Fanfic Doctor Y -La Cirugía Maldita- Capítulo 3

            Resumen de la serie: Hideki Kaji es un cirujano famoso por su trabajo de cirugía laparoscópica, por lo que se ha ganado el apodo de "mago del laparoscopio". Es hábil pero codicioso, por lo que prefiere a los pacientes VIP. Debido a que eligió el dinero sobre el título y el poder, la progresión de su carrera ha sido más lenta que la de sus compañeros, sobre todo cuando la genio cirujana Michiko Daimon, también conocida como Doctora-X, destruyó su carrera. Este cirujano siempre deberá escoger entre hacer lo correcto como médico o seguir su amor por el dinero, ganándose tanto amigos como enemigos en el proceso. Hideki Kaji, también conocido como Doctor Y, cuyas únicas armas son sus habilidades laparoscópicas y su astucia... ¿Cuál camino tomará?

¡A pasear!

DOCTOR Y

LA CIRUGÍA MALDITA

El doctor Hideki Kaji, convertido en el exitoso director de hospital Naro junto a los directores Michiko Daimon y Takashi Ebina, comenzará a ser perseguido por el fantasma de una joven paciente que murió durante una cirugía que él realizó en su pasantía 30 años atrás. Una vez que las agresiones comienzan a volverse físicas, la doctora Daimon deberá ayudarlo a calmar al fantasma vengativo de la chica antes de que todos queden atrapados en el limbo y el espíritu de Kaji ingrese al infierno junto a la de su expaciente.

Género: drama, amistad, humor, medico, angustia, psicológico, horror, romance, fantasía
Pareja: leve Kaji x Daimon (unidireccional), Kaji x OC (unidireccional); Akira x OC
Personajes: Hideki Kaji (58), Michiko Daimon (46), Akira Kanbara (75),  Hiromi Jonouichi (43), Takashi Ebina (59), Mamoru Hara (48), Hikaru Morimoto (38).
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación: 1 capítulo cada sábado (si se puede)
Cantidad de palabras: variable
Duración: 14 capítulos este fic y 8 capítulos el otro.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas para sacar los mejor de ellos. ¡Nadie es perfecto, todos podemos ser mejor!
Aclaraciones: Aunque sólo he visto las temporadas 1, 2, 3 y el especial de Doctor X, y las 4 temporadas de Doctor Y, esta historia está ambientada después de la 6 temporada de Doctor X y la 5ta de Doctor Y.

Capítulo 3: ¡Una salida de hombres! ¿Acaso te gusta Daimon?

Como lo habían esperado, Kaji había aceptado de muy buena gana salir de fiesta aquella noche junto a Ebina y Hara con la perspectiva de divertirse un rato y olvidar el motivo de sus preocupaciones.

Habían quedado en salir después de la última cirugía de Mamoru Hara, puesto que Kaji ya había terminado las suyas y Ebina le había pedido a Akira Kanbara que lo reemplazara en la dirección porque la doctora Daimon aún le quedaba una cirugía más por hacer de las seis que había realizado aquel día.

—Si con esto no logramos que Kaji-kun olvide sus pesares, tendrá que intervenir, Akira-san —le pidió el doctor Ebina mientras se ponía el sobretodo.

—No se preocupe, director Ebina —le sonrió el aludido con su habitual calma—, estoy seguro de que después de esta noche, el director Kaji habrá recargado su batería y volverá a ser el de siempre.

—Sí, es verdad… —le brillaron los ojos ante la perspectiva de aquella noche—. Hoy vamos salir de fiesta: tomaremos y saldremos con mujeres, ¿qué hombre no sería feliz con eso?

Tomó el picaporte de la puerta y, antes de salir, volvió la cabeza hacia Akira y alzó el puño con una gran sonrisa.

—¡Cambio y desafío! —soltó.

—Cambio y desafío… —lo imitó, un poco avergonzado.

