Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!
PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA
PRIMERA PARTE: LA NUEVA CAPITANA DEL PERLA NEGRA
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Capítulo
2: Cae la Maldición
Jack,
bastante extrañado, tomó el anillo y lo observó detenidamente. Algo en especial
debería de tener si estaba sólo en aquel cofrecillo ricamente adornado. A parte
se ser un anillo de oro macizo y adornado por diminutas piedras preciosas como
diamantes, rubíes, zafiros, y otros brillantes costosos, parecía ser que no
tenía nada más con qué impresionar, aparte, claro, de una diminuta y casi
inteligible leyenda en el lado interior del anillo que nuestro protagonista no
podía descifrar, pues parecía estar escrito en un idioma extraño, quizás del
medio oriente, árabe.
-A de ser
bastante caro –murmuró mirándolo de reojo, y sin entender bien el porqué,
bastante atraído por aquel misterioso anillo, entonces, Jack decidió ponérselo
para ver cómo le quedaba junto a sus otros anillos no tan finos.
El hombre
se colocó el dichoso anillo en el dedo anular de la mano izquierda, y de
inmediato sintió un extraño mareo que lo hizo tambalear y aferrarse a uno de
los cofres para no caerse.
-Debería
haber tomado un poco más ron, me faltan fuerzas –razonó Jack un tanto repuesto
del mareo y deseando de veras tomarse su bebida favorita.
-Y bueno,
-dijo alegremente- tomaré algunas de estas preciosidades doradas y se las
llevaré a mi tripulación para que se motiven y así entren a este lugar y para
tomar el resto del tesoro… -pero Jack se calló, arqueó las cejas un tanto
extrañado, había notado que algo no encajaba, algo que nunca antes había
escuchado en su tono de voz, sonaba con un tono un tanto...
Pero algo
le hizo prestar atención hacia otra cosa que no era su voz, sino los ecos de unas
pisadas que provenían de otro acceso a aquella cueva, otro túnel húmedo y
oscuro.
-Buenas
noches…
Escuchó
Jack decir, y unos segundos después, vio con sorpresa que alguien aparecía
entre las tinieblas de la oscuridad. Era un enorme hombre de calva cabeza, piel
cobriza dorada, con pendientes circulares de oro, vestido con ropas árabes
(chalequito, bombachos y babuchas), y que principalmente traía entre sus manos
una gran sable turco. Fue una sorpresa bastante grande para Jack, pero éste se
rehizo enseguida y recobró su habitual modo campechano.
-Buenas noches,
-saludó tranquilamente-. Me parece que estás algo lejos del desierto, ¿con
quién tengo el honor de tratar?
-Mi
nombre es Abdul, y he venido para llevarte conmigo –respondió en un tono
bastante imperante.
Jack lo
miró de reojo, el desconocido hablaba muy en serio.
-Pero si
recién acabo de llegar –protestó el capitán-, y justamente estaba pensando en
retirarme así que no necesito que me lleves a ninguna parte. Además, no pensaba
llevarme tu lindo tesoro…
-Tu
presencia es requerida por mi amo, -le cortó la conversación que no iba a
ningún lado- él te quiere para que seas parte de su harén.
Al
escuchar la palabra “amo” y “harén”, Jack arqueó una ceja y sospechó que algo
andaba mal.
-¿Escuché
bien? ¿Dijiste amo? Ya sé que soy bastante atractivo, pero creo que tu amo se
equivocó de género. Un harén está compuesto de hermosas mujeres árabes, y yo
soy un apuesto hombre, un terrible pirata.
-Eso lo
eras antes, por eso mi amo te quiere como su concubina.
-Concu
¿qué?… -Jack ni siquiera pudo terminar aquella palabra, porque ahora sí sabía
que algo estaba pintando muy pero muy feo allí. Poco a poco, el pobre comenzó a
retroceder para emprender una huida veloz lejos de aquel lunático.
