Fanfic Doctor X -El Demonio en las Tinieblas- Capítulo 1

       Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.

DOCTOR X

EL DEMONIO EN LAS TINIEBLAS

Tres semanas después del final del incidente con Kenzo Ishida, los cirujanos Michiko Daimon y Hideki Kaji regresaron a trabajar al Hospital Universitario de Naro, ahora regentado por el Director Shigatetsu Hiruma, y se encuentran con una nueva cirujana tanto o más competente que la misma Doctora X, con quien iniciará una rivalidad que la llevará al borde de las tinieblas. Una oscura venganza que caerá rápidamente sobre Michiko para destruirla, alejándola de sus seres queridos y de la profesión que tanto ama, cuya única salvación quedará en manos de su compañero y rival, el Doctor Y, sólo si él sobrevive a su propia enfermedad... ¿Una enfermedad que realmente fue causada por la propia Doctora X?

Género: drama, amistad, humor, medico, angustia, psicológico
Pareja: ninguna
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 20 capítulos la primera parte, 16 de la segunda parte y 20 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 1: El Reemplazo de Hdeki Kaji. ¡Entra en Escena la Despiadada Haruka Aino!


Michiko Daimon regresó al Departamento de Cirugía del Hospital Universitario de Naro dispuesta a recibir cualquier tipo de cirugía en sus manos después de haber estado casi veinte días de licencia.

Sus compañeros la saludaron y ella respondió como lo hacía siempre: apáticamente, luego se sentó frente a su escritorio y encendió la computadora. El doctor Kondo no estaba en ese momento.

—¡Doctora Daimon, bienvenida! —La saludó Mamoru Hara, acercándose a ella muy feliz—. Quería agradecerle el haberle salvado la vida al doctor Kaji, como se fueron tan de repente el otro día, no tuve tiempo de decirle nada.

Ella se volvió y se le quedó mirando un tanto consternada, provocando que la sonrisa del doctor se evaporara de inmediato.

“¡Oh, no! ¡Aquí vamos de nuevo!”, pensó con tristeza.

—¡Ah! ¡Ya lo recuerdo! —exclamó ella con gran alegría, señalándolo con la mano—. ¡Tu eras el chico que vivía a la vuela de mi casa! ¡Shigeki Taro!

—¡No! ¡Soy Mamoru Hara! ¿Por qué nunca me recuerda? —rezongó graciosamente mientras ella seguía llamándolo por el otro nombre.

—Doctora Daimon, qué gusto verla de nuevo por aquí —saludó el doctor Ebina, acercándose a ella con sus maneras amistosas de siempre.

—¡Oh! ¡Pero qué susto! —se sobresaltó la mujer al verlo—. ¿Por qué siempre tiene que hacerme lo mismo? ¡Su cara me da miedo!

—Eh… Bueno, yo… —El pobre Ebina no sabía qué responder a eso, como siempre, rascándose la cabeza, mientras tanto, el doctor Hara se dejó caer frente a su escritorio y dijo:

—Bromas aparte, doctora Daimon, ¿no le parece imprudente permitirle al doctor Kaji regresar al trabajo tan pronto? Podría tener una recaída.

—¿Qué dice? ¿Está aquí?

—Si, está en la salita, llorando desde que llegó hace como una hora —señaló con el dedo hacia una pequeña oficina que había en el fondo.

—Si, se siente mal por haber perdido la gerencia del hospital y que al final no le hayan dado ni siquiera mi puesto de Director del Departamento de Cirugía  —agregó el doctor Ebina.

—Y como tampoco le permitirán operar… —Hara negó con la cabeza.

—¿Sigue con eso? Estuvo todas las vacaciones con lo mismo, ¿es que no se cansa? —se levantó y se fue derecho a la oficina, dejando a Ebina y a Hara muy sorprendidos.

Hara se puso de pie y se acercó a su compañero en actitud cómplice.

—¿Todas las vacaciones? Entonces era cierto, ¡se fueron los dos juntos! —murmuró emocionado—. ¿Qué habrán hecho?

—Pues por lo menos no se sacaron los ojos —agregó Ebina, un tanto pensativo.

—Cierto, eso es un avance… —se quedó mirando hacia la oficina, de pronto, se le ocurrió una idea—. ¿Qué le parece si nos acercamos a escuchar?

