Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 25: Crueles Intenciones *

         Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

QUINTA PARTE¿CÓMO ROMPER LA MALDICIÓN?

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 25: Crueles Intenciones *


Aunque nuestro querido protagonista tuvo que quedarse toda la noche al
mando del timón junto a Gibbs mientras los demás arreglaban sus
diferencias, pudo descansar muy bien de aquellos días tan ajetreados que
le tocó vivir. Como buen navegante experimentado, el vaivén
tranquilizador y la dicha de estar nuevamente al mando de su querido
navío el "Perla Negra" fueron suficientes para llenarlo de aquella
energía y vitalidad acostumbradas en él (perdón, ella).

Pronto llegarían a la región pantanosa de la más adelante bautizada:
Florida, estado de Estados Unidos cuya nación aún le faltaban como 100
años para declarase independiente de la poderosa Inglaterra.

El lugar en donde vivía la pitonisa se llamaba "Río Pantano", una región
mística, tétrica y pantanosa poblada de escuálidos árboles que luchaban
por sobrevivir en aquella región estéril, que cualquier medico que se
precie de sensato, tacharía al lugar como posible zona de peligrosas
fiebres. Allí se encontraría por fin con tía Dalma, quien Jack esperaba
que le diera alguna pista sobre como romper aquella maldición que lo
aquejaba desde hacía ya varios días.

-Yo-ho, yo-ho un gran pirata soy. Saqueamos, robamos, sin miedo hasta el
fin. Brindad compañeros Yo-ho. Nos gusta pelear, hay que destrozar.
Brindad compañeros Yo-ho… –Jack Sparrow canturreaba tranquilamente en
voz baja su canción favorita.

-¿Cuándo llegaremos? –preguntó Will al llegar a su lado.

El pirata sacó su misteriosa y mágica brújula (sí, el muchacho ya se la
había entregado) y se fijó en ella para luego volver a mirar hacia el
horizonte con gran tranquilidad.

-Calculo que nos faltan por lo menos media hora –luego miró hacia su
"amigo" y se sorprendió al notarle todo golpeado, arañado y cortado.

-¿Qué te pasó? –preguntó enarcando una ceja.

-¡Oh!, es que… anoche tuvimos que ajustar un par de cuentas el Comodoro,
Barbossa y aquel pirata pervertido… Y también ese mono malcriado me
saltó a la cara. –Concluyó llevándose la mano hacia su maltratado
rostro, no sin evitar ponerse algo colorado.

Jack volvió su vista hacia el horizonte.

-Tienes que cuidarte la cara, muchacho, es lo más atractivo que tienes…
-opinó inocentemente.

-¿En serio lo crees así? –le preguntó William muy interesado con cara de
Romeo mientras se le acercaba aún más, quedando sólo un par centímetros
de distancia entre sus cuerpos.

Entonces, el capitán Sparrow volvió su rostro hacia él y le preguntó:

-¿Has notado, querido William, que últimamente te estás poniendo
bastante raro conmigo?

-¿Yo? No… -respondió, apenas escuchándolo y sí mirándole fijamente los
senos.

-¡¿Pero qué estás mirando?! –Jack se hizo el ofendido mientras se
cerraba la camisa- ¡Debería darte vergüenza el ofender a una fina dama
como yo¡Eso no es de caballeros!

-¡Oh¡Perdóname, Jack! –pidió perdón nerviosamente el muchacho al darse
cuanta de la tontería que acababa de cometer-. Realmente no me di cuenta
de mi actitud tan atrevida, discúlpame por favor.

-No te tan sientas culpable… -le dijo con un tono medio meloso la nueva
representante del sexo supuestamente débil mientras se afirmaba al
nerviosísimo Turner-. ¿Qué te parece si los dos experimentamos cosas
nuevas juntos?

-Bueno, yo… no… yo… -comenzaba a tartamudear sintiéndose acorralado e
incapaz de huir de aquella situación tan comprometedora. ¿Sería porque
realmente no quería hacerlo?

-¡¡William Turner!! –Oyó gritar a su novia (que también estaba toda
magullada)- ¡¿Pero qué diablos estás haciendo con el pervertido de Jack?!

-¡Elizabeth! –exclamó el joven muy asustado y atrapado "in fraganti" por
su prometida- Yo… este… no pensarás que ella y yo… ¡quiero decir: él y yo!

El joven y apuesto herrero no pudo seguir tratando de dar explicaciones,
ya que recibió otra terrible bofetada, pero Jack tampoco se salvó de que
también le dieran su merecido.

