Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 34: La Llegada de un Héroe*

      Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

OCTAVA PARTE: EL ALMIRANTE GEORGE JACOBSON

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 34: La Llegada de un Héroe*


El capitán Jack Sparrow, aturdido ante el sacrificio del comodoro James
Norrington por culpa suya, sólo atinó a quedarse sentado en dónde había
caído, blanco como un fantasma. Luego sintió que algo caliente y espeso
tocó sus dedos, y al dirigir su vista hacia allí, notó con espanto que
era la sangre del oficial al que tanto había utilizado. Por primera vez
en su vida, mientras miraba su mano manchada en sangre, Jack Sparrow
entró en un estado de shock.

La joven Elizabeth Swann, temblando como una hoja dorada ante una brisa
otoñal, atónita ante lo que acababa de ver, cayó de rodillas con los
puños cerrados fuertemente, tratando de retener orgullosamente el llanto
que pedía salir a gritos de sus ojos. Jamás había visto morir así a
alguien a quien ella conociera. Y lo había conocido muy bien, ya que
Norrington había sido su pretendiente alguna vez.

William Turner, sentado en el suelo, apoyando su espalda contra la
cabina, con su mano presionando sus adoloridas costillas, contemplaba
incrédulo hacia el oficial caído. Había tenido sus diferencias con él,
claro, pero al verlo sacrificarse de esa manera por el inservible de
Jack Sparrow, su opinión sobre Norrington había cambiado por completo.
No sabía si tenerlo por un héroe o por un tonto. Pero lo que ahora sabía
muy bien, era que ahora, el terrorífico pirata Bart "Sangre Negra"
Morgan, arremetería en contra de ellos.

A pesar de estar dolorosamente herido, el joven armero se puso
penosamente en pie al ver que efectivamente aquel horrible pirata
comenzaba a dirigirse hacia ellos dos, dispuesto a acabarlos como lo
había hecho con Norrington.

Will tomó su espada y se dispuso tambaleantemente en posición de ataque,
listo para pelear.

-¡Jwah jwah jwah! –se rió con desprecio Morgan al ver aquella inútil
actitud- Por lo visto quieres morir como tu amigo…, muy bien, te aseguro
que así será…

El despreciable pirata blandió fuertemente su espada contra un asustado
Turner, que vio cómo su propia espada se hacía mil pedazos gracias a ese
golpe, para luego sentir el terrible sablazo de Morgan sobre su pierna,
cuando apenas pudo retroceder a tiempo para que no lo partiera en dos.

Terriblemente adolorido, William Turner cayó otra vez al piso de la
cubierta, totalmente desesperanzado, casi dándose por vencido, pero
alguien lo hizo reaccionar, y esa persona era su novia: Elizabeth Swann

-¡Basta! –exclamó temerariamente la muchacha, blandiendo su espada al
interponerse entre él y su atacante.

-¡jah jah jah! ¡¿Pero qué es lo que tenemos aquí?! ¡¿Otra mujerzuela
valiente?! –se burlo el pirata- ¡¡Fuera de aquí!! –exclamó con furia al
mismo tiempo que le propinaba un tremendo cachetazo cuyo impacto la
lanzó fuera el barco, para caer desmayada en las aguas del mar.

-¡¡ELIZABEEETH!! –gritó Will desesperado tratando le levantarse, pero
las terribles heridas que tenía en su cuerpo, no le permitieron ponerse
de pie.

-Creo que exageré un poco –opinó sin sentirlo el cruel pirata mientras
miraba hacia el mar-, era una mujer muy bonita, me hubiera gustado
acostarme con ella. ¡Qué desperdicio!

-¡¡Maldición!! –exclamó el joven herrero mientras golpeaba con frustrada
furia el suelo ensangrentado, pero no quería darse por vencido, pues
como pudo, comenzó a arrastrarse hacia la barandilla para así lanzarse
al mar para rescatar a su novia, pero Morgan adivinó sus intenciones y
tomó al indefenso muchacho por su cola de caballo y lo levantó del suelo.

