Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Capítulo 50: Peligro Inminente*

                      Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

DECIMA PARTE: EN EL DESIERTO DE LA ESPERANZA

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Capítulo 50: Peligro Inminente*


La repentina aparición del temible bandido, Nefud Yidda, tomó a todos
por sorpresa, pero ya habituados a esta clase de problemas, Will y los
demás se prepararon de inmediato para aquel inminente enfrentamiento
contra la reducida banda malhechora, que no por ser pocos no iban a ser
menos peligrosos.

-Creo que no le conviene que lo vean, comodoro, ¿sabe? –le dijo Jack
mientras miraba hacia los ladrones y hacía una mueca de preocupación.

-¿Por qué? –le preguntó extrañado.

-¿Eh? Pues… ¡por nada! ¡por nada! Como usted no está todavía en buenas
condiciones…Digo, ¿no? –mintió, pues no se animaba a decirle la verdad.
¡James iba a matarlo en cuanto supiera en el gravísimo problema en que
lo había metido!

Norrington sonrió casi imperceptiblemente y le colocó cariñosamente una
mano en el hombro.

-No se preocupe, no en vano he batallado todos estos años en contra de
toda clase de rufianes, y esta situación no es una excepción. –Hizo una
pausa, como si estuviera reuniendo valor para seguir hablando-. Yo… Me
alegra mucho que usted se preocupe así por mí, ahora sé que no me desea
ningún mal.

Jack Sparrow no lo estaba mirando a la cara, por eso el comodoro no se
dio cuenta de la expresión de culpabilidad que este puso.

-¡¡Saquen sus armas para defenderse!! ¡¡Que las mujeres busquen el mejor
refugio que puedan!! –ordenó de repente el almirante mientras
desenfundaba su espada al ver que los bandidos comenzaron a descender a
toda velocidad de donde estaban, profiriendo espantosos gritos de guerra
dispuestos a acabarlos.

Mientras Elizabeth y tía Dalma se dirigían hacia un lugar seguro detrás
de unos dátiles, Will, James y Jacobson se separaron uno de otro y se
prepararon para su enfrentamiento contra aquellos bandidos.

-¿Y yo qué hago? –preguntó indeciso el capitán del Perla Negra por
cuestiones de doble personalidad.

-No te hagas el tonto. Tú-también-pelearás –le ordenó muy ceñudo
Jacobson mientras lo asesinaba con la mirada-. ¡Tú eres un hombre y no
me vengas con una de tus bromitas ahora!

-Qué carácter… Pero yo no tengo mis armas… -se quejó el capitán Sparrow.

-¡Tome! –James le lanzó su espada y su mosquete-. Las encontramos tiradas.

-¡Gracias! –dijo mientras las tomaba al vuelo- ¡Prometo darle un buen
beso si sale vivo de esta!

-¿Qué? –se asombró éste ante semejante declaración-. ¿A qué se refiere
con eso?

Pero no hubo tiempo para contestar, pues los rufianes ya se encontraban
sobre ellos blandiendo sus espadas amenazadoramente.

Will y Jacobson estaban montados, así que se enfrentaron ágilmente
espada contra espada con los dos jinetes que también montaban sobre sus
caballos. En cambio, su líder desmontó para poder enfrentarse contra
quien había abusado de su futura esposa: el "despiadado" comodoro James
Norrington.

-¡¡Maldito pecador infiel!! –exclamó lleno de ira mientras bajaba su
espada en contra del oficial , quien logró bloquear dicho golpe con su
espada-. ¡Suplicarás por tu vida en cuanto te haga pagar por todo lo que
le hiciste pasar a mi amada!

-¿Cómo? –James no entendía nada de lo que le decía aquel sujeto, pero no
por eso iba a dejar de atacarlo con poderosos y ágiles movimientos de
espada.

La pelea de Will y George contra sus enemigos pronto se definió, pues
aunque los dos bandidos que los atacaron eran muy ágiles con sus
espadas, el almirante Jacobson era prácticamente invencible y pronto
acabó con la vida de su contrincante, mientras Will lograba bajar al
suyo de su caballo para seguir la pelea sobre suelo firme, en dónde el
muchacho tenía más posibilidades de ganar. Turner era uno de los mejores
espadachines de Port Royal y no iba a ser difícil para él acabarlo.

