Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 45: Una Lluvia de Sentimientos Encontrados Sobre el "Perla Negra"*

                 Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

NOVENA PARTE: UN VIAJE HACIA EL CERCANO ORIENTE

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 45: Una Lluvia de Sentimientos Encontrados Sobre el "Perla Negra"*


La lluvia había comenzado, miles y miles de gotas de agua comenzaron a
caer sobre la tierra y el mar, iniciando así, el ciclo interminable de
la naturaleza.

El capitán Jack Sparrow (ahora, la capitana "Jacky" Sparrow) y el
comodoro James Norrington, enemigos jurados de bandos completamente
opuestos, únicos tripulantes a bordo del afamado barco pirata el "Perla
Negra", estaban a punto de iniciar una feroz contienda para poder
aclarar de una vez por todas la extraña relación que había nacido entre
los dos a causa de la maldición del anillo de la calavera.

Los dos, parados uno frente al otro, separados con tan sólo un par de
metros de distancia, se miraban directo a los ojos, preparándose para
cualquier ataque por parte del otro contendiente.

Ambos estaban completamente mojados, sus ropas se encontraban pesadas,
el agua escurría por sus cabellos y rostros. Bajo la lluvia, la flamante
figura femenina de Jack, era una tentación para cualquier hombre, así
que James no pudo evitar mirar hacia la mojada y raída camisa
semiabierta de su contrincante, pues dejaba entrever un atrayente y
sensual busto femenino. Al ver el sonrojado rostro del comodoro, Jack se
dio cuenta de lo que le estaba mirando, y haciéndose el ofendido
mientras se cerraba precariamente la camisa, le reprochó:

-¿Qué es lo que estás mirando, sucio pervertido? ¡No se ofende así a una
fina dama como yo…! ¡Hic!

El comodoro Norrington, un tanto molesto y avergonzado, le replicó
enseguida:

-Tú ni siquiera eres una dama, y tampoco puedes responder como un
hombre. Tan sólo eres un despreciable fenómeno.

Jack inclinó un tanto su cabeza y entrecerró los ojos, un poco
desconcertado, preguntándose por qué aquel hombre estaba tan molesto con
él si parecía que se estaban llevando medianamente bien, hasta Jack
había llegado a pensar que prefería a aquel "Norry" regañón que siempre
estaba a su lado listo para ayudarlo.

-Parece ser usted una persona más peligrosa de lo que aparenta, su
señoría… -opinó cautelosamente la pirata.

-Entonces póngase en guardia, capitán Jack Sparrow –advirtió el aludido
mientras volvía a ponerse en guardia, listo para atacar a muerte a
nuestro protagonista-. Ya debe adivinar que esto va en serio.

-Lástima, nos estábamos en-entendiendo tan bien… -agregó el pirata con
falso sentimentalismo mientras llevaba su mano hacia el mango de su
espada, listo para defenderse-. Hasta ya no me parecías un sujeto
pedante. ¡Hic!

-¡¡Cuando logre cortarte en pedacitos, dejarás de fastidiarme!! –exclamó
furioso el comodoro mientras se lanzaba al ataque, pero inmediatamente
el pirata sacó su espada para defenderse del sablazo vertical para luego
él comenzar a descargar fuertes golpes contra el sable del comodoro
Norrington. Tomado por sorpresa, éste comenzó a retroceder para sostener
su defensa, pues el ataque seguido de la pirata era muy veloz.

Viendo que su retador no le presentaba una gran pelea, Jack no pudo con
su genio y comenzó a hacerse el payaso con algunos movimientos
ondulantes y extravagantes típicos en él, lo cual, enfurecía a James,
quien se tomaba el duelo en serio y hacía todo lo posible para derrotar
a su enemigo.

-¡Vaya! Veo que mis gra-grandiosas habilidades superaron a las suyas,
tanto como mi belleza –se burló la flamante capitana del "Perla Negra"
mientras brincaba sobre un tonel de ron vacío.

-¡Ya cállate y pelea en serio! –replicó enojado el comodoro que mediante
un torpe movimiento de espada, trató cercenar las piernas de ésta, pero
la pirata evadió fácilmente aquel ataque dando un salto para caer luego
sobre cubierta.

Entonces, nuestro protagonista se detuvo un momento, y mientras se
inclinaba ante él, asiéndole una venia, le dijo, burlándose nuevamente
de él:

-Como gu-guste el señor "descorazonado"... ¡Hic!

James estaba que ardía de la rabia, a pesar de todo lo que había hecho
por ese ingrato, seguía sin tenerle el más mínimo respeto. Isabel tenía
razón, él había estado perdiendo el tiempo con Sparrow.

