Fanfic Yu Yu Hakusho: La Puerta del Diablo -Capítulo 20: Las Tribulaciones de Hiei-

 Resumen del anime: Yusuke Urameshi, un chico de catorce años es atropellado por un coche cuando intentaba salvar la vida de un niño pequeño. Al ser atropellado, no sobrevive y muere. Entonces es cuando Botan le dice que su muerte no estaba prevista así que no va a ir ni al cielo ni al infierno, por lo cual se queda en la tierra como fantasma. Botan le dice de hacer una prueba para volver a la vida, la consigue superar y entonces es cuando le encomiendan la tarea de ser detective espiritual, con lo cual tendrá que resolver varios casos utilizando poderes espirituales que le dan.




LA PUERTA DEL DIABLO

Un codicioso empresario está buscando la forma de gobernar el mundo, y qué mejor manera que abriéndole las puertas al diablo en el Templo de Genkai

Género: drama, acción, fantasía, humor
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 30 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan


*Capítulo 20: Las Tribulaciones de Hiei*


Yusuke, Hiei, Genkai, Koenma, Toguro y Ogri caminaban por otro largo pasillo, silenciosos y prestando atención a cada paso que daban.

-Esto no parece un laberinto –Dijo Yusuke –No es como los que conocemos, ¿verdad maestra Genkai?

-Como a ti te parezca. –Contestó fríamente.

Ella ni siquiera lo miró, aunque por dentro Genkai se desarmaba por el dolor, no podía contestarle de otra forma, aún estaba muy enojada con él. Al recibir aquella respuesta, Yusuke se entristeció y guardó silencio. Toguro y Koenma notaron la frialdad en su relación y se preocuparon.

Luego de caminar un rato, llegaron a un enorme salón cuyo piso era de mosaicos de un buen tamaño.

-Esto me suena a trampa. –Opinó Yusuke.

-Que inteligente. –Se mofó Hiei, quién recibió una mirada de puñal por parte de su amigo.

-¿Por dónde iremos mi Señor? –Dudó el ogro.

-No lo sé Ogri, no tengo la menor idea. –Contestó el aludido.

-Saltemos hasta el otro lado. –Propuso Genkai. –Es lo más seguro para evitar problemas. -Todos estuvieron de acuerdo con ese plan.

-Lo siento, pero no está permitido. –Dijo el pequeño demonio apareciendo de la nada.

-¿Tú otra vez? –Protestó Yusuke –Sólo apareces para dar malas noticias.

-Lo siento, pero ese es mi trabajo. Tienen que cruzar este salón a pie, sin saltar ni volar. Hay baldosas que ocultan trampas, así que sólo con suerte lograrán pasar hasta la otra puerta.

-¿Y qué pasará si volamos a saltamos?

-Mi Señor Io Akuma se comerá el alma de algún niño inocente de castigo. –Y diciendo esto, el demonio volvió a desaparecer.

-Maldición. –Protestó Yusuke.

-Vamos de una vez. –Propuso Hiei demostrando poca paciencia. –No sé para qué diablos les hacemos caso a sus estúpidas reglas.

Entonces todos comenzaron a cruzar. Koenma y Ogri estaban bastante nerviosos, Genkai, Hiei y Toguro se mantenían bien tranquilos, Yusuke en cambio, estaba bastante excitado. Cuando ya habían pasado más de la mitad de la habitación, en un momento dado, una baldosa que pisó Koenma cedió hacia abajo haciéndolo caer en las oscuras profundidades de un pozo, el sorprendido Dios manoteo por todos lados para aferrarse a algo y lo único que agarró fue el tobillo de Ogri que se encontraba a su lado y lo arrastró detrás de él, por su lado, éste también hizo lo mismo que su Señor, y con tan mala suerte para Hiei, que Ogri se agarró a sus ropas y lo arrastró junto con ellos. Antes de que alguien pudiera ayudarlos, el pozo se volvió a cerrar.

-Eso fue bastante estúpido. –Opinó Yusuke rascándose la cabeza. –Pobrecillos, Hiei estará muy enojado con ellos.