Pero el duelo de "honor" entre James y Nefud era mortalmente peligroso,
pues ambos se atacaban ferozmente tratando de hacer el mayor daño
posible a su enemigo. Los golpes de espada eran brutales, los
movimientos corporales eran increíbles, los dos contrincantes peleaban
al mismo nivel, pero luego de varios minutos de intensa lucha, el
comodoro comenzó a resentirse y a bajar su nivel combativo, pues como
recién se estaba recuperando de su "dejadez"por culpa de sufrimiento
causado por la versión femenina de Jack Sparrow, sus fuerzas no le
alcanzaron para detener un golpe de espada del bandido, quien logró
herirlo en el brazo haciéndolo retroceder.

-Con esto voy a acabarte de una sola vez, estúpido europeo –amenazó
mientras sacaba su otro sable árabe y lo cruzaba sobre el otro formando
una X-. Soy un experto en la lucha de espadas dobles. ¡Este será tu fin!

Norrington nada dijo, pero empuñando fuertemente el sable que Will
Turner le había hecho tiempo atrás cuando lo habían nombrado Comodoro,
estaba listo para defenderse hasta ver la oportunidad de atacarlo
mortalmente, pues jamás permitiría que ese tipo raptara otra vez a la
pirata que tanto amaba, daría su vida valientemente si era necesario.

-Vas a pagar con tu vida el haber abusado de aquella bella mujer –acusó
el apuesto árabe.

-¿Qué dice? Desde que comenzamos esta pelea usted me está acusando de
semejante barbaridad.

-La pobre criatura me lo contó todo, ¡así que no te hagas el imbécil!
¡Tú la maltrataste y abusaste cruelmente de ella por el amor corrupto y
desquiciado que sientes por ella! Ya que ahora te la arrebaté de tus
pecaminosas garras, ¡jamás permitiré que te la vuelvas a llevar!

-¿"Ella" fue quien te dijo esas cosas? –replicó Norrington muy
sorprendido mientras dirigía una mirada acusadora hacia el susodicho
pirata, quien al verse al descubierto, le sonrió avergonzado y se
escondió detrás del tronco de un dátil.

-Es que nunca pensé que se encontrarían… -le dijo Jack con sinceridad.

James frunció el entrecejo muy molesto y sintiéndose traicionado por la
mujer que tanto amaba por la cual era capaz de dar su vida por ella.

-Si salgo vivo de esta, capitán Jack Sparrow, usted me la va a pagar muy
caro esta afrenta.

-¡Glups! –fue todo lo que opinó el amenazado pirata y se colocó de
espaladas contra el tronco del dátil.

-Deja de amenazarla, se acabó tu época de tirano y ya no le harás más
daño. No tienes perdón, vengaré a mi amada –dijo Nefud mientras se
preparaba para atacarlo.

-Eso lo veremos –lo desafió el oficial-. Pero debo advertirle que usted
acaba de caer en una treta perpetrada por aquel sujeto, pobre diablo iluso.

-¡Te vas a comer tus palabras con arena del infierno! –exclamó molesto
el árabe mientras se lanzaba con uno de sus mejores ataques.

Y mientras estos dos hombres se jugaban la vida por una falsa y
traicionera dama, William seguía combatiendo a través del oasis, Jack
permanecía al margen mientras observaba todo el desastre que había
provocado sin sentir un mínimo asomo de culpa.

-Si sale de esta, va a matarme… -murmuró preocupado.

De pronto, una fuerte brisa lanzó un objeto a sus pies, sorprendiéndolo.

-¡Bien! ¡Mi sombrero! Esto está mejorando… –comentó sonriente mientras
se lo ponía y lo sujetaba fuertemente con una de sus manos, haciendo
caso omiso al sacrificio de su "enamorado".

-No lo creo –le replicó amenazante George mientras le colocaba la punta
de su espada en el cuello-. Vas a pagar caro por tus difamaciones en
contra de James. ¡Mira lo que provocaste!

-¿Sabía usted que no puede matarme? –le dijo sonriendo burlonamente
mientras levantaba una de manos y seguía sujetando su sombrero con la otra.

-Sí, pero también sé que puedo lastimarte hasta cansarme –advirtió con
malicia provocando que a Jack se le borrara la sonrisa.

-Ups… -dijo éste frunciendo la boca mientras ponía cara de preocupación
y retrocedía un paso a la vez que se preparaba para tomar velozmente su
espada para defenderse.