Luego de que Ebina hubiera desaparecido tras la puerta, Akira Kanbara suspiró y se dirigió hacia la silla del escritorio para sentarse, un tanto preocupado.

—Es extraño que alguien como el doctor Kaji se deprima. Suele ser quejoso y melodramático, pero nunca se deprime en verdad.  Si no cambia de actitud para mañana, tendré que preguntarle qué le sucede.

XOX

La noche de juerga empezó muy bien para los tres doctores, quienes se dedicaron a comer y a tomar sake en un local costoso de Ginza y luego se dirigieron bastante borrachos hacia un club nocturno de igual categoría, como Kaji y Ebina cobraban el sueldo de un Director General, podían costear semejante lujo e invitar a su amigo Hara también. En el club eligieron una sala de karaoke privada e invitaron a varias señoritas dispuestas a pasar la noche con ellos.

Kaji y su acompañante se sentaron en un sillón de tres plazas y las otras dos parejas se sentaron en un enorme sillón esquinero, todos rodeando la mesa ratona llena de bebidas y comida mientras el karaoke sonaba sin que nadie tomara el micrófono.

Tanto Ebina como Hara estaban muy felices al ver que su amigo Kaji se estaba comportando tal y como siempre era: un hombre jactancioso de sí mismo que no paraba de hablar sobre sus logros profesionales a su bella acompañante, a quien tenía abrazada con un brazo mientras que con la otra mano tenía una copa de champagne.

—¡Oh, director Kaji! ¡Usted es espectacular! —le sonrió con fingida timidez.

—¡Oh, vamos! Eso ya lo sé —respondió, también con fingida humildad, bebiendo un poco de alcohol—. Cuando los signos vitales del paciente cayeron, pensé que todo había terminado, pero entonces vino a mi mente el recuerdo de una cirugía que había realizado con una compañera y decidí que podría utilizar la misma técnica, ¿y sabes qué? ¡La realicé con gran éxito y salvé la vida del paciente! Y me recompensó muy bien, ¿sabes? Mucho, mucho dinero.

—¡Oh. Director Kaji! ¡Usted me impresiona cada vez más!

—Sin duda alguna… —sonrió, tomando otra copa.

En ese momento, Hara le dio un imperceptible codazo en un costado a Ebina para llamar su atención.

—¿Te has dado cuenta? Kaji no deja de referirse a Daimon en sus historias.

El aludido pestañeó un par de veces, estaba tan entretenido con su acompañante que no había prestado atención a ello.

—¿De verdad? —Susurró.

—Sí, preste atención y lo verá.

Y así lo hizo, comenzado a sorprenderse al notar que Hara tenía razón, Kaji siempre se estaba refiriendo a Daimon de una forma u otra. Aquello era muy extraño viniendo de alguien que pregonaba lo mucho que la odiaba.

Después de un par de horas de karaoke, algunas botellas de alcohol y conversaciones cada vez con menos sentido, Kaji, Ebina y Hara decidieron que era el momento de ir a algún hotel con las chicas para pasarla bien.

Mientras el doctor Hara intentaba poner de pie al doctor Ebina con la ayuda de una de las jóvenes luego de que éste se cayera tras tropezar torpemente con la pata de la mesita ratona, Kaji estaba muy entretenido con la otra joven, abrazándola cariñosamente.

—¿Qué te parece si nos vamos a un lugar más tranquilo? —le sugirió, sonriéndole.

—Por supuesto que me encantaría, director Kaji —fingió reírse tímidamente.

Encantado con la idea de pasar una buena noche de sexo con aquella joven de buenas piernas y un busto demasiado perfecto para ser real, comenzó a acariciar el largo cabello de su acompañante hasta que, para su horror, una pálida mano femenina y menuda salió del cabello que caía sobre la espalda de la joven y lo tomó fuertemente del brazo. Despavorido, Kaji quiso soltarse forzando su brazo hacia atrás con tanta fuerza que cayó sentado en el suelo ante la sorpresa de los demás.

