Resumen de la serie: Daimon Michiko es una atractiva e independiente cirujano. No está afiliada en el departamento médico del hospital universitario, se mueve alrededor de distintos hospitales, mientras está conectada a un tipo sospechoso de 'agencia de médicos'. Observa la jornada laboral estrictamente, no acepta tareas donde la licencia médica no es necesaria, y también está interesada en las luchas de poder características de los hospitales. Su vida privada y su experiencia laboral están envueltas en el misterio, pero es una aguerrida cirujano de primer nivel con los instintos de una genio. Si bien hay rumores desagradables que abandonó la comunidad médica a causa de problemas económicos y negligencia médica, nadie conoce a la persona que realmente es.
Personajes: Michiko Daimon (46), Hiromi Jonouichi (43), Akira Kanbara (75), Hideki Kaji (58), Kondo Shinobu (47), Takashi Ebina (59), Takano Naoki (64), Mamoru Hara (48), Takashi Torii (58), Hikaru Morimoto (38), Shigatetsu Hiruma (71).
Capítulo
5: El Nuevo Equipo de Cirugía. ¡El Equipo de Cirujanos Daimon-Kaji!
Aunque algo
reticente, el doctor Hideki Kaji le pidió a su patrocinador su ayuda para
incorporar algunos miembros conocidos tanto por él como por la doctora Michiko
Daimon a su equipo quirúrgico. Así que, mediante algunos “arreglos”, Kondo
Shinobu, Ebina Kei, Takano Naoki, Hara Mamoru, Torii Takashi y Morimoto Hikaru
fueron incorporados al hospital.
—Es increíble
que estemos juntos de nuevo —comentó el doctor Hara, dejando el maletín en su
lugar asignado en el Departamento de cirugía.
—Al final,
volvimos a reunirnos, como lo prometió el doctor Kaji hace mucho —siguió
Morimoto, el doctor más joven de todos, sentándose frente al otro escritorio.
—¿Cómo te fue
en estos últimos?
Morimoto
sonrió con menos timidez que antes.
—Me fue muy
bien, aprendí mucho.
Hara Mamoru
suspiró aliviado.
—Yo en cambio
la pasé ni muy bien ni muy mal en donde me enviaron, ¡todo por culpa de ese
demonio!
—Por nada —fue
la sorpresiva y apática réplica de Michiko, quien en ese momento estaba
entrando a la habitación, ya con la bata puesta y con las manos en los bolsillos.
—¡D-doctora
Daimon! —el joven doctor se levantó apresuradamente, haciendo un tímido saludo—
¡Qué bueno verla de nuevo!
—Ajá… —pasó de
largo para sentarse en su lugar. Mamoru y Morimoto se le acercaron rápidamente,
curiosos.
—¿Es verdad
que el doctor Kaji es el director de este hospital? —quiso saber el último.
—Sí…
—respondió de mala gana.
—¿Y la
contrató a usted? ¡Pensé que la odiaba!
Michiko alzó
los hombros por toda respuesta y procedió a encender su computadora.
—¡P-pero
llegar a ser director general toma muchos años! ¿Cómo lo logró? —se preguntó
Hara.
—Eso mismo
quisiera saber —se escuchó decir desde la puerta, los dos doctores se volvieron
para ver quién era.
—¿Llegando
tarde, doctor Kondo? —se burló Michiko, sin apartar la vista de la pantalla.
—Me impresiona
que estés antes que yo, doctora Daimon —se burló también, entrando a la sala
para dejar sus pertenencias al lado de su compañera ante el asombro de los
demás.
—Te
impresionaría más si supieras por qué, pero eso es algo que no te interesa
—sonriente, volvió su atención hacia la computadora.
Shinobu
sonrió.
—Tan simpática
como siempre… —se sentó, prendiendo su computadora también—. Entonces no me
dirás cómo ese hombre fue ascendido a Director General, ¿verdad?
—¿Y quién dice
que lo sé?
Él la miró de
refilón antes de volver a su trabajo.
—Tan astuta
como siempre.
Michiko Daimon
no dijo nada más, pero, con la felicidad pintada en su rostro, procedió a leer
el informe del caso que tenía entre manos. Hara y Morimoto se quedaron de
piedra, admirados.
—Parece que la
doctora Daimon se lleva muy bien con ese hombre —comentó el primero.
—Nunca se
portó así con nosotros —lo miró, dudoso, juntando las yemas de sus dedos
índices —, ¿no será que son…?
Pero fue
interrumpido por la llegada de los doctores Takano Naoki y Torii Takashi.
—¡Me parece
que este será un gran equipo! —saludó el segundo al verlos—. ¡Doctor Mamoru,
doctor Morimoto! ¡Tanto tiempo sin verlos!
—¿Usted aquí?
¡Es increíble! —exclamó Hara, acercándose a su antiguo jefe junto con Morimoto,
deshaciéndose ambos en saludos.
—Me
trasladaron por un pedido especial. Ese doctor Kaji es un sentimental,
llamarnos a todos para que volvamos a trabajar juntos… Éste es el doctor Naoki
Takano, una leyenda entre los investigadores médicos y también fue llamado
entre las filas de este hospital.
