Fanfic Piratas del Caribe -La Maldición del Anillo de la Calavera- *Epílogo*

                                     Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



PIRATAS DEL CARIBE: LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA

ÚLTIMA PARTE: CARRERA CONTRA EL TIEMPO

Jack Sparrow se convierte en mujer gracias a la maldición de un anillo, en tu intento por volver a la normalidad, meterá en problemas a sus amigos y James Norrington caerá rendido a sus pies y hará hasta lo imposible para ayudar al atolondrado pirata que le robó el corazón. Una loquísima historia que comenzó como una broma y terminó como una gran historia de amor y aventuras.

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Publicación:
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD


*Epílogo*


Cuando la oscura nube de polvo se disipó, por fin comenzó a verse todo
el lugar con mayor nitidez. Elizabeth, tía Dalma e Isabel Jacobson eran
las únicas que habían quedado "en pie" luego de semejante desastre.
Notaron asombradas que parte de la pared de la caverna se había
derrumbado, dándole paso a la brisa del mar y a la luz del sol desde el
enorme hueco que se había formado.

El aire siniestro que siempre había invadido a la "Isla del Cuello
Torcido" durante décadas, había desaparecido para siempre junto a la
terrible "Maldición del Anillo de la Calavera".

El jeque Alí Tel Aviv y su pequeño ejército de esqueletos se habían
convertido en arena apenas el cráneo fue destruido, y sus concubinas se
habían convertido en hombres antes de que éstos también se volvieran
arena, ya que el tiempo que habían pasado convertidos en mujeres, había
excedido sus expectativas de vida.

Todos los hombres que habían caído bajo el hechizo de la "Maldición del
Anillo de la Calavera" (Jack y compañía), perdieron momentáneamente el
conocimiento y algunos fueron cubiertos por los escombros que habían
caído por el derrumbe de la caverna, pero ninguno quedó herido de gravedad.

-¿Ya todo habrá terminado…? -exclamó George con un suspiro al tiempo que
se sentaba pesadamente en el suelo, por fin podría descansar después de
tantos problemas, sin darse cuenta de que se había puesto en evidencia
durante la última parte de la batalla al no aparentar haber caído bajo
el poder de la maldición.

Tía Dalma se puso en pie y se dirigió hacia la brecha que se había
abierto en la montaña para echar un vistazo. Desde allí se podía
observar un hermoso paisaje marítimo; el mar, la playa, la vegetación
tropical, el cielo azul…

-El día está maravilloso… -dijo mientras aspiraba el aire puro del mar
para luego mirar hacia el almirante y le respondió:

-Espero con todas mis fuerzas que así sea, almirante. No quisiera tener
que volver a enfrentarme otra vez a una situación semejante.

-Creo que nadie lo quisiera –apuntó George-. ¿Cómo sabremos que la
maldición se ha roto?

-Lo sabremos si /ustedes/ ya no están interesados por "Jacky Sparrow"…
-le replicó mordazmente mientras la miraba detenidamente.

Viéndose acosado con aquella desagradable insinuación, Jacobson,
fastidiado, decidió no hablar más y se levantó para buscar de una vez
por todas a sus seres queridos que seguramente se encontraban
desvanecidos por allí.

Tía Dalma no lo perdió de vista, observándolo con una sonrisa maliciosa
y sagaz.

Mientras tanto, un poco más allá, la joven Elizabeth Swann ya se había
levantado del suelo quitándose de encima algunos restos del derrumbe
sacudiéndose un tanto sus ropas, hasta que de pronto, se acordó de en
dónde estaba y qué debería estar haciendo en ese momento: buscando a su
prometido.

-¡¡Will!! –llamó mirando desesperada hacia todos lados, buscándolo, pero
sólo podía ver escombros caídos por todas partes. Por suerte, ninguna
piedra era lo suficientemente grande como para matar a nadie, solamente
eran un montón de guijarros no más grandes que un puño.

-¡Will, Will! –repitió afligida mientras comenzaba a revolver todos
aquellos cascotes en busca de su novio.

Desagradable fue la sorpresa de la muchacha cuando, en vez de Will, se
encontró con el despreciable Henry McKinley bajo unos escombros.

-Que hermoso ángel ven mis ojos… -la piropeó atrevidamente en cuanto la vio.

-¡Uf¡Vete al diablo! –le replicó fastidiada mientras volvía a colocarle
una roca en la cara para callarlo.

Siguió caminando a través de los escombros pisando de tanto en tanto a
algunos de sus compañeros, hasta que, de repente, escuchó un "¡Ay!" muy
conocido por ella.

-¿Will? –inquirió vacilante mientras miraba hacia abajo-. ¿Eres tú?

-¡Sí¡Saca tu mano de mi pie y ayúdame a salir de aquí! –pidió apremiante
el mencionado muchacho.

Rápidamente, la joven retiró el pie de la mano que estaba pisando y
comenzó a retirar todos los fragmentos de rocas que habían caído sobre
su novio hasta que por fin pudo liberarlo de su momentánea prisión.

