Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 31: Aclarando las Cosas*

               Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

SEPTIMA PARTE: KATRINA WATSON

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 31: Aclarando las Cosas*


Todos habían abordado en silencio el carruaje que los llevaría desde la
mansión del gobernador Swann hasta el puerto de la ciudad (que estaba
siendo reparada por el ataque árabe), en dónde subirían a un barco
mercante que los llevaría hasta Londres, en Inglaterra. Los cuatro
viajeros: Jack Sparrow, William Turner, Elizabeth Swann y James
Norrington, permanecieron en completo silencio durante todo el viaje en
el carruaje, inmersos en sus propios pensamientos. Los rostros de sus
ocupantes demostraban a claras sus estados de ánimo. Elizabeth y Will
tenían cara de pocos amigos gracias a lo disgustados que estaban entre
ellos por lo ocurrido la noche pasada, Jack y Norrington tenían el
semblante muy pálido y ni siquiera podían mirarse a la cara por lo
avergonzados que se sentían a causa del posible incidente en aquella
misma noche.

Por un segundo, Will y Elizabeth se miraron a los ojos, pero enseguida
demostraron su irritación y volvieron el rostro para no mirarse.

En un principio, el padre de Elizabeth se había negado rotundamente a
concederle a su hija los pasajes para viajar a Inglaterra, ya que este
se encontraba muy disgustado por el alboroto que habían protagonizado
ella y su novio la noche pasada, despertando a todos los residentes de
la mansión, pero se encontraba todavía más avergonzado al enterarse que
William Turner se encontraba junto a su hija cuando le había pedido al
muchacho que se marchara. ¡Era una vergüenza que su hija metiera a un
hombre a su alcoba a esas horas de la noche! Weatherby Swann nada sabía
sobre los problemas que había tenido su invitada de honor, Katrina
Watson. A pesar se las protestas de su padre, Elizabeth le había
suplicado que le diera aquellos pasajes y los dejara marchar, con la
condición de que ella y su novio arreglarían sus diferencias en
Inglaterra, pero claro, la verdadera intención de los dos jóvenes era
tratar en lo posible de deshacerse de la maldición de Jack, ya que por
culpa de él, estaban peleados.

Elizabeth estaba enfadada con Will porque la había "engañado" con Jack y
por haberla comparado con una "mujer de la calle", y Will estaba
disgustado con Elizabeth porque ella no confiaba en él, y por lo que lo
había llamado "sucio herrero empobrecido". Ambos pensaban que si el otro
no ofrecía sus disculpas a causa de aquello durante el viaje, no valía
la pena seguir juntos. Y sin que ellos lo supieran, ya que ni Jack y ni
James nada les habían dicho sobre su pequeño y personal desliz nocturno,
no comprendían el por qué del comportamiento errático de aquellos dos.

El comodoro James Norrington no sabía qué pensar exactamente, ni
siquiera recordaba lo que había ocurrido aquella noche después de
haberse bebido unas cuantas botellitas de ron, sólo sabía que le dolía
terriblemente la cabeza. ¿Había pasado algo entre él y Jack? Aquella
pregunta rondaba sin cesar por su adolorida cabeza, sumido en la
vergüenza y en la duda, no se atrevía a mirar al pirata a la cara. ¿Y si
había pasado algo? Entonces, por lo que había escuchado decir a aquella
extraña mujer llamada tía Dalma, Sparrow sería para siempre una mujer y
su devota sirviente. ¿Qué es lo que haría entonces¿Casarse con él…
¡ella!, vivir juntos, tener hijos y velar por su bienestar cuando había
jurado acabar con él¡Era una locura pensarlo! Pero no podía abandonarla,
ni pensarlo, eso sería una crueldad y una descortesía de su parte. No
sería de caballeros. Si era cierto lo de que Jack sería una especie de
"esclava" porque estaría perdidamente enamorado de él, no sería bien
visto que lo abandonara. Norrington suspiró. Era todo tan confuso, tan
extraño y vergonzoso, que no tenía ni la más remota idea de lo que haría
al final. Pero en su interior, por más que se lo negara a muerte a sí
mismo, era lo que realmente deseaba. Quedarse con la mujer que le había
robado el corazón, a la que tanto amaba.

Apenas pudo dirigirle una pequeña y nerviosa mirada de reojo al ex
pirata. James se preguntaba qué pensaba el capitán Sparrow a todo eso,
pues no habían cruzado palabra alguna desde aquel incidente en la alcoba
de Katrina Watson. Sonaba muy "raro", pero ¿querría "ella" pasar toda su
vida con él?