-Eres despreciable… -lo acusó mientras se paraba frente a él, y también
lo abofeteó.

Mientras la veían marcharse como un tremendo tifón, ambos hombres (uno
era mujer, aclaremos), se sobaban las majillas adoloridas.

-Yo también te quiero, Elizabeth –dijo el capitán del "Perla" a modo de
despedida burlona.

-Mira lo que hiciste, Jack –se quejó el muchacho-, ahora Elizabeth no
querrá hablarme por un buen tiempo.

-Mejor, eso significa que tendremos más tiempo para nosotros dos
–replicó incorregible el aludido.

Will le dirigió una mirada terriblemente acusadora y se marchó muy
enojado de allí, a lo que Sparrow sólo hizo una mueca y alzó los hombros
en claro gesto de indiferencia.

-Bueno, él se lo pierde… -dijo, volviendo a concentrarse en el timón, a
lo que Gibbs se acercó para conversar y advertirle se su mala actitud.

-Señor, he notado su falta de decencia y he de advertirle que tal
actitud lo llevará a tener serios problemas con parte de la tripulación.

-¡Bah! Solo me estoy divirtiendo un poco, Maestre Gibbs, tuve días muy
malos y necesito entretenerme con algo aparte del delicioso ron y de mi
hermoso y atractivo cuerpo.

El pobre regordete, una vez más, se le quedó mirando bastante perplejo
ante aquella extraña declaración. En eso, Henry McKinley se acercó al
capitán del "Perla" con claras intenciones de seducirlo.

-Buenos días, Jack –le saludó al oído, haciendo que el saludado le
hiciera una mueca de desagrado-, hace tiempo que no conversábamos un
rato tú y yo… -miró a Gibbs de reojo-, s-o-l-o-s.

-Aunque usted me amenazara con cortarme la lengua –replicó con gran
vehemencia el segundo al mando-, no dejaré solo a mi capitán con un lobo
marino hambriento como usted.

Henry estaba a punto de replicar, pero Jack le ganó diciendo:

-Vete, Gibbs, yo sabré cómo manejarlo.

-Pero, Jack…

-Shiiit –lo silenció llevándose el dedo índice a los labios y guiñándole
el ojo-, hazme caso y confía en mí.

Una vez que el pobre maestre se hubiera marchado en contra de su
voluntad bastante preocupado bajo la sonrisita triunfadora del ex
traficante de mujeres, McKinley comenzó con su acoso:

-¿Así que finalmente querías estar a solas conmigo, eh? –Le preguntó
mordazmente mientras se colocaba detrás de una sonriente pirata y la
rodeaba la cintura con sus brazos-. ¿Por fin admitiste pasarla bien conmigo?

Estaba a punto de besar su cuello hasta que sintió en su garganta el
frío metal filoso de una espada, lo que lo hizo detenerse y mirar con
recelo hacia el dueño de dicha arma, y el motivo por el que Jack estaba
tan confiado.

-Quítele las manos encima al capitán Sparrow, señor McKinley –le ordenó
imperiosamente y con firmeza el comodoro Norrington, quien había estado
muy cerca de allí, mirándolo todo.

Henry soltó al pirata como se le había ordenado, pero una sonrisa un
tanto burlona y un brillo especial en los ojos, hizo poner al oficial un
tanto incómodo, y por supuesto, también a Jack, pues ambos se acordaron
de algo bochornoso que habían olvidado por completo lo ocurrido en un
navío de la corona unos días antes.

-Oh no… -se arrepintió el capitán de a bordo.

-¡Oh sí! –Asintió Henry con gran malicia mientras se sacaba la filosa
hoja de encima con su mano-¿Recordaron el bonito incidente que
protagonizaron a bordo de la nave militar?

-¿A-a qué te refieres? –James se hizo el tonto, no sin evitar ponerse
colorado.

-¡Me refiero a aquel beso tan apasionado! –respondió con gran elocuencia
mientras abría sus brazos como si fuera a abrazar algo muy grande.

-¡¡ssshiiiith¡¡No lo digas tan fuerte!! –susurró el capitán Sparrow
moviendo las manos frenéticamente y mirando hacia todas direcciones para
confirmar que nadie lo había escuchado.

-¡Te voy a cortar en pedacitos, pirata depravado! –amenazó nerviosamente
Norrington volviendo a ponerle el sable encima.

-Mátame-. Fue la sorpresiva sugerencia-. Pero eso no quitará que te
enamoraste de tu peor enemigo hasta el punto de declararle tu amor
abiertamente.

-¿Eh? –se quedó petrificado al escucharlo.