—¡No! ¿Cómo pretende que yo haga algo así? —dijo Ebina, ofendido.

—¡Oh! Cuanto lo siento, perdone mi imprudencia, doctor Ebina —avergonzado, comenzó a limpiar los cristales de sus anteojos.

Pasaron unos segundos angustiosos, y el más alto de ellos se ponía cada vez más ansioso.

­—Pu-pues si está usted tan preocupado por el doctor Kaji, vamos a escuchar.

Hara lo miró consternado, pero Ebina rehuía su mirada dándose un falso aire de dignidad.

—¿En serio?

—Si.

Y sin mediar más palabras, ambos corrieron presurosos hasta la ventana de la oficina ante la divertida mirada del resto del departamento.

 

Cundo Michiko entró a la oficina, encontró a Kaji sentado frente a la mesa, lloriqueando sobre ella con el rostro metido entre los brazos.

La cirujana bufó fastidiada mientras revolvía los ojos. Se cruzó de brazos y se apoyó sobre el marco de la puerta.

—Le dije que no viniera a trabajar aún, los últimos análisis cardiológicos salieron tal y como lo suponía, sólo tiene que descansar por un año y su problema se arreglará por sí mismo.

Al escuchar esto, el aludido alzó la cabeza en un santiamén.

—¡Ah! ¡Ahí está el objeto de mis desgracias! ¡El mismo demonio que calza y viste!

—¡Uh! Pero qué melodramático —se burló la cirujana, deshizo los brazos y fue a sentarse frente a él—. ¿Por qué sigue con esto? Ya sabe que Hiruma le devolverá el puesto dentro de un año, así está dispuesto en el contrato que firmó con Akira-san.

—Será tonta… No lloro por eso… —dejó caer el mentón sobre la mesa mientras dibujaba círculos sobre ella con el dedo, gimoteando—… Lo que pasa es que no podré realizar ninguna cirugía hasta que esté completamente curado… Me lo dijo el doctor Ebina…

Se irguió sobre la silla, mirándose las manos.

—¡Mi tremendas habilidades como “Mago de la laparoscopía” se perderán hasta entonces! ¿Qué será del mundo sin esta Súper Doctor?

Volvió a su anterior posición y comenzó nuevamente a llorar lágrimas de cocodrilo mientras Michiko Daimon trataba de aguantar la risa. No había nadie como el doctor Kaji para jactarse de si mismo.

—¡Y lo peor de todo es que ya no tengo mi hermoso automóvil! ¡Tuve que viajar en taxi con lo caro que está! —agregó él.

—Bueno, eso lo decidió usted solito, Kaji-chan. Yo no tengo la culpa de eso —rebatió ella, sin mucho interés, a lo que Kaji la fulminó con la mirada.

—Es usted un demonio sin corazón…

—¡Usted es el que se va a quedar sin corazón si sigue comportándote como un niño malcriado! —Lo apuntó, fastidiada—. ¡Yo no le salvé la vida para que la pierda de esta manera, así que deje de quejarse y aprenda a cuidarse de aquí en adelante o no volverá a operar a nadie nunca más!

Y sin agregar nada más, se levantó y se fue de allí como un huracán, dejando a Hideki Kaji con la boca y los ojos bien abiertos y provocando que tanto Ebina como Hara cayeran uno sobre el otro al suelo cuando ella pasó por su lado.

—¡Wow! ¡Nunca vi así de enojada a Daimon! —exclamó éste último, aún en el suelo.

—Bueno, tal vez así Kaji-kun se tome las cosas con más seriedad —agregó Ebina, terminado de ponerse de pie.

En el momento en que Kondo entraba al Departamento de Cirugía, Michiko pasó a su lado como un bólido, provocando que éste casi se cayera.

—¡Daimon! ¿Pero qué…? —vio salir a Kaji de la oficina con cara de haber sido reprendido duramente y lo comprendió todo—. ¡Ah! Era eso…

Fue a sentarse en su lugar, colocándose la mano sobre la boca en un intento de ocultar la risa. En ese momento entró Morimoto con una prisa poco habitual.

—¡Ah! ¡Doctor Kaji! —dijo—. El Director General Hiruma quiere verlo a usted y a la doctora Daimon ahora mismo.

