Fanfic Piratas del Caribe -Bajo la Espada de Odìn- *Capítulo 41: Los Pecados del Padre y los Errores del Hijo*

                                       Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



*PIRATAS DEL CARIBE: BAJO LA ESPADA DE ODÍN*

PENÚLTIMA PARTE: LA BAHÍA DEL NAUFRAGIO


Beckett quiere gobernar el mundo;Morgan quiere asesinar a todos;Jack y jacky quieren ser uno solo;Will quiere liberar a su padre;Isabel quiere vengar a sus padres;James quiere encontrar el perdón. ¿Quién lo logrará?Cont de El Libro del Destino. EL FINAL

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado (Publicada en Fanfiction el 17 de Agosto del 2009 hasta el 21 de Marzo del 2011)
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 41: Los Pecados del Padre y los Errores del Hijo*


—¿Qué pasa, hermanita? —Jack se acercó a ella sin quitarle la vista de
encima a su padre y a Norrington—. Te veo con cara de desconcierto como
cuando no sabemos qué pasó con la última botella de ron que teníamos
escondida.

—No sé… Parece que se conocen de hace ya mucho tiempo, hermanito —le
contestó, cruzándose de brazos—. Hay algo… Una imagen muy borrosa del
pasado que viene y se va en un segundo y que no logro reconocer…

—¡Oh!... —se quedó un rato observando a los dos hombres antes de
volverse hacia Jacky—… ¿Me estás hablando con sinceridad, hermanita?

Ella giró hacia él.

—¿Sinceramente hablando, hermanito? Pues con sinceridad te digo que
sinceramente es la sincera verdad.

—¡Ah! Entonces, si te soy sincero, te hablo con sinceridad cuando te
confieso sinceramente que te creo con toda sinceridad.

—Gracias por tu sinceridad, hermanito —le sonrió.

—De nada, sinceramente.

Gibbs y Ana María estaban detrás de ellos y no pudieron evitar escuchar
semejante conversación y revolvieron los ojos, fastidiados.

Entretanto, bajo la preocupada mirada de Jacky, James y Teague seguían
conversando sobre aquel momento perdido en el pasado que los había unido
irónicamente.

—¿De modo que usted fue el que me salvó la vida cuando caí al agua?
—preguntó James, perplejo. Teague sonrió.

—No tuve otro remedio.

Norrington se le quedó mirando fijamente. Aquel pirata tenía el mismo
sentido del humor que sus hijos y tampoco podía tomar sus palabras en serio.

—¿Por qué lo hizo?

El Guardián del Código soltó una corta ricilla, no podía creer lo que
estaba escuchando.

—¿Es que se necesita una razón para salvarle la vida a un niño pequeño
que se está ahogando en el mar?

—¡Y fue por esa razón que mi padre me odia tanto! —replicó frenético,
con los puños crispados. Alarmados, los hermanos Sparrow se acercaron
para evitar cualquier desastre—. ¡Deberle la vida a un sucio pirata es
una humillación! ¡Hubiera preferido la muerte a ser salvado por usted y
ser despreciado por mi padre por el resto de mi vida!

—Norry… —susurró Jacky, sorprendida.

—No sabía que Norrington fuera un tipo con conflictos emocionales —dijo
Jack, pero, de pronto, lo que su media parte no podía recordar, volvió a
él como un golpazo a la cara.

—¡Jacky! —la tomó de la muñeca, volviéndose hacia ella con los ojos como
platos—. ¿No te acuerdas de lo que pasó?

—¡Yo no fui! ¡Soy inocente! —exclamó, poniéndose inmediatamente a la
defensiva por las dudas sin tener ida de lo que se estaba refiriendo su
"hermano".

—¡No, bestia! ¿No te acuerdas cuando éramos chicos (y éramos uno solo,
por cierto) y estábamos en una batalla junto a nuestro padre cuando un
mocoso se cayó al agua y él lo rescató?

—¡Oh! ¡Entonces…! —se volvió hacia James pálida como un muerto, con los
ojos como platos y el corazón galopándole a toda velocidad—. ¡James era
ese niño!

Era un descubrimiento muy impactante para Jacky, pero, por supuesto, lo
era mucho más para el verdadero protagonista de la historia, quien
estaba verdaderamente furioso.

—¿Quieres vengarte? —fue la inesperada propuesta de Teague a James,
dejándolo estupefacto al igual que a los hermanos Sparrow.

Toma —le tendió su propia arma—. Véngate

—¡Padre! —exclamaron los hermanos, adelantándose para parar aquella
locura, pero su padre alzó la mano para detenerlos, siempre con la
mirada fija en Norrington.

