Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 36: La Verdadera Identidad de George Jacobson*

        Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

OCTAVA PARTE: EL ALMIRANTE GEORGE JACOBSON

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 36: La Verdadera Identidad de George Jacobson*


El almirante George Jacobson estaba realmente decepcionado con su amigo
el comodoro Norrington, pues jamás se hubiera imaginado que tendría por
prometida a una mujer tan disoluta como aquella a la que acababa de
echar. Jacobson necesitaba que su amigo le diera una buena explicación
al respecto.

-Bueno –se dirigió hacia su amigo mientras se cruzaba de brazos-, espero
que tengas una buena explicación al respecto.

James, que no estaba con la ropa desarreglada como lo había estado el
desvergonzado del capitán Sparrow, suspiró un tanto cansado y recogió
ambas piernas para abrazarlas. ¿Se decidiría a contarle la verdad a su
mejor amigo? Lo miró, dudoso.

-¿Y? –insistió el otro- ¿Me lo vas a decir o no?

-He de confesarte que es una historia algo difícil de creer, George –le
dijo al fin.

-No importa, sólo quiero saber por qué te comprometiste con una mujer de
esas características.

-En realidad, ella no es mi prometida…, como realmente quisiera que lo
sea –esto último lo dijo en un tono entristecido.

Jacobson se asombró por aquel tono de voz casi nunca escuchado en su
mejor amigo, entonces resolvió no ser tan duro y fue a sentarse en la
orilla de la cama, a su lado.

-Explícame el por qué –insistió ya más tranquilo-. Cuéntamelo todo,
James. No importa qué tan increíble sea tu historia, tú sabes que
siempre creeré en lo que me digas.

El comodoro lo miró ahora más calmado, se decidió entonces a confiar en
él y contárselo todo.

Mientras tanto, Elizabeth y Will se llevaban a rastras al antes
identificado con el género masculino, hacia su habitación para que se
vistiera de una vez por todas. Tomada por cada brazo, Katrina Watson,
antes, Jack Sparrow, se dejaba llevar con desgano y fastidio, y mientras
caminaban por el pasillo, de vez en cuando se encontraban con alguno que
otro sirviente, que quedaba pasmado ante tal desvergonzado espectáculo,
pues cabe aclarar, que nuestro ex pirata masculino, ahora, femenino,
llevaba puesto tan solo una sábana que apenas cubría sus anchos calzones
y corsé ajustado (en aquellos tiempos no existía el sostén (corpiño),
prenda que se inventó a principios del siglo XX).

-¿Qué pasa? –le preguntaba Jack desafiante en cuanto se cruzaba con
alguno de ellos- ¿Acaso nunca han visto antes a una chica en ropa interior?

Cuando apenas llegaron hasta los aposentos de Jack Sparrow, los dos
jóvenes lo lanzaron adentro sin ninguna suavidad para luego entrar ellos
y cerrar la puerta tras de sí.

-¡¿Se puede saber qué estabas haciendo con James, Jack?! –quiso saber
Elizabeth mientras lo apuntaba acusadoramente con el dedo índice
mientras nuestro protagonista se ponía en pie.

-¡E-eso! ¡Se supone que eres bien mujer! Digo, ¡Hombre! –habló Will
bastante nervioso y colorado, equivocándose mientras sus ojos se posaban
sobre la semidesnuda, sexy y esbelta figura de su amigo.

-¡¡Tú mira hacia el otro lado hasta que el libidinoso de Jack se ponga
algo de ropa!! –le ordenó Elizabeth enfurecida a su novio, quien de
inmediato le hizo caso por temor a volverse a pelear con ella-. ¡Y tú,
vístete de una buena vez! –le exigió la chica a Jack.

-¿Al final qué quieres, Elizabeth? –el aludido se hizo el ofendido
poniendo los brazos en jarra y empezar a imitar a su "amiga":

-¡Jack! ¿Qué hiciste? ¡Jack! ¡Vístete! ¡Jack! ¡Te amo! –dijo, hablando
ridículamente.

-¡Yo no dije eso! –se defendió molesta.

-¡A que sí lo dijiste! –insistió el pirata.

-¡No! ¡Jamás te dije que te amo!

-¡Ajá! –Jack le hizo una seña para callarla- Ahora SÍ que lo dijiste.

-¡Gggrrrrrrr! ¡Cuánto te odio! –exclamó molesta al darse cuenta de la
pequeña trampa gramatical de su "amigo".

Ya domesticada la "bestia", Jack Sparrow se dirigió hacia el guardarropa
para sacar otro vestido de allí y así poder vestirse de una buena vez
para que lo dejaran en paz. Sacó uno plateado con bellos bordados
dorados, y haciendo una mueca de disgusto, dijo:

-Odio estas cosas… los bordados nunca me gustaron.

