Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 23: Una Confesión de Amor y Dolor*

       Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

QUINTA PARTE¿CÓMO ROMPER LA MALDICIÓN?

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 23: Una Confesión de Amor y Dolor*


Después de que William le hubiera quitado por fin aquellas molestas
cadenas al sufrido capitán Sparrow, y después de que se hubiera marchado
junto a Gibbs a pesar de las protestas de este de dejar a solas a su
capitán junto a su más ferviente enemigo, las puertas del camarote se
cerraron para cualquier miembro de la tripulación, dejando completamente
a solas a aquellos dos hombres, (bueno, uno era mujer).

-¿Sobre qué crees que conversarán? –le preguntó Elizabeth a su prometido
una vez que estos se hubieran reunido en la cubierta.

-Supongo que debe ser algo respecto a un asunto de Norrington,
Elizabeth, por algo abordó en secreto el "Perla Negra".

-Quisiera saber qué es… -murmuró con curiosidad.

Will la miró cariñosamente y la tomó suavemente por la cintura,
atrayéndola hacia él.

-No seas curiosa, Elizabeth, a menos que Jack nos lo quiera decir, ese
asunto no nos concierne.

Se besaron tiernamente durante unos momentos, hasta que ella murmuró con
una pícara sonrisa:

-Sé que lo sabremos, después de todo, estamos en el mismo barco.

-Elizabeth… -murmuró el muchacho con un ligero tono de reproche, que fue
rápidamente borrado con otro amoroso beso.

Mientras tanto, en el camarote del capitán del "Perla Negra", Jack
Sparrow le había cortado las ataduras al polizón de a bordo, dejándolo
libre.

-¿Está seguro de esto? –preguntó James Norrington mientras se
friccionaba un poco las muñecas.

-Tú me liberaste cuando estuve prisionero en tu navío –dijo mientras se
sentaba en su silla que estaba frente a una mesa llena de cartas
marítimas y botellas de ron recién traídas por Gibbs-, digamos que con
esto estamos a mano.

-No sabía que los piratas tuviesen algo de honor –comentó con cierta ironía.

-Hay muchas cosas que no sabes acerca de nosotros los piratas –replicó
mientras se servía un poco de ron en una jarra, y luego de tomar todo el
líquido de un solo sorbo, como si quisiera recompensar todo el tiempo en
que no lo había tomado, le hizo una seña para que se sentara en la otra
silla.

-¿Quieres un poco de ron? –preguntó mientras llenaba otra jarra.

-No bebo la bebida de los mal vivientes –fue la cortante respuesta de
James mientras tomaba asiento.

-Bueno, tú te lo pierdes –dijo Jack mientras se tomaba el contenido de
las dos jarras sin ni siquiera inmutarse por lo que había contestado su
enemigo.

El Comodoro lo observó por unos instantes en completo silencio,
pensativo, lo que incomodó un poco al capitán Sparrow.

-Resulta extraño verlo como una mujer en vez de ver al verdadero Jack
Sparrow. Es como si fuera otra persona –habló por fin-. ¿Cómo puede
vivir así?

-No lo pienso mucho –fue la tranquila respuesta-, y lo disfruto mucho.

"Se nota" –pensó despectivamente, y luego preguntó intrigado:

-¿Qué es lo que hará con su tripulación? Parece que su amiguito quiere
tomar su lugar como capitán.

-Ya se calmarán –Jack hizo un ademán de indiferencia con la mano-, la
tripulación nueva son el problema, pero tengo el apoyo de mi "vieja"
tripulación, ellos los convencerán de hacer lo correcto y Barbossa no se
saldrá con la suya.

"Es demasiado confiado" –pensó el Comodoro.

-¿De qué querías que hablemos? –Preguntó mientras se servía otro poco de
Ron-. Y por favor, déjese de tanta ceremonia y ya no me trates de "usted".