-¿Acaso te olvidaste de mí, estúpido? Recuerda que ahora tu vida está en
mis manos.

Mientras tanto, Jack aún no volvía completamente en sí, claro, él era un
descarriado, pero no un asesino despiadado como lo era Morgan. Pero
ahora se sentía tan despreciable como él, sencillamente lamentaba el
haber metido a Will, Elizabeth, y hasta a Norrington en aquel
atolladero. Y sobre todo, lo carcomía el remordimiento de haber
utilizado a James tan insensiblemente, sabiendo que se había enamorado
completamente de él. ¡Lo que daría porque estuviera vivo! Jack se juraba
a sí mismo que si se convertía definitivamente en mujer y habría que
quedarse con un hombre, el elegido sería el odioso de su eterno
enamorado. Era extraño, ¿sería un arrepentimiento verdadero o un
sentimiento pasajero por la situación? No tuvo mucho tiempo para
pensarlo, ya que una mano que se sujetó repentinamente de su pie lo hizo
volver a la realidad. A sí mismo.

-¡¡Pero qué demon…!! –exclamó asustado, pero se dio una tremenda
sorpresa al darse cuenta de quién era la persona que se había aferrado a
su pie.

-¡¡Norrington!! –exclamó completamente asombrado al verlo ¡vivo!

-… N-no te dejaré solo…, ante ese demonio… -apenas pudo decir James
mientras seguía aferrado al pie de "Katrina".

Y así era realmente, allí estaba el comodoro James Norrington, tendido
en el suelo cuan largo era, malherido pero con vida. Jack estaba tan
contento por volver a escuchar su británica y flemática voz, que sin
pensar en lo que hacía y que mientras James trataba de sentarse, se le
lanzó al cuello y lo abrazó loco de alegría, dejando atónito al pobre
oficial, que no lograba entender muy bien lo que estaba pasando.

-¡¡Estás vivo!! ¡¡Estás vivo!! ¡¡Pensé que habías muerto!! –si Jack
estaba feliz porque James estuviera vivo o porque por fin se veía libre
de su sentimiento de culpa, era un misterio.

-T-tuve suerte… -apenas pudo decir mientras trataba de soportar el dolor
que le causaba el efusivo abrazo de su "prometida", entonces, Jack se
dio cuenta de lo que estaba haciendo y se apartó rápidamente de él.
Quedándose sentado al lado del comodoro, sin saber muy bien qué decir ni
qué hacer, sólo atinaba a mirar hacia el cielo con el semblante rojo
como un tomate gracias a que se sentía un perfecto idiota.

James sonrió agradecido mientras se llevaba su mano derecha hacia su
malherido hombro izquierdo.

-Hagamos de cuenta que esto no sucedió, así no te sentirás tan mal…
-sugirió.

El capitán Sparrow lo miró sorprendido, jamás se hubiera imaginado que
ese hombre fuera tan atento con él, entonces, su vista se dirigió hacia
sus heridas y notó que el filo de la pesada espada lo había cortado en
diagonal desde su hombro hasta la cintura. La casaca marrón estaba hecha
pedazos, y la camisa blanca, que ahora estaba manchada con sangre,
estaba cortada a lo largo, acompañando la larga herida.

Norrington notó por los ojos preocupados del pirata, que estaba
observando sus heridas, entonces sonrió agradecido y le comentó para
tranquilizarlo:

-Hacía mucho tiempo que no recibía una herida así… Mi espada desvió un
poco su golpe cuando se quebró… No me dio en la cabeza porque no era mi
hora…

-¡Uf! –el capitán Sparrow dio un suspiro de alivio, sintiendo que
realmente era él mismo quien había tenido buena suerte -… ¡Por poco y
renuncio a mi libertad! ¡Esto me pasa por ser ahora una dulce mujer
sentimental!

-¿C-cómo? –James no entendió a lo que se refería.

-Olvídalo –le contestó sonriente mientras movía frenéticamente las manos
y se ponía en pie.

