Fanfic Piratas del Caribe -Bajo la Espada de Odìn- *Capítulo 46: Desesperación*

                                            Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



*PIRATAS DEL CARIBE: BAJO LA ESPADA DE ODÍN*

ÚLTIMA PARTE: LA BATALLA FINAL


Beckett quiere gobernar el mundo;Morgan quiere asesinar a todos;Jack y jacky quieren ser uno solo;Will quiere liberar a su padre;Isabel quiere vengar a sus padres;James quiere encontrar el perdón. ¿Quién lo logrará?Cont de El Libro del Destino. EL FINAL

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado (Publicada en Fanfiction el 17 de Agosto del 2009 hasta el 21 de Marzo del 2011)
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 46: Desesperación*


La capitana Jacky Sparrow, otrora el capitán Jack Sparrow, estaba
temblando de pies a cabeza, muerta de terror al contemplar a aquel
sanguinario y repulsivo hombre dispuesto a gozar con el sufrimiento
ajeno. ¡Tenía que aparecer en el momento menos indicado!

—¡Ho-hola, Bartito! ¿C-cómo te ha tratado el mundo? ¿Bien? ¿Q-qué te
trae por aquí? ¿Alguien te debe? ¡Te juro que yo no te debo nada! ¡Fue
mi hermano! —comenzó a hablar atropelladamente, luchando con su natural
instinto de salir corriendo (por el momento).

—Vine a visitar a mi perra favorita —le respondió.

—¡Ah! Entonces estás en el lugar equivocado. Deberías ir a Tortuga… ¡no
sabes la cantidad de "esas" que hay allí!

Sangre Negra sonrió maliciosamente.

—Tú eres mi perra favorita, perra.

—Mucha "perra", diría yo…

—¡Cállate, maldita mujerzuela! —gritó de repente, haciendo brincar a susto.

—G-gracias por cambiar de… ¿Se dice "adjetivo" o "sustantivo"? —replicó
con frescura, enfureciendo aún más a Sangre Negra, quien, sin más ni
más, le dio un terrible bofetón que la mandó de golpe contra el suelo,
dejándola muy aturdida y adolorida.

Escupiendo sangre, Jacky quiso ponerse de pie, pero un dolor agudo en el
abdomen le hizo quedarse arrodillada, llevándose asustadísima la mano a
la panza. Por primera vez en el transcurso de su embarazo, sintió
verdadero miedo por la salud de sus bebés.

Pálida como un fantasma, insistió en levantarse, pero otra dolorosa
punzada la obligó a arrodillarse otra vez, aterrándola aún más.
Entonces, con el único y desesperado deseo de alejar a sus hijos de
aquel impiadoso asesino, comenzó a gatear en un vano intento por escapar.

—¡Jwah, jwah, jwah! —se rió el desalmado al presenciar aquello—. ¿Qué
pretendes hacer, mujerzuela? ¡Ven aquí!

Jacky, desesperada, quiso apresurarse, pero el temible pirata la atrapó
por el cuello y la alzó del suelo, dejándola con los pies al aire,
comenzando a apretar poco a poco su esbelto cuello. Desesperada, quiso
desasirse de aquella callosa y enorme mano, pero sólo consiguió agotar
inútilmente las pocas fuerzas que le quedaban gracias al
estrangulamiento. Muy a su pesar, la cabeza había comenzado a darle
vueltas y lo único que podía ver era la siniestra sonrisa de su atacante.

—¡Norry…! ¡Norry…! —llamó en un susurro, recordando la primera vez que
él la había salvado de las manos de Morgan poniendo su propia vida en
peligro por ella. Ahora sabía muy bien que James no iba a aparecer, no,
ahora él estaba muy lejos como para ir a su rescate.

Jacky se desesperó aún más cuando sintió que comenzaba a faltarle el
aire. Cuando James regresara (estaba segura de que regresaría), iba a
encontrarla muerta tanto a ella como a sus hijos, y eso terminaría por
romperle completamente el corazón. ¿Qué sería de él entonces? Aún a
pesar de haber mostrado una mejoría en su ánimo, sabía que en su
interior todavía se encontraba librando una fiera batalla con sus
errores pasados. ¿Se hundiría de nuevo en el lado oscuro y condenaría su
alma al infierno?

