Resumen de la historia: El misterioso director de un sitio web de eventos paranormales reúne a un pequeño grupo de personas con diferentes habilidades sobrenaturales para combatir el mal que comenzó a extenderse por todo el mundo con el fin de iniciar el Juicio Final. Se sucederán casos muy peligrosos y el equipo deberá aprender a trabajar como uno solo o correrán el riesgo de morir en su misión.
FENÓMENOS
FILE 1: LA LEYENDA DEL FAMILIAR
Personajes: Jin So-Yi (estudiante, 16), Jin Ha-Joon (profesor-científico, 30), Jia Qiang Zheng (detective de policía, 28), Yuu Kumiko (periodista, 26), Ryo Ibaraki (estudiante, 16), Adrian Virgin (director del sitio web Fenómenos, aparenta tener 35), Michelle Jones (arqueóloga, aparenta tener 32 años); Stephen Audry (Mayor a cargo de la sección militar ISE, 38)
Capítulo
5: La Chica Nueva. So-Yi Hace Nuevos Amigos
La llegada de una nueva alumna
no conmovió demasiado a los alumnos del 5to año del grupo A, ya fuera porque no
les importaba o estaban demasiado abstraídos en sus propios asuntos.
Ella se presentó sin demostrar
timidez alguna, a pesar de que estaba muerta de los nervios, y la profesora la
mandó a sentarse a su nuevo lugar, un escritorio individual, antes de comenzar
la clase de inglés.
La hora transcurrió sin
problemas y So-Yi tuvo que demostrar su nivel de dicho idioma ante toda la
clase, por fortuna, ella era una alumna muy aplicada y superó la prueba con
gran éxito, ganándose la aprobación de la profesora, la admiración de algunos
compañeros y la envidia de otros.
Durante el recreo, la chica
que se sentaba a su lado, una joven de la misma edad pero de piel más oscura y
de cabello rojizo rizado, se paró frente a su escritorio y se presentó con una
gran sonrisa, extendiéndole la mano.
—¡Hola! Me llamo Lucille
Bates. ¿Qué te parece si nos hacemos amigas? Debe ser duro ser la nueva.
—¿Eh? —So-Yi parpadeó
sorprendida, pero enseguida sonrió y le tomó la mano—. ¡Por supuesto! ¡Gracias!
—¡Ay! ¡Apenas te vi entrar
sentí como si hubiéramos sido amigas toda la vida!
—¿De verdad? ¡Eres muy
simpática! —se rió de verdad, se rió como hacía tiempo no lo hacía. Aquella
chica era una auténtica brisa fresca para su oscura vida.
Ambas se estaban riendo de
buena gana cuando se le acercaron un grupo de tres alumnas, con aspecto
altanero y de pertenecer a la clase alta. Lucille se calló de inmediato al
verlas y a So-Yi le llamó la atención aquel cambio de actitud.
—¿Así que la nueva ya encontró
a su media naranja? Seré buena y apostaré a que duran una semana como amigas,
pronto te darás cuenta que es una verdadera estúpida —se burló la chica del
medio, que parecía ser la líder del grupo..
—Ten mucho cuidado, nueva —le
advirtió la otra—. Se te puede pegar lo “perdedor”.
—A lo mejor le gusta —se burló
la otra.
Las tres se rieron con gusto,
acostumbradas a molestar a los demás sin recibir ninguna réplica de parte de
sus víctimas, por lo que no estaban preparadas para la reacción de la chica
nueva.
—¿Y si me gusta, qué? —Replicó
sin un atisbo de miedo, sorprendiendo a su nueva amiga—. Yo soy dueña de elegir
mis propias amistades, no ustedes, no necesito que nadie piense por mí.
—¡Oh, pero…! —exclamó la chica
del medio, tan incrédula como sus dos amigas, quienes la miraban con los ojos
desorbitados.
—Vamos a almorzar, se hace
tarde —declaró So-Yi, tomando a Lucille por la muñeca y tirando de ella para
salir del salón de clases, dejando a todos los presentes estupefactos.
—¿Pero quién se ha creído esa
estúpida? —se quejó la líder del grupo.
—Parece que encontraste la
horma de tu zapato, Mika —se burló un muchacho que estaba al fondo del salón,
recostado muy cómodamente sobre su silla, con los pies en el escritorio y las
manos en la nuca.
—¿Por qué mejor no te metes en
tus propios asuntos, Ryo? —le espetó, y se fue de allí con sus amigas.
El jovencito sonrió y cruzó
los brazos sobre el escritorio, apoyando el mentón sobre ellos, sin perder la
sonrisa pero con una expresión de decidida voluntad.
—Eso es precisamente lo que
voy a hacer…
Las clases de la tarde habían
terminado y todos los alumnos comenzaron a irse a sus casas caminando, por
supuesto, So-Yi y Lucille iban juntas, charlando como si hubieran sido amigas
desde hacía mucho tiempo. Aunque era la pelirroja la que hablaba más, So-Yi de
dio cuenta de que era una chica muy sociable pero de poca autoestima, por lo
que seguramente era la causa de que no le duraran las amistades y estaba
desesperada por hacer amigos.
—Dejaste a todo el mundo
boquiabiertos, So-Yi, realmente eres muy inteligente, ¿cómo lo haces? —quiso
saber, llevándose el bolso de colegio hacia atrás, sujetando la manija con
ambas manos.
