Novela Ligera Fenómenos -File 1: La Leyenda del Familiar- Capítulo 4

     Resumen de la historia: El misterioso director de un sitio web de eventos paranormales reúne a un pequeño grupo de personas con diferentes habilidades sobrenaturales para combatir el mal que comenzó a extenderse por todo el mundo con el fin de iniciar el Juicio Final. Se sucederán casos muy peligrosos y el equipo deberá aprender a trabajar como uno solo o correrán el riesgo de morir en su misión.

Nombre: Jin Ha-Joon
Edad: 30 años
Poderes: puede saber sobre el pasado, presente y futuro de una persona con sólo tocarla. También así puede saber qué piensan y sienten a través de su vida. Puede absorber recuerdos pasados, presentes y futuros. Sabe cuándo y cómo morirá esa persona.
Profesión: profesor de universidad/científico
(La imagen tiene derechos de autor, sólo la utilizo con fines ilustrativos) 

FENÓMENOS

FILE 1: LA LEYENDA DEL FAMILIAR

La leyenda del Familiar cuenta la historia de un contrato hecho entre el dueño de un Ingenio y el Demonio, quien éste último debe recibir en ofrenda la vida de una persona cada año para segurar la fortuna de quien hizo el trato. 
Los integrantes de Fenómenos se conocerán en esta historia, pero les será muy difícil trabajar en equipo gracias a sus diferentes personalidades, sus pasados y sus misteriosos poderes. 

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, horror, romance
Pareja: se dará con el pasar de los episodios...
Personajes: Jin So-Yi  (estudiante, 16), Jin Ha-Joon (profesor-científico, 30), Jia Qiang Zheng (detective de policía, 28), Yuu Kumiko (periodista, 26), Ryo Ibaraki (estudiante, 16), Adrian Virgin (director del sitio web Fenómenos, aparenta tener 35), Michelle Jones (arqueóloga, aparenta tener 32 años); Stephen Audry (Mayor a cargo de la sección militar ISE, 38)
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada viernes (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: indeterminado
Estado: en progreso
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por situaciones difíciles en donde deberán aprender de sus errores. ¡Nadie es perfecto!
Aclaraciones: Esta historia la tengo hace años en la cabeza, pero como no tengo tiempo para dibujarla, la escribiré.

Capítulo 4: Una Reunión Sorprendente. ¡No Son los Únicos!


Yuu Kumiko, Jia Qiang Zheng y Jin Ha-Joon estaban sentados a la mesa de una cafetería con diferentes bebidas cada uno como si aquellas los representaran: Kumiko no paraba de conversar alegremente mientras tomaba su latte, Zheng no se molestaba en disfrazar su fastidio mientras bebía de vez en cuando su café negro y Ha-joon simplemente se limitaba a escuchar muy calladito mientras tomaba su capuccino, mirando a uno y luego a la otra con demasiada cautela.

—Espera un momento —Zheng detuvo el incesante parloteo de la chica con un ademán de fastidio con su mano—, ¿estás diciendo que alguien pretende contratarnos para investigar fenómenos paranormales? ¿No está eso muy trillado ya?

 —No puede ser trillado si es verdadero —refutó emocionada—. ¿Te imaginas todas las aventuras que podríamos vivir?

“Ojalá aceptara, es muy guapo” pensó.

—¿Verdadero? ¡Ja! ¿Aventuras? ¡Ja! ¿Compañeros? ¡Ja! Ni lo pienses, yo me voy de aquí —se puso de pie, dando por terminada su parte en aquella rebuscada reunión.

—Y… ¿si es verdad? —aquel simple comentario detuvo a Zheng en seco, quien volvió el rostro al joven profesor, quien era el que había hablado.

—¿Qué fue lo que dijiste?

Ha-Joon ni siquiera tuvo el valor de mirarlo, simplemente se dedicó a jugar con la cuchara que estaba al lado de la taza de capuccino.

—Dije que podría ser verdad…

El detective de policía sonrió a medias.

—Pues esperamos que no sea cierto porque te matarían enseguida, idiota, pareces una mosquita muerta.

Kumiko se levantó de un golpe, furiosa.

—¡Oye! ¡El que no creas no te da derecho a insultarlo de esa manera!

