Fanfic Doctor X -Nunca Te Fallaré- Capítulo 8

Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.


DOCTOR X

NUNCA TE FALLARÉ

Diez años después del primer encuentro entre los cirujanos Michiko Daimon y Hideki Kaji, éste último causa asombro entre quienes lo conocen haciéndose con la dirección del Hospital Universitario de Naro y reúne a un destacado grupo de médicos cirujanos para el Departamento de Cirugía, incluyendo a su némesis Michiko Daimon, a quien ya nadie quiere contratar. Mientras los días y los casos pasan, la amistad profesional entre los dos doctores comienza a crecer hasta que se revela la oscura y peligrosa estrategia de Kaji para conseguir la dirección del hospital, poniendo en peligro a todos lo que lo rodean, incluyendo a Michiko, sus amigos y él mismo. 

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, medico
Pareja: ninguna
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 20 capítulos la primera parte, 12 de la segunda parte y 20 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 8: Entre la Vida y la Muerte. Hideki Kaji Paga el Precio


Se hizo un silencio que pareció eterno. A pesar de que se moría de miedo, el doctor Kaji no apartó la mirada de los ojos de Ishida.

—Yo —dijo al fin.

Kenzo Ishida sonrió y caminó pausadamente hacia el tembloroso cirujano que no se había movido ni un centímetro de donde estaba parado. Le colocó una mano en el hombro, sobresaltándolo ligeramente.

—¿Está seguro? Esto le va a doler bastante.

Kaji lo miró, molesto.

—Todo esto es por la doctora Daimon, ¿verdad? Aceptó mi propuesta porque sabía que yo conocía al Doctor X y sospechaba que era ella. ¿No hubiera sido más fácil invitarla a salir como cualquier otra persona normal antes de complicar de esta manera las cosas?

—Yo no soy una persona común y corriente, doctor Kaji, usted debería saberlo, soy un yakuza y las cosas las hago a mi manera…

 Comenzó a apretarle el hombro hasta hacerlo arrodillar de dolor entre la silla y el escritorio.

—¡Ma-maldito… idiota! —gimió.

—¿Se queja tan pronto, Kaji-chan? —se burló despiadadamente, tomándolo del cuello de la camisa para obligarlo a ponerse de pie—. Esto no es nada… ¡recién comenzamos!

Lo empujó de espaldas contra la pared, presionando los dedos sobre su garganta como si fueran una garra, cortándole poco a poco la respiración. Acercó su boca al oído del desesperado Kaji y murmuró:

—Le doy una última oportunidad: ¿usted o Jonouichi? —aligeró la presión para que pudiera contestar, pero sin apartarse un milímetro de él—. Vamos, sé que usted no es de esos que se sacrifican por los demás, no sufra en vano… porque va a sufrir mucho, se lo aseguro… Deje que me divierta con la mujercita, sea bueno.

Jadeando, pero sin volverse a mirar a su agresor y temblando como nunca en su vida, con el corazón a punto de explotarle en el pecho, declaró con voz débil:

—… Y-yo ya elegí, ¿o acaso es un maldito sordo cobarde?

—¡Eres un estúpido! —gritó, clavándole sorpresivamente una navaja en el abdomen, moviéndola un poco hacia un costado para luego sacarla sin ningún cuidado. Vio caer a su víctima lentamente al suelo, de rodillas, con los ojos abiertos de par en par y con ambas manos sobre la sangrante y profunda herida, con una expresión de incredulidad.

Aprovechó para darle una patada en el estómago, tirándolo de lado sobre el piso, muerto de dolor.

—Esto es porque ella me rechazó. Ya veremos qué tan buena es su “Doctora X” salvándole la vida, y si lo logra, aconséjele que la próxima vez no me rechace o voy a escoger a su amiga o a ese viejo para desquitarme —lo tomó del cabello con renovada furia, provocando un quejido de dolor de parte de Kaji, y acercó los labios viperinos a su oído—. Con esto aprenderá a respetarme y a temerme. Los yakuza no somos un juego.

Lo soltó con desprecio y se volvió hacia sus hombres mientras caminaba hacia la puerta y limpiaba la navaja con un pañuelo y la metía en su bolsillo.

—Terminen con el trabajo.

—¡Sí, señor! —asintieron con exagerada venia y se encaminaron hacia su indefensa víctima que se encontraba en posición fetal tratando de soportar el dolor y perdiendo mucha sangre entras los dedos.

XOX

—Michiko, ya quédate quieta y come de una vez, me estás mareando —se quejó Akira Kanbara, tratando de comer su cena—. Debí haberte pedido que te fueras a casa, ya van a ser las seis de la tarde y es increíble que aún te encuentres aquí.

—Hay algo que está mal… —murmuró ella, muy nerviosa, mirando hacia todas las direcciones.

—Exageras, estás así porque ese hombre amenazó a Hiromi. Ya verás cómo el doctor Kaji solucionará todo.

—No lo creo, es un inútil… —apenas terminó de decir esto, sus ojos se fijaron en un sonriente Kenzo Ishida, quien se había sentado en una de las mesas que estaban apartadas a un costado, observándola fijamente.