Pero Jacky ya no pudo seguir pensando, pues sintió que sus fuerzas
fallaban y sus manos, que anteriormente habían estado insistiendo en su
liberación, cayeron finalmente inertes al vacío.

—¡Jeh, jeh, jeh…! ¡Cómo disfrutaré el ver la cara de tu noviecito cuando
vea tu cuerpo! —se burló "Sangre Negra", y luego agregó con
malevolencia—: Cuando regrese, pienso terminar lo que empecé con él en
Tortuga… ¿Lo recuerdas?

Aquello último enfureció a Jacky, despertándola de su letargo. ¿Cómo se
atrevía aquel engendro ponerle las manos encima a /su/ Norry? Nadie,
absolutamente nadie tenía derecho a hacerle daño.

—¡Yo soy la única que tiene derecho a ponerle la mano encima! —gritó,
desenvainando la espada con un rápido movimiento circular y cortando el
abdomen de su sorprendido atacante, obligándolo a soltarla.

Jacky cayó sentada sobre suelo mientras Morgan aullaba de dolor, furioso.

—¡Maldita perra! —gritó, abalanzándose contra ella—. ¡Ahora verás! ¡Te
haré sufrir como a un cerdo antes de asesinarte!

La pirata intentó incorporarse con el arma en la mano para defenderse,
pero "Sangre Negra" le dio un fuertísimo manotazo en la mano y mandó la
espada al agua. Jacky, viendo que las cosas se estaban poniendo muy
negras para ella, se dio media vuelta y trató de gatear lo más rápido
posible para escaparse de él pero Morgan la atrapó por el cabello y la
arrastró hacia él, dándola vuelta, sujetándola fuertemente por las manos.

—¿¡A dónde crees que vas, maldita!

—¡Cuidado, animal! ¿Qué no ves que estoy con la panza? —Y puso cara de
cachorrita desamparada—. A una mamá en espera no se le dan estos tratos,
Bartito, /¿savy?/

—¿Y tú crees que eso me detendrá, perra? —Lamentablemente era la
respuesta que ella esperaba escuchar—. ¡Abusar de perras preñadas como
tú es una de las cosas que más me gusta hacer! ¡Jwah, jwah, jwah!

—Ciertamente tienes gustos muy malos en lo que respecta a la diversión
—replicó con el corazón en la boca, aterrorizada por aquella amenaza.

Viendo que ya no podía evitar aquel desenlace con más diálogo, la
desesperada pirata intentó escapar dándole una soberana patada en la
entrepierna de "Sangre Negra", pero grande fue su estupor cuando, en vez
de un quejido, escuchó una risotada monstruosa.

—¿Crees que con eso vas a detenerme, maldita perra? —le dijo, tomándola
fuertemente por el cuello, apretándoselo poco a poco mientras acercaba
su horrible y sucio rostro al de ella—. Ahora poseo un arma que me hace
prácticamente invencible…, puedo soportarlo todo… —Lambió con su
asquerosa lengua el rostro de Jacky, asqueándola—. ¡Así que ahora puedo
hacer lo que se me antoja! —exclamó, rompiéndole la camisa con la otra
mano, Jacky quiso gritar para pedir ayuda, pero la fuerte presión sobre
su cuello le quitaba todo el aliento.

Sintió terror y repulsión al sentir la mano de aquel repugnante monstruo
manosear su busto. ¿Es que en verdad iba a pasarle semejante desgracia?
¿Acaso sus pequeños hijos iban a morir antes de nacer? Pensó en James y
en la promesa de volverse a ver… Recordó sus hermosos ojos verdes y su
triste sonrisa y eso le estrujó el corazón. ¡James se moriría de la
desolación si ellos desaparecían de su vida!

"¡Norry! —pensó desesperada mientras las lágrimas comenzaban a bañar su
rostro—. ¡No quiero que sufras más! ¡No mereces esto!".