-Siento
mucho que tu amo y yo no concordemos en gustos acerca de formar parejas. Dile
que aprenda a distinguir las diferencias entre hombres y mujeres –comenzó a
decir-. Pero estoy seguro que si le pone empeño logrará dar con una verdadera
mujer y se olvidará de mi atrayente masculinidad… ¿Qué culpa tengo yo? Hasta
para los hombres soy irresistible.
El
extraño árabe sonrió al notar que su presa pretendía escapar, así que, con
espada en mano, decidió detenerla. Al ver las intenciones de su captor, el
capitán Sparrow también desenvainó su espada y se dispuso a defenderse y a
atacar a su adversario si era necesario.
-¡Jah jah
jah! Vas a gustarle mucho a mi amo, a él le gustan las mujeres valientes.
-Estás
completamente ciego, ¿no ves que soy un hombre? –ahora sí que Jack estaba
bastante confundido y asustado.
-No, tú
eres el ciego. ¿Acaso no te diste cuenta ya de lo que te pasó cuando te pusiste
el anillo?
Jack,
extrañado y visiblemente preocupado, se quedó pensativo por unos momentos, pero
recordó que mejor y lo más primordial era poner los pies en polvorosa y
alejarse de allí lo más posible de aquel lunático.
Cuando
apenas giró para dirigirse hacia la salida, Abdul se interpuso velozmente entre
él y la cueva y lo atacó horizontalmente con el sable, a lo que Jack pudo
esquivar ese ataque saltando hacia atrás, para luego atacar a su enemigo
dándole con un espadazo vertical, que el otro pudo bloquear con su sable. En
ese momento, con las espadas una contra la otra, ambos espadachines comenzaron
a hacer fuerza sacando algunas chispas por la fricción de los sables, pero Jack
comprobó que el otro sujeto era mucho más fuerte que él, así que se hizo a un
lado para que el árabe perdiera la estabilidad por culpa de su propia fuerza.
Pasó lo que quería, Jack pudo herirlo en la espalda, comprobando así que no era
un fantasma. Inmediatamente después, aprovechando la momentánea
desconcentración de su atacante, el capitán volvió a dirigirse apresuradamente
hacia la cueva, pero Abdul se restableció rápidamente y lo atacó a una
velocidad increíble con un golpe diagonal de espada, pero el capitán Sparrow
pudo esquivar ese ataque bloqueándolo con su espada para luego lanzarle a la
cara la antorcha que había traído consigo para poder ver en la oscuridad, la
antorcha dio de lleno en su objetivo.
-¡Aaaarrrggggh! –chilló el grandulón y Jack aprovechó entonces para
desaparecer velozmente por la cueva.
Mientras
Jack Sparrow huía por la fría y oscura cueva, comprobó que casi no tenía que
arrastrarse como cuando había entrado, además había notado que sus movimientos
ahora eran más rápidos pero con menos potencia en la batalla, pero no tubo
mucho tiempo para seguir pensando, ya que se asustó al escuchar una horrible
voz fantasmal que provenía de las profundidades de la montaña y gritaba
escalofriantemente:
-¡¡QUE NO
SE ESCAPEEE!! ¡¡TRAIGAN A ESA MUJER ANTE MÍ!! ¡¡LA NECESITO!! ¡¡TRÁIGANLAAA!!
“Están
locos” –pensó Jack mientras seguía su camino-, “siguen pensando que soy una
mujer”.
Apenas había terminado de pensar esto, Jack
salió despedido como un rayo fuera de la cueva para encontrarse con sus hombres
que lo estaban esperando completamente aterrados, ya que ellos también habían
escuchado aquella extraña voz fantasmal.
-¡¡Vámonos de aquí!! –exclamó su capitán al verlos mientras salía
disparado como una bala hacia la playa.
Pero los
tres hombres y el loro se quedaron estupefactos por el asombro de ver a su
“nuevo” capitán. Aquello era mucho más asombroso que todos los gritos
fantasmales juntos.