Elizabeth lo miró bastante enojada, y le dijo:

-¡¿Es que nunca puedes hablar en serio, Jack?! ¡Eres un estúpido hipócrita!

-¡Ah! ¿Quieres que hable en serio, querida? –la desafió el pirata
mientras se ponía aquellas ropas femeninas-. Bueno, pues para empezar,
estoy harto de este anillo y su condenada maldición, estoy harto de
tener que ponerme estos vestidos incómodos, estoy harto de usar este
corsé tan ajustado que no me deja espacio en el estómago más que para
una copita de ron, estoy harto de tener que pellizcarme las mejillas
para tenerlas sonrojadas, estoy harto de tener que peinarme con estos
incómodos peinados, estoy harto de tener que usar estos diminutos
zapatos que sólo me sacan callos, estoy harto de tener que perfumarme,
estoy harto de tener que comportarme como una fina dama de sociedad,
estoy harto de que me estén persiguiendo sólo por mi escultural cuerpo
de diosa griega, y por sobre todas las cosas, ¡estoy harto de tener que
bañarme todos los días! ¡No quiero saber nada de un comodoro enamorado
ni de un almirante indiferente! ¡Sólo quiero volver a ser el capitán
Jack Sparrow, emborracharme con todo el ron que quiera y navegar en mi
querido "Perla Negra" por todo el Caribe!

Will y Elizabeth se le quedaron mirando bastante sorprendidos, aquel
personaje estrafalario que por fin había terminado de sincerarse y de
vestirse ante ellos. Jamás se habían imaginado lo duro que estaba siendo
toda aquella situación para el pobre Jack Sparrow, hasta sintieron mucha
lástima por sus calamidades. ¡Y ellos que se habían burlado cruelmente
de él! Ahora que sabían lo que sentía, los dos jóvenes tratarían de
ayudarlo en lo que pudieran.

-¿Qué les parece este vestido? ¿Me queda bien? ¿Hace juego con el color
de mis ojos? –les preguntó femeninamente remilgado el supuestamente
"sufrido" capitán del "Perla Negra", confundiendo a la pobre pareja.
Otra vez se había burlado de ellos.

-¡Te queda espectacular! –exclamó rápidamente el baboso William Turner,
pero su celosa novia lo jaló fuertemente de su cola de caballo para que
se calmara.

-¿Lo ves, Jack? –se quejó-, ¡nunca nos dices la verdad! ¿Fue cierto todo
lo que nos dijiste?

-Tan cierto como que Will es virgen –contestó frescamente el pirata.

-¡Oye! –se molestó el aludido.

-¡Will! ¿Acaso no lo eres? –se ofendió Elizabeth-. ¿Estuviste con otra
mujer antes?

El pobre de Turner se quedó sin saber qué decir hasta que hizo un ademán
de fastidio y le replicó:

-Mira, Elizabeth, lo que más nos interesa saber ahora es qué estaba
haciendo Jack en la habitación de Norrington para que el almirante
Jacobson los sacara a empujones semidesnudo.

-¡Claro! –se quejó el capitán Sparrow- ¡Ahora te conviene! ¿Verdad?

-Dinos qué estabas haciendo, Jack –insistió el joven, ignorando las
quejas del pirata y la mirada acusadora de su novia-, estamos
preocupados por tu masculinidad…

Jack Sparrow bufó fastidiado, y mientras se sentaba pesadamente sobre un
bello diván color lila, les dijo:

-Sólo le estaba mostrando cómo haría para poder seducir al almirante
estirado.

-¡No le digas así! ¡Él es todo lo que una mujer desea en un hombre! –se
molestó Elizabeth al escuchar cómo difamaban a su héroe.

-¡Elizabeth! ¿Te das cuenta de lo que acabas de decir?–la amonestó Will,
celoso, pero tratando de ignorarlo (esta vez le tocó el turno a ella de
hacerse la tonta) se dirigió hacia Jack y le preguntó apresuradamente:

-¿Y crees que lo enamorarás como lo hiciste con Norrington? ¿Crees que
él hará todo lo que tú le pidas como lo hace tu títere? No me extraña de
ti, pues siempre estás utilizando a tu antojo y conveniencia a todo el
mundo.

-¡Exacto! –reafirmó el desvergonzado pirata mientras se volvía a poner
en pie y tomaba a Will Turner por el cuello de la camisa y le acercaba
su rostro al de él mientras le decía sugerentemente ante la sorpresa de
Elizabeth:

-Es lo mismo que haré contigo más adelante, jovencito. No sabes cuánto
me voy a divertir contigo.