XOX

Mientras tanto, en el flanco trasero de la flota de la Compañía de las
Indias Orientales, uno de los navíos recibía un invitado inesperado:
James Norrington.

La mayoría de la tripulación lo conocía muy bien, tanto por haber
servido bajo sus órdenes o haber escuchado historias sobre él, se
hicieron a un lado cuando lo vieron subir a bordo, atónitos. ¿Realmente
aquel implacable perseguidor de piratas, hijo del archiconocido
almirante Lawrence Norrington, se había convertido en pirata? Y si así
era, ¿por qué había pedido audiencia al capitán de la nave?

James ni siquiera se inmutó por aquellas miradas inquisidoras ni que un
par de fusileros se habían apostado amenazadoramente a ambos lados para
apuntarlo con sus fusiles, sólo se limitó a esperar lo más calmadamente
posible, confiando en que su plan diera resultado.

No tuvo que esperar mucho, puesto que el capitán al mando apareció
inmediatamente con el rostro desencajado: era el teniente Gillette.

—¡C-comodoro! ¡A-almirante! —exclamó, no sabiendo muy bien cómo debería
dirigirse hacia su… ¿ex superior?

—Demuestre su carácter como oficial al mando, teniente Gillette —le
aconsejó con su ya legendaria impasibilidad.

—¡Sí, señor! —respondió más por costumbre, poniéndose bien derecho, pero
una mirada de desaprobación por parte de Norrington lo hizo pensar en lo
que estaba haciendo.

¡Ejém! —se aclaró la garganta llevándose la mano a la boca mientras
miraba disimuladamente a sus hombres—. Ahora usted es mi prisionero,
eeeeeehh… señor Norrington. ¿Puedo saber el motivo por el que decidió
usted entregarse? ¿Acaso se arrepiente de sus actos?

—Sí —fue la sorprendente respuesta.

XOX

Entretanto, en el puerto anónimo de la Isla del Naufragio, "Sangre
Negra" continuaba estrangulando a Jacky para su sanguinaria y sádica
satisfacción mientras seguía manoseándola impúdicamente.

—… ¡S-suéltame, c-cerdo…! —gimió furiosa.

—Ahora veremos cómo chillas, maldita… —dijo el pirata, ignorándola
mientras se preparaba para arrancarle la falda.

De repente, alguien cayó sobre su espalda y le colocó un hierro al rojo
vivo sobre el lado derecho de su cara, haciéndolo aullar de dolor,
obligándolo a soltar a la casi desfallecida Jacky.

"Sangre Negra", furioso, llevó los brazos hacia atrás y atrapó al
usurpador, lanzándolo contra un montón de cajas que habían en un rincón,
destrozándolas.

—¡Billy! —exclamó la capitana Sparrow al reconocer al jovencito valiente
que la había salvado.

El chico, lejos de amedrentarse por la brutalidad del pirata, se puso de
pie ignorando el corte que se había hecho en la pierna, dispuesto a
defender a Jacky con su vida.

Y como a todos, Morgan se sorprendió por su valentía.

—Lástima que no estemos del mismo lado, pequeño perro —le dijo mientras
apretaba el puño con una sádica sonrisa—. Te atreviste a enfrentarme sin
ninguna posibilidad de vencerme… ¡Mereces una muerte rápida!

Con un solo paso logró estar a unos cuantos centímetros del sorprendido
muchacho. Soltado una risa estruendosa, Morgan lo sujetó firmemente por
el cuello.

—¿Has visto cómo se rompe el cogote de a una gallina, mocoso?

Como era de esperarse, Billy no respondió, pero en su rostro se pudo
leer el horror que le había provocado aquellas palabras y el áspero y
frío contacto de los dedos de Morgan alrededor de su cuello.

—Despídete de este mundo… —dijo el pirata, disponiéndose a romperle la
tráquea.

—¡Ni siquiera te atrevas, puerco miserable! —gritó Jacky, lanzándose
sobre su espalda para comenzar a tirarle de los cabellos con fuerza.

