Fanfic Doctor X -El Demonio en las Tinieblas- Capítulo 9

 Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.

DOCTOR X

EL DEMONIO EN LAS TINIEBLAS

Tres semanas después del final del incidente con Kenzo Ishida, los cirujanos Michiko Daimon y Hideki Kaji regresaron a trabajar al Hospital Universitario de Naro, ahora regentado por el Director Shigatetsu Hiruma, y se encuentran con una nueva cirujana tanto o más competente que la misma Doctora X, con quien iniciará una rivalidad que la llevará al borde de las tinieblas. Una oscura venganza que caerá rápidamente sobre Michiko para destruirla, alejándola de sus seres queridos y de la profesión que tanto ama, cuya única salvación quedará en manos de su compañero y rival, el Doctor Y, sólo si él sobrevive a su propia enfermedad... ¿Una enfermedad que realmente fue causada por la propia Doctora X?

Género: drama, amistad, humor, medico, angustia, psicológico
Pareja: ninguna
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 20 capítulos la primera parte, 16 de la segunda parte y 20 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 9: El Comienzo de la Caída. ¡La Muerte en Manos del Demonio!

—¿Qué pasó con Kaji, Michiko? Hiromi me dijo que no le diriges la palabra —quiso saber Akira aquella noche después de la cena.

Michiko puso los ojos en blanco, disgustada.

—¿Ya te vino con el chisme? No te preocupes, Akira-san, no es nada importante.

—Pero él está enfermo, y sabes lo exaltado que es, no creo que le convenga a su salud estar peleado con su doctor. Ya sé que a veces es un pesado, pero…

—¡Uf! —se levantó de la silla, fastidiada, interrumpiéndolo—. Yo ya no soy su doctora, Akira-san, y pienso renunciar e irme a trabajar al extranjero.

Miró a su representante, ilusionada.

—¿Puedes encontrarme trabajo en el extranjero, Akira-san?

—Bueno, lo intentaré, pero…

—¡Qué bueno! —Festejó, alzando los brazos con excitación—. ¡Me iré al extranjero otra vez! ¡Yupiii!

Entrelazó los dedos y lo miró radiante.

—Estaré muy ansiosa hasta eso, pero primero debo ir a dormir, ¿verdad? Mañana tengo una cirugía muy importante. ¡Hasta mañana! ¡Que duerma bieeen! —se despidió con fingida jovialidad y subió las escaleras rumbo a su cuarto.

Akira Kanbara la observó muy preocupado. Algo muy grave estaba pasando en el hospital y ella se negaba a hacérselo saber, siempre evadiendo la conversación con cualquier excusa.

El anciano se entristeció.

—Michiko… ¿Qué te está pasando? ¿Por qué ya no confías en mí?

A partir de aquella noche, las pesadillas de la doctora Michiko Daimon, que había empezado a tener después de la conversación con Hiruma, empeoraron.

XOX

Al otro día, los doctores Ebina y Hara se llevaron a su amigo Kaji a la azotea para poder conversar más tranquilos.

—Bien, ¿de qué quieren hablar conmigo que es tan urgente? ¿Un consejo profesional, quizás? Vamos, ya saben que no tengo problemas en compartir mis grandiosos conocimientos en cirugía —le sonrió grandilocuente, metiendo las manos a los bolsillos.

Ebina y Hara se miraron algo nerviosos, carraspearon un poco y el primero finalmente se animó a hablar:

—Queremos saber por qué están peleados tú y la doctora Daimon.

—Sí, era normal que se molestaran por deporte, pero pelearse en serio es otra cosa —agregó Hara, acomodándose los anteojos.

La sonrisa desapareció del rostro de Kaji.

—No tengo nada de qué hablar sobre esa mujer, por mi puede irse al diablo. Realmente espero no verla nunca más por aquí. —dijo, con un tono tan frío que dejó helados a sus compañeros—. Si no tienen nada realmente importante para decirme, les sugiero que me dejen en paz y no vuelvan a mencionarla frente a mi.

Se dio media vuelta y se apoyó sobre la baranda, dedicándose a mirar el paisaje urbano.

