Fanfic Doctor X -El Demonio en las Tinieblas- Capítulo 10

  Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.

DOCTOR X

EL DEMONIO EN LAS TINIEBLAS

Tres semanas después del final del incidente con Kenzo Ishida, los cirujanos Michiko Daimon y Hideki Kaji regresaron a trabajar al Hospital Universitario de Naro, ahora regentado por el Director Shigatetsu Hiruma, y se encuentran con una nueva cirujana tanto o más competente que la misma Doctora X, con quien iniciará una rivalidad que la llevará al borde de las tinieblas. Una oscura venganza que caerá rápidamente sobre Michiko para destruirla, alejándola de sus seres queridos y de la profesión que tanto ama, cuya única salvación quedará en manos de su compañero y rival, el Doctor Y, sólo si él sobrevive a su propia enfermedad... ¿Una enfermedad que realmente fue causada por la propia Doctora X?

Género: drama, amistad, humor, medico, angustia, psicológico
Pareja: ninguna
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Calificación: para mayores de 16 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 20 capítulos la primera parte, 16 de la segunda parte y 20 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 10: ¡La Doctora X Desaparece! ¿El Doctor Y al Rescate?

Para cuando el doctor Hideki Kaji recuperó el conocimiento, sintió que estaba sufriendo un deja vu, se encontraba en las mismas condiciones que hacía una semana atrás: intravenosa y mascarilla de oxígeno.

“Maldita sea, esto se está haciendo una mala costumbre”, pensó un tanto molesto.

—¡Ah! ¡Despertó por fin, doctor kaji! ¿Cómo se siente? —Lo sorprendió Akira Kambara, sentado a su lado en una silla.

El aludido suspiró agotado.

—… Como si me hubiera atropellado un camión…

—Usted se va a matar uno de estos días, ahora entiendo por qué Michiko estaba tan enojada con usted.

—… No… —Negó lentamente con la cabeza—… Estaba enojada por otra razón… ¿En dónde está ese demonio?

Entonces el rostro de Kambara se ensombreció, tardó unos segundos en responder.

—Ella desapareció… desde hace dos días.

—¿¡Cómo…!? —exclamó y comenzó a toser repentinamente, llevándose la mano al pecho. Akira se levantó, asustado.

—Cálmese, cálmese… No era mi intención inquietarlo de esta manera, pero comprenda mi desesperación, doctor Kaji, el doctor Kondo nos contó que usted dijo que ella no debía realizar esa cirugía… ¿Por qué lo dijo? Quizás, si sabe algo, podremos ayudar a Michiko… Ella nunca habría fallado de esa manera, debe haber una razón para toda esta locura.

Pasaron algunos minutos hasta que Kaji logró recuperar el demonio de sí mismo.

—… Es sólo una sospecha… Tal vez me equivoque, pero… ¿Ya se sabe qué pasó?

—No lo sabemos, el pobre muchacho murió repentinamente bajo el bisturí de Michiko —replicó, cansado, apagado. Kaji lo miró con más detenimiento y lo encontró envejecido y ojeroso.

Era evidente que estaba muy preocupado por su protegida.

—Hiromi y yo estamos aterrados por Michiko, y yo sé que, al pasar por esto, la confianza y la cordura de Michiko seguramente se rompieron y… y temo que haya… haya cometido alguna locura en contra de ella misma… Temo haberla perdido para siempre…

No pudo seguir, se obligó a si mismo tragarse las lágrimas.

—Lo siento —se levantó—, no debí venir a exponerle este problema, estoy comprometiendo su salud, doctor Kaji.

Se dio media vuelta para retirarse.

—… Espere… —el pedido sin aliento de Kaji lo detuvo, pero no se atrevió a volverse, estaba a punto de ponerse a llorar de desesperación—, pregúntele al doctor Ebina o al doctor Hara… a qué hora me desmayé…

—¿Cómo? —Esta vez se volvió para mirarlo, muy extrañado—. ¿A qué hora se desmayó usted?

Kaji asintió.

—… Y también pídales una copia del… del informe de esa cirugía…

—Doctor Kaji, no se esfuerce… —Quiso acercarse a él, pero el aludido levantó levemente  la mano, deteniéndolo.

—… Haga lo que le pido, por favor… Si estoy en lo correcto…, podremos salvar a Daimon… ¿Necesita llevarle alguna esperanza, no?

—Eh… S-sí.

—… Entonces debe investigar también a la doctora Haruka Aino… y lo comprenderá todo…

—¿A la Doctora Haruka Aino? Está bien. Haré lo que me pide —Asintió, con ánimo renovado, y se fue de allí.

Entonces, Hideki Kaji cerró los ojos, muy fatigado.