El aludido asintió lloriqueando mientras sus amigos le daban unas palmaditas en la espalda para consolarlo después de que recibiera el regaño de Michiko.

—Ahora tendré que ver a ese desagradable Hiruma en lo que antes fue mi despacho… —gimoteó, y se fue teatralmente cabizbajo mientras los doctores Ebina y Hara lo animaban.

—Qué exagerados… —murmuró Morimoto con una media sonrisa mientras se dirigía hacia su escritorio.

XOX

Michiko Daimon ya estaba con Hiruma cuando entró Kaji haciendo pucheros.

“Y pensar que trabajé en esta oficina por meses para nada”. Pensó, haciendo una mueca que no le pasó desapercibida para el Director General.

—No sé cómo pudo trabajar en esta oficina tan pequeña, doctor Kaji —comenzó a decir con su característica forma pomposa mientras Michiko ponía los ojos en blanco y las manos en los bolsillos, fastidiada—, pero le aseguro que volverá a ella dentro de un año, a menos que se muera antes de eso.

—¿Qué? —lo miró sorprendido.

—Doctora Daimon —dirigió su atención hacia ella—, ¿puede explicarme qué hace aquí su paciente? Tenía terminantemente prohibido volver antes del plazo pactado. ¿Acaso quiere que le dé un infarto? Pensé que usted era más responsable en su profesión.

—Él ya es un adulto, me tiene sin cuidado lo que haga con su vida.

Kaji se mordió los labios, Michiko aún estaba molesta con él.

—¿Cómo dijo? —dio un golpe a la mesa con la palma de la mano, sobresaltando a los dos, pero ella recuperó su actitud altanera rápidamente mientras Kaji agachaba la cabeza—. ¡Usted fue quien lo operó y tiene toda la responsabilidad sobre su salud! ¡Hágase cargo, mujer inconsciente!

—No lo haré.

—¿Cómo dice?

—Que haga lo que quiera.

—¡Pero…!

—Daimon no tiene la culpa, Director —intervino Kaji, sin alzar la cabeza, avergonzado—. Yo desobedecí sus consejos.

Al escucharlo, la cirujana se cruzó de brazos y miró hacia el otro lado impaciente y malhumorada. Hiruma volvió a sentarse y dio un largo suspiro de cansancio.

—¡Bueno! ¡Pues qué imprudente resultó ser en cuanto a su salud, doctor Kaji!

—¿Su salud nada más? —murmuró Daimon con una media sonrisa de sarcasmo.

—¡Oiga! —se quejó Kaji por lo bajo, fulminándola con la mirada.

El Director General apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó los dedos de la mano, observando detenidamente al cirujano.

—¿Entiende que hace dos meses casi pierde la vida? Tuvo suerte de que Daimon realizara la cirugía salvándole la vida a tiempo, pero eso no evitó que tuviera dos paros cardíacos y una septicemia que casi acaba con su corazón… —Tomó unos informes y los leyó en voz alta un resumen—: según estos datos, todos sus órganos están funcionando correctamente a pesar de la resección de parte del intestino delgado, pero la crisis afectó bastante el funcionamiento cardíaco y su recuperación puede tomar cerca de un año… Diagnóstico: Fibrilación Auricular persistente y a largo plazo…

Dejó los papeles de lado, volvió a entrelazar los dedos y miró fijo a Hideki Kaji.

—¿Está consiente que corre un gran riesgo de muerte si no se cuida correctamente?

—… Si.

—¿Entonces qué diablos está haciendo aquí? ¿Por qué no está descansando en su casa? En esas condiciones usted no le sirve a nadie, ni siquiera a sí mismo, así que váyase de aquí ahora. Le tomará un año a su corazón recuperarse completamente, así que, durante ese tiempo, no quiero verlo en este hospital, ¿entendido?

Pasaron unos segundos en absoluto silencio hasta que, sorpresivamente, Kaji se inclinó profundamente.

—¡Por favor, se lo suplico, Director General Hiruma! ¡Déjeme volver al trabajo! ¿Qué será de mi si no puedo ejercer mi título? ¡No me corte las manos así, por favor, soy un cirujano! ¡Prometo cuidarme todo lo posible pero no me prohíba trabajar, se lo ruego, sino moriré de angustia! ¡¡¡La cirugía es mi vida!!!