-¿Te encuentras bien, Will? –le preguntó Elizabeth mientras lo ayudaba a
levantarse.

-… Siento como si mi mente volviera a ser totalmente mía después de
tanto tiempo… -respondió el muchacho mientras se incorporaba a medias y
se llevaba las manos a la cabeza, sintiéndola muy fresca, liberada.

-¡Oh, Will¡Cuanto me alegro que ya estés bien! –exclamó la chica llena
de alegría mientras lo abrazaba alborozada comprendiendo que al fin, ya
todo había terminado.

El joven herrero también la abrazó, contento de tenerla otra vez a su
lado y recordar lo mucho que la amaba.

-Elizabeth… -murmuró mientras escondía su rostro en los largos y
ondeados cabellos castaños claro de la joven-. Otra vez puedo sentirte,
pensar en ti, amarte… ¡Te he extrañado tanto!

-¡Y yo también te he extrañado como no tienes idea¡Todo ha sido terrible
sin ti! –le confesó con los ojos arrasados en lágrimas.

Entonces, Will tomó entre sus manos las hermosas mejillas de la joven y
la observó largamente, como si quisiera atesorar su rostro entre los
recuerdos más hermosos de su vida y no olvidarlo jamás. Lentamente
aproximó sus labios a los de ella y los besó tiernamente.

-¡Diablos! –exclamó de pronto el muchacho, apartando su rostro del de
ella, como si se hubiera acordado de algo.

-¿Qué ocurre? –le preguntó extrañada.

-¡Besé a Jack¡Puuaaajjjjh! –la cara de asco que puso el pobre muchacho
no tuvo otro efecto en Elizabeth más que el de ponerse a reír con todas
sus fuerzas.

Al verla burlarse así de su desgracia, el ceñudo muchacho se cruzó de
brazos muy molesto.

Mientras tanto, todos los otros aventureros habían comenzado a
despertarse de sus desmayos y también de los efectos del hechizo, y los
que habían besado al capitán Jack Sparrow a lo largo de toda aquella
alocada aventura, comenzaron a sentirse avergonzados y asqueados por ello.

-¡Qué repugnancia! –se quejaba el capitán Hector Barbossa mientras
escupía con asco al suelo-. No puedo creer que yo haya besado ese estúpido…

Y recibió en brazos a su monito mascota, bautizado con el nombre de
"Jack", lo que lo tranquilizó un poco.

El capitán Henry McKinley no se encontraba tan traumatizado como
Barbossa, pues como era un hombre mucho más pervertido que Jack Sparrow,
no le hacía gran cosa el haber querido abusar de él cuando era ella
cuando se encontraron en el /Cazador de Doncellas/.

La expresión de consternación en los rostros de los árabes Nefud Yidda,
Al Sha'ab y Kassar era más que obvia, pues ellos nunca habían conocido
la verdadera identidad de Jack Sparrow, ya que solamente habían conocido
a una mujer pirata que ahora les parecía como venida de un largo y
pesado sueño del que ellos recién habían despertado.

-Cosas raras pasaron últimamente¿no es así, compañero? –preguntó Murtogg
a Mullroy mientras se incorporaban y se sacudían el polvo de sus uniformes.

-De eso no me cabe ninguna duda, compañero…

Ragetti, quien aún andaba buscando su extraviado ojo de madera entre las
rocas, se topó sin querer con su compañero de pillaje, pisándole la
cabeza justo al mismo tiempo que encontraba el dichoso ojo.

-¡¡Voy a matarte!! –exclamó Pintel furioso mientras se levantaba de
entre las rocas y lo tomaba del cuello para ahorcarlo, haciéndole soltar
nuevamente el ojo.

Un poco más allá, Isabel logró encontrar a su querido tío.

-¡Tío¿Estás bien? –le preguntaba mientras lo ayudaba a levantarse y a
acomodarse sus estropeados anteojos de repuesto que llevaba en uno de
sus bolsillos, ya que los otros se le habían perdido.

-Me duele un poco la cabeza, estoy algo mareado, un tanto golpeado, pero
todo está bien, mi querido Jacob. Siento como si me hubiera despertado
de un sueño muy extraño… -le contestó sonriente mientras se sujetaba a
su hombro.

Sonriéndole también, al ver que ya todo estaba bien, la joven disfrazada
de hombre oteó a su alrededor buscando a la otra persona que también le
preocupaba.

-¿En dónde estará James?

-Aquí estoy… -respondió más allá el aludido, quien permanecía sentado en
el suelo junto a un sonriente Billy, justo al lado del cuantioso tesoro
árabe-. Los dos nos encontramos en buenas condiciones, exceptuando
algunos golpes, claro.

Si decir nada más, el comodoro Norrington comenzó a mirar hacia todos
lados buscando a la única persona que aún no había hecho su aparición,
la única persona que ansiaba ver, de una manera u otra, para sentirse
completamente liberado de su sentimiento de desesperación.