—¡Ah! ¡Hoy hace un día hermoso! No lo estropeemos hablando sobre gente desagradable, ¿quieren?

Ebina y Hara volvieron a mirarse entre ellos. Se dieron cuenta que la cosa pintaba muy mal, era peor de lo que esperaban. Ninguno se había dado cuenta de que la anestesista Hiromi Jonouichi había subido hasta allí hasta que la tuvieron detrás de ellos.

—¿Pueden dejarnos solos? Quiero hablar con él sobre Michiko —les pidió.

—S-sí… —asintió Ebina—. Vámonos, doctor Hara.

Y ambos se fueron a toda prisa, tropezándose y mirando hacia atrás de vez en cuando antes de desaparecer por la puerta. Entonces, Hiromi suspiró y se acercó a Kaji mientras este ponía los ojos en blanco.

—Dije que no quiero hablar sobre esa mujer.

—Pero…

—Dije que no —Se alejó de la baranda y se dispuso a marcharse, pero Hiromi lo detuvo agarrándolo por el brazo, desesperada.

—¡Escúcheme, por favor, doctor Kaji!

Furioso, se desembarazó de ella bruscamente, pero en cuanto notó sus hermosos ojos oscuros llenos de lágrimas, frenó su lengua y su malhumor. Hiromi aprovechó ese momento de duda para hablar.

—Reamente no me importa qué pasó entre ustedes dos, Michiko es la que me preocupa ahora. No es la misma de antes a pesar de que se esfuerza por demostrar lo contrario. No come bien, no duerme bien, está bajando de peso, ya no juega al mahjong y lo peor de todo es que ya no tiene la misma destreza en cirugía que antes… Algo muy grave le está pasando pero se niega decírnoslo a Akira-san y a mí y ya no sé qué hacer… Dice que quiere irse a trabajar a otro país, pero temo no volver a verla nunca más si se va en ese estado… Y yo… Yo me alejé de ella en el peor momento… ¡Soy tan mala amiga después de todo lo que ella hizo por mi!

Sin poder decir nada más, rompió a llorar, cubriéndose el rostro con las manos. Kaji quedó impactado, pero se rehízo enseguida, hablándole con suavidad.

—Pierde el tiempo conmigo contándome eso, doctora Jonouichi, si ella no quiere decirles nada, ¿quién soy yo para que me lo dijera a mí? Además, aunque yo quisiera hablarle, ella no quiere escucharme. Yo no puedo hacer nada ni tampoco quiero hacerlo. Lo siento.

Caminó unos pasos y, sin volverse, le preguntó:

—¿Puedo preguntarle por qué se alejó de Daimon?

Sollozando, Hiromi lo miró mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo.

—No lo sé… Desde el día de la competencia sentí que algo había cambiado entre nosotras… No… Fue la noche anterior en que la doctora Aino fue a casa de Akira-san a visitarnos. Ahora que lo recuerdo…, algo que dijo me dejó muy preocupada…

Kaji asintió y se fue sin decir nada, dejándola tan desconsolada como desesperada.

Mientras bajaba las escaleras, el cirujano se llevó la mano al corazón, que había comenzado a descontrolarse levemente. La tensión de lo que estaba sucediendo estaba afectando cada vez más el funcionamiento de aquel órgano vital.

“No puedo recaer ahora, primero tengo que descubrir qué está pasando” pensó, decidido.

XOX

—¿Así que la doctora Daimon y el doctor Kaji se han peleado en serio esta vez? ¡Qué grata sorpresa! Era lo que esperábamos, ¿no? Por una cirugía supuestamente mal hecha… —se regodeó Hiruma, levantándose de su asiento para dar un paseo por la oficina.

—Sí. ¡Se veían tan patéticos discutiendo! Y pensar que tan sólo hace unos días atrás se defendían entre ellos y ayer se querían matar a golpes. ¡Cómo me hubiera gustado estar ahí en el momento del quiebre! —Haruka no podía disimular su alegría.

Hiruma se rió.