-¿Por qué quieres batirte en due-duelo conmigo? –le preguntó la
impertinente pirata mientras regresaba al ataque- ¿Estás celoso porque
elegí al muchacho? ¡Hic!

-¡No quiero hablar sobre ese estúpido! –replicó muy molesto su
contrincante, afirmando así, la respuesta que Jack quería escuchar en
ese momento: Norrington SÍ estaba celoso, y eso le parecía muy divertido
a nuestro pirata.

/-Lo tengo en mis manos, puedo hacer de él lo que yo quiera /–pensó
maquiavélicamente.

El duelo de espadas siguió entre la lluvia y por todo el barco, ninguno
de los dos contendientes quería ceder ente el otro y se perseguían por
toda la cubierta. Ambos esgrimistas utilizaban su propio estilo de
combate, Norrington utilizaba su etiquetado estilo inglés y Jack su
propio estilo pirata (un tanto a lo bruto y utilizando sus idas y
venidas, piruetas y objetos a la mano). El combate se estaba poniendo
muy entretenida para Jack, ya que Norrington parecía no ponerle todas
las ganas, no golpeaba fuerte con la espada y tampoco era rápido en su
ataque.

-¿Qué te pasa? ¿So-soy demasiado veloz para su señoría? ¡Hic! Y eso que
es-estoy borracho –se burló Sparrow tras hacerse a un lado y evadir el
lento ataque de su contrincante, quien casi se cayó al suelo al pasar de
largo por su propio y torpe impulso.

Ya estabilizado, James Norrington le lanzó una mirada asesina, y sin
decir una sola palabra, volvió a atacar.

Pero cuando éste intentó abatir a la ebria pirata con un sablazo
diagonal, se paró en seco, se puso muy pálido, soltó la espada y cayó de
rodillas al suelo, completamente abatido y sin aliento para nada.

El capitán Sparrow estaba completamente atónito ante lo que veía.

-¿Y ahora qué le pasa e éste…? –se preguntó bastante sorprendido y
preocupado, pero manteniendo su distancia y su inquietud.

-¡Nada! ¡No me pasa nada! –exclamó James furioso con su propia
debilidad, ¿perder contra quien se había burlado de sus sentimientos?
¡Jamás! ¿Perder contra ese pirata travestido? ¡Nunca! ¡Se levantaría
cien mil veces si fuera necesario! Pero en cuanto intentó ponerse de
nuevo en pie, volvió a caer de rodillas completamente extenuado. El
comodoro James Norrington, ya no podía seguir peleando por más que lo
deseara.

Un frío escalofrío recorrió todo su cuerpo, volviéndolo más pesado e
insostenible, la debilidad que había estado acumulándose todo aquel
tiempo, por fin se había declarado, y mientras sentía que iba
hundiéndose cada vez más en un profundo y oscuro pozo, el asustado
oficial extendió su temblorosa mano hacia un sorprendido Jack Sparrow e
intentó hablarle.

-… Ja-jacky… -apenas pudo susurrar su apodo pidiéndole auxilio antes de
sentir que su mente se nublaba por completo hasta casi perder el sentido.

Desfallecido, el comodoro estuvo a punto de estrellarse contra el suelo
de la cubierta y golpearse, pero Jack pudo evitarlo al arrodillarse
rápidamente ante él y sujetarlo por los hombros, evitando así que se cayera.

-¡Oye! ¿Pero qué de-demonios te pasa? –exclamó Jack sorprendido,
intentando con esfuerzo en poder sostenerlo, pues para su actual fuerza
femenina, Norrington aún era bastante pesado para él.

-… No…, me siento muy bien… -apenas pudo contestarle con un susurro-…,
la cabeza me da vueltas…

Pero apenas terminó de hablar, acabó por desvanecerse sobre la
consternada pirata haciéndola sentarse sobre la cubierta., y como aquel
era un hombre más alto y pesado que ella, no pudo con su peso y se le
deslizó encima hasta dar su cabeza sobre su regazo.

/-¡Pero qué bochornoso es todo esto, menos mal que nadie está aquí para
verlo! ¡Juro que lo voy a matar por humillarme de esta manera! /–pensó
Sparrow bastante nervioso y ofuscado, a quien no le agradaba en lo más
mínimo que lo tocara sentimentalmente otro hombre. De buena gana, se
hubiera levantado de golpe para dejarlo allí sobre cubierta desmayado y
abandonado bajo la lluvia, pero por alguna extraña razón, no podía
hacerlo. Sentía que estaría traicionándose a sí mismo.