Como sintiendo aquella ansiedad, cada uno de nuestros personajes se
quedaron en completo silencio, esperando a que el estrafalario capitán
Jack Sparrow hiciera su aparición, pues este, ya no se encontraba en el
lugar en donde había estado cuando destruyó la calavera, había
desaparecido. ¿En dónde diablos estaría ahora¿Por qué se hacía
esperar¿Acaso le había ocurrido una desgracia¿Seguía convertido en mujer
y no quería mostrarse por temor a ser ridiculizado por todos ellos?

Por un momento, creyeron escuchar algo.

-¡Mmmfh¡Mmmmnnnn!

Sí. Definitivamente habían escuchado algo y lo habían vuelto a
escuchar¿pero de dónde provenía? Entonces, todos comenzaron a mirar a
sus alrededor, buscando.

-¡¡Mmmmnnnfffh!! –Y de repente, para sorpresa de todo el mundo, la
persona buscada emergió de entre la montaña de monedas de oro, un tanto
asfixiado y desesperado.

-A esto le llamo "estar sepultado en la riqueza…" –bromeó nuestro
querido protagonista mientras salía de su momentánea "sepultura" y
escupía algunas monedas de oro y se guardaba unas tantas entre sus
ajadas ropas. Mientras lo hacía, se quedó tieso al notar la manera
extraña con que lo miraban los demás: con los ojos y la boca enormemente
abiertos por el desconcierto.

-¿Qué pasa¿Acaso vieron a un fantasma?

-J-Jack… ¿eres tú realmente? –Elizabeth apenas pudo preguntar, pues se
encontraba tan pasmada como los demás.

-¡Pues claro que soy yo¡El único e inigualable capitán Jack Sparrow!
–exclamó orgullosamente mientras extendía los brazos muy a su manera.
Pero enseguida los bajó, inclinó un tanto la cabeza, enarcó las cejas y
preguntó:

-¿Acaso se golpearon la cabeza o qué?

-¡E-eres un hombre! –exclamó al fin la chica.

Después de tanto tiempo, por fin el capitán Jack Sparrow dejaba de lado
a la mujer para convertirse otra vez en un hombre. Por fin, el Jack
Sparrow que todos habían conocido anteriormente, volvía a ser quien
realmente era.

-Pues claro que lo soy, y desde que nací –le replicó tranquilamente
mientras bajaba por la montaña de monedas y se aproximaba balanceándose
hasta la sorprendida joven. Una vez que estuvo frente a la chica, acercó
su rostro al de ella y le propuso con un tono más que insinuante:

-¿Tienes alguna duda de ello o te hago una demostración?

-No, gracias, Jack, con esto es suficiente –le replicó muy molesta la
joven mientras fruncía el entrecejo y hacía una mueca de desprecio para
luego apartarse de él.

-Veo que volviste a ser el mismo, Jack –le dijo Will Turner-. Hasta
puedo llegar a asegurar que me da gusto verte de nuevo así como estás.

-¡Pero si me viste todo este tiempo, muchacho! –exclamó mientras le
colocaba un brazo sobre los hombros para abrazarlo-. La diferencia es
que yo tenía aquel exuberante físico femenino (que voy a extrañar, por
cierto, sobre todo los suaves pechos), y que todo el mundo moría por mí
(literal y figuradamente).

Mientras hablaba, nuestro recuperado y viril capitán del /Perla Negra/
comenzó a mirar por el rabillo del ojo a todos los demás para analizar
sus reacciones. Notó que todos se le habían quedado mirando como unos
estúpidos, especialmente Nefud Yidda y sus hombres.

-¡M-me que-quería casar con un hombre! –exclamó escandalizado el pobre
líder árabe.

-¡Y con qué hombre! –replicó Jack con elocuencia.

En eso, se acercó el doctor para saludarlo tranquilamente.

-Un gusto conocerlo tal y como es usted realmente, señor Sparrow –dijo
estrechándole agradablemente la mano a un extrañado pirata-. No sabe lo
mucho que me alegra haberme liberado de ese hechizo tan agradable y
desagradable a la vez.

-N-no hay de qué… Me da gusto ver que ya no esté poseído, doctor. –Nunca
lo admitiría realmente, pero Jack sentía un gran respeto por aquel
hombre tan sabio pero poseedor de un humor tan particular a la vez.

-¡¡Jack¡¡Que un mal rayo te parta, anguila inmunda!! –lo insultó el
capitán Barbossa mientras se acercaba a nuestro protagonista y lo tomaba
por la chaqueta-. ¡¡Hiciste que te besara!!

-Pero debes admitir que te gustó, además, tú solito fuiste el que me
besó dos veces –le replicó con una sonrisa burlona.

-¡Voy a hacerte pedazos! –ya estaba por desenfundar su espada cuando
Pintel y Ragetti lograron separar a los capitanes antes de que se pelearan.