Pelear contra el famosísimo militar denominado por todos como: "El
Terror Inglés de los Siete Mares", "El Santo de la Espada Imperial", "El
Legendario Héroe de Inglaterra", etc., etc., etc., era una completa
locura, por eso, el inesperado revés en el combate de James, le dio a
Jack la oportunidad perfecta para sacarse de encima a tan formidable
enemigo sin necesidad de batirse a duelo con él.

-¡Mire! ¡Ese bandido acabará con Norry! ¡Si no lo ayudamos, él morirá!
–le dijo apresuradamente nervioso mientras le señalaba dicha escena.

-¿Qué? –el almirante pareció preocuparse, y cuando dirigió su atención
hacia donde le indicaba, vio que Jack tenía razón, aquel rufián estaba a
punto de acabar con Norrington.

James había peleado con valentía y destreza, utilizando todas las
artimañas que sabía en combate, pero no lo ayudaba el hecho de haber
estado tanto tiempo al abandono, minando su fuerza, y no ayudaba mucho
el hecho de saber sobre las calumnias de Jack sobre su persona. Eso era
traición, y significaba que a la pirata le importaba un bledo su bienestar.

De pronto, un veloz movimiento de espadas dobles propinada por Nefud,
dejó al comodoro sin espada y con la muñeca derecha lastimada.

-Primero voy a hacerte sufrir como a un perro infiel antes de matarte
–le advirtió mientras sacaba un látigo de su cinturón, dispuesto a
castigarlo.

James estaba asustado, pero el agotamiento no le permitía una huida
veloz, solamente le cabía esperar el final de su destino.

Al ver aquella escena, Jack Sparrow se había quedado parado como un
tonto, por fin se había dado cuenta de la magnitud del problema que
había causado con sus mentiras, y aunque no lo quisiera reconocer,
volvía a tener aquel mismo y desagradable sentimiento de desesperación
que había sentido aquella vez que creyó muerto al comodoro bajo la
sanguinaria espada de Morgan. ¡Jack no quería volver a sentir lo mismo
otra vez! ¡James podría morir por su culpa otra vez!

-Norry… -murmuró mientras daba un paso hacia delante, batallando consigo
mismo, batallando con sus dos personalidades que luchaban por prevalecer
en su mente y corazón, el ir o no ir en su ayuda, pero, justo en ese
momento, algo sucedió, quitándole a Jack Sparrow el peso que lo oprimía.

-¡¡No se atreva a hacerle un solo rasguño, bandido de pacotilla!! –gritó
el almirante George Jacobson interponiéndose rápidamente entre su amado
James y aquel sucio rufián, bloqueando su golpe de espada sin dificultad
alguna.

-¡¿Quién demonios eres tú?! ¡¿Acaso eres otro inglés infiel?! –se
molestó Nefud al ver truncada su venganza por aquel extraño de bella
apariencia.

-No le daré mi nombre a un sujeto tan ruin y cobarde como usted,
¡prepárese a combatir conmigo!

-¿Con que esas tenemos? ¡Pues te arrepentirás por haber desafiado al
magnífico e invencible Nefud Yidda, el temible bandido del desierto,
maldito perro infiel! Si tengo que pasar sobre tu sucio cadáver para
acabar con ese bastardo, ¡¡con gusto lo haré!!

-¿Se hace llamar "el Temible Bandido del Desierto"? –inquirió con ironía
Jacobson-. ¡Pero qué ridículo es! ¡No dejaré ni rastros de su patético
nombre!

-¡¡Maldito cerdo inglés!! –se ofendió terriblemente el apuesto árabe, y
en el acto se lanzo con su conocidísima y peligrosísima técnica de las
Dos Espadas Mortales, que el almirante pudo bloquear fácilmente y
atacarlo en el acto, lastimándolo en el abdomen.

Muy sorprendido y tomándose la herida con una de sus manos, Nefud
entendió que se enfrentaba al mejor y más peligroso oponente con el que
se había enfrentado hasta ahora. Pero él no se amedrentaría, no señor,
pelearía por el honor perdido de su futura esposa, así tuviera que
arriesgar su vida contra ese estirado y engreído inglés. ¡Su orgullo
estaba antes que todo!

-¿Quiere más? –siguió desafiándolo George.

-¡Jah! ¿Crees que con eso ya me has derrotado? –sonrió despectivamente-.
¡¡Pues apenas hemos empezado!! –exclamó al tiempo en que volvía a
arremeter con varios golpes mortales.