—¡Es un honor!
—saludaron los más jóvenes.
—Gracias,
gracias —les correspondió con correcta educación, mirando después a su
alrededor—. Este viejo edificio se está cayendo a pedazos, pero el doctor Kaji
me dijo que tiene la intención de hacerlo surgir de entre las cenizas y por eso
llamó a los mejores.
—Eso suena a
una apuesta —replicó el doctor Shinobu Kondo, levantándose de su asiento para
dirigirse hacia el doctor Naoki Takano—. Me alegra mucho tenerlo trabajando a
nuestro lado, doctor Takano.
—¿Sin
competir, verdad? —sonrió el aludido.
—No.
Trabajando en equipo esta vez —esbozó una media sonrisa.
—En un
principio no estaba muy contento con este traslado, sobre todo porque el sueldo
iba a ser bajo, pero cuando supe que la doctora Daimon iba a estar aquí, decidí
lanzarme de cabeza en esta loca apuesta —reveló Torii.
De repente,
Michiko Daimon se puso de pie, corriendo la silla como si quisiera llamar la
atención. Volvió a ponerse las manos en los bolsillos y se abrió paso entre los
doctores, directo a la puerta de salida.
—Sinceramente
no sé cómo ganaremos “esa” apuesta con este otro “individuo”, ¿no les asusta su
cara como a mí? —declaró, saliendo de la sala, cruzándose en la puerta con un
recién llegado y nervioso doctor Kei Ebina.
—¡Doctor
Ebina! —exclamó Kondo, incrédulo.
—Esto sí que
me sorprende… —declaró el confundido doctor Takano.
Ebina no logró
atinar a decir nada, pero más le valdría cerrar la boca porque tanto Kondo como
Takano, sabían del engaño en que había tomado parte en el Hospital Universitario
de Totei.
XOX
En la oficina
del Director del hospital, la Doctora Michiko Daimon encontró al gran Director
General, el cirujano Hideki Kaji, autodenominado el “genio de la laparoscopía”,
durmiendo profundamente sobre el escritorio con la cara pegada en un libro de
manga a medio leer, utilizándolo como si fuera una almohada.
La doctora
torció el gesto y, por toda respuesta, se limitó a recostarse sobre el viejo
sofá, quedándose igualmente dormida.
XOX
Era la hora de
la ronda cuando el nuevo secretario, Akira Kanbara, entró a la Dirección junto
con Jonouichi, ambos muy preocupados porque el flamante Director no había hecho
acto de presencia aún.
—¡Dormido! ¿Es
que anoche no durmió? Seguro salió de fiesta… ¡Menudo Director General tenemos
aquí!—se quejó la anestesista, poniendo los brazos en jarra.
—Que yo recuerde,
Michiko no salió de fiesta… —comentó el flamante secretario.
—¿Qué quiere
decir con eso, Akira-san?
El aludido
apuntó con la cabeza hacia el sofá en donde la mencionada doctora dormía a
pierna suelta.
Hiromi se
sorprendió por unos segundos, pero enseguida suspiró decepcionada.
—No puedo
creer que el futuro de este hospital y de nuestras carreras profesionales estén
en las manos de este par de soñadores.
—Tranquila, yo
me encargaré de ellos dos, vaya a informarles al equipo médico que el doctor
Kaji estará con ellos en unos minutos.
—Está bien…
—asintió de mala gana y, después de clavarle la mirada a Michiko, salió del
cuarto—. En cuanto estemos en casa le diré que no puede quedarse dormida en
cualquier lugar.
Con la
habitación nuevamente sumida en el silencio, Akira Kanbara los observó detenidamente
desde donde estaba.
“Espero que
sepan en dónde se están metiendo ustedes dos. Kaji, ¿por qué optaste por este
camino tan peligroso? ¿De verdad estabas tan desesperado por el prestigio y el
dinero? ¿O hay algo más que no sabemos?”. Pensó, muy preocupado, luego, dirigió
su atención a su protegida. “¿Tú ya lo sabes, verdad? ¿Y aun así decidiste
quedarte? ¿Lo hiciste porque estás aburrida o por tener la libertad de hacer lo
que quieras? Eres una temeraria, Michiko, y espero que no te arrepientas por
ello”.
Quince minutos
más tarde, el nuevo Director General del Hospital Universitario de Naro, el
orgulloso doctor Hideki Kaji, hacía su ronda junto a su nuevo equipo médico,
tratando de no bostezar mientras la misteriosa doctora Michiko Daimon seguía
durmiendo en el sofá, a dos horas de su primera cirugía en aquel lugar. Lejos
estaban de pensar que las cosas iban a complicarse aún más.
Mientras
caminaban por el pasillo, el apuesto doctor Shinobu Kondo observaba
detenidamente al sonriente pero medio dormido Director General. ¿Cómo aquel
hombre había llegado a tener ese puesto a esa edad con evidente falta de
preparación? Juró que lo averiguaría y, si pudiera sacar provecho de ello, lo
haría para destruir el actual sistema corrupto.
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