Y mientras lo soltaba, dejándolo bastante atontado, Jack Sparrow se
dirigió hacia la puerta, (caminando más raro de lo habitual gracias a
los zapatos), la abrió, y antes de salir, giró su rostro hacia sus
"amigos" y les dijo:

-¿Quieren saber de lo que soy capaz para volver a ser un hombre? Soy un
descarriado y pervertido pirata que no tiene reglas… -hizo unas muecas
como si repensara en lo que acababa de decir-, bueno, quizás es más una
guía… Pero, eso no importa ahora, ya se enterarán de lo que haré para
obtener ese mapa. Adiós.

Y cerró la puerta, dejando a un Will Turner y a una Elizabeth Swann
bastante perplejos.

-¿Qué crees que hará? –le preguntó la chica sin sacar los ojos de la puerta.

-Creo, que perder su virginidad –respondió e muchacho, también sin
quitar la vista de la puerta.

-Pero entonces será una mujer para siempre.

-Bueno, quizás se lo robe cuando lo seduzca…

Elizabeth suspiró, en cierta manera, envidiaba la libertad de aquel
pirata. Envidiaba que pudiera ser tan libertino con Jacobson. ¡Oh!
¡Aquel sujeto era un adonis para ella!

-Si hace eso, tendremos que escaparnos junto con él… -dijo luego,
resignada ante su suerte.

-Si es que logra hechizarlo. Me parece extraño que el anillo no funcione
sobre ese hombre… -dijo pensativo el muchacho, quien comenzaba otra vez
a tener celos por Katrina Watson.

A todo eso, el comodoro James Norrington le había contado completamente
TODO a su más íntimo amigo, no le había ocultado nada, pues confiaba
plenamente en su juicio.

-Y eso es todo lo que me ha ocurrido hasta ahora, George. Todo esto ha
sido una completa locura… -se llevó ambas manos a la cabeza, totalmente
abatido-. Como mujer, ese pirata está acabando conmigo… ¿Y qué puedo
hacer yo? Estoy completamente rendido a sus pies…

George frunció la boca y el entrecejo, disgustado, luego, lentamente le
colocó la mano sobre su hombro y le preguntó muy seriamente:

-James, ¿realmente crees que pasó algo entre ustedes dos?

El comodoro se tomó su tiempo para contestar, y mirándolo a los ojos, le
respondió desesperado:

-A veces creo que sí, pero otras veces creo que no, que él me está
engañando, utilizando a su antojo, pues sabe que estoy locamente…,
enamorado de… ella…

-Seguramente te está engañando –le dijo sin dudarlo-. Tienes que
entregarlo a Lord Beckett de inmediato en cuanto la "Piedra Mística"
esté en tus manos.

-Pero… -replicó dubitativo-, ¿crees que sea eso lo correcto? No apruebo
lo que ese hombre quiere hacer con él.

-Deja de pensar en lo que es correcto o no. Piensa en lo que debes hacer
o no. Serás almirante si cumples con los pedidos de Beckett, piénsalo
bien, es la oportunidad de tu vida. Sparrow es un pirata desalmado y ni
siquiera siente algo por ti. No seas tonto y sigue mi consejo, James.

Norrington guardó silencio por unos momentos, luego sonrió y le dijo:

-Sé que tienes razón, George, siempre has podido conservar la cabeza en
su lugar, pero no podré hacer lo que me pides si no conseguimos el mapa.

-Le daré ese estúpido mapa si tanto lo necesita. Lo prometo. Pero no
puedo fingir alguna simpatía hacia ese sucio pirata... –bajo la cabeza y
guardó silencio por unos momentos-, temo que pueda descubrirme…

-Jack jamás sabrá por qué nunca podrá hechizarte con el anillo, te lo
prometo –le juró James con gran solemnidad mientras también le colocaba
la mano en el hombro de su amigo.

El almirante George Jacobson lo miró con una expresión de dulzura y
agradecimiento en sus ojos, como que quisiera confesarle algo que había
guardado en lo más profundo se su corazón desde hacía ya años. Pero
James, ni siquiera se daba cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia
él. Para el oficial, sólo era su mejor amigo y nada más.

Jacobson suspiró resignado y luego se levantó de la cama.

-Eso lo sé –respondió, sonriéndole cariñosamente, para luego cambiar de
una expresión dulce a la de una seria, y retirarse de la alcoba de su amigo.

El comodoro James Norrington se quedó mirando por unos instantes hacia
la puerta recientemente cerrada, pensativo, paro luego pestañear varias
veces y volver al presente.

-No entiendo cómo puedes vivir así, mi querido… amigo –dijo, suspirando.