Mientras todo eso ocurría, Isabel estaba realmente sorprendida al
conocer al verdadero Jack Sparrow. Cuando él era mujer, tenía de por sí
una personalidad muy atrayente, pero ahora que era un hombre, aquella
personalidad la tenía literalmente fascinada. Pero todos esos
sentimientos desaparecieron cuando se fijó en su amigo James Norrington,
esperando que el amor que éste había sentido por la versión femenina de
Jack Sparrow hubiese sido solo a causa de la "Maldición del Anillo de la
Calavera" y no un sentimiento de amor verdadero. Si fuera esto último,
sabía que James sufriría muchísimo con el cambio que había tenido su
"amada".

Entonces, el mencionado comodoro se levantó del suelo en completo
silencio, un tanto confundido por lo que había sucedido, demorando unos
segundos en poner en orden sus pensamientos, y para cuando logró
reacomodarlos, dirigió su vista hacia donde se encontraba el capitán
Jack Sparrow y se dio cuenta que aquella mujer a quien tanto había amado
desde la primera vez que la había visto, había desaparecido para siempre.

El haber sido rechazado por Elizabeth y el haber perdido ahora a Jacky,
era mucho más de lo que su atribulado corazón podía soportar. Así, James
sintió cómo se le quebraba el alma en mil pedazos al comprender
finalmente, que amaba a Jacky Sparrow.

Sin siquiera prestarle la más mínima atención, el capitán Sparrow sugirió:

-Bueno, creo que es hora de regresar a nuestros navíos y llevarnos este
espectacular tesoro…

Pero justo cuando Nefud Yidda y el almirante Jacobson estaban a punto de
protestar sobre quién tenía derecho a apropiarse del tesoro, tía Dalma
intervino.

-No creo que sea prudente, Jack, este tesoro carga sobre sí demasiadas
desgracias. Ya has tenido problemas con un sólo anillo y no quisiera
imaginarme qué otras dificultades podrías acarrearte llevándote otras
cosas… -se volvió hacia los otros-. Y lo mismo les digo a ustedes,
caballeros.

Ellos la miraron un tanto desconcertados, pero sabían muy bien que ella
podría tener toda la razón respecto a eso, por lo que decidieron no
insistir más sobre aquel asunto y dejarlo, lamentablemente, en el olvido
y en la caverna.

Entonces, el capitán Jack Sparrow declaró, con su habitual elocuencia,
que ya iba siendo hora de retirarse de aquel lugar tan tenebroso, pues
si no iban a llevarse el tesoro, de nada valía que siguieran quedándose
allí. Pero justo en el momento en que dirigió su pie hacia la salida,
alguien lo detuvo.

-No tan rápido, capitán Jack Sparrow –lo amenazó el almirante Jacobson
mientras lo apuntaba con su mosquete-. Recuerde que usted y yo tenemos
un trato: Yo cumplí con mi parte ayudándolo a romper el hechizo, ahora
usted debe cumplir con su parte dejando su vida en mis manos.

Jack se paró en seco al escuchar aquello, claro que se acordaba del
trato y se arrepentía completamente de haber actuado como un imbécil
sentimental, pero la cosa ya estaba hecha, así que lentamente se dio
media vuelta y se enfrentó a Jacobson, decidido a no cumplir con su palabra.

-¿En serio hice esa promesa? Le recuerdo que yo estaba bajo los efectos
de una droga e idiotizado por la maldición, no me parece justo que se
haya aprovechado de un pequeño momento de debilidad sentimental que
tuve. Si yo hubiera estado en mis cabales, jamás hubiera hecho un trato así.

-A menos que estuvieras mintiendo… -agregó Will con cierto rencor.

-¡Shit¡Cállate, muchacho! –lo reprendió el pirata por su impertinencia.

James, quien se encontraba escuchando con suma atención aquella
conversación, sintió que el corazón se le rompía aun más al ver
confirmadas sus sospechas: Jacky jamás lo había amado.

Elizabeth lo observaba con atención y vio cómo bajaba la cabeza para
ocultar su dolor.

-No me salga con estupideces, capitán Sparrow, cumpla con su palabra de
caballero y déjese asesinar por mi mano. –A Isabel comenzó a temblarle
el pulso¡por fin iba a vengar a su familia matando al único pirata que
quedaba por encontrar!

Jack tragó saliva al ver su vida amenazada, Will y Elizabeth deseaban
ayudarlo, pero entrometerse con un hombre tan peligroso y poderoso como
el almirante, era algo muy arriesgado. Pero, otra persona fue quien
ayudó a nuestro atolondrado pirata, alguien que nadie esperaba que lo
hiciera: el capitán Hector Barbossa, quien ya había previsto algo así.

-Con su permiso, almirante, no creo que eso pueda ser posible –lo
amenazó mientras lo apuntaba con el mosquete.

Jacobson lo miró incrédulo y luego soltó una irónica carcajada.

-¡Qué iluso es usted, capitán¡Realmente no creo que usted tenga siquiera
la velocidad ni la fuerza como para tener una mínima chance de derrotarme!

