 años
Publicación: 1 episodio cada domingo
Cantidad de palabras: variable
Duración: desconocida
Escritora: Gabriella Yu
Escritora: Gabriella Yu
Capítulo
1
Familia Feliz
La ciudad de Naro,
capital del Principado de Naro, es una ciudad cosmopolita y moderna, sede
cultural, política y monárquica de su país. Fue fundada en 1504 en América por
el mismo monarca que había escapado junto con su gente del antiguo reino de
Naro asediado por guerras y pestes en Europa, viendo en el Nuevo Mundo el
futuro de su pueblo.
El Principado de Naro
tiene un gobierno monárquico-democrático, aunque la corona se hereda dentro de
la familia real, los monarcas sólo deben velar por el bienestar de su pueblo,
pero es el pueblo quien elige a su gobernante, la persona que estaría encargada
por cinco años de la administración económica, política y social del país: un
Primer Ministro.
Bastian Fiedrich Saint
Naro, el monarca viajero, había declarado que cualquiera que quisiera ser libre
en un país justo, sería bienvenido. Dicha declaración había provocado oleadas y
oleadas de inmigrantes de todas partes del mundo durante siglos, trayendo
consigo sus buenas y malas costumbres y formando barrios y ciudades con sus
características diferencias culturales, lo que convertía al Principado de Naro
en un país multicultural, lo que a veces provocaba ciertas fricciones entre sus
pobladores.
Bajo esta breve pero
importante reseña, se desenvuelve nuestra historia, la historia de una joven
vengadora:
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Sang-Mi Myeong era
una chiquilla llena de vida y energía como su madre, traviesa en el buen
sentido y tan testaruda y decidida como su padre. Su contextura menuda y
morena.
—¡Buenos días, papá!
—Exclamó la pequeña Sang-Mi lanzándose a los brazos de su padre, quien le
devolvió el saludo con un cariñoso beso en la frente.
Luego de depositarla
nuevamente en el suelo, se dirigió hacia su pelirroja esposa y la besó en la
mejilla, deseándole los buenos días.
Ho-Sung Myeong era un
hombre delgado y moreno, de rostro amistoso y trato amable, pero de convicciones
tan fuertes y principios tan firmes que lo habían puesto en la mira de muchos
compañeros políticos y enemigos del bajo mundo.
—Te quedaste dormido
hoy, cariño —le dijo mientras servía una taza de leche a la niña que ya estaba
sentada a la mesa con un gran pedazo de pan con miel en la boca—. Te vas a
ahogar con eso, Sang-Mi.
De mala gana, la
aludida se lo sacó y procedió a tomar un sorbo de leche caliente mientras su
madre se sentaba a la mesa junto a su esposo para tomar café. Aoda Hamalainen,
su apellido de soltera, era una joven pelirroja de cabello corto, de cuerpo
bien formado y muy juvenil en tanto en su andar como en su forma de hablar y de
ser.
—Estuve ensayando el
discurso hasta muy tarde, lo siento —se disculpó, puesto que también se había
ido a la cama a deshora.
Se quedaron en
silencio por unos segundos, sólo se escuchaba a la niña tararear una canción de
moda mientras almorzaba.
—Espero que ganes las
elecciones, cariño, te has esforzado tanto para este día…
—Lo sé. Lo siento…
Nuevamente se hizo el
silencio. Habían sido muchos días y muchas noches ausentes de su familia, pero
creía con firmeza que tal esfuerzo valía la pena si ello significaba poder
estar más cerca de los habitantes de la ciudad y mejorar sus vidas durante
cinco años.
Queriendo cambiar de
conversación para animar a su esposo, Aoda volvió su atención hacia su hija.
—Si ya terminaste de
desayunar, Sang-Mi, vete a prepararte para ir a la escuela.
—¿Y por la tarde
iremos al parque, mamá? —quiso saber la pequeña morena, casi saltando de la
silla para ir a buscar sus cosas.
—¡Por supuesto! ¡Yo
también necesito un descanso! —se rió de buena gana, pero enmudeció de sorpresa
cuando su esposo la abrazó por la cintura desde detrás, besándola en la nuca.
—Tú mereces el cielo,
querida. ¿Qué haría yo sin ti? —le susurró amorosamente en el oído.
Sonrojada, la joven
acercó sus labios a los de él y susurró:
—Eso mismo me
pregunto todas las noches, mi amor —y lo besó.
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—¡Niños! ¡A
desayunar! —llamó la joven madre de cabello castaño recogido en una cola de caballo
mientras ponía las tazas, manteca y pan sobre la mesa.
Un característico
alboroto vino del piso de arriba y enseguida dos chiquillos bajaron al tropel
por las escaleras, compitiendo por quién llegaba primero a la mesa, actitud que
no gustó a la madre, quien era muy fácil de enojarse.
—¡¿Cuántas veces les
dije que no bajaran así?! ¿¡Quieren romperse el cuello!? ¡Compórtense en la
mesa o se van a la escuela sin desayunar!
Con un apresurado
“Sí, mamá”, los aludidos tomaron asiento como un par de ángeles, cosa que puso
sobre aviso a la avispada muchacha. “Seguro están tramando algo malo estos
diablillos”, pensó.
—¿Otra vez
comportándose mal con su madre, niños? —les llamó la atención Óliver Wallner,
un joven castaño algo corpulento de ojos azules.
—A mamá no le gusta
que corramos carreras en la escalera, papá, ¡es una aburrida! —se quejó el más
grande, untando una cantidad más que generosa en una rodaja de tostada.
