Resumen del anime: Yusuke Urameshi, un chico de catorce años es atropellado por un coche cuando intentaba salvar la vida de un niño pequeño. Al ser atropellado, no sobrevive y muere. Entonces es cuando Botan le dice que su muerte no estaba prevista así que no va a ir ni al cielo ni al infierno, por lo cual se queda en la tierra como fantasma. Botan le dice de hacer una prueba para volver a la vida, la consigue superar y entonces es cuando le encomiendan la tarea de ser detective espiritual, con lo cual tendrá que resolver varios casos utilizando poderes espirituales que le dan.
LA PUERTA DEL DIABLO
Un codicioso empresario está buscando la forma de gobernar el mundo, y qué mejor manera que abriéndole las puertas al diablo en el Templo de Genkai
Género: drama, acción, fantasía, humor
Pareja: ninguna
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 30 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan
Después de salir de clases, Yusuke, Keiko, Botán, Kuwabara y Kurama se fueron a pasear por el centro.
-¿Hiei ya comenzó con su espionaje? –Preguntó Yusuke a Kurama.
-Sí. Desde anoche. –Respondió el apuesto joven.
-¡Vaya que comienza rápido! –Aplaudió muy alegre Botán.
-Espero que sea lo suficientemente rápido. –Suspiró Yusuke.
-¿Por qué dices eso? –Preguntó Kurama.
-Tener a Genkai en mi casa no es muy divertido. –Respondió apesadumbrado.
-¡Yuske! –Lo retó Keiko -¡No seas tan mal agradecido! ¡La maestra Genkai siempre se preocupa por ti! ¿Y así es como la tratas? ¡Debería darte vergüenza!
-¡Bah! –Respondió el muchacho indiferente. Pero luego se quedó pensando en lo que su amiga le dijo.
Después de dar unas vueltas, Yusuke decidió regresar a su departamento, eran casi las ocho de la noche y Keiko y Kurama ya se había marchado a sus casas.
-¿No te dirá nada tu mamá? –Le preguntó preocupada Botán, quien también se iba hacia el mundo espiritual.
-¿De que llego tarde a casa? No. –Respondió sencillamente Yusuke sin preocupación alguna. –Seguramente no debe estar en la casa o si está debe estar bastante dormida por la borrachera. Ni siquiera debe saber la hora que es.
-¿Y Genkai no te retará? –Preguntó Kuwabara.
Yusuke se quedó pensativo por unos momentos, y al fin respondió con indiferencia:
-No lo sé y no me importa.
Los tres jóvenes se despidieron y se marcharon a sus respectivos hogares. Arrastrando los pies por la flojera y el desgano, Yusuke llegó al edificio de departamentos en donde vivía. Mayor fue su sorpresa cuando encontró las habitaciones de su departamento totalmente limpias y con los muebles arreglados y acomodados. Todo estaba reluciente y limpio como nunca antes lo había estado.
-¿Pero que diablos fue lo que pasó aquí? –Se preguntó el muchacho dejándose caer en la silla asombrado.
-Limpié este chiquero. Eso fue lo que pasó. –Le contestó Genkai trayéndole una taza de té y medialunas. –Por lo visto tu madre no limpia muy seguido.
Yusuke tomó la taza de té y se la bebió sin decir nada. Ya estaba acostumbrado a las costumbres de su madre como para sentir algo de vergüenza.
-¿En dónde está mi mamá?
-Está descansando en su dormitorio por la borrachera de anoche. Así que también preparé la cena para no molestarla.
"Qué agradable es la abuela cuando se lo propone" –Pensó el muchacho terminando su té y medialunas.
-Bueno, Yuske. –Dijo ella –Comienza a hacer tu tarea.
Yusuke, muy sorprendido, escupió el pedazo de medialuna al escuchar aquellas palabras. Jamás su madre le había dicho algo así, bueno, a veces, cuando estaba sobria.
-¿Ahora? –Protestó el muchacho -¡Pero recién acabo de llegar!
-No me importa. Ya estuviste bastante tiempo haraganeando por las calles, así que ahora debes estar bastante descansado.
Las palabras de Genkai escondían cierto tono de amenaza a la que Yusuke se percató de inmediato. Pero no se iba a dejar vencer por ella tan fácilmente.
-No se me da la gana. –Dijo él recostándose en la silla con los brazos cómodamente atrás de su cabeza. –Esta es mi casa y en mi casa mando yo.
-¿A sí? –Preguntó la abuela desafiante.
Unos minutos después, Yusuke se encontraba refunfuñando haciendo su tarea con un buen chichón en la cabeza.
-Mañana salimos a correr. ¿no, Yuske? –Le dijo su maestra sonriendo malévolamente desde el otro lado de la mesa.
-Maldición. –Murmuró el muchacho muy contrariado, y luego pensó: –"¿Por qué no se fue a vivir mejor con Kurama?"
Pasó una semana y la relación entre Yusuke y su maestra empeoraba cada vez más y más. Genkai solía ser demasiado estricta con el muchacho y Yusuke empezaba a rebelarse en contra de ella cada vez más seguido. Atsuko Urameshi, muy entretenida con su bebida, no intentaba suavizar las terribles peleas que tenía su hijo con la anciana, y a los pocos días ella se fue por una semana.
Ambos tenían un carácter muy fuerte, pero era Yusuke quien terminaba cediendo al final bajo las exigencias de Genkai. Pero poco a poco el vaso se estaba llenando y en cualquier momento rebalsaría.
-¿Qué te pasa, Yuske? –Le preguntó Keiko a su amigo mientras caminaban hacia sus casas después de salir de clases. –Te ves algo cansado.
Yusuke suspiró.