Pero luego agregó algo pensativo mientras llevaba la jarra llena hacia
sus labios:

-Aunque debo confesar que ser tratado de "usted" lo hace sentir a uno un
caballero…

Aquella pregunta tomó por sorpresa a Norrington, quien miró al pirata
directamente a los ojos, no sabía qué decir, si le contaba sobre la
piedra o no, pero con sólo ver por unos momentos a aquella mujer que
amaba con locura frente suyo, supo de inmediato qué decir y hacer.

-¿Quieres saber la verdad? –le preguntó un tanto desafiante, cambiando
su forma de hablar-. ¿De verdad quieres saberlo?

El capitán asintió con la cabeza sin mirarlo, mientras volvía a servirse
un poco más de ron en su vieja jarra.

-Quiero ayudarte a romper la maldición del anillo –fue la sorpresiva
respuesta.

-¿Pero por qué? –Le preguntó sorprendido- No es tu problema.

James permaneció en silencio por unos momentos, mirando hacia el piso,
hasta que por fin volvió a alzar la vista para decir con cierta angustia:

-Comenzó a ser MÍ problema desde la primera vez que te vi convertido en
mujer.

-¿Eh? –Jack se sorprendió aún más, dejando caer su mano sobre la mesa
junto con su jarra de ron-. ¿A qué te refieres con eso?

-¡No te hagas el tonto! ¡Sabes muy bien a lo que me refiero! –se
molestó, poniéndose en pie.

-Si fue por lo de la bromita que te hice en tu camarote… -dijo mientras
ponía cara de inocencia-, la verdad es que se me fue la mano, discúlpame.

-Eso no se arregla con una simple disculpa –replicó, apretando los puños
por culpa de la frustración que sentía-. Lo que me hiciste no tiene perdón.

-Pero si sólo fue un simple beso –arguyó tratando de restarle
importancia al problema-. Tu problema es tomarte las cosas demasiado en
serio.

El Comodoro golpeó la mesa con su puño, haciendo vibrar las botellas, lo
que hizo que Jack las abrazara preocupado por la posibilidad de que se
cayeran y se rompieran.

-… Para mí no fue un simple beso… -murmuró James adolorido, y sin que le
diera un poco de tiempo a Jack para reaccionar, tomó un pequeño cuchillo
que había dejado Barbossa sobre la mesa mientras cortaba una de sus
manzanas, y trepando por encima de la mesa, saltando hasta quedar al
lado del pirata, lo tomó con una de sus fuertes manos por el cuello de
la camisa y con la otra mano le colocó el cuchillo sobre su garganta.

-Con sólo cortarte el cuello me veré libre de este sufrimiento que
atormenta mi alma en cada minuto que pasa de mi agónica existencia…
-dijo muy nervioso, temblándole el pulso.

-C-cálmate… No vayas a cortarme -pidió Jack asustado mientras se
inclinaba hacia atrás con los brazos extendidos-, no te lo tomes tan en
serio. Yo no me lo tomé así.

-Por alguna razón –siguió el oficial-, eso es lo que más me duele. Me
duele estar enamorado de alguien como tú, de alguien que no le importa
en lo más mínimo el sufrimiento ajeno. Sé muy bien que mi sufrimiento es
en vano a causa de una mujer quien realmente es mi peor enemigo…

-Sólo fue un malentendido –le aclaró "la capitana" mientras miraba de
reojo hacia todos lado tratando de ubicar su espada, pero al no
encontrarla, decidió tomar una de sus botellas de ron, que estaba bacía,
por supuesto-. ¿No puedes sólo olvidarlo y comenzar de vuelta?

Norrington bajó la mirada, se notaba que el sufrimiento que había
sentido todos esos días había sido terrible para su persona.

-No puedo hacerlo… -le confesó en voz baja-, traté y traté, pero no
puedo olvidar, mi mente me trae esos recuerdos una y otra vez,
torturándome sin piedad…

Viendo que el Comodoro había bajado la guardia, Jack tomó rápidamente la
botella y se la rompió en la cabeza, logrando así, que este lo soltara.
El pirata (la pirata en realidad), aprovechó aquel descuido para huir,
pero cuando apenas pudo llegar a la puerta, James, quien no se había
desmayado, la volvió a tomar por las ropas y la dio media vuelta para
darlo de espalda contra la pared y colocarle de nuevo la daga en su fino
cuello.