La saludó levantando una copa de agua, satisfecho, burlón, malicioso.

—¿Qué te pasa Michiko? —se alarmó su representante—. ¡Parece como si hubieras visto un fantasma!

Sin tomarse la molestia en contestarle, la aludida tomó el teléfono de su costoso bolso y llamó a Hiromi, aliviándose de que estaba bien y con su hija, que estaba de vacaciones en ese momento. Pero, de repente, se quedó dura como piedra, una terrible idea había cruzado por su mente.

—Vámonos —ordenó, levantándose de su silla y tomando su bolso.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué sucede Michiko?

—¡Vámonos! —se dirigió corriendo hacia el pasillo para tomar el ascensor hacia el tercer piso.

Sin comprender nada, Kanbara dejó todo y la siguió.

Sólo tardaron unos minutos en llegar al despacho del Director, pero a Michiko Daimon le pareció una eternidad. Todo estaba demasiado silencioso para su gusto. Cuando abrió la puerta, nada la había preparado para lo que encontró.

Casi todos los muebles estaban volcados, las hojas de papel estaban desparramadas por todos lados, las cortinas caídas y las macetas tiradas. Su estupefacta mirada cayó sobre un rastro de sangre y lo siguió hasta que vio un cuerpo que estaba boca abajo sobre la ensangrentada alfombra, en una posición como si se hubiera estado arrastrando. La bata de doctor, otrora blanca, ahora estaba sucia, manchada de sangre y rota.

—¡Doctor Kaji! —exclamó Akira Kanbara, aterrorizado, sacando a Michiko de su estupor, quien corrió de inmediato hacia su jefe y compañero.

Arrodillándose a su lado, sin importarle que la sangre manchara sus rodillas, lo dio vuelta lentamente hasta ponerlo de costado, sólo así visualizó todo el daño que le habían hecho: lo habían golpeado ferozmente y herido gravemente, por fortuna aún estaba vivo, pero su pulso era muy débil al igual que su respiración.

—¡Akira-san! ¡Que acondicionen la sala de cirugía número cuatro y manda a llamar a Hiromi y al doctor Kondo!

—¿Al doctor Kondo?, pero…

Michiko volvió el rostro furiosa.

—¡Él ya lo sabe todo! ¡Haga lo que le digo! ¡Ya casi no hay tiempo!

—¡S-si, de inmediato!

Y desapareció a través de la puerta para hacer los llamados correspondientes y traer una camilla.

Un débil gemido hizo que la doctora volviera su atención hacia su compañero que aún no había abierto los ojos.

—No hables, Kaji-chan, trata de no desperdiciar energía —le pidió con una suavidad que él nunca había escuchado de parte de ella, pero igualmente intentó hablar, tomando con mano trémula y manchada en sangre la mano de la sorprendida doctora.

—… Sál… vame… —susurró. Ella acercó el odio a su boca.

—¿Qué dijiste?

—… Él… dijo… que no… podías… salvarme… —se quejó, encogiéndose de dolor.

Notando su agonía, Michiko apretó ligeramente su mano, en un intento de infundirle valor.

—Oye, Kaji, yo nunca fallo, no te preocupes, ya verás cómo sales de esta con vida. Te lo prometo.

Él sonrió dolorosamente, siempre con los ojos cerrados y sin soltar la mano de la mujer. Tanto él como ella mantenían las manos libres sobre la herida de arma blanca, intentando detener la hemorragia.

—… Demonio…

—No hables.

—… Ahora eres… —volvió a quejarse y las lágrimas comenzaron a caer—… la Directora General…

Michiko se quedó como piedra, sorprendida, sintió cómo sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas pero intentó con todo su ser evitar que salgan.

—Lo seré hasta que te recuperes, ¿lo entiendes, Kaji? Ya sabes que odio esos puestos.

Él asintió, ya casi sin fuerzas para seguir hablando.

—… Me estoy congelando… —murmuró.

Preocupada, Michiko notó que se estaba poniendo muy pálido y la sangre ya había comenzado a correr por su boca.

—No te duermas o entrarás en shock, trata de soportar hasta que llegue Akira-san y los demás.

Volvió a asentir, muy imperceptiblemente, pues sentía que poco a poco iba sumiéndose en un profundo sueño, una profunda oscuridad. Oyó a Michiko Daimon llamarlo varias veces por su nombre y, antes de perder el conocimiento, escuchó que llegaban los demás.

“Demasiado tarde…”. Pensó, y su conciencia se esfumó.




Notas de una Bloguera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están? Espero que bien.
¡Oh, oh! ¿Se esperaban esta escena? Pues así soy de malvada con los personajes, je je je...  ¿Kaji morirá? ¿Michiko fallará? ¡Lo sabremos el próximo episodio!
Sigo viendo el anime One Piece, el drama coreano Big, editando el drama coreano Papá es Extraño, escribiendo el nuevo fanfic de Doctor X, leyendo la novela Poirot Investiga y estudiando Secretariado Administrativo.
¡Gracias por visitar el blog!
¡Nos leemos en la próxima entrada!
¡Y no olviden comentar!
¡Cuídense!

Sayounara Bye Bye!!!

Gabriella Yu
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Comentarios

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