Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Epílogo
—Kenzo Ishida
ya está en una habitación VIP del hospital… ¿Desde cuándo comenzaron a engañarlo, Akira-san? —quiso saber Hiromi, quien estaba en casa de su
representante.
—Desde la
noche anterior a que el doctor Kaji volviera a la Dirección. Aquella noche lo
planeamos todo luego de que descubrí su enfermedad y reconocí a su padre como a
un antiguo amigo de la infancia. Teníamos que hacerle creer que nos tenía en la
bolsa dándole una confianza total de su poder hasta que Michiko lo empujara a
perder el control. Era cuestión de tiempo que le diera un ataque, sólo que
nosotros adelantamos el momento —sonrió, sentado en el sillón individual con
Kasey en su regazo—. Pura psicología.
—Y pura
suerte. No quisiera pensar qué le hubiera sucedido a Michiko si a ese gánster no
le hubiera dado un ataque… —murmuró preocupada.
—Eso mismo pensamos
Kaji y yo.
—Debe de haber
sido muy difícil para usted, Akira-san. ¡Michiko es a veces tan temeraria que
no mide las consecuencias de sus actos!
—Lo sé, pero
ya ves que no falló en su pronóstico… Tampoco te falló a ti, Hiromi —le guiñó
el ojo.
—Sí… Cuando
regrese de sus vacaciones le daré las gracias. Estaba tan enfadada con ella que
ni siquiera me despedí adecuadamente cuando se fueron.
—¡Esos dos la
hicieron en grande esta vez! —se rió Kanbara—. Espero que les sirva de lección
y no vuelvan a arriesgarse de esa manera.
—Del doctor
Kaji podría esperarlo, pero de Michiko… —hizo un gracioso gesto de duda.
—¡Ah, sí! De
ella… bueno… No tiene remedio —se dio por vencido, alzando los hombros. Ben
Casey lo secundó con un maullido—. Pero ahora va a tener un buen grillete en la
pierna, al menos por un tiempo.
—Sí —Hiromi se
sentó en una de las sillas de la mesa de Mahjong, comenzado a juguetear con las
fichas—. Sólo espero que no se saquen los ojos… O que Michiko no sea la
causante de la muerte de Kaji, ambos no se tienen ni un poco de paciencia.
—Bueno, eso lo
sabremos en dos semanas. Más les vale que se lleven bien y regresen a trabajar,
el Director Hiruma me aseguró que tendrá dos puestos para ellos en el hospital
a cambio de tomar la dirección y arreglar el desastre que dejaron. Fue lo único
que logré para ellos con el trato que hicimos con Ryoma Ishida.
—Pobrecillos,
me dan mucha pena. ¡Se habían esforzado tanto por ese hospital! ¡Hasta pusieron
sus vidas en peligro y el doctor Kaji fue el que peor la pasó!
—Y como aún no
está en condiciones de realizar cirugías, Hiruma decidió que se encargue de las
tareas administrativas.
—¡Bueno! Siendo
el caso no creo que se recupere nunca con el carácter que tiene y con Michiko
dando vueltas alrededor suyo en el hospital. No creo que se tome a bien
renunciar a su trabajo de cirujano, aunque sólo sea por un tiempo.
—Ya lo veremos,
primero tienen que regresar… ¿Quieres atún o salmón para cenar, Casey? —le
preguntó cariñosamente a su ronroneante felino.
XOX
Una suave
brisa fresca sopló libremente sobre el verde campo, el susurro de los altos
árboles se hacían escuchar como una suave canción de cuna, el alegre trinar de
los pájaros le deban a aquel fabuloso día un toque de armonía perfecto.
En fin,
aquello era un paraíso para quien buscaba la paz espiritual...
—¡¡¡Yujuuu!!!
¡El granjero me dijo que podemos ordeñar sus vacas mañana temprano! —festejó
una alborozada Michiko Daimon, vestida con un jardinero de jean y un sombrero
de paja.
Había salido
corriendo de la granja con el entusiasmo de una niña pequeña.
—¿Eres idiota?
¿Quién dijo que el gran cirujano, el genio de la laparoscopía, Hideki Kaji, se
va a poner a ordeñar una vaca? —se quejó de inmediato.
Estaba sentado
sobre un tronco viejo, recibiendo toda la brisa campestre sobre su rostro. A
diferencia de ella, estaba vestido más como un citadino.
—¡Pero va a
ser divertido, Kaji-chan! ¿Por qué no lo intentas? —se detuvo a su lado,
radiante de alegría. Éste la miró bastante enfurruñado.
—¡Primero
muerto antes de poner mis manos en esas… cosas! —hizo un divertido gesto de
asco mientras arrugaba los dedos de las manos, haciéndose a la asquerosa idea.
—¡Chist! ¡Me
aburres! —se quejó, tirándose de espaldas al pasto. Puso las manos como
almohada y cerró los ojos para comenzar a disfrutar de la quietud del lugar—.
Tenemos dos semanas de vacaciones antes de regresar a Tokio, ¿por qué no lo disfrutas
y dejas de quejarte por una vez? Le hará bien a tu corazón.