—¡Quítate! ¡Ya te tocará a ti! —exclamó fastidiado, sacándosela de
encima tomándola por la ropa y lanzándola al suelo sin nada de cuidado.

Semejante golpe hizo que Jacky volviera a sentir el mismo dolor que
había sentido antes, obligándola a permanecer de rodillas sobre el
suelo, abrazando su propio abdomen.

Riéndose con desprecio, "Sangre Negra" se volvió hacia el chico que
había comenzado a forcejear inútilmente contra la garra que lo tenía
prisionero.

—Sólo por esa intromisión vas a morir con lentitud, rata miserable
—declaró—. Voy a arrancarte el pellejo como si fueras una sucia víbora,
¡Jwah, jwah, jwah!

Pero el pequeño y sordo italianito no lo escuchó y seguía retorciéndose,
empeñado por liberarse de su captor.

Con un rápido movimiento de su mano, las sucias uñas de Morgan se
clavaron en el brazo del chico, atravesando la tela de la camisa y la
piel, arrancándole un pedazo del tamaño de una moneda pero lo
suficientemente doloroso como para hacerlo chillar de dolor.

—¡Suéltalooo! —gritó Jacky dese del suelo, desesperada al no poder hacer
absolutamente nada por el niño que siempre había estado ahí para ayudarla.

Pero "Sangre Negra" no le prestó atención y se dispuso a volver a atacar
al muchacho, presa de una satisfacción morbosa.

Entonces Jacky y Billy cerraron los ojos por instinto, esperando lo peor.

De pronto, el pirata gritó de dolor y sus dos victimas, atónitas,
abrieron grandemente los ojos al ver cómo una espada le había atravesado
el pecho.

—¿Cómo te atreves a hacerle daño a mi pajarita, mastodonte infernal?
—fue aparentemente calmado reproche del Guardián del Código Piratas, el
capitán Edward Teague Sparrow, quien era el que lo había atacado por la
espalda.

XOX

Mientras tanto, a bordo del /Endeavour/, Beckett recibía una muy mala
noticia.

—¿Cómo puede ser que el almirante Jacobson haya desaparecido en un
momento como éste? ¡Es inexcusable! —se quejó, poniéndose de pie, furioso.

—Lo sé, señor —el teniente asintió muy nervioso —Ya lo hemos buscado por
todas partes. Simplemente desapareció.

Entonces, por primera vez en mucho tiempo, Cutler descargó su ira contra
la inocente tetera, estrellándola de un manotazo contra la cubierta,
dejando a sus hombres completamente boquiabiertos. Miró a su alrededor,
rabioso. Luego trató de controlarse, todavía tenía su enorme flota, el
/Holandés Errante/ y, sobre todo, el invencible Kraken. No necesitaba a
Isabel.

"Ya me las pagará cuando la encuentre" —pensó, crispando los puños—. ¡No
importa! —dijo, volviéndose hacia sus oficiales de alto cargo—. Aún
tenemos los planes de batalla, ¿verdad? ¡Continuarán con el plan tal y
como el almirante Jacobson lo trazó! ¿Entendido?

Todos respondieron con un enérgico "¡Sí, señor!", y corrieron a cumplir
con sus órdenes mientras Beckett volvía a sentarse en la silla para
tomar otra taza de té. Sus ojos se posaron sobre la tetera de porcelana
china que había destruido y lamentó el haber perdido los estribos.
Arrellenándose en la silla, se preguntó en dónde demonios podría esta la
Jacobson.

XOX

—¡P-papi churo! —exclamó su "hija" llena de felicidad—. ¡N-nunca pensé
que me alegraría tanto de verte! ¡Ouch! —gimió de dolor, volviendo a
encogerse sobre sí misma.

—No se mueva tanto, por favor —le pidió el doctor Jacobson, hincándose a
su lado para comenzar a revisarla.

El rostro de Christian no revelaba otra cosa más que pura inquietud.

—¿Puedo ayudar? —quiso saber la pequeña y asustada Alwine, paradita al
lado del doctor, jugando con sus propios piecitos y luchando contra su
natural miedo hacia Morgan, su antiguo carcelero.