La aludida se alzó de hombros,
restándole importancia al asunto.
—No es nada en especial,
simplemente estoy acostumbrada a estudiar desde que era pequeña. Se hace fácil
con la práctica, ¿sabías?
—¡Oh! ¡Tu mamá debe ser
estupenda para que te haya enseñado eso! ¡Cómo te envidio!
So-Yi se detuvo de golpe y
bajó la cabeza, llamando la atención de su nueva amiga, a quien se le había
borrado la alegría del rostro por una de confusión y preocupación.
—¿Te pasa algo? ¿Acaso dije
algo que te molestó? ¿So-Yi?
—No, nada —levantó la cabeza y
le sonrió—. Lo que pasa es que mi madre murió hace un mes.
—¡Oh! ¡Lo siento mucho! ¡Qué
estúpida fui! —se llevó la mano a la boca, a punto de ponerse a llorar.
—No te preocupes, no lo sabías
—la tomó por el brazo sin perder la sonrisa para tranquilizarla—. ¿Qué te
parece si vamos a tomar helado?
—¿Helado? —se enjuagó las
lágrimas, tratando de sonreír, muy agradecida—. ¡Claro! ¿Por qué no?
—¡Pues vamos, entonces!
Ya se ponían en camino cuando
un alumno saltó del muro externo del colegio y cayó de pie frente a ellas,
sorprendiéndolas.
—Hola, chicas. ¿Puedo ir con
ustedes? —les preguntó, llevándose el bolso hacia el hombro, sonriéndoles de
oreja a oreja.
—¡Ay, Ibaraki! ¿Cuándo vas a
dejar de hacer esas niñerías? ¡Ya tienes 16 años! ¡Madura de una vez! —se quejó
Lucille, mostrándole el puño con unos grandes ojos de furia.
—¿Y por qué quieres ir con
nosotras? —preguntó So-Yi.
—Tú no te andas con rodeos,
¿eh? Por eso me gustas, ¿quieres ser mi novia?
—¡¿QUÉ?! —exclamaron las dos
al unísono, abriendo los ojos como platos.
XOX
—¿Pasó algo en la escuela,
So-Yi? Te ves diferente hoy.
La repentina pregunta de su
tío la sacó de sus pensamientos tan repentinamente que tiró de un manotazo el
vaso con agua, desparramando su contenido sobre la mesa.
—¡Oh! ¡Lo siento! Lo limpiaré
de inmediato.
Mientras la veía secar la
mesa, Ha-Joon siguió cenando en silencio un tanto preocupado.
—¿Te molestó alguien?
—¿Eh? —se le quedó mirando un
tanto confundida con la pregunta—… Bueno… No.
Se dejó caer sobre la silla, a
punto de comentarle sobre el chico que se le había declarado tan
repentinamente.
—Me hice amiga de una chica
muy simpática y de un muchacho un poco alocado.
—Qué bueno saber eso, ya no te
sentirás sola —le sonrió cariñosamente.
Ella se quedó en silencio por
unos segundos, hasta que pudo reunir el valor de hacer la gran pregunta.
Levantó la cabeza.
—Tío, tú… Tú nunca tuviste
novia, ¿verdad?
—Ya sabes que no puedo
tenerla. ¿Por qué me preguntas eso? —la miró como quien sabe perfectamente lo
que seguirá a continuación.
Sonrió pícaramente.
—¿Alguien se te declaró hoy?
¿Quizás ese chico alocado?
—¡Oh, no! ¡Te equivocas, tío!
¡Pero qué imaginaciones tienes! ¡Nada que ver! —se levantó apresuradamente—.
Mejor me voy a estudiar, tengo mucho qué hacer. ¡Gracias por la comida!
Y, ante la diversión de
Ha-Joon, la chica despareció en un segundo.
—¡No te preocupes por los
platos, yo los lavaré! —le gritó, levantándose para recogerlos de la mesa.
Ya en el fregadero, comenzó a
lavarlos. Siempre lo hacía con las manos desnudas, pues le encantaba sentir el
agua correr a través de sus dedos.
Sonrió tristemente.
—Bueno, So-Yi, espero que con
este cambio de vida te olvides un poco de mí…
XOX
Lejos de eso, la mencionada
sobrina tenía entre sus manos la extraña invitación que le habían mandado a su
tío aquella mañana y que ella había encontrado en el basurero.
La nota rezaba así:
Sr. Jin Ha-Joon:
Tengo entendido que usted se encuentra en la ciudad
con un nuevo empleo como profesor de la Universidad de Ciencias y Tecnología de
San Naro. Conociendo su gran capacidad
de investigación sobre sucesos "sobrenaturales", deseo que se
presente en mi editorial para hacerle una propuesta que estoy seguro no podrá
rechazar, ya que, bien lo estará ya sospechando, no es el único que tiene
poderes sobre naturales.
Imaginando que desperté su curiosidad, puede
visitarme entre las 9 a. m. y 9 p. m. en la dirección que le adjunto más abajo.
Atte.: Adrian Virgin
So-Yi alzó la vista del papel, muy decidida.
—No te preocupes, tío, voy a encontrar la forma de
liberarte de tu maldición para que puedas vivir como cualquier otra persona
normal.
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