Pero Jack no tuvo mucho tiempo para pensar en lo que haría, ya que el
comodoro por fin comenzó a volver en sí y abrió lentamente sus ojos
hasta que pudo fijarlos en el rostro de su enemigo, quien lo miraba con
una cara de graciosa preocupación, con las cejas arqueadas.

-O-oye, Norry… ¡Hic! ¿Qué te pasó? ¿Estás tan borracho que no puedes
mantenerte en pie? ¡Claro! ¡Hic! Tú no tie-tienes mi fortaleza para el
ron– le preguntó entre la seriedad y la burla aquella bella pirata
mientras lo observaba inquisitivamente. Norrington sólo respondió con un
leve susurro mientras apenas negaba con la cabeza toda aquella sarta de
tonterías:

-… No, solamente me siento un poco débil… -Trató de levantarse, pero no
pudo y tubo que volver a recostarse sobre el desafortunado pirata.

James volvió a cerrar los ojos, su respiración ahora era lenta y
tranquila, sentía que se hallaba en un lugar seguro y acogedor, pero
luego, volvió a abrir los ojos y vio nuevamente aquel bellísimo rostro
mojado sobre él, entonces sonrió débilmente y le dijo:

-…. Vaya… Pareces un ángel, pero lástima que eres el mismísimo demonio…
Aún así, debo admitir que se siente muy bien el estar contigo… No sabes
cuánto lamento que seamos enemigos… No te imaginas lo mucho que he
sufrido por ti, y sé que ni siquiera te importa lo que estoy diciéndote
ahora… ¿Por qué? ¿Dime por qué tuve que conocerte? Sólo me has causado
terribles desgracias… Pero aún así, ante todas mis frustraciones, y
aunque estuviera al borde de la muerte, yo elegiría el mismo camino que
me llevara hacia ti, sin dudarlo un solo segundo…

Y después de aquella confesión, el debilitado oficial volvió a dormirse.

Jack Sparrow estaba completamente pasmado al haber escuchado tamaña
revelación hacia su persona, ¡y venía nada menos que de aquel odioso del
comodoro James Norrington, quien había jurado llevarlo a la horca!
Claro, ya le habían dicho antes todas esas cursilerías, pero sonaba
diferente en sus labios. ¿Pero, por qué? Asustado y un tanto asqueado al
pensar en ello, estaba a punto de levantarse y dejarlo allí abandonado
en medio de la lluvia, pero gracias a una fugaz mirada hacia el mojado
rostro de James, la capitana del "Perla Negra" se dio cuenta de lo
demacrado, pálido y agotado que se encontraba el comodoro James
Norrington. Entonces, como un rayo que atravesara su mente, Jack recordó
aquel día en que Norry (como le gustaba llamarlo), le declaró su amor.
(Recuerdo que le resultaba bastante bochornoso y gracioso a la vez para
nuestro protagonista, por cierto).

"/-¿Es que no te das cuenta que es por eso por lo que estoy sufriendo
tanto? Todo este tiempo no he podido vivir en paz gracias a esta dura
verdad. No he bebido, comido o dormido en paz desde que mis ojos se
fijaron en ti, el vino me sabe amargo, la comida me resulta repugnante,
no puedo dormir tranquilo sin que te aparezcas en mis sueños, ni tampoco
puedo permanecer despierto sin que tú seas el motivo de mis
pensamientos… ¡Y yo te odio tanto por eso! ¡Odio la agonía del infierno
por el que me haces padecer sin piedad! …Si tan sólo con matarte pudiera
liberarme de este suplicio interminable…". /

" /-… Pero no puedo matarte,… No puedo hacerlo, moriría junto a ti si lo
hiciera… porque…, porque…, te amo con toda mi alma, y eso… eso es
suficiente para pensar que estoy perdiendo la razón…¡¡Porque tú no eres
realmente lo que aparentas y eso me está matando!!"./

Entonces, al haber recordado todas aquellas palabras tan cursis que
alguna vez le dijera el oficial, Jack se quedó boquiabierto al darse
cuenta que él y solamente él era el culpable del lamentable estado en
que se encontraba su odioso enemigo, el que había jugado con los
sentimientos de aquel hombre lo suficientemente tonto y valiente como
para haberle declarado su amor y haber arriesgado su vida por él, para
luego dejarse morir lentamente por el sufrimiento que le causaba su
indiferencia. Pero Jack no tuvo más tiempo para descubrir sus propios
pensamientos, ya que el comodoro había vuelto completamente en sí, y al
darse cuenta plenamente sobre quién estaba y en la circunstancia en la
que se hallaba, se apartó rápidamente de él, y como pudo, se puso en pie
un tanto tambaleantemente.