La chica lo miró perpleja.

—¿Qué sucede?

Kaji se miraba el brazo mientras respiraba fuertemente, aún podía sentir el frío mortal del agarre de aquella mano de ultratumba, quien no era otra que Suzume, de eso no había duda. Era la primera vez que sentía su toque mortal y era una sensación horripilante.

—N-nada. Es mejor que me vaya de aquí… —nervioso, se puso torpemente de pie y fue derecho a recoger sus cosas, sorprendiendo a sus amigos.

—¡Pero, Kaji-kun! ¿Qué pasó? —El doctor Ebina lo tomó del brazo y lo llevó aparte—. ¡Vinimos aquí para que te divirtieras esta noche! ¡Vamos! ¡Estas mujeres están bellísimas! ¡No las rechacemos sólo porque te caíste, tampoco fue para tanto!

El aludido, sin poder de dejar de temblar, hizo una mueca de disgusto, desembarazándose de su agarre.

—S-si, si…, ¡pero no me importa! Son hermosas pero no tienen nada de personalidad ni cerebro. ¡Estoy cansado de “Director Kaji, eres maravilloso! ¡Director Kaji, eres fabuloso”, ¿por qué no puedo mantener una conversación decente con una mujer inteligente?

Estaba tan nervioso y asustado que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo.

—¿P-ero, qué dices? No vinimos aquí a tener una charla inteligente, sino a pasar la noche con una mujer que no volveremos a ver nunca más en la vida.

—¡Ya lo sé! ¡Ya lo sé! —Replicó, histérico, tratando de calmarse—Sí, tienes razón, perdóname, Ebina-kun. No sé ni lo que estoy diciendo, pero no tengo deseos de tener relaciones esta noche, así que mejor me voy.

Tomó su saco y se despidió de su decepcionada acompañante. Tanto Ebina como Hara se miraron muy sorprendidos y desconcertados, entonces decidieron, muy a su pesar, acompañarlo.

Tras despedirse ellos también de las desilusionadas jóvenes, salieron disparados por detrás de su amigo, quien ya estaba saliendo del club luego de haber pagado su parte.

Sin decir una palabra y luego de pagar lo suyo, los tres caminaron por la acera, estremeciéndose de frio, envueltos en sus abrigos.

—A estas horas podríamos estar en una cama calentita con una linda chica abrazándonos… —Se quejó Hara.

—¿Entonces para qué vinieron conmigo? —replicó Kaji, fulminándolo con la mirada.

—¡Qué pregunta! ¿Y dejarte solo? Podrías cometer alguna locura estando ebrio en tu condición.

El aludido suspiró fastidiado.

—¿En mi condición? ¿De qué hablas, Hara?

—Sabemos que estás deprimido, Kaji-kun, por eso quisimos invitarte a salir —le aclaró Ebina.

—¿Deprimido yo? —sonrió, burlón—. ¡Por supuesto que no!

—¿Entonces qué es? —Quiso saber Hara.

Kaji se puso serio y no se atrevió a mirarlos. La imagen de Suzume vino a su mente junto a todos los malos recuerdos del pasado.

—Nada importante…

—¿No será que…, que no puedes confesarle a Daimon que te gusta? —Se atrevió a decir Ebina.

—¡¿Cómo dijiste?! —exclamaron los otros dos al unísono, deteniéndose para mirarlo muy sorprendidos.

—¿Eso es verdad, Kaji-kun? ¿Te gusta la doctora Daimon? —exigió saber Hara, volviéndose hacia su compañero, con los ojos desorbitados.

—¡P-por supuesto que no! —Negó apresuradamente con las manos abiertas frente a él­—. ¡Ebina-kun! ¿Cómo se te ocurre decir semejante tontería? ¡A mí no me gusta ese demonio!

—¿No? Has estado hablando de ella toda la noche, ¿no te diste cuenta de eso?

