Fanfic Doctor X -Nunca Te Fallaré- Capítulo 15

 Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.


DOCTOR X

NUNCA TE FALLARÉ

Diez años después del primer encuentro entre los cirujanos Michiko Daimon y Hideki Kaji, éste último causa asombro entre quienes lo conocen haciéndose con la dirección del Hospital Universitario de Naro y reúne a un destacado grupo de médicos cirujanos para el Departamento de Cirugía, incluyendo a su némesis Michiko Daimon, a quien ya nadie quiere contratar. Mientras los días y los casos pasan, la amistad profesional entre los dos doctores comienza a crecer hasta que se revela la oscura y peligrosa estrategia de Kaji para conseguir la dirección del hospital, poniendo en peligro a todos lo que lo rodean, incluyendo a Michiko, sus amigos y él mismo. 

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, medico
Pareja: ninguna
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 20 capítulos la primera parte, 12 de la segunda parte y 20 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 15: ¡Sin Salida! ¿Puedes Ayudarnos, Akira-san?


—¿Sucede algo? —quiso saber el doctor Kaji, notando a su compañera un tanto diferente aquella noche—. Parece que algo muy malo la tiene preocupada, demonio.

—No, no pasa nada.

Michiko Daimon suspiró y se levantó del sillón con gran desgano para comenzar a dar unas vueltas por la habitación VIP.

Kaji la observaba en silencio, sentado en su cama. Había mejorado considerablemente: ya no había padecido ningún cuadro febril y le habían cambiado una dieta más nutritiva para ayudar a mejorar condición.

Suspiró y dejó caer el manga entre sus manos sobre su regazo.

—Dígame de una vez qué pasó ahora.

Ella se detuvo y se le quedó mirando muy fijo, tenía ganas de tomarlo por el cuello y ahorcarlo por lo que había hecho, pero no podía hacerlo porque sabía que no lo había hecho con mala voluntad y ella le había seguido el juego a voluntad.

—No es nada.

Kaji torció el gesto, cuando esa mujer no quería hablar…

—Pues vaya a descansar a su casa —se recostó, levantando sobre sus ojos el libro, disponiéndose a continuar con su lectura—. Estoy mucho mejor y ya no la necesito aquí. Puede retirarse.

—Serás… —murmuró Michiko, furiosa. 

La miró fijo.

—¿Qué está esperando? Váyase de una vez, demonio —Insistió, de mal talante.

—Está bieeen… —asintió de mala gana, así que tomó su bolso y se dirigió hacia la puerta pero, la duda cruzó por su mente y se volvió para mirarlo un tanto preocupada—. ¿Está seguro?

—¡Claro! ¡Váyase ya! ¡Fuera! —replicó como si estuviera corriendo a un cachorro—. Y tome un taxi, estas no son horas para que una mujer decente ande por la calle… a menos que usted no lo sea…

—¡Aish! Cierra la boca, Kaji-chan —fue todo lo que dijo y, molesta, cerró la puerta tras de sí, dejándolo solo por primera vez después de dos semanas desde que se había despertado de la cirugía.

Hideki Kaji miró en silencio la puerta, luego miró hacia el sillón en donde su compañera había dormido todas aquellas noches en que lo había cuidado personalmente, haciéndole compañía, discutiendo, conversando y hasta a veces reírse de algo. Era una gran compañía después de todo.

 —Quién lo hubiera dicho… —dijo, incrédulo, y continuó con su lectura.

Abajo en la calle, Michiko Daimon miró hacia el quinto piso un tanto preocupada mientras esperaba el taxi que había llamado desde la recepción, a cargo de la Dirección, por supuesto. No podía evitar sentirse un poco extraña al dejarlo solo, sobre todo después de aquella noche en que Ishida los atacó. ¿Y si lo hacía de nuevo?

—¿Qué hago? —se preguntó, dubitativa.