-No. Yo solo no, pero sí si estoy acompañado –replicó sonriente para
luego dar un fuerte silbido que retumbó por todo el lugar, y entonces,
para el asombro de todos, un buen número de piratas armados con alfanjes
y arcabuces comenzaron a aparecer por todos lados rodeando a los
militares y dispuestos a atacarlos al más mínimo movimiento.

-Mi tripulación está dispuesta a acabar con todos ustedes si no deja ir
a Jack.

El almirante George Jacobson cambió de expresión al comprender que aquel
sucio pirata hablaba en serio. Aunque Isabel sabía que ella misma podría
enfrentarse a todos ellos, sabía también que James, debido a su mal
estado físico y sentimental, y su tío no podrían hacerlo y correrían el
riesgo de perecer, así que, muy a su pesar, decidió dejar ir a su presa.

-La suerte lo acompaña esta vez, capitán Jack Sparrow –le dijo mientras
bajaba el arma-, pero confío que la próxima vez que nos veamos no sea así.

-Y yo espero que para entonces sea usted más simpático –replicó el
atolondrado pirata y se unía a sus compañeros bajo la helada mirada del
almirante.

-Muchas gracias, viejo, te debo una –le dijo Jack a Barbossa mientras le
colocaba confianzudamente su brazo sobre los hombros.

-Jack… -comenzó a decir el aludido mientras se quitaba de encima el
brazo de su odiado colega-, ni siquiera pienses por un segundo que lo
hice por ti. Por mí fuera, te dejaría en manos de éste tipo, pero… -miró
a tía Dalma con cierto temor-. Digamos…, que se lo debía alguien.

La pitonisa sonrió maliciosamente, recordando el momento en que le había
advertido al pirata de que ayudara a Jack en todo si no quería que le
arrebatara la vida que ella misma le había concedido.

Pero nadie le había dicho que conservara la vida de sus enemigos…

-Ya que estamos, creo que podemos acabar con estos caballeros ahora
mismo y quitarnos sus molestas presencias de una buena vez –propuso el
malvado pirata mientras apuntaba directamente a la cara del almirante.

Todos sus hombres comenzaron a expresar su indiscutible apoyo a la idea
de su capitán Hector Barbossa y comenzaron a apuntar con sus armas a sus
enemigos, dispuestos a asesinarlos, pero Will y Elizabeth no estaban
para nada de acuerdo con la matanza.

Nuestros conocidos fusileros estaban muertos de miedo, así que soltaron
sus armas y levantaron las manos rindiéndose, James, a pesar de
mantenerse alerta, aún no lograba reordenar sus sentimientos como para
ofrecer alguna clase de resistencia, pero el almirante Jacobson no tenía
intenciones de dejar su vida a manos de la gente que más detestaba en el
mundo.

Pero justo en el momento en que el malvado capitán Barbossa estaba a
punto de dar la orden para que los liquiden, un nervioso capitán Sparrow
se interpuso entre sus compañeros y los oficiales.

-¡Un momento, caballeros!

-¡Pfffh¿Qué demonios quieres? –bufó fastidiado su compañero-. Quítate de
en medio si no quieres morir son ellos.

-Escucha, Barbossa…, perdón, digo, capitán Barbossa, no me parece que
sea prudente asesinar a estos finos caballeros, por el momento…

-¿A qué te refieres?

-Mira, si asesinas al odioso almirante "Terror de las siete lagunas o
algo así", tendremos la desgracia de ser perseguidos por toda la armada
real de Inglaterra y no creo que podamos hacerle frente aun… ¿sabe?
–decía mientras caminaba alrededor del almirante para luego dirigirse
hacia el consternado comodoro Norrington, mirándolo detenidamente antes
de seguir con su monólogo:

-Y el comodoro Norrington… Me parece injusto asesinarlo después de todo
lo que hizo por mí cuando yo era una dulce y tierna mujer. Me salvó la
vida en reiteradas oportunidades y creo que es hora de corresponderle,
por esta vez… ¿No está de acuerdo, capitán Barbossa? –se volvió hacia su
compañero y le colocó el dedo índice en su pecho-. Realmente no sería de
caballeros acabar con ellos ahora, mejor esperemos a que sea en un
verdadero enfrentamiento¿no le parece? Nosotros no somos ningunos cobardes…

No queriendo escuchar por mucho más tiempo los razonamientos de su
odiado colega y sabiendo que tenía toda la razón, Hector Barbossa dio un
suspiro de resignación y dijo mientras guardaba su mosquete:

-Eso es justo lo que más odio de ti… Está bien, Jack, como tú quieras,
pero la próxima vez no habrá más concesiones¿entendido?

-Perfectamente entendido –sonrió.

Elizabeth, Will, Christian, Billy, Murtogg y Mullroy suspiraron aliviados.

-¡Bueno, damas y caballeros¡Es hora de marcharnos de este apestoso
lugar! –ordenó el capitán Barbossa mientras se dirigía hacia la salida
de la cueva seguido por los demás piratas.

Pero antes de que Jack también se marchara, éste se dirigió nuevamente
al conmovido comodoro Norrington para despedirse definitivamente de él.