Mientras James Norrington veía a su amigo pelear magníficamente en
contra del árabe, Jack fue en su búsqueda y lo ayudó a levantarse para
luego llevárselo a cubierto junto a las otras mujeres.

-Mire en el lío en que nos metió, capitán Jack Sparrow –lo recriminó
mientras caminaban.

-Con sinceridad le digo que no era esta mi intención, comodoro –le
replicó-. Usted ya sabe que soy un pervertido, pero en este momento
jamás desearía que le pasara algo malo.

-¿De veras es eso lo que piensa? –le preguntó ilusionado, dirigiendo su
vista hacia la hermosa mujer.

-Quizás… Puede ser… Tal vez… -Jack pareció arrepentirse de haber sido
tan abierto con sus emociones (culpa de la maldición y de su flamante
feminidad), pero para James eso fue suficiente para perdonarlo
inmediatamente.

-¡El almirante Jacobson es increíble! –exclamó Elizabeth muy sorprendida
en cuanto los vio llegar a los dos-. ¡Pensé que Will era el mejor de
todos, pero él es único!

-Seguramente tiene una razón para ser el mejor… -fue la extraña opinión
de tía Dalma, provocando que la joven Swann y Norrington la miraran con
desconcierto.

-Él siempre fue el mejor de toda la Real Academia Naval –le dijo James-.
Difícilmente encuentre a un contrincante de su nivel.

-¡Y eso que no se ha enfrentado con mi grandiosa habilidad! –fue la
tonta intervención de Jack en la conversación, por lo que Norrington le
clavó la mirada y las otras dos mujeres lo miraron con incredulidad.

Entonces, el pirata les sonrió un tanto nervioso y avergonzado, y
decidió callarse de una vez antes de que lo lincharan.

Una vez callado, todos dirigieron sus miradas hacia los combatientes,
esperando que ninguno de su bando saliera herido, y mucho menos
asesinado. Pero no tenían de qué preocuparse, pues Will Turner y George
Jacobson llevaban todas las de ganar, ya que sus contrincantes no
estaban a su altura. Si Nefud Yidda hubiera peleado contra de Will,
seguramente le hubiera ganado, ya que el árabe era un excelente
espadachín de sables dobles, pero no tubo suerte al tener como
contrincante a alguien totalmente superior a él.

Las cosas estaban poniéndose muy feas para los árabes, ya que el joven
Turner había desarmado a su enemigo y Jacobson había lastimado
seriamente el hombro de Nefud.

-Vete de aquí si no quieres que te mate –el buen muchacho aprendiz de
herrero le dio a escoger a su derrotado contrincante.

-Deberás matarme, pues no dejaré abandonado a mi señor –lo desafió el
bandido.

Will se mordió los labios con preocupación, realmente odiaba verse
obligado a matar a alguien desarmado, sobre todo, al verlo tan fiel a su
amo.

Con sus espadas gemelas inutilizadas, ya que el oficial de alto rango se
las había cortado por la mitad, Nefud cayó de rodillas al suelo
sujetando sus heridas, pero el brillo de su orgullo no se apagaba aún,
todavía tenía un as en la manga.

-Di tus últimas oraciones –le dijo el almirante mientras alzaba la
espada dispuesto a cortarle la cabeza.

-Jamás dejaré a mi amada con ustedes –lo desafió.

George sonrió con ironía al escucharlo hablar de esa manera de Jack.

-Tu "amada" no es lo que parece, te sorprenderías saber lo que es en
realidad.

-Ustedes los cerdos infieles son unos mentirosos, ¿por qué piensas que
te creeré?

-¡Oh! Realmente eso no me preocupa, pues tú morirás de inmediato… -le
advirtió fríamente, e inmediatamente bajó la espada para eliminarlo de
una vez, pero algo no iba a salir bien, ya que Nefud Yidda sacó
repentinamente una pequeña daga de una de sus mangas y lo atacó con una
estocada directa a su estómago.

-¡¡GEORGE!! –gritó James al ver el ataque y la sangre que saltó de su amigo.

George (Isabel) Jacobson se encontraba de espaldas ante sus compañeros
de aventuras, pero eso no evitó que vieran el salpicón de sangre
proveniente de su estómago, dejando a todos completamente estupefactos.

Mientras Isabel veía su propia sangre correr, el temible bandido Nefud
Yidda sonrió despectivamente.

-Estás acabado, maldito infiel –dijo.

Por primera y última vez en la vida del invencible almirante George
Jacobson, parecía haber sido derrotado.



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