—Cuando te rompas una
pierna veremos quién es la aburrida —replicó la aludida, quitándole la
chorreante tostada por una menos abundante—. Vas a quedar como tu padre si
sigues comiendo de esa manera.
Ólvier sólo atinó a
estornudar por la nariz justo cuando estaba tomando el café, lo que provocó la
risa del más pequeño
—¡Querida! —se quejó,
pero luego comenzó a reírse, contagiado por su hijo menor..
Ella se rió también y
pellizcó cariñosamente la mejilla del jovencito.
—Es bueno escucharte
reír de esa manera, Óliver, hace mucho que no lo hacías… Siempre estás
preocupado… —la tristeza se reflejó en el rostro de la mujer, pero no notó la
esporádica sombra de amargura que cruzó por los ojos del aludido, quien enseguida
se rehízo y sonrió de oreja a oreja.
—Ya sabes cómo es el
mundo de la política, Deniz. ¡Es una carnicería y sobre todo para alguien nuevo
como yo! Las elecciones para gobernador están próximas. El día de hoy
presentaremos nuestras candidaturas para que sean aprobadas por el tribunal
electoral y mañana saldrá a la luz la lista definitiva.
Ella frunció el
entrecejo y negó con la cabeza mientras les pedía a sus hijos que se prepararan
para ir a la escuela.
—Sé que dije que te
apoyaría en tus sueños, Óliver, por eso acepté regresar a este país, pero… pero
hay algo en todo esto que no me gusta…
—Ni a mí tampoco… —coincidió
el aludido en voz baja, más para sí mismo que para ella.
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—¿De verdad iremos al
parque más tarde, mamá? —quiso saber la pequeña Sang-Mi, quien iba tomada de la
mano de su coqueta madre.
Ambas habían bajado
del automóvil una manzana antes de la escuela y se dirigían caminando
tranquilamente hacia su destino entre otros padres que llevaban a sus hijos y
otros alumnos más precoces.
—¡Claro que sí, hoy
hace un día precioso! —exclamó, cerrando los ojos y aspirando el límpido aire
de la mañana hasta que… ¡PUM! Chocó de frente contra otra persona y cayó de
trasero al suelo.
—¡Mamita! —se espantó
Sang-Mi.
—¡Aaaayyyy!!! —se
sobó el trasero mientras se ponía de pié con la ayuda de su hija.
—¡Bien! Eso le pasa
por no fijarse por dónde camina —le recriminó otra voz femenina.
—¡Pero cómo te
atreves…! ¿Eh? —Aoda pestañó sorprendida, de frente a la osada mujer—. ¡Deniz!
—¡Aoda! ¿Eres tú? ¡Amiga!
¡Cuánto tiempo sin vernos! —Exclamó maravillada la aludida, escudada por dos
pequeños niños castaños que miraban fijo a la “malvada” pelirroja.
Sang-Mi, oculta detrás
de su madre, los observaba con mucho interés. Lejos estaba de imaginar que el
futuro de los tres estaría entrelazado a un destino trágico.
Continuará el próximo domingo...
Notas de una bloggera escritora y atrasada:
Bueno, no pretendía demorar mucho, pero no me decidía la cantidad de páginas que iba a ser este capítulo porque más adelante quiero adaptarlo a un manga, pero bueno, Cyndy preguntó por su continuación y decidí publicarlo tal cual pensaba dejarlo... ¡Espero que es guste!
La descripción de la familia Wallner la leerán en el capítulo que viene :) El chico de arriba es Noah Wallner, el hijo menor ya adulto a quien Sang-Mi deberá proteger... Es un chico demasiado bueno y sensible para ser alcalde... ¡En la próxima verá un dibujo de su hermano!
¡Gracias por leer!
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
¡Cuídense!
Sayounara Bye Bye!
Gabriella Yu
Wuauuuu... m encanto es muy descriptivo los dialogos algunos super graciosos jeje en especial el del final XD y el dibujo m encantaaaa m gusta mucho como l vas dando vida a los personajes sus personalidades y demas cosas hacen q a leerlo puedas hacerte una imagen mental d lo q vas leyendo es muy entretenido...por cierto gracias por publicarlo emmmmmm no quice precionarte ni parecer pesada XD jeje... muchas gracias y besotes....
ResponderBorrar¡Gracias! Ya me han dicho antes que soy muy descriptiva en mis narraciones, parece que es cierto XD
Borrar¡Y no! ¡No te preocupes! A este capítulo ya lo había terminado hoy, pero le faltaba la ilustración y la corrección. Al leerte tan animada por mi historia, decidí dejar atrás la flojera y terminar de una vez el capi. ¡Gracias! :>)
¡Hola! ¡Pero qué bien te quedó! Sí que son familias muy animadas las dos y mira que también me da mala espina las elecciones, como que hay algo rancio cocinándose por allí. (?)
ResponderBorrarSobre a extensión, pienso que la novela siempre va a ser más larga que el manga porque son dos formatos diferentes. En el dibujo, al tener la parte visual, ahorras muchas descripciones, paisajes y palabras porque lo estás viendo y es más fácil y rápido transmitir algo de un medio visual, así que diría que no te preocupes tanto por eso.
Estaré esperando el próximo <3
¡Un abrazo!
¡Gracias por tu comentario! Y sí, hay diferencias entre una novela y un manga en cuanto a la extensión... Debo pasar estos relatos al formato guión cuando mi amigo haga esta historia en manga... De todas formas, ya veremos cómo va saliendo la cosa XD
Borrar¡Nos leemos!