-¡¿Te das cuenta que no te importa nada de lo que te he dicho?! –exclamó
Norrington muy enojado.

-Perfectamente –respondió Jack incorregible, pero tubo que cerrar la
boca porque notó una chispa de ira en los ojos de su agresor, luego,
pensó que lo mejor sería hacerlo entrar en razón, aunque eso podría
resultar peligroso.

-Tú sabes que no soy una mujer realmente, sabes que soy uno de tus
peores enemigos a quienes persigues tanto: el capitán Jack Sparrow, un
hombre, no una mujer, por lo tanto, tu sufrimiento es vano. Es mejor que
termines ya con esta tontería.

James Norrington lo observó detenidamente en completo silencio por
espacio de unos minutos, hasta que por fin, todo lo que sentía dentro de
sí, salió a la luz:

-¿Tú crees que no sé todo eso? ¿Es que no te das cuenta que es por eso
por lo que estoy sufriendo tanto? –Lleno de ira apretó los dientes y
también la presión del cuchillo sobre el cuello de su prisionera-. Todo
este tiempo no he podido vivir en paz gracias a esa dura verdad. No he
bebido, comido o dormido en paz desde que mis ojos se fijaron en ti, el
vino me sabe amargo, la comida me resulta repugnante, no puedo dormir
tranquilo sin que te aparezcas en mis sueños, ni tampoco puedo
permanecer despierto sin que tú seas el motivo de mis pensamientos… ¡Y
yo te odio tanto por eso! ¡Odio la agonía del infierno por el que me
haces padecer sin piedad! …Si tan sólo con matarte pudiera liberarme de
este suplicio interminable…

Jack se sorprendió al ver que unas cuantas lágrimas comenzaban a correr
por el rostro adolorido de aquel hombre en apariencia inflexible.

-… Pero no puedo matarte… -siguió hablando con voz estrangulada-,… No
puedo hacerlo, moriría junto a ti si lo hiciera… porque…, porque…, te
amo con toda mi alma, y eso… eso es suficiente para pensar que estoy
perdiendo la razón…

-…¡¡Porque tú no eres realmente lo que aparentas y eso me está matando!!
–exclamó mientras golpeaba fuertemente con su puño en la pared al lado
de Sparrow, sobresaltándolo.

Apenas terminó de decir todo esto, James Norrington trató de acallar un
tenue sollozo de su adolorida garganta, cayendo poco a poco de rodillas
al suelo al lado de la pirata, quien también tuvo que comenzar a
agacharse y sentarse al fin en el piso gracias a la daga que aún
mantenía el Comodoro en su cuello. Y así quedaron ambos, Jack sentado en
el suelo, apoyado en la pared y James arrodillado al lado de él, hasta
que lentamente bajó el cuchillo y lo lanzó lejos de allí, permaneciendo
en silencio al igual que su amor imposible.

Y luego de unos minutos en silencio, James comenzó a reírse vagamente
con un tono nervioso, como si por fin hubiera terminado de pelear la
peor de sus batallas.

-Debes pensar que estoy completamente loco… -dijo al fin, sin mirarlo.

-No sabes cuan cerca están la locura del amor –opinó el pirata ya más
tranquilo.

-Tienes razón… -asintió con una sonrisa.

-¿No quieres un poco de ron? –Jack tomó una botella que estaba tirada al
lado suyo y se ofreció como si nada hubiera pasado.

-¿Eh? –el Comodoro lo miró, sorprendido por la propuesta.

-Tómala –dijo, volviendo a ofrecérsela-, te ayudará a sobrellevar mejor
todo esto.

James dudó por unos momentos, pero al fin tomó aliento, agarró la
botella, la destapó y se sentó al lado de su enemigo.