Zheng sonrió, una sonrisa que mezclaba desprecio y diversión.

—A ti también te van a matar si sigues tomando todo a la ligera, tonta. Adiós, espero no volver a verlos nunca más.

Apenas se dio media vuelta cuando Ha-Joon volvió a abrir la boca, esta vez con mucha seguridad. Estaba molesto.

—Tienes miedo, ¿verdad?

El detective de policía se detuvo en seco apenas oyó eso, se dio media vuelta y se dirigió como un huracán hacia el que había hablado con imprudencia, tomándolo del cuello del saco y poniéndolo de pie, enfrentándose cara a cara con él, tratando de contener su ira.

—¿Qué dijiste? ¡Atrévete  decirlo de nuevo, maldito mequetrefe!

El profesor universitario no apartó la vista de él, desafiándolo con absoluta tranquilidad.

—Dije que tienes miedo.

—¡Idiota! ¡Voy a cerrarte esa bocaza tuya para que aprendas a no meterte conmigo! —alzó el puño dispuesto a golpearlo en la cara ante la sorpresa de todo el mundo y el horror de Kumiko, pero, en vez de eso, Zheng bajó el brazo poco a poco, con gran esfuerzo, soltó al extrañado contendiente, y volvió a sentarse  en su asiento, con los ojos abiertos como platos, completamente asombrado.

Sin llegar a comprender nada, Ha-Joon volvió a sentarse lentamente.

—¿Por qué no se tranquilizan un poco? No me gustan las peleas —declaró Kumiko, bajando las manos y sentándose ella también. Los demás clientes del café también volvieron a sus propios asuntos.

El policía la miró furioso.

—¿De modo que tú fuiste?

—Si —asintió—. Tengo el poder de controlar cualquier objeto, moverlos a voluntad. Telequinesis y algo más.

Miró a uno y luego al otro.

—Ustedes no son los únicos que tienes poderes sobrenaturales, ¿saben?

Ambos hombres se incomodaron, Ha-Joon bajó la vista y Zheng frunció el entrecejo, finalmente miró furioso al primero.

—¿Y tú? ¿Qué poderes tienes? ¿El de provocar policías?

Ha-Joon alzó la vista hacia él, molesto.

—Tú ya lo sentiste cuando tropezaste conmigo en la calle.

—¿Qué dices…? ¡Oh! —Zheng recordó aquel extraño suceso que le provocó una sensación muy desagradable, como que lo hubieran desnudado tanto física, mental y espiritualmente, exponiendo toda su vida y sus secretos más ocultos.

Se quedó sin habla.

—Yo… —siguió Ha-Joon, un poco dubitativo, puesto que era la primera vez que hablaba sobre sus poderes frente a desconocidos—… Yo tengo el poder de ver todo en una persona con tan sólo tocarlo… Su pasado, su presente, su futuro. Puedo conocer todo lo que oculta su alma y lo que siente su corazón, lo que piensa… Es, es horrible… He sentido y visto cosas que nunca hubiera deseado saber…

Volvió a bajar la mirada, crispando las manos sobre los muslos. Kumiko sintió compasión por él.

—Has visto cosas terribles, ¿verdad? —dijo—. ¿Es por eso que vistes así? ¿Para evitar tocar y ser tocado?

—Si.

—¡Oh! Eso es realmente triste!

Zheng la fulminó con la mirada, aquella mujer parecía ser de las que hablaban sin pensar.

—¿De modo que ése es tu poder? —dijo él—. Entonces ya debes saber cuál es el mío y por qué no quiero tener compañeros, ¿verdad?

Ha-Joon lo miró, pero esta vez con la comprensión pintada en su rostro.

—Si.

—¿Y cuál es? —quiso saber la sonriente Kumiko, ansiosa, su espíritu curioso se había despertado.

—Nunca revelo lo que por desgracia me entero —dijo, tajante—. Eso debe decirlo él mismo.

Frustrada, la periodista se echó para atrás, cruzándose de brazos. Miró al policía.

—¿Y bien? ¿Lo dirás?

Por toda respuesta, el aludido sonrió, comenzando a jugar con la cucharilla.

—Bueno, ya que ustedes fueron sinceros conmigo, creo que puedo contarles un poco de lo que puedo hacer…

Y, ante la sorpresa de Yuu Kumiko, dobló la cuchara como si fuera una hoja de papel.

