Fanfic Piratas del Caribe -Bajo la Espada de Odìn- *Capítulo 35: Una Razón Para Vivir*

                                 Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



*PIRATAS DEL CARIBE: BAJO LA ESPADA DE ODÍN*

CUARTA PARTE: EL DESTINO DE JAMES NORRINGTON


Beckett quiere gobernar el mundo;Morgan quiere asesinar a todos;Jack y jacky quieren ser uno solo;Will quiere liberar a su padre;Isabel quiere vengar a sus padres;James quiere encontrar el perdón. ¿Quién lo logrará?Cont de El Libro del Destino. EL FINAL

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado (Publicada en Fanfiction el 17 de Agosto del 2009 hasta el 21 de Marzo del 2011)
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 35: Una Razón Para Vivir*


¿En algún momento en su vida había sufrido tanto dolor? No, no lo
recordaba; tal vez era porque nunca había sufrido así por alguien…
¡Siempre había sido tan egoísta! Pero ahora todo era completamente
diferente a lo que había sido su vida en el pasado, ahora tenía a
alguien por quién vivir, amar y hasta morir… y eso era algo que no lo
cambiaría por nada del mundo, incluso estaría dispuesta a sacrificar
parte de su libertad si fuera necesario.

Jacky suspiró dolorosamente y se hundió más sobre sí misma, la tensión
era ya muy grande para ella. Estaba sentada en la cama del camarote de
Jade, con las manos entrelazadas y los ojos cerrados, respirando
dificultosamente. De pronto, soltó un pequeño quejido y se llevó
asustada la mano al abdomen. ¿Es que ellos estaban sintiendo su dolor?

Se llevó las manos a la cabeza, desesperada. ¿Qué podría hacer ella sola
con dos criaturas? ¡No tenía ni idea de lo que tenía que hacer! ¡Cómo
necesitaba a Norry a su lado!

—¡Oh, Norry! —exclamó—. ¿Qué será mí y de tus hijos si tú no estás aquí?
Soy demasiado irresponsable para encargarme yo solo de ellos… Tú eras el
único capaz de guiarme por el camino correcto… —No pudo evitar recordar
su rostro cuando ella lo hacía rabiar… ¡Se veía tan gracioso y
apuesto!—. Norry… ¡Te extraño tanto! Tú eras mi timón y ahora me siento
como un barco a la deriva sin ti…

De repente, empezó a reírse como una loca de sí misma al darse cuenta de
lo que decía y pensaba. ¡Qué cursi era! ¡Y pensar que no hacía ni medio
año que desdeñaba la idea de depender de alguien! Siempre había sido tan
independiente con su vida; hacía lo que se le antojaba, pero ahora…
Ahora era muy diferente. Estaba enamorada y eso la hacía
irremediablemente dependiente.

Su risa comenzó a mezclarse con el llanto y poco a poco fue
convirtiéndose en un lamento amargo. Tenía miedo, sí. Por primera vez en
su vida sentía miedo por otra persona que no fuera ella… ¡Y había hecho
tanto para salvar es vida ya condenada!:

Le había robado el barco mágico a Alrun sin que ésta se diera cuenta
antes de abordar el /Endeavour/, y con la ayuda del Libro del Destino
había aprendido a utilizarlo luego de escapar del enemigo con el sólo
deseo de encontrar a James y evitar su muerte… ¿Es que todo había sido
en vano?

Unos suaves golpecitos en la puerta la sobresaltaron, y rápidamente se
secó las lágrimas del rostro. Aunque ahora era mujer, no le gustaba ni
pisca que los otros la vieran llorar.

—Adelante —dijo con la voz lo más neutra posible.

Elizabeth entró. Su rostro estaba completamente colorado por la
excitación. Jacky la miró ansiosa.

—¿Y bien? —preguntó, temblando de pies a cabeza, con el corazón
latiéndole furiosamente.

—Todo terminó ya —le dijo—. El doctor Jacobson lo logró con la ayuda de
Alwine.

Y sin esperar más explicaciones, Jacky hizo a un lado a la muchacha y
salió disparada por el pasillo rumbo al camarote del capitán. Elizabeth
se quedó parada en el mismo lugar, sin siquiera moverse un centímetro,
blanca como un fantasma, luego cayo arrodillada sobre el suelo y se
llevó las manos entrelazadas hacia el mentón.

—¡Gracias! ¡Gracias Dios mío! —rezó fervorosamente entre la dicha y el
alivio.

Seagull, Jade y Tía Dalma se hicieron a un lado cuando vieron llegar a
la capitana Jacky Sparrow, dándole paso hacia la puerta del camarote sin
quitarle la vista de encima. Pero antes de que ésta la abriera, fue el
doctor Jacobson quien lo hizo, sorprendiéndola.