Pero en el momento en que llegaba el taxi, la luz del cuarto de Kaji se apagó, permitiéndole decidirse al fin, así que entró al taxi y se fue a casa a dormir después de no hacerlo por más de diez días.

XOX

Akira había bajado por un poco de agua cuando escuchó que alguien entraba a la casa por la puerta principal. Se dirigió hacia la pequeña sala con el vaso en la mano y vio que la recién llegada era su protegida.

—¿Por fin tu carcelero te dejó ir, Michiko? —se burló el anciano, pero pronto cambió su expresión por una de preocupación cuando notó que ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas—. ¿Qué pasa?

Sin siquiera responder, la mujer se dirigió hacia él y lo abrazó, rompiendo a llorar.

—Ya, ya —la calmó con una palmaditas en la espalda, abrazándola también—. Dime por qué lloras, tú no sueles llorar a menos que sea algo importante.

—¡Odio a Kaji y me odio a mi misma! —declaró, sin apartarse de su mentor y sin dejar de llorar de furia—. ¡Yo no le pedí su ayuda y yo fui quien aceptó hacer todo esto! ¡Fuimos tan egoístas! ¡Pusimos en peligro a todos, a Hiromi! Y si no fuera por Kaji, ella habría muerto… Y él casi se muere por mi culpa porque rechacé a ese loco de Ishida… Lo desprecio, ¡es tan egoísta! pero salvó a Hiromi a costa de su propia vida… ¡Y odio sentirme en deuda con un hombre así!

—Tranquila, Michi, el doctor Kaji hizo lo que correspondía a cualquier hombre, no te sientas culpable ni en deuda por eso. Él confió en ti. Se ofreció a cambio de Hiromi confiando en que salvarías su vida.

—¿De veras lo piensas así, Akira-san? —se enjuagó las lágrimas y se apartó unos centímetros de él.

—¡Por supuesto! Pero si alguna vez se le ocurre sobornarte con eso, ¡lo pondré en su lugar! —alzó el puño muy decidido, haciendo que Michiko se riera, aliviando su angustia—. Ahora vete a descansar que lo necesitas.

—Si, gracias, Akira-san, ya me siento mejor —le dio un tierno beso en la frente como muestra de agradecimiento y se fue muy contenta a su habitación.

—Michiko.

—¿Si? —se detuvo de inmediato, agachándose bajo el pasamanos.

—Sé que actuaron imprudentemente, pero no lo hicieron de mala voluntad… Ya no te tortures más, pronto encontraremos la solución para esto.

A la mujer se le llenaron nuevamente los ojos de lágrimas, pero de agradecimiento.

—Muchas gracias, Akira-san. Me puse a llorar como una tonta, ¿verdad?

—A veces necesitamos algunas lágrimas para aliviar los pesares del corazón, Michiko, no te avergüences por eso.

—¡Oh, Akira.san! ¿Qué haría yo sin usted?

—Pues dormir. Vete ya.

—¡Claro!

Viéndola desaparecer por las escaleras, el ex cirujano suspiró un tanto preocupado. Sabía que ella había hablado con sinceridad, pero también sabía que estaba muy preocupada por la salud de Kaji y la seguridad de Hiromi, y si aquella situación continuaba, se iba a hacer pedazos.

XOX

Al otro día, la doctora Hiromi Jonouichi llegó bastante tarde a su turno. Su rostro trasnochado y sus maneras frías llamaron la atención de Kaji.

—¿Pasó algo? —preguntó, extrañado.

Ella suspiró, cansada.

—¿Por qué lo hiciste? —soltó, tomándolo por sorpresa, pues sus ojos se habían llenado de lágrimas y su bello rostro se había endurecido.

—¿A-a qué se refiere, doctora Jonouichi?