-Comodoro –le llamó la atención y éste lo miró detenidamente-, lo
nuestro jamás hubiera funcionado, cómo lo siento –le sonrió burlonamente
mientras James daba un paso hacia atrás, asqueado por su hedor.

-Pero quiero que sepa –agregó con frescura-, que usted siempre fue mi
favorito, en serio.

Pero, cuando Norrington estaba a punto de mandarlo al diablo, Jack
cambió de expresión y se puso serio.

-En serio, comodoro, muchas gracias por todo. Usted fue un excelente
compañero y amigo durante todo este tiempo¿sabe? Lástima que tengamos
que volver a ser enemigos–Y se dio media vuelta para marcharse de una
buena vez y dejar atrás aquel capítulo tan bizarro de lo que era el
libro su vida.

-¡Capitán Jack Sparrow! –lo llamó entonces la imperiosa voz del comodoro
James Norrington-. ¡Espere un momento!

Jack no pudo evitar sorprenderse al escucharlo hablar con ese tono, y en
el momento en que se volvió para mirarlo, supo en ese momento, que no
sentía absolutamente nada por él, y eso lo tranquilizó como no tenía idea.

Entonces, Norrington caminó hasta donde se encontraba el susodicho
pirata, lo miró en silencio por algunos momentos y le dijo con desprecio:

-Un momento, capitán Jack Sparrow, no crea que esta humillación va a
quedar así.

Todos lo miraron sorprendidos y el aludido tragó saliva.

-¿Usted dice "humillación" comodoro? Yo más bien lo vi como una
diversión¿acaso no le gustó?

-¡En absoluto¿Recuerda usted lo que dije la primera vez que supe que me
había engañado?

-Este… ¿lo de ahorcarme con sus propias manos?

-Exacto. Y juro por mi honor, que llegará ese día.

-Si eso lo hace feliz… -replicó el pirata mientras se volvía y emprendía
nuevamente la retirada-. Creo que mejor me hubiera quedado como mujer…

Y mientras caminaba muy a su estilo, se topó con Billy, quien aún no
lograba entender lo que le había pasado a la hermosa mujer pirata.

-Ven conmigo, pequeño grumetillo –le dijo sonriente mientras le tendía
la mano, pero grande fue su desconcierto cuando el chico se negó y se
fue corriendo hacia el sorprendido comodoro Norrington.

Perplejo, Jack se le quedó mirando un tanto herido por su accionar.

-Creo que el muchacho ya ha elegido con quién quedarse, capitán Sparrow
–dijo James-, y creo que fue una buena elección. Con el almirante
Jacobson detrás de usted, no creo que sea seguro que esté a su lado.
Además, el chico conoció a la capitana Jacky, no a un sucio pirata como
usted.

Jack frunció el entrecejo al escuchar todo eso, pero luego, mediante
señas, le hizo entender a Billy que si las cosas no iban bien con
Norrington, podría buscarlo en isla "Tortuga" para embarcarse con él y
ser un pirata.

Mientras por fin todos se marchaban de allí, la pitonisa pateó algo
pequeño y se sorprendió al ver lo que era.

-El hechizo se ha roto para siempre –murmuró para sí tía Dalma mientras
tomaba el anillo del suelo y lo miraba detenidamente-. Ya nunca jamás
ningún hombre volverá a sufrir por ponerse esta cosa.

Y lo lanzó despreocupadamente hacia atrás, cayendo el anillo sobre una
pila de escombros.

-Por fin todo ha vuelto a la normalidad -comentó tranquilamente
Elizabeth mientras se aferraba al brazo de su novio y apoyaba la cabeza
en su hombro.

-Eso espero… -replicó Will un tanto dubitativo mientras la ayudaba a
caminar, pensando que quizás, Jack Sparrow les depararía en el futuro
aún más sorpresas desagradables.

Al ver que James no iba con ellos y se quedaba parado en donde estaba,
Isabel trató de volver con él, pero su tío la detuvo tomándola por el
brazo. La mujer estuvo a punto de replicarle, pero una silenciosa
negativa de Christian le hizo entender que era mejor dejarlo solo.

Muy en contra de su voluntad, Isabel decidió obedecer a su tío y se fue
con él y Billy hacia la playa junto con los demás.

Momentos después, al ver que ya nadie se encontraba en la cueva, el
comodoro James Norrington se había acercado al lugar en donde tía Dalma
había tirado el anillo y lo sacó de allí para luego contemplarlo
largamente en la palma de su mano, en absoluto silencio. A continuación,
después de soltar un doloroso suspiro, cerró su puño y lo llevó a su
pecho, inclinando la cabeza con profunda tristeza.

-Adiós, mi amada pirata... –murmuró con el corazón hecho pedazos.

Y limpiando con su manga las lágrimas de sus ojos mientras guardaba el
anillo en el bolsillo de la casaca, echó los hombros y la cabeza hacia
atrás e infló su pecho, tratando de rehacerse a sí mismo para luego
marchar detrás de los demás como el altanero comodoro James Norrington.