Christian lucía muy pálido y cansado, pero sus ojos revelaban un brillo
muy especial. Uno que decía que todo estaba bien. La pequeña Alwine
apareció por detrás de él con su aspecto ingenuo e infantil más radiante
que nunca.

La pirata y el doctor se miraron en silencio. Era toda la comunicación
que necesitaban. Luego, él se hizo a un lado para permitir que Jacky
ingresara al interior camarote

—Está dormido —le advirtió—. Déjelo descansar. Ha tenido una noche muy
difícil… —Sonrió—. Ha sido una verdadera fortuna tener a la pequeña de
nuestro lado, de que la herida no haya dañado sus órganos internos y de
que él fuera un hombre tan fuerte… Felicidades.

Jacky asintió entre lágrimas y entró rápidamente, cerrando la puerta
detrás de ella.

La oscura habitación adornada con motivos orientales apenas estaba
iluminada por una vela, pero a Jacky no le interesaba la decoración,
sólo le interesaba el hombre que yacía recostado sobre la cama,
durmiendo profundamente.

Con los ojos llenos de lágrimas, Jacky se arrodilló frente a la cama y
tomó suavemente la mano del convaleciente para besarla con cariño, luego
se le quedó mirando con tierna alegría, aliviada de encontrarlo con vida.

James Norrington, con los cabellos castaños revueltos, pálido y
demacrado, aún seguía con vida.

Durante todo el día siguiente Jacky permaneció fielmente al lado de
James sin siquiera separarse de él por un segundo a pesar de que
Christian le había pedido que se cuidara debido a su estado maternal.
Tanto él como Tia Dalma vigilaban el estado del enfermo todo el tiempo,
y su lenta pero continua mejoría los tenía tan contentos que
pronosticaron que despertaría antes de llegar a la Bahía del Naufragio.

Era único que ella deseaba, verlo despertarse.

Durante la noche durmió a su lado (con la compañía de una botella de ron
introducida clandestinamente) y le habló de cualquier cosa durante todo
el día siguiente con la esperanza de que él estuviera escuchándola de
alguna manera. Ayudaba al doctor Jacobson cuando debía revisar su herida
y a Tia Dalma cuando debía darle algún remedio. Le arreglaba los
cabellos con cuidado y siempre lo besaba en la frente o en la muñeca en
donde lo habían marcado con la esperanza de que él despertara.

Eran las dos de la mañana cuando Jacky dormida con la cabeza sobre la
cama y sintió que alguien le colocaba una mano sobre la cabeza.

—Jacky… —escuchó a Norrington pronunciar débilmente su nombre.

Atónita, alzó rápidamente la cabeza sólo para darse con la sorpresa de
encontrarse a su querido James despierto, mirándola cariñosamente con
sus apagados ojos verdes.

No pudiendo contenerse por más tiempo, Jacky comenzó a sollozar
silenciosamente y se incorporó para besarlo suave y cariñosamente en la
frente, dándole así la bienvenida. Sonriéndole débilmente, él volvió a
dormirse.

Al día siguiente, James despertó mucho mejor, más lúcido y saludable a
pesar de su estado delicado, y el ver a Jacky a su lado lo hizo
tremendamente feliz a pesar de sentirse un poco desorientado, pues había
creído que realmente se había muerto y que había visto a Jacky entre los
sueños de la muerte. Fue entonces cuando ella se lo contó todo:

Antes de que los hombres de Jones le echaran mano, Jade había llegado
justo a tiempo y acabado con la mayoría de ellos, manteniendo a raya a
los otros mientras Seagull y Christian llegaban por detrás a bordo de un
bote. Éste último le había tomado el pulso y dijo que aún estaba con
vida y que debían llevárselo inmediatamente al otro barco para atenderlo
si querían salvarle la vida.

La fortaleza de Norrington se puso a prueba durante el difícil traslado
en bote, pero finalmente lograron escapar del enemigo ocultos tras una
espesa niebla que Alrun había provocado alrededor del /Emperatriz/.

—Si no fuera por los poderes curativos de la pequeñuela, de la pericia
del doctor y de que tu herida no había sido tan grave como esperábamos,
a estas horas estarías haciéndole compañía a los peces. —Se burló—. Creí
que te habías muerto pero realmente te habías desmayado cuando pensé que
te habías muerto cuando te habías desmayado, ¿me entiendes?

—… Claro… —sonrió aunque no había entendido nada.

—Te salvaste por un pelito de rana calva, mi querido semental —alzó la
mano e hizo un ademán de pequeñez con los dedos pulgar e índice—. ¡Eres
un tipo afortunado! /Savvy?/

—No lo creo… —se entristeció, volteando la cara hacia arriba. Jacky
torció el gesto, furiosa.