—Vamos, tómala —le acercó aún más el mosquete—. ¿Es que no quieres
vengarte? Por mi culpa tu padre te odia, ¿o no?

James bufó lleno de rencor al escucharlo, tomó el arma de un manotazo y
apuntó con ella al pirata.

Jacky y Jack estaban palidísimos, los demás piratas se habían dado
cuenta de lo que estaba pasando y desenfundaron sus propias armas para
acabar con la vida del traidor, pero una mirada de advertencia por parte
de Teague, los hizo desistir en la idea de intervenir.

—¿Y bien? —se volvió hacia Norrington—. ¿No vas a disparar? Puedes
vengarte, muchacho, si eso te hará sentir mejor, /savvy?/

James hizo chirriar los dientes, apuntando con mano temblorosa hacia la
cabeza de aquel despreciable hombre causante de todas sus desgracias
familiares. ¡Cómo deseaba apretar el gatillo y acabar con su mugrosa e
inútil vida! Lo odiaba, ¡oh, sí! ¡Cómo lo odiaba! Pero, a pesar de todo…
aquel mismo hombre era el que le había salvado la vida…

—Yo… Yo no puedo matar al hombre que me salvó la vida… —Bajó el arma—.
Tengo una deuda de honor con usted, capitán Sparrow, y no la deshonraré…
—y se derrumbó sobre la silla, abatido por la enorme lucha interior que
se había librado dentro de él. Amaba a su padre y deseaba con todo su
corazón agradarle, pero sería una injusticia asesinar al hombre que le
había salvado la vida, por más que éste fuera un pirata. No era correcto.

Jack y Jacky suspiraron aliviados al igual que el resto de sus compañeros.

—El almirante Lawrence Norrington era uno de los más terribles cazadores
de piratas de la /Royal Navy —/comenzó a explicar Teague/—/, su odio
hacia nosotros es ya legendario y trató de inculcárselo a su propio hijo
—Se volvió hacia Jacky—. ¿No recuerdas, pajarita? Un aterrorizado niño
de… menos de diez años, cayó por la borda de un barco mientras le
libraba una feroz batalla entre piratas y militares. Sin dudarlo un
segundo, el capitán del barco pirata saltó al agua y rescató al pequeño
niño a riesgo de ser capturado por el enemigo.

—Y luego ese niño fue humillado por su padre cuando éste le dijo que
prefería verlo muerto a verlo contraer una deuda con un pirata —concluyó
James, levantándose bruscamente de la silla para salir presuroso de
aquel lugar bajo la preocupada mirada de Jacky.

—Los pecados del padre alcanzaron al hijo —siguió diciendo Teague—. Los
odios heredados son los peores, mi pequeña pajarita, pero el desprecio
de un padre puede provocar una de las heridas más grandes que un hijo
pueda soportar. Creo que tu novio no tuvo una vida fácil, pajarita,
siempre escondido bajo esa apariencia fría y distante… Lo conoces bien
ahora, es un hombre sin suerte y siempre será así… ¿Aún quieres seguir
con él? Como pirata, te aconsejaría que no; como tu padre, te lo
prohibiría; pero como un simple hombre que ha vivido, te diría que sólo
tú eres la única capaz de cambiar su fortuna.

Jacky se le quedó mirando con la boca abierta, desconcertada, pero
enseguida le volvió la espalda y se fue corriendo para buscar a
Norrington ante la perpleja mirada de los presentes.

Teague sonrió.

A Jacky le tomó un tiempo encontrarlo, pero finalmente lo halló en uno
de los balcones, acodado sobre la barandilla, sumido en sus pensamientos.

Ella se acercó a él en completo silencio. No tenía idea de lo que debía
hacer o decir para consolarlo, así que hizo lo que mejor sabía hacer:
hablar.

—¿No te parece una gran coincidencia que nos hayamos conocido en el
pasado cuando éramos más jóvenes, Norry? ¡Lo había olvidado por
completo! Ahora recuerdo que quisiste ayudar a tu padre cuando el mío lo
golpeó mientras luchaban, pero creo que te impresionó la apariencia de
mi padre así que te asustaste y retrocediste. ¿Recuerdas? Yo te vi y
quise detenerte para que no te cayeras por un agujero de la barandilla,
pero te asustaste peor y te caíste igual… —Sonrió nostálgica—. ¡Debo de
haber tenido un aspecto muy espantoso cuando era adolecente como para
asustar a un chiquillo! ¡Ja, ja, ja! Claro que si en ese entonces
hubiera sido una mujer, no te habrías asustado de mí… Qué raro sonó todo
esto último, ¿no te parece, Norry?