“Si estoy en lo cierto, vas a tener que devolverme la salud, demonio, ya que estarás en deuda conmigo, así que más te vale estar con vida aún”. Pensó, y se quedó dormido.

XOX

Los ojos de Akira se abrieron desmesuradamente, leyendo el informe médico del laboratorio.

—No puede ser… Esa mujer es un verdadero monstruo. ¿Cómo pudo hacer algo tan terrible?

—¿Entonces Kaji tenía razón? ¡Imposible! —Exclamó Hiromi, incrédula.

—De todas maneras con esto podremos salvar a Michiko —Guardó el informe en el sobre—. Iré a ver al Director Hiruma. Me debe muchas explicaciones, y mañana mismo saldremos a buscar a Michiko. Creo saber en dónde está. Teniendo esta evidencia podremos convencerla de regresar con nosotros.

—Si —Hiromi asintió, llena de esperanza.

“Aguanta, amiga, aguanta“. Se llevó las manos al pecho mientras Akira salía rumbo al hospital. “Sólo espéranos un poco más”.

XOX

Aquella vieja clínica en ruinas aún lograba mantenerse en pie, un lugar lleno de recuerdos para ella y su padre… ¿A dónde habían quedado esos sueños? Cambiar el sistema, ayudar a la gente enferma… Tanta preparación y esfuerzo para nada, tanta preparación y esfuerzo para matar a un inocente…

Michiko Daimon sonrió entre lágrimas. “Doctora X”… qué estupidez.

Se dio media vuelta y caminó decididamente hacia el acantilado con la idea fija de suicidarse por enésima vez. ¿De qué servía una persona inútil como ella? ¿Una asesina? Se miró las manos justo a orillas del acantilado, deteniéndose de golpe, inconscientemente.

“Las manos de una asesina…”. Pensó, abriendo enormemente los ojos. “¡Y están bañadas en sangre!”.

—¡Oh, papá! ¡Papá! —Gimió, arrodillándose y  rompiendo a llorar desconsoladamente, cubriéndose el rostro con la manos—. ¡Me haces tanta falta ahora! ¡Si supieras que tu hija mató con sus propias manos a un pobre muchacho!

Se dejó caer de lado, quedando recostada sobre la orilla del acantilado, dejándose mecer por el fuerte viento de la costa. La noche estaba ya sobre ella, como si vaticinara el funesto final de su vida.

Y allí lloró desconsoladamente hasta que se quedó dormida en la intemperie, tiritando de frio y muerta de hambre.

En sus sueños inquietos, volvió a ser una niña, una niña que estaba rodeada de oscuridad mirara por donde mirara., corriera por donde corriera, no lograba encontrar a nadie. Estaba completamente sola.

—¿Akira-san? ¿Hiromi? ¿En dónde están?

—¿Para qué los llamas? —Le dijo Haruka, apareciendo a su lado—. Tú misma los alejaste de ti porque tenías miedo de que salieran heridos por tu culpa. Ahora estás completamente sola, pequeña asesina.

—No, yo… yo no soy una asesina… —La temblorosa niña retrocedió, muerta de miedo.

—¿No? ¿Y el chico que mataste el otro día, qué es? ¡Ja, ja, ja!

Aterrorizada, se puso en cuclillas, abrazando sus piernas y comenzando a llorar desconsoladamente, ocultando su rostro entre las rodillas.

—¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame!  —gemía—. ¡Quiero ir contigo! ¡Llévame!

Alzó el rostro y se miró las pequeñas manos llenas de sangre, horrorizada.

—S-soy una asesina… No merezco ser el Doctor X… ¡He fallado! —rompió a llorar de nuevo, volviendo a la posición de antes hasta que sintió que alguien tomaba su pequeña mano.

Alzó la vista, sorprendida y, entre lágrimas, vio a su padre, sonriente, entre la oscuridad, tomándole la mano, trasmitiéndole paz.

—Michiko, mi querida hija Michiko —le dijo, amorosamente—. No te rindas, hija, espera un poco, sólo espera un día más.

—Pero quiero ir contigo —replicó, llorosa.

Él negó suavemente con la cabeza y se hincó ante ella, tomándola suavemente por el mentón, siempre sonriéndole.

—Aún no es tiempo, hija, prométeme que esperarás.

—¿Qué debo esperar? —preguntó en su voz adulta, pues aquella niña ya se había convertido en mujer nuevamente.

—Sólo espera…, hija mía…

Entonces, la llegada de un vehículo la despertó. Dándose cuenta de que ya era entrada la mañana y le dolía todo el cuerpo por haberse quedado dormida a la intemperie.