Después de haber dejado a su amigo James descansar tranquilo, el
almirante George Jacobson se dirigió hacia el salón de antigüedades para
sacar el dichoso mapa de una vitrina y luego dirigirse hacia su propia
alcoba para poder descansar un rato hasta la hora del almuerzo, donde le
daría el mapa a Jack. El viaje en carruaje había sido bastante agotador,
y sobre todo, el estresante impacto de la increíble historia que James
le había contado, sobre todo, cuando él le había dicho que era capaz de
casarse con Sparrow si es que habían tenido relaciones.

Mientras caminaba muy pensativo por el pasillo, pudo notar con desagrado
que la "prometida" de su amigo, Katrina Watson, estaba sentada en el
fino marco de una enorme ventana. Cuando estaban a punto de cruzarse,
Jack (Katrina), se levantó para saludar al almirante, tratando de
hechizarlo con la maldición del anillo.

-Buenos días –le dijo,

-Aquí tienes tu estúpido mapa –le dijo de malas mientras se lo entregaba
rudamente y se marchaba de allí sin decir una palabra más, dejando a un
Jack Sparrow bastante confundido y sorprendido, mirándolo sin poder
decir una sola palabra por unos momentos.

-Soy increíblemente seductor… -murmuró-, ni siquiera le dije qué quería
y me dio el mapa sin problemas. Seguramente somos almas gemelas…

Jack se quedó mudo otra vez, sin ganas de seguir haciendo el tonto,
estaba preocupado por lo que sentía por aquel hombre, estaba muy
preocupado. ¿Acaso Elizabeth tenía razón? ¿El inigualable Jack Sparrow,
el capitán Jack Sparrow había perdido su masculinidad? Él tenía que
admitirlo, sería demasiado tonto si no lo reconocía. Él estaba enamorado
del almirante Geoge Jacobson, perdidamente enamorado, y nada podía hacer
al respecto. ¿Acaso sería capaz de entregarse a él? ¡Sería una completa
locura! ¡Sería su esposa y sirvienta para siempre! ¡Adiós libertad!
¡Adiós mar! Y sobre todo ¡Adiós Perla Negra! Pero… ¿y si ser la mujer de
Jacobson no fuera tan malo? ¿Valía entonces la pena? ¿sería feliz?

-Tengo que encontrar pronto la forma de quitarme este anillo… -murmuró
preocupado mientras alzaba la mano frente suyo y miraba el objeto de su
preocupación.

Una vez en sus habitaciones, el almirante fue hasta su escritorio y sacó
de uno de sus cajones una vieja y ajada carpeta, de la cual sacó unos
papeles y se puso a leerlos con detenimiento por un largo lapso de
tiempo. Buscó en ellos, una lista de nombres, el nombre del hombre que
le interesaba, pues sabía que lo había leído allí alguna vez, leyó y
leyó hasta que por fin lo encontró.

-… Así que tú también estuviste allí, capitán Jack Sparrow… -comentó
rencorosamente-. Entonces, fue la decisión de la providencia el que
James te haya traído hasta mí…

Sonriendo malignamente, Jacobson guardó otra vez aquellos viejos papeles
en el cajón bajo llave. Estaba satisfecho, por fin su venganza se
concretaría por completo. Entonces, sucedió algo que nadie jamás, salvo
James Norrington, sabía acerca de este rudo hombre.

Aquel gran almirante laureado por todo el mundo, luego de haber cerrado
con llave todas las cerraduras de las puertas y las ventanas, después de
haber corrido todas las cortinas de la habitación, después de haberse
asegurado de que nadie se encontraba escondido en ningún lugar de su
recámara, el gran almirante George Jacobson, el "Héroe de Inglaterra",
el "Terror Inglés de los Siete Mares", el "Caballero de la Espada", se
paró frente al espejo, observándose por unos momentos, hasta que de
repente, se sacó la peluca de un tirón lanzándola al suelo con
frustración, dejando que una hermosa mata de cabellos dorados salieran
de su escondite. Entonces, desde sus ojos brotaron lágrimas de dolor y
rencor, se mordió los labios tratando de dominar su ira, sus puños se
cerraron con fuerza, y dijo, esta vez con una voz completamente femenina:

-Maldito pirata, vas a pagar todo lo que le estás haciendo a mi amado
James. ¿Sufres por ser lo que no eres? Tú nunca sabrás lo que es vivir
siendo otra persona, Jack Sparrow, siendo lo que no eres en realidad,
sin poder demostrar tus verdaderos sentimientos… -sus ojos centellaron-.
Yo, Isabel Jacobson, hija de los fallecidos Lord Stanley Jacobson y Lady
María Saint Francis, y hermana del fallecido George Jacobson, juré en mi
infancia que aunque tendría que sacrificar toda mi feminidad, me
vengaría de todos aquellos piratas que mataron a toda mi familia hace ya
20 años... Lo prometí y lo sigo manteniendo, y tú serás el próximo que
caerá bajo el filo de mi espada vengadora, capitán Jack Sparrow.


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