Mientras Jack Sparrow seguía sentado en el suelo de la cubierta
mirándolo un tanto extrañado, James la miraba con cierto recelo,
resignación y desencanto, arrepentido por haberle abierto una vez mas su
corazón, pero aún así, no podía negar que la joven se veía absolutamente
hermosa bajo la lluvia. Pero Norrington sabía que aquella falsa mujer
era un arma de doble filo y no valía la pena seguir arriesgándose por
ella. Tenía que terminar con todo de una vez por todas, antes de que
fuera demasiado tarde para él.

-Capitán Jack Sparrow, no necesito que me mire de esa manera, no
requiero de su lástima. Me marcho ahora mismo de aquí. Tomaré el primer
navío que salga hacia América y no volveremos a vernos nunca más, a
menos que usted vuelva a ser el de antes y esté colgado de una horca
frente al verdugo.

Y mientras la pirata lo veía marcharse en ese lamentable estado anímico,
supo que no podría perdonarse nunca, que por su culpa, algo malo le
llegara a pasar a aquel latoso hombre, pues era casi seguro de que si no
lograban romper la maldición, Norrington terminaría muerto. Pero aunque
quisiera ayudarlo, su orgullo como hombre no se lo permitía, no haría
nada por la persona que había arriesgado su vida por él, después de
todo, se suponía que a Jack no le interesaba lo que pasaría con el
odioso de Norrington, y aunque se sintiera un tanto culpable por su
precaria situación, pronto pasaría.

Y así pensaba nuestro querido protagonista, hasta que el poder del
anillo maldito comenzó a fortalecerse nuevamente, provocando que los
reprimidos sentimientos de la versión femenina del capitán Jack Sparrow
sintía por el comodoro James Norrington, se fortificaran.

Por primera vez, el pirata convertido accidentalmente en mujer, razonó
todas las palabras de amor y odio que James le había confesado a lo
largo de toda la travesía, recordó los momentos graciosos y peligrosos
que pasaron juntos, su sonrisa apenas perceptible, realmente no le
agradaba tener que separarse de esa manera tan desagradable.

/-¡No puedo permitir que se vaya de aquí! /–pensó angustiado-,/¡no
quiero que se vaya! ¡No quiero que esto termine así! ¡Quiero que él esté
a mi lado para poder fastidiarlo todo el tiempo!/

Jack no lograba entender del todo aquellos arremolinados sentimientos
que batallaban en su ya confundida y borracha mente. Sabía que estaba
siendo dominado por la maldición, sabía que su condición ebria no
ayudaba mucho que digamos, y también sabía que se moría por las ganas de
estar a su lado, pues se había acostumbrado terriblemente a su
presencia, siempre a su lado, velando por su bienestar. Pero por sobre
todo esto, la pobre y confundida pirata, no quería sentir de nuevo
aquella desagradable sensación que había sentido en el momento en que
había creído a James asesinado bajo la espada de Morgan por haberlo
defendido después de que Jack lo hubiera manipulado de aquella manera
tan cruel.

El comodoro se marchaba, lenta pero ininterrumpidamente, y pronto
estaría lejos de él, distanciado a miles de leguas de distancia, ¿acaso
lo soportaría? El capitán del "Perla Negra" tragó saliva, tenía que
tomar una decisión ahora mismo, y aquella, era una decisión muy
importante: ¿Ayudaba o no a su inclemente enemigo?

Mientras lo observaba marcharse lentamente de su lado, un tanto
tambaleante, y apoyándose a la mojada baranda, Jack por fin se decidió a
actuar, así tuviera que tragarse su gran orgullo masculino y sincerarse
ante aquel hombre, decidirse decirle lo que realmente guardaba en su
interior desde hacía ya varios días, aunque no le agradara en lo
absoluto hacerlo.

-¡Está bien! ¡Está bien! ¡Lo haré! ¡Tú ganas! –exclamó Jack fastidiado
mientras alzaba los ojos y las manos hacia el cielo alborotado,
hablándole a quien sabe quien. Por esta única vez, Jack cedería ante los
designios del anillo maldito que llevaba en su mano izquierda.

La capitana "Jacky" Sparrow se adelantó unos pasos, y armándose de
valor, le confesó en voz alta a James, como si alguien estuviera
amenazándolo con una espada para que lo hiciera.