—Claro que sí, pequeña mía —asintió con una bonita y tranquilizadora
sonrisa—. Pon tus manitas sobre su estómago y concéntrate en sus bebés.
¿Puedes hacerlo?

—¡Sí! —asintió llena de felicidad, arrodillándose junto a la capitana
Sparrow para comenzar a curarla con su propia energía.

Luego de acariciar la rubia cabeza de la niña, Christian se puso de pie
y volteó su cabeza hacia el lugar en donde se encontraban Teague, Morgan
y Billy.

El chico estaba sentado sobre el piso, con la mano en su adolorido
cuello y los ojos fijos sobre el enorme victimario que se había
convertido en víctima. El capitán Teague aún permanecía detrás de
Morgan, empuñando firmemente la espada que lo había atravesado en medio
del pecho.

Christian sonrió satisfecho, nadie podría resistir un ataque de esa clase.

Desafortunadamente para los chicos buenos, poco le duró el alivio,
puesto que el enorme pirata agarró la hoja de la espada por detrás y la
quebró en dos para el asombro de todos. Liberado de aquel estorbo, se
dio media vuelta, soltando una desagradable carcajada de triunfo al ver
el rostro atónito del padre de Jack que miraba boquiabierto el mango de
su espada rota.

—¿Eso es todo lo que tiene el gran Guardián del Código Pirata? —se
burló—. ¡Qué decepcionante! —gritó, descargando un formidable puñetazo
sobre la cabeza del hombre, derrumbándolo sobre el suelo.

—¡Pa-padre…! —susurró Jacky, contemplando impotente a su padre con la
cabeza rota y recordando el momento en que James también había sido
tumbado de esa misma manera.

A pesar de aquel formidable golpe, Teague comenzó recuperar la
conciencia, pero "Sangre Negra" no le dio tiempo para recuperarse, pues
le descargó una terrible patada en el estómago, dejándolo sin aliento.

—¡Ma-maldito cobarde! —dijo el pirata caído—. ¡Atacas cuando uno está en
el suelo!

—¡Ja! ¿Y quién dijo que esta es una pelea justa, viejo gato? —se burló,
disponiéndose a patearlo otra vez, pero justo cuando su pie ya estaba
apunto de hacer contacto contra su víctima, ésta desenfundó rápidamente
una daga en su bota y se la clavó en el tobillo, provocando una terrible
alarido de dolor por parte de su atacante.

¡Maldito perro! ¡Te arrepentirás de esto! ¡Voy a destriparte como a una
maldita liebre! —gritó, ciego de la ira, desenvainado la poderosa Espada
de Odín.

—¡Padreee! —gritó Jacky, poniéndose de pie con la ayuda de Billy y
Alwine, en una inútil intento de ir en su ayuda.

Teague Sparrow, por instinto, se cubrió con el brazo en un inútil
intento por parar el ataque.

—¡MUEREEE! —gritó Morgan, bajando la espada.

—¡BASTAAAAAAA! —gritó Christian, desenfundando velozmente el sable de
Jacky para lanzarse contra el malvado pirata y colocarle sorpresivamente
el filo del arma sobre su mugriento, venoso y grueso cuello,
deteniéndolo en el acto—. ¿¡Por qué tiene que ser así! ¡Ya basta! ¿Qué
daño le hemos hecho nosotros para que nos trate de esta manera?

Lentamente el pirata giró la cabeza hacia el doctor, sonriéndole
sádicamente.

—Es mi naturaleza sangrienta, ¿qué más? —le explicó—. Me gusta asesinar
y regodearme en la sangre de mis victimas… sobre todo cuando se parecen
a una bonita zorra como tú…

—¿Eh? —aquello lo desconcertó, cosa que Morgan aprovechó inmediatamente
con un ataque horizontal que el doc pudo esquivar con agilidad,
retrocediendo con un salto.

—Así que la belleza no es ningún "donnadie", ¿verdad? ¡Jwah, jwah, jwah!
—se rió, caminando hacia él con la espada en la mano. Lo miró fijamente
a la cara—. Nos hemos visto antes en ese castillo de hielo, lo recuerdo
muy bien… ¡Eres la maldita puta que se burlaba de mí!

