Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 19: Llegan los Refuerzos*

   Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

CUARTA PARTE: EN EL BARCO FANTASMA

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 19: Llegan los Refuerzos*


-¡Mira, Will! ¡El "Perla Negra"! –exclamó Elizabeth Swann señalando el
horizonte con esbelta mano.

El muchacho se acercó a ella y se afirmó a la barandilla para poder
otear mejor el horizonte, y allí estaba el "Perla", con sus clásicas y
viejas velas negras, combatiendo a muerte contra el barco árabe.

-Ellos también vinieron a rescatar a Jack –dijo mientras se dibujaba una
media sonrisa en su apuesto rostro adornado con un fino bigote castaño y
una reducida barba, dándole una hermosa apariencia masculina.

Ninguno de ellos podía imaginar siquiera que un terrible enemigo suyo
que habían derrotado hacía unos meses, estaba allí, dispuesto a "ayudar"
a quien habían venido a rescatar.

Hector Barbossa, codicioso, pirata cruel, maliciosamente astuto y
traicionero, cuya fruta preferida eran las manzanas verdes, fue antiguo
compañero y mano derecha del capitán Jack Sparrow, segundo al mando del
"Perla Negra" hasta que lo traicionó y lo dejó solo en una isla desierta
arrebatándole su amado "Perla Negra" y el tesoro de Cortes. Cayendo
luego bajo la maldición de dicho tesoro, viviendo como un muerto vivo
junto a su tripulación durante diez años para luego caer bajo el tiro
vengador de su antiguo capitán cuando apenas había podido romper la
maldición. Ahora, revivido gracias a su monito "Jack" quien había tomado
dos monedas del tesoro maldito, una para sí y la otra la había colocado
una en el cuerpo de su amo. Ahora se encontraba viviendo en la vieja
casa de tía Dalma en Río Pantano. Curioso por ver a su enemigo
transformado en mujer por culpa de una maldición (jamás se perdería
dicho evento hilarante), había accedido a ir a rescatarlo bajo el pedido
de la tripulación del "Perla Negra". El capitán Hector Barbossa, más
alto que Jack Sparrrow, de barbas y cabello rojizos, un poco más
cuidadoso que su contraparte en cuento a la vestimenta, portaba un gran
sombrero redondo adornado con una gran pluma, al que lo llevaba sobre su
cabeza siempre inclinado.

Ahora, se encontraba contemplando cómo su compañero y rival comenzaba a
desaparecer bajo las aguas que inundaban aquella vieja habitación, sin
dar ninguna muestra de querer rescatarlo, disfrutando con el sufrimiento
ajeno.

Le era muy difícil a Jack mantenerse a flote, ya que las pesadas cadenas
que le sujetaban las muñecas y los tobillos, la mucha más pesada bola de
hierro y la adición del peso de sus ropas mojadas, le complicaban
muchísimo la ya difícil tarea. Hacía todo lo posible por salvarse, pero
las ataduras de hierro lo mantenían fuertemente atado a la celda en
dónde se encontraba prisionero.

-¡Gluh! ¿Es que no piensas… ¡Glup! rescatarme? –preguntó desesperado al
ver que nada hacía Barbossa al respecto y que el nivel del agua ya lo
estaba cubriendo por completo-. ¡Glu! ¡Glups! ¿No ves… ¡glup! Que me…
¡gluh! Estoy ahogando…? ¡P-pirata!

Luego, ya no pudo hablar más, el agua lo había cubierto por completo y
lo último que el capitán Sparrow pudo ver antes de perder el
conocimiento, fue al odioso mono frente suyo y al infeliz de Barbossa
sonriéndole con suma maldad sin mover ni siquiera un solo dedo para
evitar su ya inminente ahogamiento.

Mientras tanto, y sin que la tripulación del "Perla" supiera que su
querido capitán estaba a punto de morir, seguía combatiendo contra el
enemigo, que extrañamente, no consistía solamente de Abdul, el fiel
sirviente del Shake Alí Tel Aviv, sino de muchos otros miembros
esqueléticos a su mando, pues poco a poco, el efecto de la pócima de tía
Dalma estaba perdiendo su efecto contra el poder ilusorio del enemigo.

A medida que pasaban los minutos, el árabe se daba cuenta de que
regresaba el poder de la piedra y volvía a tener efecto sobre las
débiles mentes de los atacantes. Sonrió. Ganaría después de todo. Pero
nada sabía este, que un pirata enemigo, había abordado su barco, y mucho
menos que había encontrado a su preciado prisionero.

Gibbs había notado que poco a poco su miedo iba creciendo, al igual que
sus otros compañeros, al ver que el enemigo volvía a retomar la batalla
con nuevos y espantosos refuerzos. A pesar de que todos sabían que era
un engaño, nada podían hacer en contra de la desesperación que comenzaba
a gobernar sus mentes y corazones, reduciendo así su rendimiento en la
batalla. Después de todo, eran muy supersticiosos.