—¿Sabes? Creo que ya me tienes un poquitín cansado con el verso ese de
"no merezco estar vivo", "cometí muchos errores", "debo pagar por mis
pecados", blah, blah, blah, etc, etc, etc.

—Tú no comprendes… Por mi culpa muchas personas inocentes perdieron sus
vidas… ¿Cómo se puede remediar algo así? ¿Cómo puedo seguir viviendo
así? ¿Cómo si nada hubiera pasado?

—¿Y por eso querías convertirte en capitán del /Holandés Errante/? Eres
un completo estúpido —lo regañó Jacky, sonriéndole maliciosamente pero
con un dejo de molestia en su voz—. ¿Cómo te atreviste a cometer
semejante bobería sin consultarme primero? ¿Crees que con eso expiarás
tus pecados y ya?

—No hay otra manera… —replicó con tristeza.

Jacky se preocupó al verlo tan deprimido, ¿cómo podría devolverle la
felicidad? ¿Cómo podría ayudarlo a ser el de antes?

Entonces se incorporó lentamente sobre él y lo besó dulcemente en la
boca, tomándolo de ambas manos.

Luego de unos minutos que le parecieron interminables, James, a pesar de
que se sentía saltar de la alegría, logró apartar sus labios de los de
ella con un poco de esfuerzo.

—Espera, Jacky… —le pidió con mirada triste y suplicante, en su mente
aún podía recordar la imagen de ella mirándolo con un odio indecible,
disparándole para asesinarlo—. Espera… ¿Es verdad que ya no me odias…?

Jacky soltó una risita nerviosa y burlona.

—¡Claro que no, mi tonto caballero! ¿Cómo te voy a besar entonces?

James no podía creer lo que estaba escuchando… ¡Ella realmente lo había
perdonado después de todo lo que había ocurrido! No pudiendo soportar
por más tiempo el gran sufrimiento de su corazón y el enorme peso que
agobiaba su alma tras la muerte de muchos inocentes, estrechó a Jacky
fuertemente entre sus brazos, casi llorando de alegría.

—¡Jacky! ¡Mi Jacky! —decía, apoyando su cabeza con la de ella, mejilla
con mejilla—. ¡Por fin puedo abrazarte de nuevo! ¡No sabes lo sólo que
me he sentido durante todo este tiempo! ¡Te extrañé tanto que a veces
creía que me moría de dolor!

Enmudeció, toda la angustia y el sufrimiento salieron por fin a la
superficie, visualizándose en su pálido rostro desencajado por el dolor,
abrazando con más fuerza a la pirata.

—¡Perdóname por todo lo que te hice! —soltó entre sollozos—. ¡Te hice
tanto daño a ti y a tanta gente inocente! ¡He sido tan cruel y egoísta…!
¡Debiste dejar que apuñalara el corazón! ¡Me lo merecía!

—¡Claro que no! —se apartó de él para tomarlo suave pero firmemente de
la cara para mirarlo directo a los ojos. Se le partió el corazón al
contemplar su desfigurado rostro, comprendiendo al fin que las
predicciones de Tía Dalma se habían hecho realidad: su alma finalmente
se había quebrado.

Tratando de mantener la calma, le dijo:

—¡Pero qué bestia eres!¿Te crees que voy a permitir que arruines así tu
vida? ¿Cómo te atreves a dejar plantada a una despampanante y sensual
mujer como yo? ¿Es que no valgo la pena para que decidas seguir
viviendo? —Volvió a abrazarlo. ¡Lo sintió tan delgado bajo la camisa!
¿Tanto remordimiento había sufrido que lo había afectado tanto física
como mentalmente?

Lo estrechó con más fuerza contra su pecho. ¡Cómo deseaba que él
volviera a ser su Norry de antes!: aquel caballero odioso, malhumorado,
aparentemente frío pero lleno de pasión, determinación y honor. ¡Cómo
deseaba no haber sido tan cruel e insensible con sus sentimientos!

Jacky luchó por no llorar, comprendiendo que desde un comienzo había
jugado con él sin importarle sus sentimientos… Hasta ese momento ella no
se había dado cuenta de que tenía buena parte de culpa en todo. Fue ella
la que lo había instado a perseguir a su hermano bajo aquella terrible
tormenta que había acabado con casi toda su flota; fue ella la que lo
había convencido de rescatarla de la horca aún a riesgo de su propia
vida; fue ella la que lo había humillado como hombre y caballero al
obligarlo a romper su promesa de la noche de bodas lanzándolo tras un
loco deseo de venganza que finalmente pagó con su alma… Al fin de
cuentas, era ella y nadie más que ella la que lo había destruido. Todas
las decisiones que él había tomado desde el momento en que la conoció
habían sido tomadas por ella y por nadie más, aún cuando él insistía que
lo había hecho para vengarse, siempre había sido pensando en ella…

—¡Te amo! —le soltó de repente—. ¡Te amo tanto!