—¿Qué estuve hablando de ella? —se apuntó, sorprendido.

—¿Cómo puede ser que no te hayas dado cuenta, Kaji-kun? —comentó Hara, extrañado.

—Y además dijiste que estabas aburrido de ese tipo de mujeres y que querías que fueran inteligentes, tal y como es la doctora Daimon —dijo Ebina.

—Creo que además de eso te gustan las mujeres dominantes y agresivas, Kaji-kun, pero déjame decirte que no te conviene, no sirven para ser amas de casa, ¿o por qué crees que aún está soltera? —Agregó Hara seriamente.

—Es cierto, además, Daimon siempre te maltrata y te humilla. Realmente no sé qué le ves —continuó Ebina, cruzándose de brazos en actitud de hermano mayor—. Aunque claro, te entiendo, me imagino que en el sexo deber ser muy salvaje.

Hideki Kaji miró a uno y luego al otro. No podía dar crédito a lo que estaba escuchando. Era una verdadera charla de borrachos que ya estaba rayando a la falta de respeto hacia una de sus compañeras del trabajo.

—Ustedes están locos —replicó, ofendido—. ¿Se dan cuenta de lo que están diciendo? A ese demonio lo que menos le interesa es el sexo, hasta creo que es una reprimida sexual, una frígida, una tonta que no se da cuenta de… ¡Diablos! —Se llevó las manos a la cabeza, escandalizado con sus propias palabras—. ¿Qué rayos estoy diciendo? ¡Ustedes dos me están haciendo decir puras estupideces, idiotas!

—¿Nosotros? —se apuntó Hara, consternado.

—Sigamos con esta charla, está muy interesante —propuso Ebina, con la cara más seria que jamás habían visto sus compañeros.

—¡Al diablo con ustedes dos! —Exclamó enfadado, haciendo su característico gesto con la mano—. ¿Por qué no regresan con esas mujeres para tener sexo si tanto se quedaron con las ganas? Yo tengo cosas más importantes de qué ocuparme antes de ponerme a discutir con ustedes de si a Daimon le gusta o no tener relaciones. ¡Es una charla estúpida y sin sentido! ¡Idiotas!

—Está bien, no te pongas así, Kaji-kun —dijeron, agachando la cabeza, visiblemente arrepentidos—. No volveremos a hablar de esa manera de Daimon si tanto te ofende.

Murmurando algunos insultos, Kaji se dio media vuelta, soltando un largo suspiro de fastidio.

—Mejor dejemos esta conversación de ebrios y vámonos de aquí de una vez antes de que alguno de ustedes reciba un puñetazo mío…

Enmudeció al darse cuenta de que no podía mover los pies, parecía como si estuvieran clavados en el piso además de que sentía los tobillos fríos como el hielo. Temblando de miedo, miró hacia sus pies y vio con horror a la misma Suzume aferrada a sus tobillos, mirándolo fijamente, con el cuerpo a medio salir del pavimento. Los ojos de Kaji se abrieron desmesuradamente.

—Ya es hora, ven comigo… —Le dijo con aquella voz de ultratumba.

—¡Oh, mi…!

Y, pasa sorpresa de sus amigos, perdió el conocimiento.



Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están?  Espero que bien y que hayan disfrutado de este medio loco capítulo con sus charlas sin sentido, je je. ¡En el otro capítulo habrá una pequeña escenita sensual accidental entre nuestros cirujanos protagonistas! ¡No se lo pierdan! XD
Sigo viendo el anime One Piece, comencé a ver el drama japonés De 5 a 9, editando el drama coreano Amor Musical, escribiendo mi novela ligera Fenómenos y la Chica del Sombrero de Paja, estudiando Secretariado Administrativo, leyendo la novela de terror Carrie, algunos cuentos de inglés y uno en japonés y estudiando japonés. 

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Sayounara Bye Bye!

Gabriella Yu
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