"¡Si seguimos así, todos moriremos!" –pensó el segundo al mando al ver
que las cosas se les estaba saliendo de control. Pero no sabía que
pronto llegaría una valiosa ayuda de mano de uno de sus peores enemigos,
acompañado de dos jóvenes dispuestos a ayudarlos.

Y exactamente a unas cuantas leguas de distancia, el Comodoro James
Norrington observaba con su catalejo las artimañas de sus enemigos,
comprobando así las sospechas del prometido de Elizabeth Swann.

-Tenía razón, joven Turner, aunque me es difícil creerlo aún –dijo
mientras le cedía el catalejo para que pudiera observar el muchacho que
se encontraba de pie a su lado al igual que su novia-. Casi todo lo que
pasó en Port Royal era una ilusión hecha por el enemigo. Justamente
ahora lo está haciendo con sus "amigos" piratas. Me imagino que ellos
vinieron a rescatar a Jack Sparrow, no puedo creer que los piratas
tengan algo de "honor".

Will, ignorando aquel último comentario, tomó el objeto que le ofrecía y
comprobó con sus propios ojos lo que podría haber ocurrido en Port Royal.

Era realmente extraño, bastante difícil de explicar, pero con gran
asombro veía cómo, ante sus ojos, una imagen de lo que creía era la
real, se intercalaba a otra que también parecía ser real, pero no lo
era, ya que seguramente era la visión engañosa provocada por los árabes.
Era demasiado terrorífica.

Después, William le dio el catalejo a Elizbeth para que también mirara
el extraño fenómeno, y luego de algunos minutos, ella bajó el catalejo y
comentó extrañada:

-¿Qué crees que sea, Will? Todo eso es muy extraño… tan raro… Es como si
estuviéramos en dos mundos diferentes.

-Creo… -aventuró el aludido-, creo que como los árabes no saben de que
nosotros estamos aquí, sólo están aplicando su hechizo sobre la
tripulación del "Perla Negra", y no a nosotros, por eso vemos
entremezclados la realidad y la ilusión.

Elizabeth asintió y volvió su vista hacia el horizonte para seguir
observando lo que sucedía mientras se iban acercando a la zona de conflicto.

-Eso quiere decir que en cuanto estemos allí, vamos a sufrir las mismas
visiones que ellos –arguyó preocupada-. Eso sería peligroso.

-Así es… -asintió, también preocupado y pensativo. ¿Qué podrían hacer al
respecto? Si la visión era tan fuerte como la que habían sufrido en Port
Royal, era seguro que tenían grandes posibilidades de perder la cabeza.

Una suave brisa marina sopló provocando ondas en el cabello castaño
claro del muchacho sujetado por la nuca.

-¿Y si… -comenzó a decir la joven- los atacamos desde lejos? Podríamos
tomarlos por sorpresa entes de que notaran nuestra presencia.

Will la miró totalmente maravillado con la idea de su prometida.

-Es una posibilidad. –Respondió, y luego se volvió hacia el Comodoro y
le preguntó:

-¿Podemos hacer eso desde esta distancia?

-Efectivamente, este navío es uno de los mejores de su especie. –Arguyó
seriamente para luego darse media vuelta y dirigirse hacia su
tripulación para impartir las órdenes. Atacarían desde esa distancia con
los potentes cañones con que contaban para hundir al enemigo.

Por supuesto que Norrington también se había quedado maravillado con la
inteligencia de Elizabeth, pero aún así, ella no le correspondería nunca.

-¡Pero, James! –Exclamó dicha muchacha al ponérsele en frente-. ¡Si
atacan de esa manera al enemigo, Jack podría morir también! ¡Yo me
refería a otra cosa!

El Comodoro la observó seriamente por unos momentos, pensativo, pues
sabía que ella tenía razón, además, necesitaba a Sparrow para encontrar
la piedra que le pedía Lord Beckett, pero por sobre todas las cosas…
¿quería que "ella" muriera?

-Cálmate, entendí perfectamente tu plan, sólo vamos a cañonear al barco
lo suficiente como para que se hunda lentamente, entonces así podremos
abordarlo. –Luego levantó el dedo índice y dijo con una mayor seriedad:

-Pero sabes que solo lo hago para atrapar a esos malditos cobardes, no
lo hago por tu amigo. Dependerá de él el mantenerse con vida durante el
ataque.

Y mientras se marchaba para realizar su cometido, Elizabeth y Will lo
miraban un poco consternados.

-Tan inflexible como siempre, es un odioso… –comentó el muchacho
frunciendo el entrecejo.

Por supuesto que su novia opinaba lo mismo, pero interiormente sentía
que había algo más en el interior de su ex prometido, pues su
comportamiento no era muy normal que digamos, sino era como si estuviera
tratando de ocultar algo. ¿Qué sería?