—En primer lugar,
yo no pedí estas vacaciones; en segundo lugar, ¿cómo puedo relajarme sabiendo
que ese maldito de Hiruma me quitó el hospital después de todo lo que he
pasado? ¡Otra vez no tenemos futuro y estaremos en manos de ese tirano porque
no podemos trabajar en otro lugar! ¡Y cuando me acuerdo que vendí mi hermoso
automóvil para pagarle a ese infeliz de Ishida me pone fatal! ¡Mi precioso
automóvil! —Se cubrió el rostro con el brazo y comenzó a llorar lágrimas de
cocodrilo.
—¡Aburridooo!
—se quejó Michiko, poniéndose de costado y apoyando su cabeza sobre el brazo
derecho, dándole la espalda a su histérico compañero.
Kaji dejó de
fingir.
—¿Sólo dirá
eso? ¡Claro! Como es independiente puede comenzar todas las veces que quiera y no
le importa todo el dinero que perdimos en esto. ¡Era la oportunidad de nuestras
vidas para cumplir nuestros sueños! ¡Tonta irresponsable! ¿Y quiere que me
ponga a ordeñar vacas? ¡Idiot…! —enmudeció, llevándose la mano al corazón.
Michiko abrió
los ojos y se volvió, alarmándose al verlo tan pálido. Se levantó de inmediato
y se acercó a él para asistirlo.
—¿Lo ves,
idiota? Te dije que te calmaras. Sigue así y vas a morir antes de que tu
corazón pueda recuperarse… Ya tomaste las pastillas, ¿verdad? Entonces respira
suave y profundo para relajarte. Quédate aquí, iré a buscar el estetoscopio, lo
dejé en el maletín.
—… No me des
órdenes… —replicó con un hilo de voz.
—Cállate ya.
Kaji ya no
replicó, simplemente se quedó allí, obedeciendo las órdenes de su compañera
hasta que ella regresó, se hincó y lo esculcó durante unos segundos.
Suspiró
aliviada.
—Todo bien.
Sólo fue un susto. ¿Te duele el pecho? ¿No? Bien. Nada de qué temer entonces
—se levantó—. Akira-san quiso que te tomaras dos semanas libres para que
cuidaras tu corazón, y como yo fui quien te operó, soy la responsable de tu
salud nos guste o no, y si digo que vas a ordeñar a las vacas, vas a ordeñar a
las vacas, ¿entendido, Kaji-chan?
—Estás bien… Pero
sólo miraré cómo lo hace usted y ya, demonio molesto…
—¡Perfecto!
Con eso me vasta. ¡Ahora a comer! —colocó la sesta en el suelo y la abrió y
sacó varios sándwiches que comenzó a comer con gran voracidad.
—¿No tiene
alguna manzana por ahí? —preguntó Kaji con malicia.
—A ver, déjame
ver… —rebuscó en la sesta hasta que encontró una—. ¡Aquí está! Me alegra que
haya empezado a seguir los concejos del dietista para una dieta más saludable
en su condición… ¡Cuánto lo lamento, Kaji-chan, ya no podrá comer todas las
frituras que tanto le gusta!
Le dio la
manzana e inmediatamente él se la extendió hacia el rostro, como si se la
estuviera mostrando.
—¿Q-qué haces?
—quiso saber, poniéndose bizca con la manzana entre medio de los ojos,
parpadeando.
—¿Acaso no
conoce la frase: “una manzana al día mantiene alejado al médico?”, ¡así que,
aléjate de mí, demonio! ¡Fuera!
—¡Bah! ¡No sea
ridículo, Kaji-chan! —le dio un manotazo a la fruta, con tan mala suerte que
ésta cayó de la mano del cirujano y se fue rodando por la pequeña colina.
—¡Tonta! ¡Tiró
mi manzana!
—¡Ay, no! ¡Iré
por ella!
Y corrió
colina abajo por detrás de la manzana rodante, a lo que Kaji agregó muy
divertido.
—¿Quién lo
hubiera dicho? Funcionó. ¡Corra, demonio, corra! ¡Aléjese de mi! ¡Ouch! Se cayó…
Pobre tonta… —Hizo una mueca de dolor.
Tirada boca abajo en el suelo cuán larga era,
Michiko hizo un puchero con los ojos llenos de lágrimas mientras escuchaba cómo
Kaji se reía de ella.
—¡Ay,
Akira-saaan! ¡Estas vacaciones van a ser las peores de mi vidaaa! ¡Nunca tuve
un paciente tan difícil! ¡¡¡Buaaah!!! —se quejó, y dejó caer su rostro
nuevamente sobre el pasto.
Lejos estaban
de imaginar que muy pronto las cosas se pondrían muy mal para la misma Doctora X
con la llegada de una nueva enemiga dispuesta a destruirla uniéndose al
Director Hiruma para ello… ¡y que el propio Doctor Y tendrá la clave para
salvarla si logra sobrevivir a su propia enfermedad!
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