Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Capítulo
9: ¡Impensado! ¡Michiko Daimon es La Nueva Directora General!
La cirugía de
emergencia duró casi cinco horas debido al daño intestinal, una grave sepsis y
hemorragia, sólo los doctores Michiko Daimon, Hiromi Jounouichi, Shinobu Kondo
y hasta Akira Kanbara como instrumentista se encargaron de realizar la
operación clandestina. Nadie del hospital debía saber lo que había pasado. Las
preguntas de Kondo y Jonouichi debían esperar hasta que todo hubiera terminado.
El paciente se les había idos dos veces, pero dos veces había regresado. La
doctora Daimon trabajó a contra reloj, la herida de arma blanca había provocado
un gran daño en el intestino delgado, infectando y matando todo tejido a su
paso, por lo que se vio obligada a extirpar parte de él. Las otras heridas eran
menores, prácticamente hematomas, pero también habían hecho mucho daño;
puñetazos y patadas por todo el cuerpo, el rostro desfigurado. El castigo había
sido tan terrible como su sufrimiento, pero lo había salvado como se lo había
prometido y estaba segura de que se recuperaría al cien por ciento porque el
doctor Hideki Kaji era fuerte y ella nunca fallaba.
“¡Bestias!
¡Bestias! ¡Bestias!”. Pensaba furiosa mientras procedía a cerrar la herida
quirúrgica. “¿Por qué hicieron esto? ¿Lo hiciste porque te rechacé?”.
Terminó y, como siempre lo había hecho después
de cada cirugía, colocó su mano unos segundos sobre el pecho de Kaji, mirándolo
a la cara con un semblante serio pero lleno de esperanza.
“Te vas a
recuperar”. Pensó.
Como de
costumbre, Hiromi había visto ese gesto e intentó no llorar. No entendía nada
de lo que estaba pasando, estaba asustadísima y preocupada por su compañero.
Una vez que
trasladaron al paciente a terapia intensiva, Michiko Daimon se dirigió
desesperada hacia la cafetería para tomar una cantidad considerable de jarabe
de chicle para recuperar las fuerzas. Su cerebro había trabajado al ciento diez
por ciento debido a la gravedad de la situación.
Sentada en una
de las mesas, miró el reloj mientras sorbía el contenido que uno de los
vasitos.
“Las doce
menos cuarto de la noche… Hoy ha sido un día terriblemente largo…”. Pensó, fatigada, entonces, se le acercaron
los doctores Kondo y Jonouichi, sus rostros consternados estaban pidiendo
muchas explicaciones.
Michiko puso
los ojos en blanco y dio un largo suspiro de fastidio, apoyando el mentón sobre
la palma de su mano.
—Váyanse a
descansar. Mañana les contaré todo cuando limpiemos el despacho de la dirección
—. Dijo, con un tono que no daba lugar a réplica alguna.
Frustrados, la
pareja no tuvo más remedio que retirarse, Daimon jamás cambiaba de parecer, así
que la dejaron completamente sola.
Curiosamente,
no había nadie en la cafetería, por lo que habían apagado la mitad de las
luces, para economizar, quedándose casi en penumbras. El silencio que reinaba
era agobiante, llenándola de pensamientos negativos y oscuros.
Dando un
quejido de frustración, se llevó las manos a la cabeza, revolviendo su cabello,
furiosa. Se quedó así, con los codos sobre la mesa y mirado sin mirar hacia
abajo. Hacía mucho que el corazón no le dolía tanto.
—Es mi culpa…
—murmuró.
Observándola
desde las sombras de la puerta de entrada a la cafetería, Akira Kanbara se
preocupó.
“No te
desmorones, Michiko, no te desmorones ahora”. Pensó.
Aquella fue la
primera noche de muchas que ella no iría a dormir a casa.
XOX
Al día
siguiente, todo el personal del hospital había amanecido con la noticia de que
la conflictiva y peculiar doctora Michiko Daimon había sido nombrada por Hideki
Kaji como Directora General temporaria del hospital mientras él permaneciera en
el exterior por una capacitación en su especialidad. Los doctores Torii y
Takano estaban furiosos, pues se consideraban a sí mismos como mejores opciones
que Daimon.
—¡Realmente es injusto! —se quejó el primero—.
Sabemos que usted y yo somos los que estamos mejor preparados para ese puesto,
¡Kaji debe estar completamente loco! Y tampoco puedo creer que haya puesto ese
inútil de Ebina como Director del Departamento de Cirugía…
—¿No habrá
algo entre ellos dos? Me extraña que sea tan condescendiente… —inquirió Takano,
sentándose en uno de los sillones de la salita de estar del Departamento de
Cirugía.
—¿Entre Kaji y
Ebina?
—¡No! ¡Entre
Kaji y Daimon!
—¡Ah! No lo
creo, se llevaron pésimo cuando trabajaron juntos hace algunos años en mi
departamento —se dejó caer sobre el otro sillón, pensativo.
—Pero la gente
cambia.
—No, ellos no,
por lo que vi, siguen igual…
Se quedaron en
silencio, sumidos en sus propias ideas y conjeturas. Morimoto, Ebina y Hara los
estaban observando desde lejos.
—Están
furiosos —murmuró Morimoto.
—Los
comprendo, el doctor Kaji fue muy injusto, cualquiera de ellos tendría que
haber sido elegido como reemplazo en vez de la doctora Daimon —comentó Hara.
—P-pero desde
un comienzo la doctora Daimon fue siempre la favorita del Director a pesar de
sus peleas —se animó a decir Ebina, siempre dubitativo.