-¡¡Estúpidos!! –Protestó Hiei. -¡¿Cómo se les ocurre hacerme esto?!

Koenma y Ogri estaban bastante asustados de por sí como para prestarle atención a las rabietas de Hiei, así que el pequeño demonio comenzó a mal decirlos en voz baja. El lugar en dónde se encontraban era una especie de pantano cuyas oscuras aguas lodosas llegaban hasta el pecho, en el caso de Koenma y Ogri, o hasta al cuello, en el caso de Hiei. Parecía que no había paredes ni techo.

-¿Q-qué lugar es este? –Preguntó Koenma.

-¡Un pantano, estúpido! ¡¿Acaso no tienes ojos?! –Exclamó Hiei fastidiado.

-Es como si hubiéramos entrado a una dimensión. –Siguió hablando el Dios.

De pronto, entre las tinieblas se escuchó un gruñido que estremeció todo el lugar. Koenma y Ogri se abrazaron muy asustados y Hiei se puso en guardia.

-¿Q-qué fue eso? –Preguntó Ogri.

-¡No sé! –Sollozó el príncipe -¡Tengo miedo, mamá!

-¡Ya cállense! –Les ordenó Hiei. –Seguramente es algún monstruo que planea atacarnos.

-¡¿Qué?! –Se sorprendieron los otros -¡Eso no! ¡¡Buuuuaaaaaa!!

-Rayos... –Hiei suspiró fastidiado. "¿Por qué me tocó a mí quedarme con estos dos inútiles?" –Pensó.

El horrible gruñido se volvió a escuchar de nuevo, pero esta vez más cerca. Los tres miraron alrededor sin saber a ciencia cierta por dónde atacaría el monstruo, pues no se lo podía ver por el momento. Y de pronto, ante la sorpresa de los otros dos, Ogri se hundió entre el fango.

-¡¡Ogri!! –Gritó Koenma escarbando inútilmente entre el agua lodosa, al no recibir una respuesta, el príncipe se puso histérico. -¡Noooooo! ¡Mi querido Ogri! ¡Tan bueno que era! ¡Y pensar que le iba a aumentar su sueldo!

-¡¡Ya cállate!! –Gritó el otro muchacho completamente fuera de sí -¡Ya deja de decir tonterías o te mataré!

-Está bien, no te enojes... –sonrió el príncipe mansamente dejando las lágrimas de cocodrilo a un lado.

En ese mismo instante, una horrible criatura emergió del lodo sorprendiendo a los jóvenes. Era un bicho negro parecido a un pulpo pero con una enorme boca llena de dientes como aguja y unos tentáculos serpenteantes que terminaban en una especie de espátula llena de ventosas. Y prisionero en uno de esos tentáculos, estaba un asustadísimo Ogri.

-¡Sálveme de esta bestia, Señor! ¡Sálveme! –Pedía auxilio el ogro.

-Esteee... –Dudó Koenma con los dedos índice nerviosamente pegados entre sí. -¡Sálvalo Hiei! –Ordenó apuntando al malhumorado muchacho.

-¡A mí nadie me da ordenes!

-Bueno. –Asintió el otro asustado y luego agregó suavemente: -Por favor, Hiei, ¿podrías rescatar a mi fiel sirviente? Te prometo que si lo haces te daré inmunidad diplomática y ya nadie del Mundo Espiritual te molestará más.

Hiei lo miró con una fría y dura mirada asesina, y con una expresión de exasperación, se dirigió hacia el monstruo para eliminarlo, no sin dejar oír su opinión.

-Inmunidad diplomática, como no, ese Dios es un &"#()/&&#"$&&/&... –Murmuraba enojado.

Una gota se formó en la cabeza de Koenma.

En aquel pantano que no parecía tener fin, apenas si había árboles, por lo tanto Hiei no tenía casi por dónde saltar y poder atacar a su enemigo. El lodo entorpecía sobremanera su desempeño como guerrero dificultando sus movimientos con la espada o sin ella, pero ya sabía qué hacer, y Koenma lo ayudaría.