Lo miró ansiosa, esperando alguna respuesta de él.

—Me convertí en oficial de la Armada para agradar a mi padre —comenzó a
contarle sin volverse para mirarla—, pero nunca nada de lo que hacía
lograba complacerlo, siempre encontraba algún pequeño motivo para
decepcionarse completamente de mí y rechazarme, siendo mi primo
Fitzwilliam el receptor de todas sus atenciones y su completa
admiración… Hice todo lo que pude para que mi padre me amara, pero lo
único que recibí de él fue sólo humillaciones a lo largo de mi vida
desde que fui rescatado por tu padre. Fue por esa razón que odié con
toda mi alma a los piratas… Pero yo no soy como mi padre… Muy en mi
interior siempre supe lo que era lo correcto y lo que no, pero cometí
muchas injusticias por buscar su aprobación, no me importaba si iba en
contra de mis principios, estaba decidido a aplastar a cualquiera que se
interpusiera en mi camino sin importarme el precio que pagaría al final…
—Se dio media vuelta, sus ojos verdes brillaban intensamente—… A pesar
de ser piratas, tu padre los quiere a ti y a tu hermano… a su peculiar
manera. No creo que él prefiera verlos muertos antes que les deban la
vida a un enemigo… Tu padre apenas te conoció hoy y ya te quiere, pero
mi padre me conoce hace más de treinta años y nunca dejó de hacerme
saber lo mucho que me desprecia… ¿Cómo podré ser un buen padre para mis
hijos cuando nunca tuve un buen padre?

Enmudeció, bajando la cabeza para ocultar las lágrimas. Jacky,
conmovida, se acercó a él y lo abrazó con todas sus fuerzas, apoyando
suavemente la cabeza de James sobre su esbelto hombro.

—Serás un buen padre, Norry, ya lo verás —le dijo, sonriéndole
tristemente—, comparado conmigo, cualquiera puede serlo.

James no pudo evitar sonreír entre lágrimas ante aquella ocurrencia.

—Gracias, Jacky… —Se irguió y pasó suavemente su mano sobre la mejilla
de la pirata—. Debería agradecerle a tu padre por lo que hizo por mí,
pero ni toda una vida alcanzaría para agradecerte todo lo que estás
haciendo por mí.

—¡Diablos! ¡Pero qué cursi eres! —se quejó la halagada Jacky, poniéndose
tan colorada como un tomate, entonces, ambos comenzaron a reírse con
ganas, aliviados.

Ocultos entre las sombras, padre e hijo Sparrow estaban observándolo
todo detenidamente.

—¿Crees que él sea bueno para ella? —le preguntó Jack.

—Yo me preguntaría más si ella es buena para él —rebatió con su
acostumbrado sarcasmo. Su hijo volvió la mirada hacia él.

—Hablo en serio, viejo. Ella es yo y yo soy ella. Es obvio que me
preocupe por mi propio bienestar, ¿no te parece?

Teague volvió el rostro hacia su hijo.

—Tanto él como ella deben sacrificar algo muy importante en sus vidas
para poder entregarse libremente el uno a la otra para ser realmente
felices, Jackie, si no son capaces de hacerlo, te aseguro que ninguno
será lo suficientemente bueno para el otro.

—Ah… —asintió sin tener la menor idea de lo que se refería su padre, y
volvió su atención hacia la pareja—. Por experiencia propia puedo
decirte que Norrington puede ser muuuuuuy pesado a veces, pero él es una
de esas personas que es capaz de entregar su propia vida con tal de
salvar a la persona que ama aunque no se lleven muy bien.

—¿Acaso envidias a tu hermana? —lo miró de reojo y Jack se puso como la
grana.

—¿Estás loco, padre? ¿Tenerle envidia a esa especie de transformista?
¿Es que acaso me confundiste con un eunuco? ¡Ni por todo el ron del
mundo me fijaría en un hombre y menos en Norrington! ¡Ni que fuera ese
pervertido de Seagull Hood! … Aunque debo admitir que el doctorcito no
está nada mal… —se llevó la mano al mentón con aspecto pensativo—… Le
pones un vestido y una peluca y te dan ganas de… Tú ya sabes a lo que me
refiero…

—Claro, claro —asintió, y luego de echar un vistazo a su flamante hija,
se marchó de allí.