-¿Cómo lo supiste? –preguntó Jack muy sorprendido, a lo que James lo
miró amenazadoramente, otra vez con ganas de matarlo por ser tan despistado.

-¡Oh¡Entonces era cierto! –Exclamó Henry alegremente al ver comprobada
su información- ¡La señorita Grenville me había dicho la verdad!

-¿Ya te anduvo con chismes? –Se molestó el capitán del "Perla" un tanto
decepcionado-, y yo que pensaba que era una buena mujer, digo, a nuestra
manera.

-¿Qué pretenden ustedes dos? –James fue al grano.

-Nada más que divertirnos un poco –respondió el otro con gran
tranquilidad mientras abrazaba otra vez a Jack Sparrow.

-Quítale tus tentáculos de encima, desgraciado –volvió a amenazar con la
espada.

Henry lo miró de reojo, como si estuviera amenazándolo sutilmente.

-Si me tocas, todos sabrán lo que pasó entre ustedes, y serás el
hazmerreír de todo el mundo.

James Norrington, sintiéndose totalmente atrapado entre la espada y la
pared, bajó la espada muy en contra de su voluntad, así también como su
ánimo.

-Excelente… -festejó el ex traficante encantado de tener a su más
acérrimo enemigo entre sus manos-. Esto va a ponerse muy interesante…

Luego miró a Jack, quien permanecía muy tieso al mando del timón, y le
dijo al oído:

-Nos vemos en la noche, querida, no te imaginas lo que vamos a
divertirnos. -Y apenas terminó de decir esto, colocó sus manos sobre los
pechos de la sorprendida y flamante mujercita a modo de despedida y se
fue riéndose macabramente. Obviamente que el comodoro estaba
completamente furioso.

Un terrible escalofrío recorrió por la espina dorsal del pirata antes de
que se diera cuenta que se sentía ultrajado por primera vez en su vida.

-¡¡Eres un maldito pervertido!! –le gritó Jack muy molesto- ¡¡Para que
sepas, yo soy el único con el derecho de tocármelas!! –(se las tocó)-
¡¡Y tal vez también quizás William Turner!!- (James lo miró sorprendido).

-Bueno…, eso creo… -murmuró pensativo mientras volvía a tomar el mando
de la nave.

Molesto por lo que había hecho Henry McKinley, y decepcionado por lo que
le había escuchado decir a Jack, James Norrington se marchó de allí sin
decir una sola palabra, lo que pareció no haberle molestado para nada en
lo absoluto a Jack Sparrow, quien seguía haciendo de timonel y
canturreando su canción pirata.

El Comodoro Norrington se encontraba tristemente ensimismado mirando
hacia el horizonte marítimo, apoyado en la baranda del "Perla", cuando
se le acercó Elizabeth Swann para conversar un rato con él, pues lo
había visto actuar muy raro y eso la preocupaba un poco, así que decidió
averiguar el por qué, y apoyándose también en la baranda, lo saludó:

-Buenos días, James. ¿Cómo estás?

El comodoro ni siquiera la miró, pero respondió rápidamente con un tono
bastante irónico:

-Prescindiendo que estoy a bordo de un navío repleto de sucios piratas y
tratado como si fuera la peor de todas las pestes… -la miró y esbozó una
irónica sonrisa-, estoy realmente muy bien. Gracias por preguntar.

La joven bufó muy molesta y miró fastidiada hacia el cielo azul, para
luego darse vuelta y apoyarse de espaldas en la baranda.

-Sólo quería se amable contigo, no es para que seas tan cruel conmigo.

-¿Y por qué debo ser amable con alguien que sí fue cruel conmigo en el
pasado abandonándome y dejándome por otro? Vete con tu querido y
empobrecido herrerito y tengan tantos hijos como les sea posible.

-¡James! –Se ofendió la chica-. ¿Pero qué te pasa¡Jamás me sacaste en
cara algo tan terrible como eso!

Norrington se mordió los labios y comprendió que no estaba portándose
como un caballero, estaba desquitando su frustración sobre la mujer que
quizás aún seguía amando.

-Lo siento –se disculpó-, quizás es un mal momento para que conversemos,
tal vez lo hagamos más tarde.

Y se fue dejando a una muy perpleja hija del gobernador, ardiendo en
deseos de averiguar lo que le estaba pasando a su ex prometido.

-Extraño¿no? –la sobresaltó Will parándose a su lado.

-¡William! –se asustó mientras llevaba una mano a su pecho- ¿Nos estabas
espiando¡Eso no es de caballeros!