-¡¿Pero
qué les pasa?! –Preguntó Jack dándose media vuelta y clavándose en seco medio
enfadado medio apurado-. ¿Acaso les sorbieron el cerebro unos pulpos? ¡¡Tenemos
que irnos de aquí!! ¡¡Hay un maniático sexual en esta isla que le gusta
acostarse con los hombres!!
Todos se
miraron en silencio impactados por la noticia hasta que…
-¡¡AAAAAAAAH!!
–gritaron aterrados (menos Cotton que era mudo y el loro gritó por él) y
siguieron a su espantado capitán hacia el bote y lo abordaron para luego
dirigirse con asombrosa velocidad hacia la seguridad del Perla.
Cuando ya
todos estuvieron a bordo del querido navío, toda la tripulación tuvo el
suficiente sentido común como para dedicarle su tiempo al capitán Sparrow,
quien se encontraba apoyado junto a la barandilla tomando aire para recuperar
el aliento. Fue entonces que Jack notó que lo observaban con demasiada
atención, notándolos bastante estupefactos.
-¿Se
puede saber qué les pasa? –Preguntó un tanto fastidiado-. ¿Por qué me miran
como si fuera un fantasma? ¿Acaso tengo monos en la cara?
Pero
ninguno de sus hombres respondió, sólo se limitaban a mirarlo a lo lejos y
murmurando entre ellos.
-¿Será el
capitán? –preguntó Ana María con cara de sospecha.
-No lo
sé… –le contestó dubitativo el segundo al mando, Gibbs.
-¿Pero de
qué están hablando? ¡Claro que soy su capitán! ¡Soy el temible capitán Jack
Sparrow del igualmente temible Perla Negra con un grupo de tripulantes sin
sesos!
-Me
supongo que se refiere a este barco… -comentó Gibbs poniendo a prueba a su
capitán.
Rápidamente nuestro capitán Sparrow se dirigió en silencio hacia su
regordete segundo al mando y le replicó en tono muy serio llevándole el dedo
índice como advertencia frente a su cara.
-Navío,
así es como se dice señor Gibbs, navío.
El
aludido se le quedó mirando por unos instantes y luego miró hacia Ana María y a
los otros y dijo:
-Es Jack,
no me cave ninguna duda.
-¿Pero
qué le hicieron? –preguntó el enano de la tripulación.
-¿Qué me
hicieron qué? –inquirió Jack un tanto preocupado y extrañado.
-¡Cambio
de turno! ¡Cambio de turno! –gritó el loro aportando así la opinión de Cotton.
-¡El loro
tiene razón! –exclamó Gibbs y todo los demás asintieron con murmullos haciendo
que Jack se sintiera aún más confundido.
-¿Razón
de qué? –quiso saber nuestro capitán ahora totalmente afligido.
-¿Acaso
no se dio cuenta mi capitán? –preguntó Gibbs extrañado.
-¿Debo decir que… no? –preguntó Jack
inclinando la cabeza y achicando sus ojos.
-Mírese
usted mismo capitán, ¿no me diga que no se dio cuenta de que ahora es una
mujer?
-¿Una mujer…? -y allí nuestro capitán puso los ojos en blanco y cayó pesadamente al suelo, completamente desvanecido por aquella conmoción.
Comentarios
Publicar un comentario
En este blog encontrarás dramas asiáticos y anime en latino o castellano para ver online o descargar a través de Drive, Mega, Telegram y Mediafire.
Si este blog te da buenos momentos, te pido que traigas más visitantes o permitas que se vean los anuncios para apoyarlo.
Y no dudes en agradecer o preguntar por aquí si tienes alguna duda... ¡No sabes lo mucho que animan los comentarios! Y también te pido que tengas paciencia hasta que pueda contestarte porque tengo una vida muy ocupada.
¡Disfruten viendo lo que más les gusta en cualquier momento y en cualquier lugar!