Resumen de la serie: Hideki Kaji es un cirujano famoso por su trabajo de cirugía laparoscópica, por lo que se ha ganado el apodo de "mago del laparoscopio". Es hábil pero codicioso, por lo que prefiere a los pacientes VIP. Debido a que eligió el dinero sobre el título y el poder, la progresión de su carrera ha sido más lenta que la de sus compañeros, sobre todo cuando la genio cirujana Michiko Daimon, también conocida como Doctora-X, destruyó su carrera. Este cirujano siempre deberá escoger entre hacer lo correcto como médico o seguir su amor por el dinero, ganándose tanto amigos como enemigos en el proceso. Hideki Kaji, también conocido como Doctor Y, cuyas únicas armas son sus habilidades laparoscópicas y su astucia... ¿Cuál camino tomará?
DOCTOR Y
LA CIRUGÍA MALDITA
. El doctor Hideki Kaji, convertido en el exitoso director de hospital Naro junto a los directores Michiko Daimon y Takashi Ebina, comenzará a ser perseguido por el fantasma de una joven paciente que murió durante una cirugía que él realizó en su pasantía 30 años atrás. Una vez que las agresiones comienzan a volverse físicas, la doctora Daimon deberá ayudarlo a calmar al fantasma vengativo de la chica antes de que todos queden atrapados en el limbo y el espíritu de Kaji ingrese al infierno junto a la de su expaciente.
Capítulo
7: Se Descubre el Terrible Secreto de Kaji. ¡Nosotros te Ayudaremos!
Inicio de flashback
—Doctor Kaji, ¿qué cree que está haciendo con su
paciente? —El doctor Togashi xigió saber en cuanto el aludido entró a su
despacho.
—¿Q-qué quiere decir, doctor Togashi? —Replicó,
nervioso.
—Le advertí que nunca se tiene que encariñar con los
pacientes, es algo que nunca debe permitirse hacer o tarde o temprano lo
lamentará, se lo aseguro.
—Es sólo una niña muy solitaria, doctor Togashi, sé
muy bien cuál es mi lugar como médico, no se preocupe, yo sólo pensé que podría…
—¡Usted nada! —Golpeó la palma de la mano contra el
escritorio, poniéndose de pie muy furioso, sobresaltando a su pupilo—. ¡No le
permita libertades a esa niña con usted! ¡Sea prudente! ¡Sea profesional! ¿Me
entiende?
—P-Pero…
—¡Usted sólo diga “Si, señor” cuando alguien le pida
algo, insensato!
—¡Si, señor! —Exclamó, agachando la cabeza mientras se
tomaba de las manos, obediente.
El doctor Togashi suspiró y caminó hacia él colocando
su mano en el hombro.
—Responder con un “Si, señor” y no enredarte con los
pacientes, son cosas que deberás aprender a hacer para evitar problemas, doctor
Kaji. Un doctor problemático nunca es apreciado ni bienvenido por nadie, y si
quieres ganar mucho dinero en esta carrera, deberás seguir mis consejos,
¿entendió?
Kaji lo miró y asintió en silencio.
—Bien. Mañana es la cirugía de la señorita Asamiya, he
decidido utilizar su técnica, doctor Kaji, felicidades.
—¡Oh! ¡Gracias, doctor Togashi, muchas gracias! —Lo
tomó de las manos, emocionadísimo—. ¡Estoy seguro que con esa técnica la
señorita Asamiya se salvará!
—Y si es así, le aseguro que será un gran impulso para
su carrera, doctor Kaji, se hará famoso siendo tan joven.
—¡Gracias, gracias, doctor Togashi! ¡Le estaré
agradecido toda mi vida!
El aludido sólo se limitó a asentir y sonreír,
saliendo del despacho, dejando a Kaji muy ilusionado y feliz, pensando en su
futuro profesional y en Suzume.
Fin de flashback
—Directora
Daimon, tiene que ver esto —le avisó el radiólogo en cuanto ella salió de la
cirugía.
—¿Qué sucede?
—Es sobre los
resultados del Director Kaji…
El radiólogo
tenía una expresión de gran consternación y preocupación que alarmó a la
cirujana.
—¿S-son tan
malos?
—Por el
contrario, son excelentes, pero el problema es otro. Tiene que venir a verlo
antes de que despierte, no lo podrá creer.
XOX
Cuando Kaji
despertó, se encontró recostado en la cama de uno de los cuartos VIP. No tenía nada conectado a su cuerpo, ni
siquiera un suero y aún llevaba su bata quirúrgica. Estaba bastante confundido
y no podía entender qué había pasado, alzó las manos y se sorprendió ver sus
muñecas marcadas e inmediatamente se tapó con la frazada hasta el cuello
rogando que nadie hubiera notado aquello.
En ese
momento, Michiko Daimon entró como un bólido, sobresaltando a Kaji, quien pareció
esconderse aún más bajo la frazada.
—Dime qué
significa esto —le tiró un gran sobre encima, a lo que sólo él sólo se limitó a
parpadear, confundido.
—¿Q-qué cosa?
—Lo estudios
están perfectos, no tienes nada. Estás completamente sano —Puso los brazos en
jarra.
—Bueno… Eso
está muy bien, ¿no le parece?
—¿Entonces por
qué te desmayas tan seguido? ¿Por qué siempre estás asustado y cansado? ¡Has
estado actuando muy extraño desde hace tiempo!
Kaji no supo
qué decir, ¿cómo explicarle que lo estaba acosando un fantasma del pasado por
culpa de una mala praxis? ¡Era una absoluta locura!