James abrió los ojos cuán grandes pudo.

—¿Qué…?

Jacky se apartó de él para mirarlo nuevamente a la cara. Su expresión
era completamente diferente a la de antes, como si por fin la sinceridad
de sus pensamientos y sus sentimientos se dejaran ver por primera vez
ante él.

—Que te amo, mi querido caballo-caballero —sonrió tiernamente y volvió
besarlo suavemente en la boca, transmitiéndole todo el amor y el cariño
que realmente le profesaba y la promesa de que todo se arreglaría,
devolviéndole la dicha de vivir sin culpas.

—¡Oh, Jacky…! —la abrazó dichoso, atrayéndola contra su pecho—. No sabes
cuánto tiempo esperé escuchar esas palabras de ti… ¡Hasta creí que nunca
las escucharía…!

Jacky sonrió tristemente, pero se negaba a llorar, lo consideraba una
debilidad de carácter. Ella también lo estaba abrazando, pero, a
diferencia de las veces anteriores, era más cariñosa, tierna y sincera.

—No me lo escucharás decir muy seguido, /savvy? /—lo tomó de las
mejillas y lo besó con cariño. ¡Cómo le gustaba besarlo!

—Dime… —comenzó a decir él, casi sin apartar sus labios de los de ella—…
¿Realmente… estás embarazada?

La pirata le sonrió pícaramente, apartándose un poco para mostrándole su
regazo a modo de respuesta.

—Elizabeth te puso al tanto, ¿no? ¿Por qué no lo verificas, mi semental?

James bajó la vista hacia el regazo de ella y notó un pequeño bulto
insinuante. Temblando de pies a cabeza por la ansiedad y la emoción que
se apretujaban en su corazón, alzó lentamente las trémulas manos hacia
aquella adorable pancita hasta que logró posarlas suavemente en ella.

—¡Oh, Dios…! —exclamó con un hilo de voz, estremeciéndose hasta la
médula al sentir la vida crecer bajo sus manos—. Es… es mi hijo…
—musitó, casi incrédulo pero lleno de la felicidad más absoluta.

—Corrección: /son tus hijos/. Son gemelos. Tia Dalma me lo dijo.

Él alzó la vista, mudo de la sorpresa. Una dicha inmensa creció en su
interior al sentirse por fin completo como hombre. También estaba muy
orgulloso de Jacky.

—¿Gemelos? ¡Oh, Jacky! —exclamó, comenzando a besarla con ternura por
todo el rostro—. ¡Soy tan feliz ahora! ¡Nunca sabré cómo recompensarte
por esto!

Entonces ella lo tomó por la barbilla, mirándolo seriamente.

—Entonces no cometas otra vez la estupidez de querer convertirte en el
capitán del /Holandés Errante/, deja ya de quejarte tanto y trata de
vivir no sólo por mí y tus hijos, sino también por ti para poder reparar
todos tus errores del pasado. ¿No crees que esa es la mejor manera de
resarcirte antes de morir como un mártir?

James se le quedó mirando. Jacky, la persona menos cuerda de todas, le
había abierto la puerta hacia un nuevo futuro y una nueva oportunidad de
arreglar su desastrosa vida con un renovado punto de vista. No sabía si
volvería a ser el de antes, pero sí sabía que pondría todo de sí para
volver a sentirse valioso como persona y a alzar la cabeza con orgullo,
como un verdadero hombre y caballero. Ahora que por fin alguien creía en
él y no lo defraudaría.

Y así, movido por su renovado sentido de la responsabilidad, su
determinación de volvió más férrea que antes, con la de un terrier, y
extendió la mano para tomar la de Jacky.

—Te prometo que pondré todo de mí para recuperarme, mi querida Jacky.
Trataré de sobreponerme a la culpa y no descansaré hasta que juntos
acabemos con Beckett y sus ansias de conquista para devolver la paz
tanto a los vivos como a los muertos.

—Terminó el tiempo de ser egoístas, ¿no es así?

—Así es…

Ella asintió sin dudarlo y tomó la mano del único hombre al que iba a
amar por el resto de su vida.

—Entonces juntos vamos a darle la paliza de su vida con una buena patada
en el trasero para que yo pueda fastidiarte por el resto de tu vida.

—Pero sin nada de ron… —replicó con un dejo de su antigua personalidad.
Jacky se le quedó mirando bastante molesta, frunciendo el ceño—…
mientras estés embarazada —le aclaró, guiñándole un ojo.

Entonces ella sonrió y le dijo:

—Sin nada de ron, entonces, mi caballo-caballero, mientras esté con la
pancita.

Y lo besó.



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