—Ambos tienen un carácter muy complicado… Volátil. Pero si quiere ver lo que pasó, podemos hacerlo —le guiñó el ojo, provocando un sentimiento de repulsión a la doctora—. La enfermera que estaba a cargo del doctor Kaji cuando éste estuvo internado, me dijo que la doctora Daimon salió muy enojada de allí después del duelo de cirugía y que no volvió a visitarlo más. Sólo debemos ver la grabación de la cámara de seguridad de ese día.

—¿Tiene cámaras de seguridad en todas las habitaciones? —se sorprendió.

—Si, pero sólo en las VIP, por si acaso —se volvió a sentar en su escritorio y presionó el intercomunicador—. Querida, ¿podría pasarme la grabación de la habitación número 5 del 24 de Octubre?

La secretaria respondió afirmativamente y en unos segundos la computadora personal de Hiruma recibió dicho material, por lo que él y la doctora Aino se dispusieron a ver.

—¡Oh! ¡Eso fue maravilloso! —festejó luego de unos minutos el Director General, golpeando las manos—. ¡Kaji estuvo fabuloso! ¡Ni nosotros podríamos haberlo dicho mejor! Eso le enseñará a esa mujer que no debe meterse con el trabajo de un hombre. ¡Ahora sí comenzó el final de la brillante carrera de esa detestable mujer!

 “También podré continuar con la última parte de mi plan”. Pensó ella, visiblemente complacida. Luego, miró desdeñosamente a su compinche. “Y tú, cerdo asqueroso, vas a caer junto con ella”.

XOX

Cada vez que reinaba el silencio en el Departamento de Cirugía, se podía sentir una atmósfera muy tensa que provenía de los doctores Michiko Daimon y Hideki Kaji, no se hablaban, no se miraban y no hacían nada para provocarse mutuamente como solían hacerlo antes, era como si el uno no existiera para el otro. Ebina, Hara y Morimoto se encontraban tan confundidos que no sabían cómo lidiar con la situación.

Los doctores Takano y Torii pasaron por allí, atraídos por la noticia. Los dos estaban trabajando en el recientemente creado Departamento de Investigación Quirúrgica y no habían estado al tanto de la situación hasta ese momento.

—Si esto sigue así, uno de los dos tendrá que renunciar o esta situación va a afectar el rendimiento de todo el Departamento de Cirugía —comentó Torii.

—El más indicado sería el doctor Kaji —replicó el otro—, ya sabemos que no puede trabajar en su condición y la doctora Daimon es la mejor cirujana que tenemos.

—Lo era —lo miró seriamente—. Su desempeño está bajando en estos últimos días y la doctora Haurka Aino la está superando tanto en habilidad como en rapidez—. Volvió su atención hacia Michiko, preocupado—. La desconozco…

Mientras tanto, Kondo decidió romper el silencio y se inclinó ligeramente hacia su compañera, pues ambos estaban trabajando lado a lado en sus computadoras.

—Dime, Daimon, ¿acaso tú y el doctor Kaji ya no son amigos?

Ella cerró de golpe la computadora portátil.

—No sé de qué estás hablando, nosotros nunca fuimos amigos —se levantó—. Me voy, tengo una cirugía.

Y, mientras se marchaba de allí bajo la preocupada mirada de Shinobu Kondo, Kaji, ajeno a la salida de su compañera, seguía leyendo en su computadora los informes del desempeño de Michiko.

“Esto está muy mal”. Pensó, sorprendido. “¡Su capacidad bajó muchísimo! Esto no es propio de ese demonio…”.

Se recostó sobre la silla, ensimismado, frunciendo el entrecejo, luego, se le ocurrió investigar el pasado de la doctora Haruka Aino e ingresó al buscador en línea y a la red de información del sistema médico universitario. Luego de leer un rato, abrió los ojos desmesuradamente, comprendiéndolo todo.

“¡Esa maldita bruja! ¡En verdad quiere destruir al demonio!”

Se puso de pie, espantado.