—¿Por qué hiciste un trato con ese hombre tan peligroso? Ayer… Ayer vi de lo que es capaz ese hombre…—comenzó a llorar sin quitarle la vista de encima. Estaba furiosa, le crispaban los puños a los costados de su cuerpo—. ¿Es que no pensaste en las consecuencias? ¿No pensaste en lo peligroso que era? ¿Acaso no te detuviste a pensar que yo tengo una hija? ¿Y si nos matan? ¿Qué sería de ella? ¡Fuiste un inconsciente, Kaji! ¡Por culpa de tu ambición mi hija podría quedar huérfana o morir! ¿Y no pensaste en tu madre? ¡Los yakuza son gente peligrosa, por Dios! ¿Qué nos hiciste?

Hideki Kaji, nada dijo, simplemente se quedó callado con la mirada fija hacia los pies, muy serio.

Sin decir nada más, la anestesista se retiró en un segundo, dejando la habitación sumida en una atmósfera de sombrío pesar.

Hiromi no volvió, horas más tarde, le tocó lidiar con el doctor Shinobu Kondo.

—Hace tiempo que quería preguntarle algo, Director —le dijo éste en cuanto alzó la bandeja de comida de la que Kaji apenas había probado.

Kaji, suspiró, frustrado y muy agotado.

“Aquí vamos” Pensó.

—¿Si? ¿Qué quiere saber, doctor Kondo?

—Yo también quería hacer algo así.

—¿A qué se refiere?

—Obtener la Dirección de un hospital bajo mis propias reglas y contratar a la doctora Daimon para que sea libre de actuar e ir juntos contra la corrupción de la Institución Médica.

Kaji sonrió con triste desdén.

—Lo hace ver demasiado fácil, doctor Kondo… Es un ingenuo.

—¿Entonces fue por eso que se metió con esa gente tan peligrosa? ¿Por qué no tuvo el valor ni la capacidad de hacerlo por usted mismo? —le espetó.

—Usted aún tiene tiempo que perder, en cambio, yo ya no lo tengo.

—Yo no hubiera ido tan lejos como para hacer un trato con la mafia —replicó molesto—, y mucho menos si eso supusiera poner en riesgo el futuro de la doctora Daimon y de todos nosotros.

—¿Qué quiere decir, doctor Kondo? —aquello ya no le gustaba.

El aludido sonrió con desprecio.

—Los doctores Takano y Torii descubrieron la verdad de cómo usted había obtenido el puesto de Director General, se lo dijeron a todos y quisieron desertar, pero su socio, Kenzo Ishida, los convenció de lo contrario bajo la amenaza de matarlos a todos si lo hacían, así que, resumiéndolo, seremos sus rehenes para siempre, aunque paguemos la deuda.

—¿Qué…? —fue todo lo que pudo decir, aquello se había puesto peor de lo que creía..

—Me retiro, y váyase al diablo.

Y se fue, dejándolo sólo con sus pensamientos.

Tampoco Shinobu volvió, y como era de esperarse, a las seis de la tarde, apareció Akira Kanbara, quien se sorprendió al encontrarlo completamente desprovisto de su fuerte personalidad, estaba triste y deprimido, y tan ensimismado que ni siquiera se había dado cuenta de su presencia cuando entró al cuarto.

—¿Ya se lo dijeron? —lo volvió a la realidad.

—¿Eh? —lo miró sorprendido, pero luego, el brillo de sus ojos volvieron a desaparecer—. Si, ya me dijeron todo lo que tenían para decirme.

Akira torció el gesto. Sí, Hideki estaba completamente triste y deprimido, como Michiko. Habían comenzado a pagar mental y emocionalmente las consecuencias de sus actos.

—¿Y qué piensa hacer?

—Pues, por mi parte, pagarle a Ishida mi deuda y la doctora Deimon, aunque no me guste la idea, tendrá que cenar con él para que no lastime a nadie más. Es lo que acordamos. Luego veré la forma de que nos libere… ¡Maldita sea! —se tomó la cabeza, histérico, al borde de la desesperación—. ¡Esto se está complicando todavía más! ¿Qué voy a hacer ahora? ¡Maldigo el momento en que se me ocurrió esta maldita idea!