—¡Oh! De verdad nunca pensé que mis burlas le crearían problemas
psicológicos, señor Morgan —se atrevió a decir, fresco como una lechuga
mientras que Jacky, Billy y Alwine corrían hacia el capitán Sparrow para
socorrerlo.

—¿¡Sigues burlándote de mí, maldito! ¡Te voy a partir en dos y no será
precisamente con la espada! —lo amenazó, pero Christian ni se inmutaba.

—¡Ssshhh! No debería decir esas cosas cuando hay niños presentes,
podrían aprender muy malas costumbres, ¿sabe?

—¡ARGH! ¡Ya cierra esa maldita boca, puta! —gritó muy fastidiado.

—¡Señor! ¡Por favor! ¡Qué lenguaje tan ordinario usa usted! —replicó
escandalizado.

—¡AAARRRGGGHHH! —con los nervios crispados, finalmente lo atacó.

Christian, obviamente superior a su enemigo en el arte de la esgrima,
bloqueó el ataque y contraatacó, hiriendo al pirata en el antebrazo.
Sorprendido y furioso, "Sangre Negra" se miró la herida, sintiéndose
humillado.

—No se sienta mal por ese pequeño rasguño, capitán Morgan —se burló el
doctor, llevándose cómodamente la espada sobre el hombro—, yo me
preocuparía más por heridas de más importancia.

El aludido le lanzó una mirada terrible y, por alguna razón, a Christian
no le agradó nada aquella mirada.

—Yo seré quien ría al último, putita —sonrió escalofriantemente,
estremeciendo al doctor hasta la raíz de los cabellos.

Y sin que éste se lo esperara, Morgan lo apuntó con la espada de Odín y
descargó sobre él una poderosa descarga eléctrica por todo el cuerpo,
haciéndolo gritar de dolor y dejando atónitos a los demás.

Al borde del desmayo y con el cuerpo humeante, Christian soltó la espada
y cayó… sólo para ser atrapado por el mismo pirata, quien, con un solo
movimiento, lo dio media vuelta, colocándolo de espaldas contra su pecho
y poniéndole la enorme mano sobre su rubia cabeza mientras que con el
otro brazo lo sujetaba por la cintura.

El hermano menor de Morgan era enorme y Christian apenas le llegaba al
pecho.

—¿Y bien? ¿Quién ríe de último? —se mofó el pirata, agachándose para
colocar su barbuda mejilla al lado de la del atontado tío de Isabel—. No
te esperabas ese ataque, ¿no es así, perra? —Apretó el cráneo lentamente
hasta que le arrancó un pequeño gemido de dolor—. ¿Duele? Eso me gusta…
¿Sabías que puedo desnucarte sin ningún esfuerzo? Pero no te preocupes,
no lo haré… todavía; primero quiero divertirme contigo… —Le arrancó el
pañuelo, dejando su pálido cuello desnudo—. ¿Te gusta burlarte de mí, no
es así, maldito? —bajó su mano hasta el cuello, apretándolo lentamente—.
Te aseguro de que no te quedarán ganas de hacerlo después de esto…
—Acercó su asquerosa boca llena de dientes negros y podridos al oído del
doctor—. Desde ahora, tú serás mi condenada putita y serás mía cada vez
que me apetezca…

Al escuchar semejante amenaza, Christian entró en pánico y quiso
desembarazarse desesperadamente de las asquerosas pinzas de aquel
impiadoso pirata, pero estaba demasiado débil y adolorido como para
lograrlo con éxito.

Bart "Sangre Negra" Morgan soltó una terrible carcajada divirtiéndose
con los inútiles intentos de liberarse de su nuevo juguete, pero pronto
cambió de expresión cuando descubrió a la pequeña Alwine curando las
heridas del capitán Teague Sparrow mientras la recuperada Jacky le pedía
que se apresurara y Billy esperaba ansiosamente su turno.