-Tú me vas a servir. –Dijo.

-¿Eh? ¿Quién? ¿Yo?

Sin darle tiempo a entender su plan, Hiei trepó rápidamente por el muchacho y se paró sobre sus hombros y tomó impulso para saltar encima del monstruo para hacer uso de su espada. El pequeño demonio cortó un tentáculo de la bestia y rápidamente saltó hacia otra parte del cuerpo del bicho para tomar impulso y saltar hacia otro tentáculo para cortarlo también.

-¡Excelente Hiei! ¡Muy bien hecho! –Festejó Koenma.

-¡No se olviden de mí! –Gritó Ogri.

Cuando Hiei ya estaba por cortar el tentáculo que tenía prisionero a Ogri, las extremidades cortadas por él volvieron a crecer y trataron de atrapar al muchacho, pero él pudo evadirlas y saltó a un pequeño árbol desnudo que había cerca de allí.

-Tendré que intentar hacer otra cosa. –Dijo.

Hiei saltó otra vez hacia Koenma y pisó su cabeza para tomar impulso y saltar sobre el monstruo, el chico sacó su espada otra vez y cortó verticalmente en dos mitades al pulpo negro del pantano, eliminándolo de una vez. O eso creyó, pues las dos mitades del pulpo se formaron en otros dos pulpos y comenzaron a atacarlos.

-¡Maldición! ¡Puede multiplicarse!

-Esto no tendrá fin... –murmuró Koenma.

Sabiendo que sus cortes podrían crear más monstruos, Hiei decidió carbonizarlos y así evitar su multiplicación. Concentrando todo su poder espiritual en su mano derecha, esta se encendió con una llama ardiente, capaz de derretir todo .

-De esta no te salvas. ¡¡YAOENSAKSREKOKUYO!! El poderoso poder espiritual de Hiei dio de lleno en los dos pulpos, que inmediatamente se convirtieron en cenizas.

Mientras tanto, en el lugar en dónde se encontraba Io Akuma, el demonio se preparaba para sortear otra esfera, la pobre Shizuru, convertida en zombi, estaba a su lado.

-Saca una bolilla –Le ordenó.

La chica obedeció y del bolillero salió una esfera. Io Akuma tomó la bolilla de cristal y leyó el nombre.

-Y el segundo que se convertirá en zombi será...

Mientras tanto, Ogri se había salvado por los pelos de no quemarse con el poder de Hiei. El peligro ya había pasado por el momento.

-¡Excelente, Hiei! –Aplaudió Koenma. -¿Pero tenías que pisarme así la cabeza? Me dolió. –Protestó el joven frotándosela.

Hiei sonrió malignamente.

-Mientras estén conmigo harán lo que yo quiera.

-Qué autoritario. –Protestó Ogri, y dirigiéndose hacia su Señor, le dijo:

-¿Me va a dar ese aumento Señor Koenma?

-¿Aumento? ¿Cuál aumento?

-¡No se haga el tonto!¡ Cuándo ese monstruo me tenía atrapado bajo el barro pude escuchar lo que decía!

-Bueno, yo... –el príncipe no sabía qué hacer para salir de ese aprieto.

Pero antes de que inventara una excusa, en ese mismo instante y para sorpresa de Hiei y Koenma, Ogri desapareció como por arte de magia.

-¿Qué es lo que pasó? –Se preguntó Koenma mirando hacia todos lados, -¿En dónde está Ogri? –Entonces miró a su reloj y se dio cuenta de lo que había pasado.

-Ogri fue el elegido. –Comentó seriamente.

-¡Bah! Uno menos de quien preocuparse, busquemos como salir de aquí. –Ordenó Hiei sin demostrar sentimiento alguno.

-Que insensible... –Murmuró Koenma, y sintió miedo tener que estar al lado de un sujeto así. –Por lo menos ya no tendré que aumentarle el sueldo.

Hiei lo miró de reojo. "¿Y él me dice a mí insensible?" –Pensó.

Pasaron unos minutos caminando por el pantano, cuando otro de esos pulpos emergió del barro y atrapó a Koenma con sus tentáculos.