—Creo que tengo antojo de queso… —murmuró Jack, y luego de echarle un
vistazo a la pareja, se fue por detrás de su padre—. ¡Diablos que le
tomó cariño, el viejo! Yo aún no logro caerle bien del todo…

Entretanto, Christian, Alrun y Alwine se reunieron con Elizabeth,
Seagull y Billy, enterándose de lo que había ocurrido durante la
asamblea de los piratas y la conversación entre el capitán Teague
Sparrow y James Norrington.

—Conozco al almirante Lawrence Norrington —contó el doctor—, sé que es
un hombre mucho más frío, calculador y estricto que el joven Norrington.
Era su costumbre criticarlo y compararlo de mala manera con los demás…
Isabel siempre lo defendía pero no era lo mismo —Se entristeció—… A
veces los padres cometemos graves errores con nuestros hijos y luego
ellos pagan las consecuencias gracias a nuestra incompetencia como
educadores…

Comprendiendo que Christian se refería a su relación con Isabel, Seagull
quiso desviar su atención hacia otro lado.

—No te preocupes, dulzura —puso descaradamente su brazo sobre los
hombros del rubicundo doctor—, ya verás cómo logramos que tu sobrina
cambie el rumbo para bien. ¡No te olvides de mis encantos!

Chris lo fulminó con la mirada, furioso, y se sacó bruscamente el brazo
de encima.

—¿A quién le dice "dulzura", señor Hood? ¿Acaso desea que le dé otra
lección?

—¡Ja, ja, ja! ¿Otra lección, dices? —puso los brazos en jarra le sonrió
maliciosamente—. ¿Y qué si te digo que me dejé vencer?

—¿Qué se dejó vencer? ¡Tonterías!

—¿No me crees? —se acercó un poco más, deteniéndose a unos cuántos
centímetros del enfadado médico—. ¿Me creerás si te digo que derroté en
combate a tu sobrinita? No te conté eso, ¿verdad?

—Es imposible —replicó incrédulo, tratando de mantener la distancia—.
Puedo creerle que ella se entregó a usted, pero ser derrotada… Eso no lo
creo.

—Pues créelo —le sonrió pícaramente—. Sé muy bien que te dejaste
derrotar la primera vez que peleamos, yo hice lo mismo cuando nos
enfrentamos por segunda vez… Aunque debo admitir que tienes un estilo
impecable y me sorprendiste…

Christian lo miró de reojo, un tanto receloso.

—Ciertamente no nos hemos tomado en serio o nos hemos tomado demasiado
en serio, señor Hood.

—En eso te equivocas, encanto —se arrimó aún más, tomándolo rápidamente
de la manga de la casaca para que no se le escapara, dirigiéndole una
mirada muy sugerente—… Siempre te tomé muy en serio… como a Isabel…

—¡Oh, pero…! ¡Quíteme las manos de encima! —se quejó, tratando de
desasirse de él, pero Seagull Hood era un hombre con mucha experiencia
en esas situaciones y tomó velozmente al doctor por la espalda,
haciéndole perder el equilibrio para inclinarlo hacia el suelo boca
arriba, momento que aprovechó para estamparle un poderoso beso en la boca.

—¡Oh! ¡Por Dios! —exclamó la perturbada Elizabeth, llevándose la mano a
la boca.

Alrun nada dijo pero se quedó con la boca abierta por la impresión, por
fin comprendió la resistencia de Christian en acatar sus deseos.

—¡Mira, mamá! ¡Ellos dos se quieren! —festejó la inocente Alwine ante su
escandalizada madre, obligándola a taparle la boca con la mano.

En cambio, el pobre Billy tenía los ojos como platos, repelido.

—¿Y bien? ¿Te parece que no te tomo en serio? —se burló el pirata en
cuanto dejó de besar a su víctima.

—¡Es usted un sujeto endemoniado! ¡Está loco! ¡Suélteme antes de que…!
—Christian comenzó a quejarse mientras se retorcía furioso, y cayó
repentinamente al suelo de espaldas cuán largo era.

—Tus deseos son órdenes, encanto —le dijo el pícaro pirata, haciéndole
un saludo militar con la mano.

Christian Jacobson estaba REALMENTE muy furioso y humillado. ¡Nadie lo
trataba así en público! Se puso de pie rápidamente con la intención de
propinarle un buen puñetazo en la cara, pero James Norrington apareció
cojeando de repente muy pálido y asustado… ¡con Jacky desfallecida en
sus brazos!

—¡Doctor Jacobson! —gritó histérico —¡Venga pronto! ¡Jacky se sintió mal
y se desmayo!


También te podría interesar...

ÚLTIMAS ENTRADAS PUBLICADAS

Comentarios

X Queridos visitantes: Únanse a las redes sociales del blog para estar en contacto si algún día es eliminado de nuevo.