De pronto, escucharon al pobre Will Turner llamar a Elizabeth, entonces
ambos volvieron sus rostros hacia cubierta y vieron con preocupación
cómo el pirata asesino desenvainaba su espada para rebanar al pobre
muchacho que lo tenía sujeto por el cabello.

-¡T-tenemos que ayudarlo! –exclamó Norrington mientras trataba de
ponerse en pie, pero lo único que logró fue caer nuevamente sentado al
piso al sentir que le fallaron las piernas. La terrible herida de espada
y el lastimero estado anímico en que se encontraba por culpa de sus
preocupaciones por su amor imposible, habían minado su fuerza física.

-No te molestes, Norrington –le dijo Jack mientras lo tomaba por el
hombro-, tengo una idea.

El joven aprendiz de armero, William Turner, estando en manos del
fuertísimo y cruel capitán del barco "Maldición Negra", ya no sentía
deseos de pelear por su vida al haber perdido a su querida Elizabeth. El
dolor de su cuerpo no era nada comparado al terrible dolor que sentían
su alma y su corazón por la pérdida de tan querida amiga y novia, a
quien había conocido casi una década atrás. Ya habían pasado varios
minutos desde que ella había caído al mar, seguramente, ya hubiera
muerto ahogada… ¡Entonces él moriría también para irse con ella!

Y mientras el desesperanzado Will esperaba el golpe de gracia por parte
de Morgan, el plan de Sparrow comenzaba con comodoro James Norrington,
apoyado sobre el mástil, que le gritó desafiante:

-¡¡Oye tú!! ¡¡Eres un pirata patético!! ¡¡No me mataste!! ¡¡Ven de una
vez por mí!!

-¡N-norrington! –se asombró el muchacho- ¡N-no lo hagas!

-¿Así que no te moriste, basura inglesa? No te preocupes, ahora mismo
acabaré contigo –inquirió rabioso el pirata mientras lanzaba fuertemente
hacia el suelo al pobre Will provocándole un gran dolor, y ya con toda
su atención hacia el oficial y dirigiéndose hacia él para acabarlo con
sus propias manos de una vez por todas, ni siquiera se imaginó lo que
ocurriría en su segundo.

Entonces, de repente, el ex hombre, Jack Sparrow, ahora con el cuerpo de
una mujer y apodado, Katrina Watson, salió de repente por detrás de un
tonel con manzanas y exclamó sonriendo maléficamente:

-¡¡Sorpresa!! ¡¡Toma esto, infeliz!! –y diciendo esto, el capitán del
barco pirata "Perla Negra", tiró con todas sus fuerzas el tonel de
manzanas derramando todo su contenido que se dirigió directamente hacia
los pies del pirata, provocando que pisara una de las frutas y cayera
pesadamente de espaldas al suelo, momento que aprovechó Will Turner y
aportó su granito de arena al plan de Jack lanzando fuertemente su
espada hacia una de las gruesas sogas principales que sostenían las ya
maltratadas velas, logrando cortarla y que así cayera toda la pesada
lona encima del enfurecido pirata, tapándolo por completo.

Sin perder el tiempo, Jack tomó una gran maza que estaba entre las cajas
de carga y corrió rápidamente hacia el desesperado Morgan, quien
intentaba sacarse la vela de encima, y le propinó un terrible golpe en
la cabeza, desmayándolo.

-¡Por fin! ¡Ya terminó todo esto! –exclamó aliviado el capitán Sparrow
mientras caía de rodillas al suelo, completamente agotado.

-Te equivocas, esto aún no termina… -advirtió el comodoro mientras
miraba con preocupación cómo los demás piratas comenzaban a rodearlos,
dispuestos a cortarlos en pedacitos en venganza por su capitán derrotado.

Y mientras aquellos sucios piratas comenzaban a desenvainar sus espadas,
ninguno de nuestros protagonistas podía hacer algo al respecto, ya que
William estaba demasiado perturbado con la muerte de Elizabeth,
Norrington estaba muy malherido, y Jack, bueno, Jack no tenía armas para
defenderse.