Jack Sparrow, hombre (perdón, mujer) que amaba la libertad más que a
nada y a nadie, por primera vez en su vida se sentía completamente
acorralado, sin poder dar con la salida de aquella situación tan
inverosímil. ¿Había pasado algo entre él y Norrington¡Por todos los
muertos de los siete mares que pedía que no! Él no sentía nada por ese
hombre, ni simpatía ni odio. El capitán del Perla podía quizás ahora
sentir algo que podría llamarse "vergüenza", pero era tan pervertido que
apenas podía percibirlo. Sólo es que estaba confundido y nada más. Jack
pensaba en lo que le había dicho tía Dalma, en que sería una especie de
"esclava" para aquel hombre que lo sedujera, pero no sentía ningún apego
al odioso del comodoro, ninguno, por lo tanto dudaba si realmente habían
pasado la noche juntos. Pero al encontrarse con semejante escena aquella
mañana lo hacía dudar un poco. ¿Y si había ocurrido lo más temido¿Qué
haría? Quizás no todo lo que le había contado tía Dalma era verdad,
pero… ¿Sería mujer para siempre? Bueno, si era así, lo aceptaría de
todos modos, total, podía seguir dedicándose a la piratería, no había
ningún problema en eso, la única diferencia era que ahora tenía el
cuerpo de una mujer. Seguía teniendo brazos y piernas y una buena y
sagaz cabeza, y en vez de tener lo "otro", tenía un "buen par" de
razones para no extrañar tanto el ser un hombre. ¿Pero y si a Norrington
se le ocurría casarse con él? Pues ni loco se lo permitiría, eso sí que no.

Jack miró de reojo al afligido comodoro, entonces, por su mente le cruzó
la idea de que el verdadero "esclavo" era él, por lo tanto, estaba en
sus manos y podía hacer de él lo que se le antojara. Sonrió. Ya le había
encontrado un punto muy bueno a aquel problema, ahora sabía que podría
piratear sin problemas sabiendo que el tonto de James Norrington siempre
lo defendería. Incorregible como era, Jack Sparrow, como siempre, podría
sacarle un buen provecho a los demás. Ya no estaba preocupado, estaba
radiante. Utilizaría a su antojo a James Norrington.

Ya más animado y atrevido, Jack Sparrow por fin habló, pues no le
convenía que Will y Elizabeth estuvieran peleados:

-¿Por qué esas caras¿Acaso vieron al jinete sin cabeza¡Ya sé! Siguen
disgustados por lo de ayer¿no?

Los tres compañeros de viaje lo miraron llenos de sorpresa, sobre todo
Norrington, que creía que Jack estaba tan aterrado como él.

-¿Te parece poco el hacho de que te haya encontrado en manos de Will?
–por fin dijo Elizabeth.

Turner la miró enfurecido, pero Jack habló antes de que él lo hiciera.

-Más bien, él estaba en mis manos.

-¿Cómo? –preguntó extrañada la joven.

-Pues resulta que yo me caí encima de ellos dos cuando me acababan de
salvar de una dolorosa caída a tu jardín desde el balcón.

-¿Y qué hacías tú colgado allí? Ahora recuerdo haberte visto por la ventana…

-Me caí gracias a que quise separarlos, puesto que estaban peleando por mí.

-¡No digas tonterías! –exclamó Will ofendido-. ¡Sólo te defendía del
degenerado comodoro Norrington!

-¡Si vuelve a decir algo así sobre mí, no respondo de mis acciones! –lo
retó el agredido.

-¡Estabas encima de Jack¡No te niegues!

-¡Estaba calmándolo¡El que lo había atacado era el coronel Beckett!

-¿Eso es verdad? –le preguntó el joven Turner algo perplejo a Jack Sparrow.

-Juro por la tumba de mis padres que todo eso es cien por ciento verdad.
–Afirmó vehementemente el pirata mientras se besaba el pulgar.

-¡No jures sobre la tumba de tus padres, Jack! –se molestó la joven-¡eso
es de muy mala educación!

El capitán Sparrow acercó su rostro al de ella y le dijo sonriendo:

-Yo soy un pirata de muy mala educación. No lo olvides, belleza.

Elizabeth hizo un gesto de repugnancia y se apartó de él (ella).

-¿Entonces todo fue un malentendido? –preguntó Will sintiéndose un tanto
avergonzado.

-Exactamente –respondió Jack mientras cruzaba sus brazos detrás de su
cabeza y se arrellanaba en el asiento.

-¿Eso quiere decir que no hubo ningún libertinaje entre ustedes tres
como me lo dijiste? –inquirió Elizabeth algo molesta.

-Lamentablemente, no. No hubo ninguna orgía.

-¿Entonces, me mentiste?

-Correcto.

-¿Me peleé con Will por tu culpa¿Por una mentira tuya?

-Te dije que estaba mintiendo y no me creíste –se quejó el muchacho.

Elizabeth lo miró con culpabilidad y sorpresa, luego dirigió su mirada
hacia el porfiado pirata

-Me mentiste, otra vez.

-Eso depende –explicó Jack, siempre viendo por su lado-, si hubieras
aceptado mi propuesta, ya no sería una mentira.

La pobre chica sintió deseos de hacerlo pedazos¡le había dicho cosas
horribles a su prometido por su culpa!

-Eres un… -apenas pudo decirlo, pues la ira comenzaba a consumirla.