—¿Cómo puede
hablar de favoritismo si lo puso a usted como Director del Departamento de
Cirugía? —se quejó Hara.
—Eh… Bueno…
Yo…
—¿Habrá algo
entre la doctora Daimon y el doctor Kaji? —los interrumpió Morimoto.
—No, lo dudo
mucho, es imposible —insistió Hara—. Ambos con como cuervos, nunca se van a
llevar bien, se arrancarían los ojos. Debe haber otra cosa.
—¿Y a usted no
le dijo nada? —insistió Morimoto al doctor Ebina, éste negó con la cabeza.
—No, desde que
me nombró Director no lo he visto casi nunca hasta que puso a Daimon al frente
del hospital.
—Esto sí que
es raro… —murmuró Hara, con la mano en el mentón, en pose pensativa.
XOX
Ignorando
deliberadamente todo lo que se murmuraba de ella y el doctor Kaji, Michiko
Daimon estaba reunida con Akira Kanbara y lo doctores Kondo y Jonouichi para
ponerlos al tanto de todo lo que había pasado, desde el trato de Kaji con la
mafia hasta el día de la paliza.
Michiko,
sentada en el asiento que otrora ocupara su antiguo director, apoyó su mentón
sobre los dedos entrelazados, pensativa.
—Pobre doctor Kaji… —murmuró Hiromi, muy
triste.
—¿Pobre? ¡No
puso en peligro a todos! —se quejó Shinobu—. ¿Tan desesperado estaba por este
puesto que hizo un trato con los Yakuza? ¡Son gente peligrosa! ¡Mire lo que le
pasó!
—… Tiene
razón, fue una completa locura lo que hizo.
La doctora
Daimon se le quedó mirando fijamente, visiblemente molesta.
—Ya tendremos
tiempo para juzgarlo —dijo, incorporándose—, lo que tenemos que hacer ahora es
juntar todo el dinero que falta para pagarle a ese tipo y poder sacárnoslo de
encima. Falta muy poco, así que habrá que trabajar muy duro a partir de ahora,
así que no quiero que se crucen con ese hombre por ningún motivo, lo que menos
necesitamos son más problemas ahora.
Hiromi estaba
impresionada, era la primera vez que veía a su amiga comportarse tan
maduramente, pero, para su decepción, Michiko bostezó como si no hubiera nadie
allí y se dejó caer nuevamente sobre el respaldar del asiento.
—Acepten todas
los “regalos” que les hagan los pacientes, necesitamos cada centavo… ¡Ay!
¡Ahora tendré que perder el tiempo con esta montaña de papeles… —los miró con
una mezcla de tristeza y aburrición.
Entendiendo la
indirecta, ambos doctores se fueron, no antes de que Kondo le dirigiera una
significativa mirada a su nueva Directora General. Una vez que se quedaron
solos, Michiko suspiró quedamente.
—¿Cuál es la
condición de Kaji, Akira-san? —preguntó.
—Está
evolucionando muy bien, Michiko, fue una operación excelente a pesar de la
gravedad, si sigue así podremos trasladarlo a una sala común muy pronto.
—Que sea en
una VIP, Akira-san, y que nadie lo sepa… El quinto piso está casi desocupado…
—dejó caer su cabeza sobre la mesa y, extendiendo su mano hacia el reloj de
mesa, se puso a jugar con él.
—¿Estás
triste, Michiko? —quiso saber Akira, preocupado.
Ella se tomó
unos segundos para contestar, tratando de dominar una voz que le sonaba
ahogada.
—Creo que lo
golpearon por mi culpa… Casi lo matan por mi culpa… —fue todo lo que pudo
decir, tragándose las lágrimas, orgullosa como siempre.
—Michiko… —A
Akira se le partió el corazón, hacía mucho que no la había visto así. Se acercó
a ella para ponerle una mano en el hombro, para reconfortarla—. No es tu culpa…
—Por supuesto que fue su culpa —se escuchó
repentinamente la odiosa voz de Kenzo Ishida. Tanto Akira como Michiko miraron
sorprendidos hacia la puerta, que era donde estaba parado el recién llegado,
siempre con aquella sonrisa odiosa, cruzado de brazos.
—¿Mi culpa?
—repitió la doctora.
—No, me
expresé mal —entró y se sentó plácidamente en unos de los sillones de
invitados, cruzándose de piernas y prendiendo un cigarrillo bajo la molesta
mirada de los otros dos—. Le di a escoger: o era él o tu amiga, y ya viste los
resultados. Él se eligió a sí mismo, no tú, así que no te sientas culpable,
querida.
—¡Oh! —fue
todo lo que pudo decir el sorprendido Kanbara.
Furiosa,
Daimon apretó el reloj con mano temblorosa, recordando a Kaji tirado en el
suelo, destrozado. Hiromi podría haber sido la escogida si no fuera por él, y
seguramente ella hubiera muerto antes de poder ayudarla, ya que era más frágil…
y siendo mujer, seguramente le hubieran hecho cosas peores.
—Akira-san
—dijo—, vaya a ver cómo sigue el paciente.
—¡Pero,
Michiko!
—Vaya —su tono
imperioso no dio lugar a réplica alguna, por lo que él tuvo que obedecer muy a
su pesar, dejándolos solos.
Sigo viendo el anime One Piece, comenzaré a ver la tercera temporada de Doctor X, editando el drama coreano Papá es Extraño, comenzaré a escribir un fanfic de Inyasha hasta que se me ocurra alguna idea nueva para Doctor X, comencé a practicar japonés, leyendo en inglés y estudiando Secretariado Administrativo.
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