-Por las malas experiencias –dijo el capitán mientras alzaba su mano con
otra botella de ron.

-Por los amores no correspondidos –anexó el Comodoro, también alzando su
botella.

Los dos brindaron y se llevaron el ardiente contenido de las botellas a
sus bocas, y eso mismo estuvieron haciendo por espacio de varios minutos
en completo silencio, hasta que un leve y rico mareo comenzara a dar
vueltas por sus cabezas..

-Esa declaración realmente estuvo muy convincente –admitió Jack con gran
sinceridad mientras miraba sin mirar hacia el vacío-. ¿Por qué no le
dijiste algo así a Elizabeth?

-No lo sé…

-Y por eso la perdiste. Ese William Turner aprovechó la ocasión, no
pierde el tiempo ese chico sinvergüenza.

-Ajá… -asintió James un tanto triste.

-¿Lo de "amores no correspondidos" te referías a ella, verdad? –le
preguntó, mirándolo de reojo.

-Y a ti también –agregó mirándolo también, pero carraspeó poniéndose
nervioso y se apresuró a aclarar lo que había dicho:

-Pero no realmente a ti como eres en realidad, sino a ti como una mujer.

-Gracias por el cumplido, Comodoro Norrington –dijo inclinando levemente
la cabeza, dejando a su interlocutor algo confundido.

-¿Es que nunca puedes hablar en serio? –le preguntó.

-Yo hablo tan en serio como también hablo en sentido figurado –fue la
extraña respuesta.

Y luego de unos momentos, ambos comenzaron a reírse a carcajadas, ya
totalmente liberados por la tensión de hacía ya hace un rato.

-Pensé que tú nunca te reías –opinó Jack un tanto sorprendido y extrañado.

El aludido sonrió y miró hacia abajo como sintiéndose un poco avergonzado.

-Seguramente todos ustedes pensarán que soy un ogro…

-Más bien, un sujeto carente de sentido del humor.

-Todo esto resultó ser una total ridiculez –dijo Norrington mientras se
secaba las lágrimas de sus ojos con la manga de su casaca-. ¿Te
imaginas? Acabo de declararme ante ti. ¡Qué locura!

-No hace falta imaginarlo –le respondió-, me acabas de hacer tu numerito
completo.

Luego, Jack se recostó sobre el piso sintiéndose aún un poco cansado,
cerró los ojos y dijo:

-Tú y yo somos enemigos jurados, y todo este embrollado problema nos ha
unido de una manera muy extraña…

-Exactamente. A pesar de todo eres un sucio pirata, y ya sabes que juré
ahorcarte con mis propias manos –asintió el otro sin duda alguna,
observándolo, y luego preguntó con cierta curiosidad:

-¿Qué opinas de ser ahora una mujer?

-No lo sé, no es tan malo –fue la sorprendente respuesta mientras se
llevaba las manos atrás de la cabeza, en la nuca-. Te confieso que me
resulta atrayente la idea de saber lo que siente una mujer en "ese
momento", si sabes a lo que me refiero…

James sonrió, pues sabía que Jack sólo estaba bromeando como ahora sabía
que era su costumbre. Estaba tomándole el pelo. Lentamente se inclinó
sobre él (ella) y colocó sus manos hacia ambos lados de la cabeza de la
pirata, y acercando su rostro al suyo, dijo:

-¿Eso quiere decir que tengo alguna esperanza?

Jack abrió los ojos y le dijo con una sonrisa algo pervertida:

-Como le dije antes a Gibbs: "Te advierto que a pesar de mi apariencia
de pirata, soy una mujer completamente decente y no acepto ningún tipo
de insinuación".

Norrington sonrió divertido, pero justo cuando estaba por decir algo, la
puerta se abrió dándole paso a una asombradísima Beatriz Grenville,
quien se quedó totalmente petrificada al ver aquella extraña escena.

-¡¿Qué haces tú aquí?! -preguntó el capitán Jack Sparrow al darse cuenta
que las cosas iban a empeorar antes de mejorar.



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