El carruaje llegó justo a tiempo, ya que el barco estaba a punto se
zarpar. El conductor se apeó y fue a abrir la puerta para que salieran
los pasajeros. Uno por uno fueron saliendo, Will con cara de asombro,
James mirando hacia el interior con cara de preocupación, Elizabeth con
cara de pocos amigos, y unos segundos después y para el asombro del
conductor del carruaje, salió Katrina Watson bastante desalineada, con
el rostro golpeado, la ropa deshecha y el cabello todo desarreglado.

-Con permiso –dijo mientras lo apartaba y se dirigía caminando
graciosamente hacia el puente del barco, fingiendo que nada había pasado.

El viaje por barco fue bastante tranquilo, atravesaron el océano
Atlántico sin toparse con ninguna tormenta, el buen tiempo los
acompañaba. Un día antes de ingresar en aguas británicas y tocar puerto
en Londres, Will y Elizabeth decidieron hacer las paces de una vez por
todas. El joven Turner encontró a su prometida en la cubierta del barco,
afirmada en la baranda.

-Caímos como siempre en las tretas de Jack -el muchacho se afirmó a la
barandilla, hablando sin mirar a Elizabeth-¿no es verdad, Elizabeth?

La chica lo miró con seriedad.

-Creo que somos unos ingenuos –afirmó ella con una sonrisa-. ¿Me
perdonas por ser tan cabeza dura?

-Primero tienes que perdonarme por haberte insultado –replicó tomándole
de las manos.

-Entonces, digamos que ambos fuimos unos tontos comportándonos como unos
niños caprichosos y que ambos debemos perdonamos. ¿Sí?

-De acuerdo.

Los dos sonrieron ya mucho más tranquilos, aliviados porque el peso
doloroso de sus corazones había desaparecido.

-Debo ser una idiota para sentir celos de Jack –confesó Elizabeth sin
evitar sonrojarse por la vergüenza.

-Jack nos traerá muchos problemas entes de que rompamos la maldición,
estoy seguro de eso.

-Entonces debemos conseguir ese mapa y romper el hechizo cuanto antes,
no quiero volver a pelearme contigo… -la voz de Elizabeth se hizo dulce.

-Yo tampoco… -susurró Will y acercó sus labios a los de ella y los besó,
sellando así, el pacto de paz.

-¡Qué bonito que la gente se quiera! –exclamó el capitán Jack Sparrow
sobresaltándolos mientras pasaba caminando muy a su manera al lado de
ellos. Bueno, caminaba mucho más raro que de costumbre, era casi como
que se iba a caer al suelo de un momento a otro.

-¡Jack¡Nos asustaste! –se quejó la joven Swann.

-¿Qué estás por hacer? –preguntó intrigado el muchacho al ver a la
"mujer" acercarse a la barandilla y otear por el horizonte.

-Me deshago de un par de molestias –contestó tranquilamente mientras se
sacaba los zapatos y los lanzaba al mar.

-¡Ah¡Pero qué alivio! –exclamó mientras se sobaba sus adoloridos pies-.
Ya no los aguantaba más.

-¡Pero, Jack! –se enojó Elizabeth y fue a pararse a su lado y señaló
hacia el mar-. ¡Ese era MI par de zapatos!

-Ve por ellos si quieres –le contestó inamovible-, pero te advierto que
yo no lo haré, no quiero mojar este hermoso vestido.

-¡Uy! –se quejó impotente- ¡Eres de lo peor¡¿Pero tenías que lanzarlos
al mar¡Me los hubieras devuelto!

-No, porque si lo hacía me obligarían a ponérmelos otra vez –fue la
única respuesta mientras se encogía de hombros demostrando su falta de
interés.

-¡Gggrrrrrr! –molesta porque ya nada podía hacer ya por sus zapatos y
porque por más que aporreara a Jack sin ningún buen resultado ya que
seguía portándose mal, se fue muy molesta a su camarote.

William Turner miró a Jack con desaprobación y se fue por detrás de su
nuevamente prometida. El pirata volvió a encogerse de hombros y se apoyó
en el pasamanos para observar el bello horizonte marítimo. Estaba tan
ensimismado pensando en su amado "Perla Negra", que ni siquiera notó la
silenciosa llegada del comodoro Norrington.

-¿Qué aremos, capitán Jack Sparrow? –se animó a preguntar el oficial
después de varios minutos de silencio.

-¿Respecto a qué? –inquirió al aludido maliciosamente, pues sabía a qué
se refería el comodoro.

James carraspeó antes de contestar nerviosamente.

-Respecto a…, este…, al incidente de la otra noche…

-¿De la pelea entre Will y Elizabeth?

-¡No…! Me refiero a…, a lo que pasó entre nosotros dos.

-¡Oh¡Eso! –se hizo el sorprendido-. Bueno, supongo que sólo tendremos
que dedicarnos a destruir la Piedra Mística.

Y diciendo esto, se marchó de allí dejando a James Norrington bastante
perplejo con aquella incierta respuesta.


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