Fanfic Piratas del Caribe -Bajo la Espada de Odìn- *Capítulo 9: Sangre Negra Vs el Dragón Fafnir*

        Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



*PIRATAS DEL CARIBE: BAJO LA ESPADA DE ODÍN*

PRIMERA PARTE: LA SAGRADA ESPADA DE ODÍN


Beckett quiere gobernar el mundo;Morgan quiere asesinar a todos;Jack y jacky quieren ser uno solo;Will quiere liberar a su padre;Isabel quiere vengar a sus padres;James quiere encontrar el perdón. ¿Quién lo logrará?Cont de El Libro del Destino. EL FINAL

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado (Publicada en Fanfiction el 17 de Agosto del 2009 hasta el 21 de Marzo del 2011)
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 9: Sangre Negra Vs el Dragón Fafnir*


El inmenso dragón de color verdoso azulado se incorporó cuán grande era,
rugiendo furiosamente ante los aterrorizados intrusos que permanecían
petrificados ante semejante bestia, sin esperanzas de salvación. Su
saliva maloliente comenzó a escurrirse de su dentado hocico, goteando
sobre aquellos infelices aterrorizados rufianes que apenas pudieron
moverse para evitar aquel asqueroso líquido espeso, excepto uno, que
recibió de lleno sobre su cabeza la saliva del monstruo.

Gritó desesperado, llevándose las manos a la cabeza que comenzaba a
fundirse como si fuera una vela de cebo expuesta al fuego; cayó de
rodillas al suelo con un grito ahogado, bañado en sangre y piel
derretida para finalmente caer sin vida sobre el suelo, con la cabeza
deshecha.

Sus compañeros quedaron sobrecogidos, tan pálidos como fantasmas,
temblando de pies a cabeza, muertos de miedo.

—¡¡¡Vamos a morir todos!!! –gritó uno de ellos, lleno de pánico.

Morgan también se había quedado impresionado por lo que había sucedido,
pero al mirar hacia el dragón notó alarmado que los luminosos y
amarillentos ojos de reptil se fijaron sobre ellos, llenos de maldad.

—¡Muévanse ahora mismo, malditos cobardes antes de que esa bestia nos
devore! —les grito mientras se hacía rápidamente a un lado, justo a
tiempo para evitar que la pesada pata delantera del dragón callera sobre
él y los otros piratas. Nuevamente uno de ellos no reaccionó a tiempo,
encontrando la muerte bajo la pata del monstruoso guardián, aplastado.

El dragón rugió estruendosamente, haciendo retumbar toda la enorme cueva
ubicada en las más oscuras entrañas del templo. Ante los atónitos ojos
de los piratas, el dragón Fafnir extendió sus alas cuan grandes eran
mientras rugía estruendosamente.

—¡Tenemos que matar a ese maldito bicho como sea antes de que nos mate a
todos! —exclamó Morgan poniéndose de pie.

—¿Pero cómo lo haremos, capitán? ¡Jamás podremos matarlo sin nuestras
armas! —se quejó uno de sus hombres.

Por toda respuesta, "Sangre Negra" lo tomó del cuello con un solo
movimiento de sus fuertes manos, apretándoselo hasta dejarlo casi sin aire.

—¡No necesito a un cobarde entre mis hombres! ¡O peleas contra ese
monstruo o te acabaré yo mismo, maldita gallina! —exclamó fríamente ante
la atónita mirada de los demás.

Pero no tuvieron más tiempo para seguir discutiendo, puesto que el
dragón les lanzó una bocanada de fuego alcanzado justo al pirata que
Morgan había amenazado de muerte. Envuelto en llamas, el pobre hombre
comenzó a correr desesperadamente sin rumbo fijo mientras daba horribles
alaridos de dolor, cayendo más allá al suelo, muerto también. Ya
eliminado otro de los intrusos, el dragón se dirigió bufando humo hacia
el resto, con claras intenciones de continuar con su exterminio.

Solamente quedaban dos de los cinco piratas que habían entrado a aquel
lugar, resultando ser presa fácil para Fafnir. El pirata que quedaba
estaba aterrado, pero su capitán no había perdido su sangre fría y
estaba dispuesto a enfrentarse a la enorme bestia, a presentarle batalla
por más imposible que pareciera derrotarlo.

—¡¡Corre!! —gritó al darse cuenta de que el dragón volvía a arremeter
contra ellos esta vez utilizando su propia cola armada con un filoso
espolón.

Rodando sobre sí mismo para alejarse de su ataque, "Sangre Negra" se
detuvo sobre una de sus rodillas y volvió a ponerse de pie, desafiante.

—¡¡Ven a enfrentarme, maldita bestia del infierno!! ¡¡Juro que te haré
pedazos!!

Fafnir se le quedó mirando, hasta podría decirse que su boca se torcía
en una casi imperceptible sonrisa. De pronto y asombrando a los dos
hombres, el dragón comenzó a reírse; una extraña risa cavernosa y grave.

—¡Ja, ja, ja! ¡Pobre mortal! ¿Crees que es tan fácil derrotarme? ¡¡Yo
soy el poderoso dragón Fafnir!! ¡¡El guardián de la Sagrada Espada de
Nibelungo!!

—¡Ha-habla! —exclamó sorprendido pirata más joven.

Morgan no dijo nada, pero supo de inmediato que el dragón poseía
inteligencia y que eso tornaba las cosas más difíciles que antes.

Fafnir gruñó satisfecho y comenzó a acercarse a ellos mientras caminaba
pesadamente, moviendo su cola como un péndulo. Cayendo en la
desesperación, el otro pirata tomó un pesado pedernal afilado y se
dirigió corriendo hacia la bestia blandiendo su nueva arma, clavándosela
directamente sobre la cola, pero con tan mala fortuna que no logró
atravesar la dura coraza, siendo luego barrido brutalmente por aquella
extremidad , lanzándolo de golpe contra la pared, matándolo.

—¡Maldición! ¡Esto es imposible! —gritó ya histérico el capitán Morgan.
Solamente quedaba él con vida de los cinco que habían entrado allí.

Ninguno de ellos había presentado ningún peligro para el poderoso dragón
guardián Fafnir, pero él no estaba dispuesto a dejarse vencer por ese
monstruo.

"¡Maldita bestia! —pensó, haciendo rechinar los dientes—. ¡Pero no creas
que lograrás matarme como a esos imbéciles! ¡Ya sé cómo derrotarte!".

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Mientras todo esto ocurría, Alrun se acercó a la gran puerta de dos
hojas por donde los piratas usurpadores habían entrado para enfrentarse
con su destino. Su pálido y hermoso semblante permanecía
imperturbablemente serio, pero sus ojos tenía un brillo especial,
esperanzador.

El capitán Seagull Hood se acercó a ella.

—Ahora que usted se ha reunido con su hija, ¿qué piensa hacer? Ya
sabemos que no puede mantenerla en éste lugar; sería muy peligroso para
ella —le advirtió.

La mujer sonrió.

—La única forma en que mi hija y yo podamos permanecer juntas, es que yo
falle en mi deber como guardiana.

—¿Q-qué quiere decir con eso? —le preguntó perplejo.

Alrun posó su penetrante mirada sobre él, sin perder aquella sonrisa tan
misteriosa.

—Sólo debo permitir que alguien se lleva la espada para que yo me vea
obligada a salir de aquí.

—¡Oh!

Sinceramente sorprendido, Seagull volvió su rostro hacia la puerta
mientras Egmont miraba muy preocupado a su señora.



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