—Y también deberías
explicarme esto —Se abalanzó sobre él y, sin darle tiempo a reaccionar, le
quitó la frazada de encima y de un tirón por el cuello de la bata, mostró su
hombro marcado.
—¡Oiga! —se llevó
la mano al hombro desnudo, avergonzado.
—¡Y esto otro!
—lo ignoró, levantándole de golpe el tobillo derecho, dejando ver las marcas que
Suzume le había hecho la noche anterior.
—¡Oiga! ¡Ya
basta! ¡Eso me dolió! —recogió las piernas, sentándose sobre ellas en posición
india, pero su compañera no había terminado, puesto que, furiosa, lo tomó por
la muñeca derecha, mostrándosela.
—¡Explícame
qué es esto, idiota! ¿Por qué tienes estas marcas por todo tu cuerpo? ¡Dime
quién te está haciendo esto! ¿Por qué lo permites? ¡Dímelo! ¡Dime quién es!
—exigió la cirujana, furiosa, él la miró, perplejo.
—Yo…
—Lo está
acosando un espíritu maligno, ¿no es así, director Kaji? —aseveró Akira Kanbara,
entrando al cuarto.
—¿Qué? ¿Un
espíritu maligno? ¿Qué tonterías dice? —Michiko repitió, incrédula, soltando la
mano de su compañero.
El silencio
del cirujano pareció darle la razón.
—Sólo eso
podría explicar esas marcas, los desmayos, su terror y sus estudios
completamente normales —Se sentó en la silla, mirándolo detenidamente—. ¿No
cree que es hora de que nos cuente todo, ¿doctor Kaji?
El aludido
suspiró derrotado mientras volvía a cubrirse con la frazada, Michiko lo miró,
aún incrédula.
—Cuando fui
cirujano pasante, hace treinta años atrás, conocí a una paciente que se llamaba
Suzume… —Sonrió al recordarla—. Era una estudiante de colegio muy simpática y
llena de vitalidad que sufría de cáncer de colon muy agresivo. Comenzamos con
un tratamiento de quimioterapia para detener el progreso de las células
cancerígenas y así poder operarla más adelante. Mi tutor de aquel entonces era
el doctor HideoTogashi, renombrado especialista en laparoscopía. Descubrimos
que el procedimiento iba a ser muy difícil y yo… —Hizo una breve pausa y tragó
saliva—. Y yo idee una nueva técnica resección laparoscópica y se la expliqué
al doctor Togashi, quien se había quedado encantado con mi nuevo descubrimiento
y decidió ponerlo en práctica con Suzume…
En ese punto,
Michiko frunció el entrecejo.
—… Yo fui su
primer asistente en aquella cirugía que sería una revelación en el mundo médico
—Volvió a sonreír, pero esta vez fue una media sonrisa llena de ironía—. Por
supuesto que si tenía éxito la publicarían con su nombre asociado con el mío.
Suspiró
nuevamente y su rostro se ensombreció.
—Pero todo
salió mal y Suzume murió frente a mis ojos durante la cirugía sin que yo pudiera
hacer nada para salvarla… —Miró hacia la ventana en un claro intento por no
mostrar sus lágrimas—. Obviamente el doctor Togashi cargó con la culpa de todo
y fue denunciado por mala praxis y perdió su licencia de médico cirujano…
—¿Y es el
fantasma de esa niña la que te está atormentando? —preguntó Akira.
Kaji asintió
en silencio, sin apartar la vista de la ventana.
—¿Desde hace
cuánto tiempo?
—Tres meses…
—Tres meses…
—Repitió Akira, pensando en todo el tormento que debió pasar Kaji en completa
soledad—. ¿Y no pensaba decirnos nada? Ese espíritu se lo está llevando al otro
mundo.
El aludido se
alzó de hombros.
—¿Y qué iban a
poder hacer ustedes contra un espíritu vengativo si acaso me creían? Además,
tampoco es algo que no merezca recibir.
—Doctor Kaji…
—Murmuró el anciano, comprendiendo que el cirujano había aceptado su destino
sin más.
—Quiero ver
los informes de esa cirugía —fue el sorpresivo pedido de Michiko.
—¿Quieres ver
los informes? —Kaji se volvió hacia ella, molesto y a la defensiva—. ¿Y para qué
quieres verlos, demonio? ¿Acaso quieres burlarte de mi primer fracaso como
cirujano?
—Sólo quiero
verlos y yaaa, por qué tanto drama —se fue de la habitación, igualmente
molesta.
Por la cabeza
del Doctor Y pasaron muchos insultos para su insensible compañera.
—Director Kaji
—Akira llamó su atención, muy preocupado—, esto es una situación muy delicada,
la agresión de ese espíritu hacia usted ya se hizo física. Vaya a ver a un
chamán mañana mismo para que lo aconseje antes de que sea demasiado tarde,
pídales a los doctores Ebina y Hara que lo acompañen. Si se desmaya conduciendo
su coche o caminado en medio de la calle, podría ser fatal. Ahora trate de
descansar un poco, lo necesita.
—S-sí…
—asintió, dubitativo.
Akira sonrió,
comprendiéndolo todo.
—Si quiere,
puedo quedarme un rato más.
—Bueno, no sé
si eso cambiaría algo, pero creo que por lo menos… no me sentiré solo… —Replicó
Kaji, mirando con temor hacia donde estaba parada Suzume, mirándolo fijamente
con sus ojos vacios de vida rodeada de un aura negra que parecía comerse todo a
su alrededor.
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