-No era al muchacho a quien quería elegir -le dijo francamente-, sino a
ti, Norry…

Apenas escuchó esto, el comodoro James Norrington se paró en seco
abriendo enormemente los ojos, muy sorprendido por lo que acababa de
escuchar. Pero aún así, no era un tonto, no tanto como para caer de
nuevo en uno de los sucios jueguitos de aquel pervertido pirata.

-No puedo creerte… -murmuró sin siquiera darse la vuelta para mirarla,
temblando violentamente por la conmoción que le había causado aquella
repentina confesión-, no después de todo lo que me hiciste…

/-¡Pffffh! ¡Idiota!/ –pensó Jack con desprecio, pues aunque fuera uno de
sus peores enemigos, al pirata no le agradaba la idea de que lo
rechazara… tan rápido. Él estaba haciéndole un gran favor y Norry se lo
rechazaba. ¡Pues no permitiría tal cosa! ¡Jack Sparrow no quedaría en
ridículo!

-Mira, Norry, si-siempre te dije que tú eras mi favorito, ¿verdad? ¡Hic!
Ahora que te digo la verdad tú no me crees, ¡vaya tonto que resultaste
ser! ¡Con razón Elizabeth eligió al joven Will!

Lentamente James se dio media vuelta y dirigió una mirada un tanto
inquisitiva, un tanto molesta hacia aquella falsa mujer estrafalaria.

-¿Entonces?... ¿Es verdad lo que me dijiste? ¿No estarás actuando bajo
los efectos del alcohol?

Totalmente fastidiado, Jack se sacó bruscamente el mojado sombrero y lo
lanzó al suelo de la cubierta. Si aquel tonto seguía desconfiando de él,
terminaría por mandarlo al diablo.

-¡Claro que es verdad todo lo que te dije! ¡Que me ahorquen del
cue-cuello hasta matarme si no es verdad!

James y Jack se miraron sorprendidos ante tan inoportuna declaración.
Pero el pobre del comodoro ya no deseaba seguir arriesgándose a creer,
no después de haber sufrido tanto por culpa de un amor no correspondido
y prácticamente imposible.

-Lo siento, pero… no puedo creerte…,¡no puedo creerte! –decía mientras
sus lágrimas comenzaban a confundirse con las gotas de lluvia que
corrían por su rostro-. ¡Auque eso significara mi muerte! ¡¡No creo en ti!!

Jack se desesperó, quizás por la borrachera, quizás por lástima, el
honor, o la maldición, pero al verlo tan perdido, tan desesperado,
decidió ayudarlo en la única forma que había: dándole esperanzas.

/-"Sé que voy a arrepentirme después de esto. Difícilmente llegue a
perdonarme a mí mismo…"/ –pensó Jack con resignación, pero la verdad era
que no podía dejar que James sufriera tanto y perdiera su vida por él,
simplemente era algo que le debía y su alma jamás estaría en paz,
porque, después de todo, Jack era un buen hombre y no podía evitar el
tener que ayudarlo, aunque eso significara, que una vez todo vuelto a la
normalidad, James lo odiara a muerte.

El capitán Jack Sparrow, por fin se había decidido a actuar, pues al fin
y al cabo, ¿qué le hacía una mancha más al tigre.

-Mira, Norry, esto te va a gustar más a ti que a mí, es un gra-gran
favor que te hago, así que más vale que lo disfrutes y lo recuerdes
cuando tú y yo volvamos a vernos como enemigos y tengas que perdonarme
la vida ante la horca, ¿entendido? ¡Hic!.

- ¿Eh?… ¿A qué, te refieres…? –el aludido se asustó un poco al ver que
aquella pirata se le acercaba velozmente y los tomaba fuertemente por
los hombros.

-Esto será lo único que haré por ti… -le dijo ella mientras lo miraba
directo a los ojos.

Y en contra de su voluntad, pero empujado por sus sentimientos que el
terrible hechizo del anillo impulsaba en su interior, la hermosa y
salvaje mujer pirata, tomó con sus delgadas manos las calenturientas y
mojadas mejillas del sorprendido oficial, y en un arrebato, la pirata lo
besó en la boca.

Y mientras ambos se besaban y se arrodillaban sobre la mojada cubierta,
el comodoro llevaba lentamente sus manos hacia la cintura de la capitana
y la abrazaba suavemente, la lluvia, que parecía comenzar a menguar, aún
seguía mojando sus cuerpos.

El secreto de aquel beso prohibido, sólo quedaría entre el cielo, la
tierra, y el mar, quienes contarían en susurros la increíble historia de
amor y odio entre un honorable oficial inglés y una deshonesta pirata
caribeña.


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