-Lo siento, Elizabeth –la miró y se disculpó- Pero creo que ya estoy
sospechando de qué se trata todo esto.

-¿Ah sí? –se interesó su novia- ¿Y qué es?

-Aún no estoy muy seguro… -le comentó pensativo-, o él tiene otras
intenciones…

-¿o? –inquirió ella.

-… o, está interesado en Jack.

-¡¿Qué?! –exclamó sorprendida la joven Swann, incrédula- ¿Acaso perdiste
la razón, Will¡Lo que dices no tiene sentido¿Él y Jack¡Imposible!

-Ya lo sé… -el muchacho no pudo evitar ponerse colorado por la vergüenza
que sintió al declararle eso-, pero es que Norrington ha estado actuando
tan extraño…ya sabes, tú lo conoces más.

-… Eso es verdad… -admitió Elizabeth pensativa pero aún reticente a
creerlo, en eso, escucharon al perico de Cotton decir sobre sus cabezas:

-¡Te amo¡Te amo¡¡Hwa¡Pero te odio mi querido Jack¡¡Hwa!!

Elizabeth y Will miraron hacia el loro para luego mirarse a la cara,
preguntándose entonces, si aquella versión tan inverosímil, podía,
después de todo, no ser tan imposible.

Y mientras aquellos dos jóvenes se dedicaban a desenmarañar su verdadera
razón de la estadía en el "Perla Negra", James Norrington caminaba por
cubierta pensando en lo que realmente debería hacer.

"A ese estúpido le interesa más la persona de William Turner que la mía,
lo mismo que a Elizabeth… -se detuvo, estaba celoso, pero no quería
admitirlo- ¡Muy bien! Entonces voy a hacer lo que debería haber hecho
desde un comienzo: conseguir la piedra del Jake Tel Aviv y dársela a
Lord Beckett junto a Jack Sparrow para así poder conseguir mi título de
Almirante. ¡Y no habrá lugar para los sentimentalismos!".

Unos minutos después, en el lugar en dónde se maniobraba el timón, se
encontraban allí reunidos William, Elizabeth, Gibbs y Barbossa junto a
Jack, quienes miraban hacia las hermosas costas del continente americano.

Ya habían llegado a su destino.

El Capitán Jack Sparrow sonrió muy a su manera y les dijo:

-Ya llegamos. Estamos en Río Pantano.

-¡¡Preparen los botes!! –ordenó Barbossa con aquella voz suya tan poderosa.

Jack lo miró de reojo, pero el dueño del mono le dijo con una sonrisa
algo malvada:

-No pienses mal, sólo te estoy ayudando un poco, querida "Jacky".

-No sabes cuánto detesto que me llames así –replicó muy molesto.

-¿Te dice "Jacky"? –preguntó Elizabeth en un vano intento de controlar
una carcajada, pero obviamente que no pudo hacerlo-. ¡Jah jah
jah¡Jacky¡Pero qué ridículo!

-Hasta ya tienes nombre nuevo, querida Jacky –Will siguió con la bromita
mientras le colocaba el codo sobre el hombro de la "víctima" en una
clara evidencia de seguir burlándose de él-. Y pensar que te estaba
llamando con el nombre de "Jack"¡pero que tonto fui!

-… Y yo que estaba feliz de que ya no me hacían bromas… -murmuró el
capitán Sparrow de mala gana.

En eso, Jack vio pasar frente suyo al mono atolondrado colgado de una
cuerda burlándose de él, así que sacó su mosquete y le disparó sin más
miramientos, haciendo que este cayera al tonel de manzanas, dejando a
Will y a Elizabeth boquiabiertos.

-¿Por qué hizo eso? –preguntó un asombrado Turner a Gibbs.

-Pues creo que lo ayuda a desahogarse… -fue la respuesta del maestre.

-Pero ese bicho no puede morir –replicó Elizabeth.

-Justamente por eso lo hace.

Entonces, inmediatamente Hector Barbossa se le fue encima a Jack muy
enojado por el trato dado a su mascota.

-¡Maldito Jack Sparrow¡¿Por qué le hiciste eso a mi querido Jack¡No
creas que porque ahora seas una mujer no voy a darte tu merecido!

Y también, sin ni siquiera inmutarse por lo que le decía su rival,
Sparrow le pegó un tiro, haciéndolo caerse por las escaleras hasta cubierta.

-¿También será tu terapia? –le preguntó Will mirándolo con los ojos
entrecerrados.

Jack aspiró por la nariz, como era su costumbre, y respondió mientras se
volvía a colocar el arma en su cinturón:

-Y ya que está… sí.



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