XOX

Ya era bastante entrada la mañana cuando Akira, Hiromi y Kaji llegaron a bordo de una camioneta alquilada. Apenas pusieron los pies sobre la tierra, miraron hacia la costa y suspiraron aliviados al ver a Michiko sentada en posición india a la orillas del acantilado.

Hiromi, ansiosa, dio un paso, pero Akira la detuvo y ella lo miró inquisitiva.

—Deja que vaya el doctor Kaji primero —declaró éste, sorprendiendo a los dos.

—¿Yo? Pero la doctora Jonouchi es la más indicada. —se quejó el aludido, pero Akira lo interrumpió.

—Usted descubrió el engaño y con ello salvó la vida de Michiko. Vaya a contárselo todo y hagan las paces de una vez.

—Eh… Bueno… Yo… —Kaji miró hacia donde estaba su compañera y luego hacia ellos, dubitativo.

—No tenga miedo, doctor Kaji —Se burló Hiromi—, estoy segura de que ella se lo agradecerá.

—Pero si yo no le tengo miedo —Mintió ofendido, sujetando fuertemente contra su pecho el mismo sobre que había tenido Akira el día anterior—…. Es sólo que no sé si querrá escucharme… Nos dijimos cosas terribles la última vez. Incluso yo sigo muy molesto con ese demonio.

—Debe arriesgarse. Si no quiere escucharlo, me escuchará a mí, pero debe hacer las paces con ella, será el primer paso para recuperar su cordura —insistió Kambara.

—¡Vamos! ¡Fuerza! —lo apoyó Jonouchi, dándole un empujoncito.

Suspirando fuertemente, Hideki Kaji se resignó y se encaminó hacia el acantilado, con el viento soplando potentemente sobre él, haciendo ondear los pliegues de su sobretodo y su bufanda azul, maldiciendo su suerte.

Aún débil por el último ataque, le costó un poco llegar hasta su compañera, no sin antes pasar mirando el viejo edificio abandonado. Cuando estuvo a unos cuantos centímetros de Michiko, se detuvo, llevándose la mano al corazón, que había comenzado a golpetear con fuerza otra vez debido a la ansiedad que le provocaba aquella situación y el esfuerzo físico. Desafortunadamente, estaba llegando a su límite por culpa de los dos últimos ataques, y el haber salido antes de lo indicado del hospital tampoco le ayudaba mucho.

Michiko aún estaba de espaldas, mirando hacia el horizonte marítimo.

—Mi padre dijo que esperara —habló de pronto, sin volverse a mirarlo—, no esperaba que fuera a usted a quien debía esperar. ¿Qué está haciendo aquí en esas pésimas condiciones?

—¿Su padre… se lo dijo? —repitió, entre preocupado e incrédulo, puesto que sabía que el padre de Michiko había muerto hacía mucho tiempo ya.

—Anoche me dijo que esperara.

“Creo que perdió la razón”. Pensó, tristemente. “El demonio está envuelto en tinieblas”.

—¿Acaso viene a burlarse de mi desgracia? Hágalo, no soy más que una asesina… Al final, usted siempre tuvo la razón, terminé matando a un paciente después de todo…

 Se le quebró la voz, rompiéndole el corazón a su compañero, quien, conociendo a Michiko como creía conocerla, sabía que aquel fracaso, tal vez el primero, de eso no estaba seguro, le había afectado más que a cualquier otro cirujano, porque ella era el Doctor X y el Doctor X nunca debía fallar. La cirugía perfecta lo era todo para ella.

 Suspiró, miró el sobre que llevaba consigo y se lo extendió, con la esperanza de devolverla a la realidad y a su antiguo ser.

—Descubrí que usted no mató a ese pobre paciente, lo hizo la doctora Aino .—Declaró.

Pasaron unos segundos antes de que ella lograra procesar aquella noticia, finalmente se volvió hacia él y dijo, estupefacta:

—¿Qué dijo?

Hideki Kaji sonrió.

—Que es una tonta. Usted nunca falla.



Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Konnichiwa, mis queridos arrinconados! ¿Ogenkidesuka?
Terminé de ver el anime School Days con fandoblaje (increíble final...) y ahora comencé a ver Trinity Blood, También terminé de el drama japonés De 5 a 9 y ya veré que veo a continuación XD; sigo editando el drama coreano Papá es Extraño, terminé de subtitular el último Spin-off de Doctor Y, escribiendo un fic de One Pice y el último fanfic de Doctor X-Y que será totalmente diferente a los anteriores, y mis novelas ligeras Fenómenos y Amor en Juicio, estudiando Secretariado Administrativo, leyendo la novela de terror Carrie, algunos cuentos de inglés y uno en japonés y estudiando japonés e inglés.

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Sayounara Bye Bye!

Gabriella Yu
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