-¿Parlay? –preguntó este mientras sonreía nerviosamente y caminaba
lentamente hacia atrás.

-No tienes derecho a "parlay", asquerosa mujerzuela… -respondió
agresivamente uno de los piratas mientras se le aproximaba justo cuando
otros dos piratas atrapaban por detrás a la indefensa mujer para así
evitar que se escapara y recibiera su merecido.

Justo cuando aquel pirata ya estaba por blandir su espada contra su
victima, y que los demás detuvieran a un afligido James Norrington que
trató de evitar la tragedia, una detonación de cañón dio de lleno sobre
el barco pirata, haciendo pedazos la vela mayor. Entonces, todos
volvieron sus rostros hacia el lugar donde provenía aquel disparo, y
vieron con asombro a toda una flota de la armada inglesa rodeando los
dos navíos, con todos sus cañones apuntando hacia ellos.

De uno de las mejores y más armadas embarcaciones de guerra, se oyó a
alguien exclamar con determinación:

-¡¡Soy el comodoro George Jacobson!! ¡¡Ni siquiera se le ocurra lastimar
a alguien más en ese barco si no quieren volar en mil pedazos!!
¡¡Entréguense ahora!! ¡¡Están completamente rodeados!! ¡¡No tienen
ninguna escapatoria!!

-¡¡Es el comodoro George Jacobson!! –exclamó muerto de miedo uno de los
piratas, poniéndose blanco como un papel-. ¡¡Estamos perdidos!!
¡¡Rindámonos!!

Todos los delincuentes comenzaron a murmurar aterrados entre sí, ninguno
había tenido el valor de advertirle a su capitán que eso era lo que
ocurriría si se acercaban tanto a las islas Británicas, ahora, Morgan
estaba sin sentido y ellos rodeados por la armada naval inglesa. Ya no
tenían nada que hacer más que entregarse.

-¡¡Nos entregamos!! –gritó uno de ellos hacia aquel navío insignia,
entonces, Jack y James cayeron pesadamente sentados en el suelo,
completamente aliviados.

Toda la transición de una situación de pesadilla a otra de un despertar
tranquilo, pasó lo suficientemente rápido para nuestros protagonistas.
Los oficiales navales habían abordado el pobre y maltrecho navío
mercantil, los piratas se habían entregado a la justicia y sólo faltaba
terminar de amordazar al peligrosísimo Bart "Sangre Negra" Morgan, pero
lo más importante, faltaba saber qué le había ocurrido a Elizabeth Swann.

Will se acercó cojeando tristemente al pasamano por donde ella había
caído, Jack y James lo siguieron lentamente en silencio, preocupados por
la suerte que había corrido la joven.

-… Elizabeth… -murmuró muy adolorido el muchacho mientras apoyaba sus
manos en la barandilla y cerraba fuertemente sus ojos, haciendo que sus
lágrimas saltaran de ellos.

-… Lo siento mucho, Turner… -dio su pésame el comodoro, tristemente
acongojado ante semejante situación, pues le había tenido gran aprecio a
la señorita Swann.

Solo Jack Sparrow no dijo nada, afligido ante la idea de no ver nunca
más a la hermosa mujercita a quien le gustaba fastidiar, pero entonces,
sus oídos comenzaron a escuchar algo, unos tenues golpecitos que
provenían del casco de la nave. Rápidamente nuestro pirata se arrimó
esperanzado hacia la baranda, miró hacia abajo y exclamó sorprendido:

-¡¡Elizabeth está allí abajo!! ¡¡Está atrapada entre las cuerdas de una
red!!

-¡¿CÓMO?! –exclamaron los otros dos, completamente estupefactos y se
inclinaron hacia abajo para poder ver mejor, y allí estaba la
desaparecida, colgada y con una de sus manos amarradas en las cuerdas de
una red de unos de los cargamentos que los piratas habían lanzado al
mar, sólo que esta se había quedado atorada en el casco del barco, para
la buena estrella de Elizabeth, quien recién había vuelto en sí.