Se cubrió el rostro con el brazo derecho, tratando de contener sus emociones. Sintiendo compasión, el buen Kanbara se acercó y le colocó la mano sobre el hombro para calmarlo.

—Debe ser fuerte, Director Kaji, no debe perder la cabeza, ¿entiende? Michiko lo necesita así como usted la necesita a ella para que juntos puedan encontrar la solución a este problema. Aún si usted fue el que empezó todo esto, ella aceptó entrar al juego sabiendo en lo que se estaba metiendo. Ambos se comportaron como unos insensatos. Pero no están solos, yo los apoyaré en todo lo que pueda.

Un poco más calmado, el cirujano bajó el brazo, pero no se atrevió a mirarlo, su dolor y su orgullo no se lo permitían.

 —Tiene razón, Akira-san, yo lo empecé y metí a Daimon en esto —alzó la vista al fin, con un dejo de su antigua determinación en su rostro—. Le prometo que saldremos de esta como sea.

—Así se habla —asintió, satisfecho, pero en su interior aún estaba muy preocupado.

“Debo hacer algo de inmediato. Ambos se están derrumbando”. Pensó.

Seis horas más tarde, la doctora Michiko Daimon reemplazó a su mentor. A pesar de la conversación que tuvo con él la noche anterior, se la veía bastante cabizbaja, así que ella y Kaji formaban un dueto muy patético cuando se sentaron juntos en el sillón de dos plazas.

No dijeron nada por mucho tiempo hasta que el cirujano se animó a decir algo, sin dejar de ver la puerta frente a él.

—Daimon, mañana volveré a mis funciones como Director General.

—Aun no está completamente recuperado —replicó ella, sin volverse—, ¿por qué no espera un poco más?

—No puedo —rebatió, bajó la vista al suelo—. Tengo que hacerme cargo del lío en que los metí a todos ustedes… No sé cómo lo haré, pero le prometo que la sacaré de esto, Daimon.

Michiko puso los ojos en blanco.

—¿Ya le fueron con el chisme?

—Fuimos unos inconscientes, Daimon, pusimos en peligro a todos, incluyendo a la pequeña hija de la doctora Jonouichi. A mi madre, a Akira-san, y a tantos inocentes más… Y todo por el dinero y la fama…

—Eso será en tu caso —replicó—, yo acepté esto con la idea de actuar en libertad…

—Lo sé…

Volvieron a quedarse en completo silencio. De pronto, la puerta se abrió y Akira Kanbara entró a la habitación con una sonrisa que iluminó todo el lugar, sorprendiendo a los deprimidos doctores.

—¡Ah! ¡Michiko! ¡Qué bueno el haberte encontrado aquí antes de que te marcharas! Doctor Kaji, tengo algo muy interesante para contarles y que será seguramente nuestro boleto hacia la libertad.

Michiko y Kaji se miraron el uno a la otra para luego volver su atención hacia Akira, consternados.




Notas de una Bloguera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están? Espero que bien.
Bien, tanto Michiko como Kaji han tocado fondo, ¡pero tuvo que salvarles el pellejo Akira-san con un descubrimiento asombroso! Estamos muy cerca del final de esta primera parte de esta historia...
Estoy a punto de finalizar el último capítulo de este extenso fanfic, y sé, como siempre, que me va a dar un poco de tristeza el terminarlo como siempre me ha ocurrido cada vez que termino de escribir una historia... ¡Qué se va a hacer!
Ya terminé de subtitular el primer especial de Doctor Y, que estuvo bastante interesante. Kaji es mucho más sociable que Michiko en el trabajo, pero gracias a su ambición por el dinero, suele ganarse la antipatía de quienes no son como él, pero, a pesar de todo, es muy capaz y muy observador en cuanto a su trabajo se trata, ¡con razón Michiko lo deja operar cuando le corresponde a él y también suele ser su primer asistente!

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¡Nos leemos en la próxima entrada!
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Sayounara Bye Bye!!!

Gabriella Yu
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