A todo eso, y mientras seguía la batalla, el capitán Jack Sparrow volvía
en sí tosiendo agua de sus pulmones y preguntándose qué demonios había
ocurrido, pues si estaba muerto, el cielo o el infierno se parecían
mucho al interior de un barco. Al abrir los ojos e incorporarse un poco,
se sorprendió al verse tendido al lado de su antiguo compañero de
piratería Hector Barbossa, quien se encontraba sentado al lado suyo con
el mono en su hombro, observándolo con cierta malicia en su rostro.

-P-pensé que había muerto… -dijo mientras sacudía su oscura cabellera
mojada-, creí que por fin podría tomar un poco de ron, si es que lo hay
en el otro mundo, claro, porque espero que lo haya….

Barbossa no dijo nada, sólo se dedicaba a seguir observándolo en
silencio hasta que dejara de hablar como un loro.

Ya terminado su monólogo, Jack se sentó y miró sus mojadas ropas, pero
se disgustó al ver que seguía teniendo las pesadas cadenas y la bola
negra de hierro. Luego dirigió su vista hacia al otro pirata y frunció
el entrecejo, disgustado. Todo aquel asunto estaba terriblemente mal, ya
que pronto anochecería y estaba muerto de hambre, estaba completamente
mojado, le dolían las manos, los pies y la cintura, y todavía estaba
encadenado, pero lo peor de todo es que no había probado una sola gota
de ron desde que lo habían secuestrado por primera vez.

-Esto no puede ponerse peor… -dijo mientras volvía a tenderse en el
suelo, un tanto exhausto.

-Para revivirte tuve que hacerte respiración boca a boca. –Fue la nada
agradable revelación de Barbossa mientras seguía sonriendo con perversidad

El capitán del "Perla" abrió grandemente los ojos, totalmente
sorprendido, ahora sí que las cosas se habían puesto peor.
Inmediatamente se incorporó de nuevo y comenzó a toser y a limpiarse
desesperadamente la boca con la manga de su camisa.

-¡Qué asco! ¡Eres un…! –exclamó muy molesto-. ¿Por eso te tardaste tanto
en ayudarme? ¿Para poder hacerme eso?

-Exactamente –contestó triunfante-, cualquier cosa para humillarte.

-¿Y te gustó besarme? –preguntó Jack con desfachatez y mirándolo
detenidamente con cierto interés.

-¿Eh? –sólo pudo dar por respuesta un confundido Barbossa, ya que había
creído que él se enojaría por lo que le había hecho.

No tuvieron mucho tiempo para atacarse verbalmente, ya que Abdul y un
grupo de cinco guerreros árabes los descubrieron. Como Jack y Barbossa
se encontraban en la puerta de la bóveda inundada, pudieron rodearlos
sin ningún problema, ya que no tenían por dónde escapar.

-¿Así que tú abordaste mi barco y liberaste a mi prisionera, eh? Pues no
saldrás con vida de este lugar. –Amenazó Abdul mientras sacaba su sable
turco dispuesto a rebanar a Hector Barbossa.

Él y Jack Sparrow se miraron unos segundos, poniendo cara de "qué se le
va a hacer", entonces, ambos piratas de pusieron en pie, listos para
pelear por sus vidas,

-Tendremos que pelear, compañero –dijo el capitán (capitana) del "Perla"
a su antiguo compañero.

-Por mí no hay ningún problema –admitió el aludido mientras su monito
saltaba hacia una de las sogas del mástil para estar más seguro-. ¿Pero
podrás pelear con esas cadenas puestas?

Jack sonrió como si le hubiera preguntado una niñería.

-¿Te preocupas por mí, Barbossa? Ya sabes que soy el inigualable capitán
Jack Sparrow, pelear con estas cosas es pan comido para mí –replicó con
cierta arrogancia.

Hector Barbossa sonrió también, pero con burla.

-Querrás decir: "la capitana Jacky Sparrow" –corrigió mientras sacaba su
espada y se ponía en guardia-, acuérdate que ahora eres una mujer.

-Vete al diablo –replicó su ex compañero mientras también se ponía en
una posición de combate, pero con tan mala suerte que inmediatamente se
tropezó con la bola y se cayó de bruces al suelo.

Mientras todos lo miraban un tanto sorprendidos y bastante perplejos,
Jack se levantó lo más rápido que pudo, y se arregló un poco la ropa
mientras miraba a todos de reojo.

-Bueno, bueno –dijo un tanto avergonzado-, ¿vamos a pelear o no?

Abdul lo miró con una expresión de lástima, luego sonrió malignamente y
dijo:

-Aún falta lo mejor…

Y en eso, más muertos vivos aparecieron armados y se unieron junto a los
demás, rodeándolos, listos para masacrarlos a los dos. Eran demasiados
para una par de personas (y un monito), sobre todo si una de ellas
contaba con una gran desventaja.

-Tendrán que pensarlo dos veces antes de decidir pelear una pelea ya
perdida para ustedes –concluyó Abdul, blandiendo su amenazadora espada
contra ellos..


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