Ya en la playa y frente a las naves, todos tomaron rumbos diferentes
luego de haber estado tanto tiempo juntos: Will Turner, Elizabeth Swann,
Billy, George Jacobson y su tío se habían embarcado en la nave que
comandaba el comodoro Norrington para tomar rumbo hacia "Port Royal", en
cambio, tía Dalma, Beatriz, McKinley, Nefud Yidda y sus hombres se
habían quedado en el /Perla Negra/ para marchar junto al capitán Jack
Sparrow hacia "Tortuga".

Mientras uno de sus oficiales de alto grado comandaba el timón, James se
había quedado en cubierta para observar el ocaso y pensar en lo que
había perdido, en ese momento, Isabel se acercó para hablarle.

-¿Estarás bien? –le preguntó preocupada mientras se afirmaba a la
balaustrada.

Él ni siquiera la miró, siguió observando aquel hermoso resplandor
anaranjado sobre el horizonte marítimo.

-Lo estaré cuando acepte la idea de que no volveré a ver nunca más a
Jacky… -respondió con tristeza.

A todo eso, a bordo el /Perla Negra/, toda la tripulación vitoreó al ver
a su capitán convertido finalmente en un hombre y lo recibieron alegremente.

-Es un honor tenerlo de regreso, capitán Jack Sparrow –le dijo una
sonriente Ana María mientras le entregaba sus armas y su sombrero, al
que Jack había creído perdido en el mar Mediterráneo.

Extrañado, se colocó nuevamente sus queridas pertenencias y preguntó a
la joven cómo habían podido recuperar sus cosas.

-El comodoro Norrington nos las entregó antes de la batalla –respondió
la muchacha morena-. Dijo que había podido rescatar su sombrero antes de
que éste cayera al mar… -Hizo una breve pausa antes de continuar-.
También dijo que le hubiera gustado mucho entregárselas en persona si
usted hubiera seguido siendo una mujer, pero como sabía que eso no iba a
ser posible, pues, que se lo entregaba como despedida.

-Pues, que amable de su parte… -comentó el pirata un tanto pensativo,
pero al darse cuenta de que toda su tripulación lo estaba observando
detenidamente, cambió rápidamente su actitud y comenzó a dar órdenes
para que lo dejaran en paz.

-¡Qué hacen aquí¡A sus puestos¡A trabajar¡Leven el ancla¡Suban las velas!

Sobresaltados, todos los piratas dieron un respingo y se pusieron
inmediatamente a trabajar, incluyendo a Cotton y su loro.

-Llévenme al horizonte… -murmuró su alocado capitán mientras le echaba
un vistazo a su brújula y corregía el rumbo con el timón.

-Me alegra que no te hayas puesto sentimental por ese sujeto, Jack –le
dijo Barbossa mientras se acercaba a él.

-Es que realmente no sentía nada por él –le respondió mientras volvía a
observar su brújula para luego volver a mirar hacia el horizonte
marítimo-. No soy un eunuco y eso me alivia, pero si hubiera seguido
siendo una mujer, estoy seguro de que lo hubiera manipulado a mi antojo.

-Me lo figuro... –Barbossa se dio media vuelta para retirarse, pero
escuchó lo que Sparrow le dijo a continuación:

-¡Ah! Y gracias por devolverme mi /Perla Negra/, Barbossa, no lo
esperaba de ti.

-¡Oh! No es nada. Solamente cumplí con una promesa… -y luego pensó
maliciosamente mientras se marchaba:

"Confíate todo lo que quieras, Jack, pero en "Tortuga" te robaré el
/Perla Negra/, jeh jeh jeh"

Pero Jack Sparrow también tenía sus propios pensamientos perversos
respecto al capitán Hector Barbossa:

" No soy un estúpido, voy a dejarte abandonado en "Tortuga" en cuanto
lleguemos… Jeh jeh jeh"

Después, justo cuando nuestro protagonista estaba a punto de ponerse a
cantar, la hermosa Beatriz Greenbille se acercó a él y lo rodeó por
atrás con sus brazos.

-Capitán Jack Sparrow… -lo saludó provocativamente-¿se acuerda cuando le
dije que lo buscaría cuando rompiera la maldición?

-¿Cómo podría olvidar eso? –le respondió un sonriente capitán.

-Pues tendrás que hacerlo –le replicó soltándolo y borrándole la sonrisa
del rostro-, me iré con Nefud Yidda a sus tierras. Él acaba de
proponerme matrimonio y yo acepté.

El pirata la observó bastante sorprendido por la inesperada noticia y
luego dirigió su vista hacia el apuesto árabe, quien permanecía parado a
su lado seriamente ruborizado. Éste, una vez liberado del hechizo, al
ver nuevamente a Beatriz, se había enamorado perdidamente de ella.

-¿Una boda? –exclamó un sonriente Jack saliendo de su asombro-. ¡Amo las
bodas¡Ron en todas partes¡Vamos a celebrarlo inmediatamente!