—El reparto del pan está llegado —comenzó a decir, sonriendo—, están hablando sobre una mujer que tiene unos pechos enormes. Ahora dicen que deberán informarle al dueño de este local, un tal Pusseto, que se les olvidó traer el pan flauta y que volverán más tarde con él.

Y efectivamente, un hombre entró con el logo de la panadería cosido en su camisa y fue directo a conversar con el dueño del café, informándole sobre el contratiempo.

—¿Pero qué…? —se sorprendió aún más la muchacha—. ¿Cómo…?

—¿Cómo lo supe? Pues tengo la habilidad de acrecentar los cinco sentidos. Puedo ver, oír, sentir, oler y degustar con ilimitada alcance —sonrió satisfecho, tomando un sorbo de café—. Estas habilidades me han servido mucho para mi trabajo… y mi vida personal…

Miró maliciosamente a Ha-Joon.

—Si tú estás privado para sentir el placer, yo lo tengo en exceso cuando quiero.

—¡Oh! —el aludido se le subieron los colores al rostro mientras Kumiko casi escupe la tostada que estaba comiendo.

—¡Oye! ¡No seas grosero! —se quejó la periodista.

Por toda respuesta, Jia Qiang Zheng se puso de pie y los observó con desdén.

—Corrijo lo que dije antes. Tú tienes la posibilidad de defenderte, pero él no, sólo será un estorbo y hará que lo maten, como casi sucede hoy. No tengo la intención de unirme a su grupito de inadaptados, así que más les vale que se olviden de mí.

Y se fue, dejando a Kumiko bastante enfadada, sacándole la lengua y a Ha-Joon un tanto confundido.

—Estúpido. ¿Cómo se atreve a tratarte así? —se quejó la joven.

Minutos más tarde, los dos salieron a la calle y miraron a su alrededor, suspirando.

Ella lo miró y advirtió que, a pesar de que sólo era un poco más alto que ella y poseía rasgos faciales casi femeninos, Ha-Joon era un hombre muy guapo, suave y tranquilo en sus maneras. Parecía haber mucha determinación en él pero también mucha tristeza.

—¿Qué dices? ¿Quieres ir conmigo a nuestra primera aventura, Ha-Joon?

—¿Eh? —La miró, parpadeando un tanto sorprendido, pero enseguida le sonrió, una sonrisa hermosa que la cautivó—. Pues, me gustaría. Además de profesor, soy un científico, lo sabía, ¿verdad? Pero… también soy como un padre para mi sobrina y no puedo arriesgar mi vida y dejarla sola…

Desvió su mirada hacia la calle.

—Ese policía será un hombre desagradable, pero tiene mucha razón.

Kumiko torció el gesto y puso los brazos en jarra.

—Oye, ¿y cuál es el problema? Yo fui quien te salvó de morir atropellado hace un rato, y puedo ayudarte las veces que lo necesites.

—¿Así que fuiste tú? Te lo agradezco, pero tu ofrecimiento demuestra lo inútil que te resultaré en el futuro, así que sería mejor no aceptar este trabajo.

Sonrió amablemente.

—Me dio mucho gusto conocerlos, ahora sé que no estoy solo. Espero podamos vernos de nuevo en otra ocasión. Adiós.

Y se fue, dejándola sola y molesta, poniendo los brazos en jarra, frunciendo la boca.

—¿Y ahora qué hago? ¡Estos tipos no tienen ni un ápice del sentido de la aventura! ¿Qué le voy a decir ahora al director?

Sin darse cuenta, un presencia oscura la estaba observando desde lejos, muy interesada en aquel asunto.

 



Notas de una Bloggera Despistada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están? Espero que bien.
Sigo viendo el anime One Piece, el drama coreano Cásate Conmigo, subtitulando el cuarto spin-off de Doctor Y, escribiendo mi novela ligera Fenómenos, estudiando Secretariado Administrativo, leyendo la novela de terror Carrie, algunos cuentos de inglés y uno en japonés (muy difícil a pesar de ser un cuento infantil) y estudiando japonés. 

¡Gracias por visitar el blog!
¡Cuídense y no olviden comentar!
Sayounara Bye Bye!

Gabriella Yu
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