—¡Ni siquiera lo intenten, condenadas ratas! —gritó, apuntándolos
sorpresivamente con la espada y descargando sobre ellos una fuerte
descarga eléctrica, dejándolos muy adoloridos en el suelo, casi en la
inconsciencia—. Bien… —sonrió triunfante, bajando su mirada hacia el
doctor—, ¿en dónde estábamos? ¡Ah, sí! Estaba por enseñarte mi otra
arma… ¡Jwah, jwah, jwaaahh!

Christian, asqueado, intentó apartar su cabeza del fétido aliento del
pirata y, cómo última esperanza, pisó fuertemente el pie lastimado de su
enemigo, haciéndolo gritar de dolor.

—¡Quédate quieto, maldito perro! —exclamó el recuperado Morgan,
descargando un formidable puñetazo sobre la cabeza del doctor,
derrumbándolo cuan largo era sobre el suelo, inconsciente.

El malvado pirata sonrió lascivamente, aquel joven atractivo se veía aún
más atractivo desmayado. A pesar de llevar un traje sobrio, podía
distinguirse su cuerpo delgado pero bien formado, una piel suave y
blanca… Todo un dulce para saborear.

—Bien… —comenzó a decir "Sangre Negra", desabrochándose el cinturón—,
quiero escucharlo gritar como a una perra… ¡Será música para mis oídos!

Desesperados, Jacky y su padre intentaron ponerse de pie para ayudar a
su amigo, pero el ataque anterior los había dejado muy vapuleados y
volvieron a caer al suelo de rodillas.

—¡Ma-maldición…! —Jacky golpeó el suelo con el puño—. ¡S-si no hacemos
algo…, e-ese pervertido hará realidad el sueño del antipático de Seagull!

Teague enarcó la ceja un tanto disgustado.

—¡Vaya…! —dijo—. N-no es por nada, hi-hija, pero no me gu-gustan ni
pisca los… "raritos"—Volvió su rostro hacia el joven doctor—. ¡Y-y no
per-permitiré que ese estúpido le ponga las manos encima a e-ese muchacho…!

Y diciendo esto, volvió a pararse con gran dificultad pero no con menos
decisión, empuñando fuertemente la espada de la capitana Sparrow,
dispuesto a salvar a Christian aún a costa de su propia vida, comenzando
a caminar pesada y lentamente hacia el enemigo.

—¡Pa-padre…! —exclamó sorprendida, admirando su testarudez y arrojo.

—¿Por qué no deja a los jóvenes hacer el trabajo de los viejos, viejito?
—fue la sorpresiva presentación del valeroso, raro e impredecible
capitán Seagull Hood, quien estaba afirmado cómodamente sobre una viga
de madera, con los brazos cruzados y un palito en la boca.

—¿V-viejito…? —repitió el ofendido pirata, mirándolo con odio.

—¡S-Seagull Hood! —dijo Jacky con los ojos bien abiertos. ¿Por qué él
estaba allí? ¡Se suponía que estaba luchando contra Beckett!

—El mismo que calza y viste, preciosura —la saludó con una venia para
luego poner definitivamente su atención sobre "Sangre Negra" y luego
sobre el desmayado Christian—. ¡Uf! ¡Qué suerte que llegué a tiempo!
¿Cómo te atreves a hacerle daño a una ricura como esa, maldito
pervertido? ¡Te haré picadillo! —exclamó rabioso, desenvainando la
espada para apuntarlo amenazadoramente con ella.

—¿"Ricura"? Definitivamente es un rarito… —arguyó el abatido padre de
Jack, meneando la cabeza con disgusto.

—¡Jwah, jwah, jwah! ¿Realmente crees que me harás picadillo, condenado
perro? —se abrochó el cinturón y desenvainó la espada—. ¡Yo seré quien
te hará picadillo por entrometerte con mi diversión!

—¡Lo mismo digo yo, mastodonte descerebrado! —replicó el elegante
pirata, poniéndose en posición de ataque.

Ambos se miraron con un profundo odio y, de repente, exhalaron un feroz
grito de batalla y se lanzaron uno contra el otro.


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