Y mientras comenzaba la celebración a bordo del /Perla Negra/ por el
feliz acontecimiento, Ana María recordó que se habían olvidado de alguien.

-¡Un momento, capitán Sparrow! –exclamó la joven.

-¿Qué pasa ahora¿Quieres celebrar conmigo a solas en mi camarote?
–bromeó mientras se llevaba una botella de ron a los labios.

-¡No, idiota¡Nos olvidamos de Gibbs!

-Oh oh…

Y en una de las entradas de la cueva, el pobre contramaestre seguía
atascado y olvidado por sus compañeros de pillaje, ya que estos se
habían marchado por un rumbo diferente y por eso no lo habían visto.

-Sé que vendrán por mí, sé que vendrán por mí… –se decía a sí mismo el
desamparado Gibbs.


*PIRATAS del CARIBE*

*LA MALDICIÓN DEL ANILLO DE LA CALAVERA*

*HISTORIA POR*

*GABRIELLA YU*

*ESCRITA POR*

*GABRIELLA YU*

*BASADA EN LAS PELÍCULAS DE*

"*PIRATAS DEL CARIBE"*

*MARCA REGISTRADA POR DISNEY*

*PROTAGONISTAS*

*JACK/JACKY SPARROW JOHNNY DEPP*

*WILLIAM TURNER ORLANDO BLOOM*

*ELIZABETH SWANN KEIRA KNIGHTLEY*

*CO PROTAGONISTAS*

*JAMES NORRINGTON JACK DAVENPORT*

*HECTOR BARBOSSA GEOFFREY RUSH*

*TÍA DALMA NAOMIE HARRIS*

*CUTLER BECKETT TOM HOLLANDER*

*GIBBS KEVIN MCNALLY*

*ANA MARÍA ZOE SALDANA*

*WEATHERBY SWANN JONATHAN PRYCE *

*COTTON DAVID BAILIE*

*PINTEL LEE ARENBERG*

*RAGETTI MACKENZIE CROOK*

*MARTY MARTIN KLEBBA*

*MURTOGG GILES NEW*

*MULLROY ANGUS BARNETT*

*GILLETTE DAMIAN O'HARE*

*PERSONAJES INVENTADOS*

*JEZABEL*

*ALÍ TEL AVIV*

*BEATRIZ GREENBILLE*

*HENRY MCKINLEY*

*GEORGE (ISABEL) JACOBSON*

*CHRISTIAN JACOBSON*

*NEFUD YIDDA*

*AL SHA'AB*

*KASSAR*

*BILLY*

*BART "SANGRE NEGRA" MORGAN*

*YAMIL JIAH*

*ABHA*

*TIMA*

*MUCHAS GRACIAS A*

*Aldi, Pack 2x1, CocoRunbi, Phoebe.W,* *Dafty/Harisha, Ivania
diaz/Jakelin sparrow/Ana Sparrow-Sparrmaría, Señrina de hitsuga, Jenny
Flint, Mafe Sparrow, Ethel Bess Cash, Jana 94/Janita, Monse Ribera/
Monserrat Rivera/Monse, Chibisiam/Chibi, Jeanne 15, Luna, Luisa/Harriet
Sparrow, Kyros Grimmauld Pukk, Asni, Neru, Hikari Kimura, Pisom, Mizu no
Ryu, Leo Black Le-Fay, León Dorado, Neru Hikari, CeledrianMoon, Harriet
Sparrow/Luisa X, Diana, , Amazona Verde, , La Cosa, DarkSerenety,
Andreaeb 182, CaintlinJeanne, Flor Pirata, Cissy Sparrow, Perla, Isa
Luna, AresShion, Sakurith, AndreaZthator, Laura, P-chan, InvaderCrisis,
Beatriz gpe/Beatriz Guadalupe, Reli, Romina, Ana, Yrazemita*

*Este fanfics se terminó de escribir en 2007. Todos los derechos son
marca registrada de Disney*

Cuando por fin se habían llevado a Gibbs y ya nadie quedaba en la isla,
dentro de la derruida cueva del "Tesoro de la Calavera Dormida" ocurrió
algo que nadie hubiera imaginado.

Desde el lugar en donde el capitán Jack Sparrow había quedado sepultado,
emergió de repente de entre las monedas, una sucia mano femenina,
adornada con un par de anillos y una raída muñequera, se podía ver que
en su antebrazo se rebelaba el tatuaje de un gorrión volando hacia el
sol poniente en el océano.

Otra mano siguió a esta, y luego salió una cabeza adornada con oscuros
cabellos morenos trenzados y con rastas para luego emerger todo el resto
del cuerpo ataviado como un pirata.

La mujer, sentada sobre el tesoro, miró de un lado a otro con cara de no
entender nada.

-Oh, oh, creo que algo no salió bien… –comentó la extrañada pirata,
quien no era otra que la versión femenina del capitán Jack Sparrow: la
capitana Jacky Sparrow.

*(Esta historia sigue en "El Libro del Destino". Dale clic al enlace para entrar).*

*Por: Gabriella Yu, Una Autora Descuidada*




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