-¡¡Sálvame, Hiei!! –Pidió el príncipe asustadísimo.

-¡Maldición! ¿Otra vez? –Se quejó Hiei, e inmediatamente fue a salvar al Dios usando su poder espiritual, pero apenas lo hubo deshecho, más de esos bichos comenzaron a salir por todos lados.

-Esto se está poniendo feo... –murmuró Koenma que estaba espalda contra espalda con Hiei.

-Tendremos que trabajar en equipo si queremos salir con vida de este lugar. –Propuso el otro muchacho.

Koenma asintió y los dos tuvieron que luchar hombro con hombro contra esas horribles criaturas. Pero cuando ya casi habían exterminado a todas, el último pulpo negro logró atrapar a Hiei por la pierna y lo levantó al cielo, pero este pudo liberarse haciéndole su poder antes de que el ácido de las ventosas en los tentáculos le cortara la pierna. Malherido, Hiei cayó al lodo como un saco de papas. Preocupado, Koenma fue a socorrer al chico y lo ayudó a ponerse en pie.

-Esa herida se ve bastante fea. –Opinó el príncipe al ver la pierna con la carne al descubierto cuando Hiei se subió a un árbol para examinar sus heridas.

-Esto no es nada, sigamos. –Replicó con indiferencia.

-Si expones esas heridas a esta inmunda agua lodosa, podrías contaminarte de una infección mortal. Mejor deja que te lleve sobre mis hombros. –Propuso Koenma.

-¡Eso jamás! –Se negó escandalizado.

-Hazme caso, Hiei, es por tu bien. Recuerda que dijiste que si queríamos salir con vida de este lugar, tendríamos que trabajar juntos. –Replicó seriamente el Príncipe, -cuando salgamos de este lugar, trataré de curarte todo lo que pueda.-Su tono de voz sonaba casi como una orden, y por primera vez, Hiei sintió el peso de la mirada de un verdadero Dios en Koenma, a quien ya no pudo seguir contrariando.

Murmurando maldiciones, Hiei subió a los hombros de Koenma y así siguieron su camino por el pantano, en dónde, por suerte, ya no volvieron a encontrar más monstruos. Pasaron bastante tiempo tratando de encontrar una salida, pero al fin encontraron un hoyo que estaba suspendido en el cielo gris, y arriesgándose a no saber lo que pasaría, de un salto pudieron ser succionados por él y llegar hasta otra parte del laberinto. Y ya a salvo, el príncipe Koenma cumplió su promesa y mejoró las heridas de Hiei, a quien sólo le quedó una leve herida que lo hacía cojear.

-Más te vale que no le cuentes a nadie sobre lo que pasó. –Amenazó Hiei antes de seguir andando por el laberinto.

-Está bien, como tú quieras. –asintió nervioso Koenma. "¡Pero qué tímido es!" –Pensó asombrado.

Entonces ambos tuvieron que seguir andando por los corredores de aquel endemoniado laberinto.


Fanfic Yu Yu Hakusho: La Puerta del Diablo -Capítulo 19: Comienza el Juego-





¡Y NO LO OLVIDEN! SI ESTÁN AGRADECIDOS CON 
LOS BUENOS MOMENTOS QUE LES DA ESTE BLOG...
¡¡¡DENLO A CONOCER CON TODO EL MUNDO!!! 😄



Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están? Espero que bien.
Sigo viendo el anime Astroboy (1980) y el drama taiwanés Chicas de Oficina. Terminé de editar el drama coreano Chicos en Busca del Amor, subtitulando la temporada 7 de Doctor-X. Sigo estudiando japonés, Ele, repasando inglés y escribiendo mi novela ligera Fenómenos. ¡Siempre ocupada mientras trabajo!  😉

¡Gracias por visitar el blog!
¡Cuídense y no olviden comentar!
Sayounara Bye Bye!

Yu-Chan 💖
También te podría interesar...

Comentarios

X Queridos visitantes: Únanse a las redes sociales del blog para estar en contacto si algún día es eliminado de nuevo.