-Genkai me está volviendo loco. –Respondió apesadumbrado. –Estoy arto de que me grite y me golpee todo el tiempo. No me deja en paz, parece que no soporta verme sin hacer nada que ya me encarga algo por hacer. ¡Y mi madre no dice nada!
-Debes tenerle paciencia, Yuske, debe estar angustiada por su templo.
-¡Pero no tiene derecho a tratarme así en mi propia casa! –Gritó el muchacho. -¡¿Qué diablos es lo que está haciendo Hiei que no descubre de una buena vez lo que quieren hacer en ese maldito templo?!
-No te pongas así, tranquilízate. –Trató de calmarlo su amiga.
-¡¡No quiero!! –Yusuke ya no podía controlar su creciente ira. -¡¡No soporto más a esa vieja bruja!! ¡¡Ojalá nunca la hubiera conocido!! ¡¡Ahora yo estaría muy tranquilo sin su presencia!!
Yusuke no se había dado cuenta en su ofuscación de que ya se encontraban frente el edificio de departamentos, y que con tal mala suerte, que la misma Genkai se encontraba en la puerta de entrada, esperándolo, y lamentablemente había escuchado todo.
Keiko se había parado en seco con los ojos abiertos desmesuradamente al ver a Genkai. Yusuke se extrañó un poco.
-¿Qué es lo que te pasa, Keiko? ¿Me estás escuchando?
-Mira detrás de ti. –Le dijo la chica extendiendo lentamente su brazo y apuntando temblorosamente con su mano hacia el edificio que estaba detrás del muchacho.
Yusuke se dio media vuelta y se detuvo en seco. Frente a él se encontraba Genkai, con una expresión muy seria en su rostro.
"¡Dios!" –Pidió el muchacho muy afligido –"¡Por favor, que no haya escuchado nada de lo que dije!"
-Vaya, Yuske. –Dijo la anciana con disgusto. –Por fin nos ponemos sinceros.
Yusuke estaba petrificado, ¡ella lo había escuchado todo!, no podía creer en la situación en que se encontraba por haber sido tan idiota y no haber detenido su estúpida boca. ¡Ojalá no hubiera dicho tantas tonterías!
-M- maestra Genkai, -Por fin le salieron las palabras –yo... no...quise...
Pero ella no lo dejó hablar, se dio media vuelta y caminó hacia el edificio.
-Haz lo que quieras, Yuske. –Le dijo con gran frialdad. –Ya no te molestaré más.
Yusuke se quedó parado en donde estaba, no pudo moverse, su rostro estaba muy pálido, con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta. Dándose cuenta totalmente de todo, bajó la cabeza, cerró los ojos y los puños con fuerza.
-Soy un estúpido. –Murmuró dolorido. Keiko, muy preocupada, abrazó al muchacho.
Aquella tarde, Yusuke sintió el cambio en su relación con Genkai, encontró el té en la mesa, pero esta vez su maestra no lo acompañó, y tampoco lo obligó a que hiciera la tarea. No vieron juntos la televisión como lo hicieron las otras noches, ni tampoco jugaron a los videojuegos. Ni un reto, ni un golpe, ni una burla, ni una palabra, ni una mirada. Genkai podía estar a su lado, pero a la misma vez parecía que no lo estaba. Aquella noche, Yusuke se acostó muy apesadumbrado.
El pobre chico no descansó ni siquiera en sus sueños, sólo veía a su maestra sentada en una oscura habitación del templo con la cara cubierta de lágrimas, y cada vez que él trataba de acercarse para consolarla, aquélla habitación se alejaba cada vez más y más. "Ya nada será igual" escuchaba decir a su maestra. Varias veces Yusuke se despertó angustiado durante la noche y varias veces soñó con lo mismo.
Un poco desanimado por sus pesadillas pero también esperanzado por si Genkai se hubiera tranquilizado por la noche, el muchacho esperó las 5 de la madrugada para que su maestra lo levantara, pero los minutos pasaron y ella no apareció. Muy triste, Yusuke se asomó a la ventana. Entonces vio a Genkai correr por la vereda, sola. Yusuke tomó una decisión y se vistió apresuradamente para salir detrás de ella para pedirle perdón.
La alcanzó cuando corrían por la plaza, entonces el muchacho se puso al lado de su maestra para poder hablarle. Ella ni siquiera lo miró.
-¿Quiere que la acompañe? –Preguntó Yusuke con gran cortesía.
-No lo sé. –Respondió fríamente Genkai sin dirigir siquiera una sola mirada hacia su discípulo. –No te dije que lo hicieras, ya te dije que puedes hacer lo que se te antoje, a mí me da igual.
Yusuke se detuvo, no se esperaba esa respuesta. Bajó la cabeza y trató de reprimir sus lágrimas.
-Pero a mí si me importa lo que usted hace. –Murmuró.
¡Y NO LO OLVIDEN! SI ESTÁN AGRADECIDOS CON
LOS BUENOS MOMENTOS QUE LES DA ESTE BLOG...
¡¡¡DENLO A CONOCER CON TODO EL MUNDO!!! 😄
Notas de una Bloggera Descuidada:
¡Hola, mis queridos arrinconados! ¿Cómo están? Espero que bien.
Sigo viendo el anime Dear Boys y el drama japonés Ángeles de Blanco. Comenzaré a editar el drama coreano Amor Musical, que lo había dejado en suspenso, y seguiré subtitulando la temporada 7 de Doctor-X. Sigo estudiando japonés, Ele, repasando inglés y escribiendo mi novela ligera Fenómenos. ¡Siempre ocupada mientras trabajo! El día en que este blog gane lo suficiente como para vivir de él, pues por fin podré dedicarme a él al 100 % 😉
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Sayounara Bye Bye!
Yu-Chan 💖
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