“Ya logró vencerla en la competencia; alejó a la doctora Jonouichi y a Akira-san del demonio; logró hacerle perder la cabeza y su confianza en sus habilidades por culpa mía…”. Cerró los puños, sintiéndose un completo estúpido. "La dejó sola y vulnerable para… para… ¡La ejecución final!”.

Se dirigió rápidamente hacia el doctor Kondo.

—¿Dónde está la doctora Daimon?

—¿Daimon? Ella tenía una cirugía. Se fue hace rato ya.

—¿Es la cirugía del muchacho con cáncer de esófago?

—Si… —Asintió, extrañado.

—¿Qué? ¡No puede ser! ¿Tan rápido? —Exclamó, desesperado—. ¡Ella no debe operar ahora!

Y salió corriendo de allí ante la atónita mirada de todos sus compañeros y la confusión de Kondo.

Mientras iba corriendo por el pasillo, sintió que su corazón empezaba a latir apresuradamente, sin control, por lo que tuvo que detenerse al sentir que comenzaba a faltarle el aire. Se agachó, apoyando las manos sobre las rodillas, jadeando. Sintiendo que el pecho y la cabeza le iban a explotar.

Se llevó la mano al corazón. Estaba llegando a su límite.

—¡No…! ¡No…! ¡No puedes fallarme ahora! ¡Debo detener al demonio o será demasiado tarde! —Murmuró desesperado, por lo que hizo acopio de toda la fuerza que le quedaba y se obligó a seguir corriendo hasta que la doctora Haruka Aino le cortó el paso metros antes de llegar a la sección de cirugía.

—¿Buscas a la doctora Daimon, doctor Kaji? Lo siento mucho, pero ella estará muy ocupada de aquí en adelante debido a que tendrá que rendir cuentas por mala praxis. Su paciente acaba de morir en medio de la cirugía.

—¿Q-qué…? —estupefacto, apoyó el hombro contra la pared, llevándose la otra mano al corazón—… No puede ser… Ella nunca falla… Eres una maldita infeliz…

Lo último que vio antes de desmayarse, fue la odiosa mirada de desprecio de aquella repugnante mujer.

XOX

El escalpelo cayó al suelo haciendo un enorme estrépito en la sala de cirugía, como un trueno, o eso le pareció a Michiko Daimon luego de haberlo soltado sin darse cuenta de ello.

Sus ojos, abiertos desmesuradamente, se encontraban fijos sobre el cuerpo sin vida de aquel chico de 18 años de edad. No podía creer lo que había pasado. ¡Había muerto en sus manos en tan sólo unos segundos sin darle tiempo a nada!

Hiromi tampoco lo podía creer, el paciente había muerto después de haber entrado en una crisis multiorgánica repentina luego de que su compañera hubiera hecho una pequeña incisión sobre el esófago, sin darle tiempo para revertir la situación. Angustiada, miró a su amiga, y sólo pudo ver el tremendo dolor y decepción en sus ojos: su fortaleza se había quebrado completamente. Ya no era la mujer fuerte y segura de sí misma que había conocido todos aquellos años.

—Michiko… —Susurró, y sus ojos se llenaron de lágrimas. 



Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Konnichiwa, mis queridos arrinconados! ¿Ogenkidesuka? ¡Llegamos al segundo quiebre de la historia! ¿Cómo podrá salir Michiko de esta situación? ¡Lo sabremos en los siguientes capítulos!
Comencé a ver el anime School Days con fandoblaje, sigo viendo el drama japonés De 5 a 9, volviendo a editar el drama coreano Papá es Extraño, subtitulando el último Spin-off de Doctor Y, escribiendo un fic de One Pice y el último fanfic de Doctor X-Y que será totalmente diferente a los anteriores, y mis novelas ligeras Fenómenos y Amor en Juicio, estudiando Secretariado Administrativo, leyendo la novela de terror Carrie, algunos cuentos de inglés y uno en japonés y estudiando japonés e inglés.
La peli que vi fue El despertar de los muertos.
¡Gracias por visitar el blog!
¡Cuídense y no olviden comentar!
Sayounara Bye Bye!

Gabriella Yu
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