Se cubrió el rostro con el brazo y comenzó a llorar angustiosamente, Michiko lo miró de refilón un tanto sorprendida y Hiruma dio un largo suspiro de cansancio.

—Si tanto lo desea, puede usted venir a trabajar cuando se sienta en condiciones…,

—¡Oh, un millón de gracias Director General Hiruma! —lo interrumpió, agradeciéndole con lágrimas en los ojos.

—… pero no deberá realizar ninguna cirugía hasta que se recupere por completo, sólo hará tareas administrativas. Revisará los casos médicos y será el asistente de la doctora Daimon.

—¿Cómo? —exclamaron los dos al unísono.

—¿Yo seré su asistente? ¡Claro que no! —Kaji se levantó, señalándola—. ¡Suficiente tuve con ella por quince días!

—No lo haré —se quejó Michiko.

—Bueno, en ese caso, doctor Kaji, no necesito que venga al hospital hasta dentro de un año. Pueden retirarse —declaró, mientras retomaba uno de los informes.

El aludido se quedó con la boca abierta mientras Michiko se daba media vuelta para irse de allí, pero entonces él corrió hacia ella, la tomó del brazo para detenerla y se arrodilló frente a ella en acción de súplica.

—¡Por favor, Daimon, se lo ruego! ¡Déjeme ser su asistente!

—¡Aish! ¡Por supuesto que no! —pero en cuanto quiso irse, Kaji, desesperado, se aferró a una de sus piernas con ambos brazos.

—¡Por favor, Daimon! ¡Se lo suplico! ¡De cirujano a cirujana! ¡Por nuestra amistad!

—¡Aish! ¿Cuál amistad? ¡Ya déjeme en paz!

—Le queda muy bien ese papel de perro faldero, Doctor Kaji.

Aquella voz desconocida llamó la atención de ambos, quienes miraron hacia la puerta de entrada, de donde había venido aquella joven voz femenina. Y así, de pie en la puerta, vieron a una joven doctora, esbelta y hermosa, con las manos en los bolsillos y una sonrisa altanera en su rostro de piel clara.

—¡Aaah! Es más bonita y más joven que usted, demonio… Seguramente debe ser más simpática también —aseguró Kaji con ojos de ensueño. Michiko lo asesinó con la mirada.

—¡Ah! ¡Por fin vino, Doctora Aino! ¡Bienvenida al Hospital Universitario de Naro! —Hiruma se levantó de su asiento para saludarla con la mano mientras la mencionada facultativa caminaba hacia él ante la mirada interrogadora de los otros dos.

Luego, ambos se volvieron hacia los consternados Michiko y Kaji, sonriendo.

—Les presento a la doctora Haruka Aino, especialista en cirugía laparoscópica. Será quien reemplazará al doctor Kaji hasta que se recupere.

—O para siempre —agregó la nueva.

—¡Oh! Esto no lo vi venir… —murmuró Kaji, aún de rodillas y aferrado a la pierna de Michiko Daimon.



Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están?  Espero que bien. 
¿Un capítulo bastante largo, verdad? Aunque este es un fanfic más corto que el anterior, sus capítulos son mucho más largos. Comencé a escribir un fic de Doctor Y que será principalmente de terror, drama, algo de romance y una pizca de humor. ¡A Kaji lo perseguirá un fantasma del pasado por un error quirúrgico! 
Sigo viendo el anime One Piece, el drama coreano Cásate Conmigo, editando el drama coreano Amor Musical, escribiendo mi novela ligera Fenómenos y la Chica del Sombrero de Paja y un nuevo fanfic de Doctor Y, estudiando Secretariado Administrativo, leyendo la novela de terror Carrie, algunos cuentos de inglés y uno en japonés y estudiando japonés. 
Las pelis que vi fueron Obsesión Mortal y Amigo Fiel.

¡Gracias por visitar el blog!
¡Cuídense y no olviden comentar!
Sayounara Bye Bye!

Gabriella Yu
También te podría interesar...

Comentarios

X Queridos visitantes: Únanse a las redes sociales del blog para estar en contacto si algún día es eliminado de nuevo.