Llenos de felicidad, los tres comenzaron a pedir ayuda a gritos para que
alguno de los oficiales viniera a ayudarlos para sacarla de allí, pues
en el lamentable estado en que se encontraban los tres, no podrían ni
levantar a un gato.

-¡Elizabeth! ¡Benditos los ojos que te ven! ¡Creí que habías muerto! –le
dijo Will desde lo alto-. ¡Quédate allí, que ya vienen a ayudarnos!

Elizabeth nada dijo, pero lo miraba con gran felicidad.

-Como si ella pudiera irse a otro lado… -murmuró Jack con sarcasmo, pero
de pronto, un terrible grito resonó por todo el barco, entonces, para la
sorpresa desagradable de todos, el terrible pirata asesino, Bart "Sangre
Negra" Morgan, había roto la vela en donde estaba atrapado y sacó su
espada para acabar con quien se le cruzara en el camino, varios
militares cayeron bajo el filo de su espada, pero entonces, divisó a
Jack Sparrow.

-¡¡Maldita perra!! ¡¡Tú morirás también!! –exclamó al mismo tiempo que
bajaba velozmente la espada hacia su nueva victima.

Jack, asustado y sorprendido, trató de escapar, pero con tan mala suerte
que tropezó con su vestido roto y cayó de bruces al suelo, permitiéndole
al pirata poder acabar fácilmente con ella.

-¡¡NNNNNNNNOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! –gritó James aterrado cayendo al suelo
sin poder hacer nada por su amada.

Todos temieron lo peor, pero de pronto, se escuchó la detonación de un
mosquete, cuya bala fue a alojarse en la espalda del tremendo pirata,
quien se dio vuelta lentamente para saber quién le había disparado.

Y allí estaba George Jacobson, parado gallardamente sobre cubierta, con
su mosquete humeante en dirección hacia Morgan.

-Dije que no lastimaran a nadie más –dijo con voz suave pero imperante.

-¡¡Maldito infeliz!! –lo maldijo el pirata mientras se le lanzaba
furioso contra aquel hermoso oficial, dispuesto a partirlo en dos con su
espada.

Pero grande fue la sorpresa de todos cuando vieron al comodoro Jacobson
moverse con una rapidez increíble para esquivar el velocísimo golpe de
espada de su atacante y asestarle un tremendo golpe de espada en la
espalda, derrotándolo definitivamente.

-E-es increíble… -comentó Jack sorprendido ante semejante habilidad.

-No lo puedo creer… -murmuró Will, también estupefacto.

Y mientras que Morgan fue completamente atado y llevado hacia la celda
de uno de los navíos militares, y que unos hombres ayudaran a sacar a
Elizabeth de donde estaba enganchada y esta se lanzara luego llena de
felicidad hacia los brazos de un alborozado Will Turner, el comodoro
George Jacobson se acercó hacia donde estaba James Norrington para saber
cómo estaba, pues ambos se conocían desde hacía ya muchos años y eran
muy buenos amigos.

-¿Estás bien, James? ¿Estás mal herido? –le preguntó muy preocupado.

-Estaré bien en cuanto me encuentre descansando en una cómoda cama,
George –respondió el aludido, sonriéndole amistosamente mientras el
capitán del "Perla Negra" lo ayudaba a caminar apoyándolo sobre su cuerpo.

-¿Y quién es ella? –le preguntó Jacobson mientras miraba con recelo a la
mujer que sujetaba a su viejo amigo.

-¿Yo? –Jack lo miró haciéndose el inocente para comenzar con su hechizo
del anillo y así enamorarlo, pero en cuanto miró hacia el bello rostro
del oficial, se quedó completamente atónito.

-Yo… -apenas dijo murmurando-…soy su prometida…

-¿Su… prometida? –el apuesto comodoro abrió enormemente sus hermosos
ojos celestes, estupefacto.



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