Fanfic Piratas del Caribe -El Libro del Destino- *Capítulo 21: Todo se Descubre*

Resumen de la historia: El capitán Jack Sparrow comete el gran error de ponerse un anillo maldito que lo transformará en mujer y le traerá un sin fin de problemas tanto a él como a quienes lo rodean, amigos y enemigos. Una elección que cambiará la vida y los destinos de todos, en especial del Comodoro James Norrington y el mismo Jack. Esta historia está ambientada después de la primera película y desarrollada durante la segunda y tercera película. Una historia larguísima pero muy entretenida, con drama, humor, acción y romance. ¡Que la disfruten!



*PIRATAS DEL CARIBE: EL LIBRO DEL DESTINO*

CUARTA PARTE: CUESTA ABAJO

¡Jack y Jacky se separaron! ¡ahora son 2! ¡Un hombre y una mujer! ¡Doble problemas para todos! ¿Lograrán cambiar sus destinos y el de los demás? Continuaciòn de La Maldición del Anillo de la Calavera. James y Jacky pasan su primera noche juntos...¿pero será la última?

Género: drama, amistad, acción, suspenso, humor, romance, violencia, aventura, fantasía, erotismo
Pareja: Jacky Sparrow/James Norrington. Elizabeth Swan/Will Turner
Personajes: Jack Sparrow/Jacky Sparrow, James Norringon, Elizabeth Swan, Will Turner, Hector Barbossa ¡y muchos más!
Calificación: para mayores de 18 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 67 capítulos la primera parte, 57 la segunda parte y 51 la última parte.
Estado: finalizado
Escritora: Gabriella Yu
Mi estilo: estoy influenciada tanto por el anime, los dramas asiáticos y la literatura universal. Me gusta hacer pasar a los personajes por duras pruebas.
Aclaraciones: Esta historia la escribí hace más de 10 años, es muy entretenida, no se arrepentirán de haber perdido el tiempo en leerla. Le tengo mucho cariño porque fue una rara mezcla que logré hacer con el drama, humor y acción. 
IMPORTANTE: contiene escenas subidas de tono XD

*Capítulo 21: Todo se Descubre*


El comodoro James Norrington estaba muy preocupado por su querida pirata
Jacky Sparrow cuando se enteró de que unos sucios piratas habían entrado
en su propia casa con intenciones que seguramente no tendrían nada de
honestas. A pesar de la desesperación que lo embargaba, algo le decía
que Jacky no estaba en una situación realmente apremiante, o sea, que su
vida no estaba en peligro, ya que él pensaba sobre las grandes
posibilidades de que aquellos piratas podrían bien ser la gente del
capitán Jack Sparrow, que habían sido mandados por éste para capturarla
y llevarla ante el desalmado capitán del /Perla Negra/ para cobrar así
venganza por su traición. No había por lo tanto, entrar a la casa con
precipitación, debía ser cauteloso al máximo y tratar de distraer a los
atacantes hasta que llegaran los refuerzos, no debía permitirse cometer
más errores de los que ya había cometido.

Mientras tanto, sin saber que Norrington estaba a punto de entrar a la
casa, Jack y Jacky seguían combatiendo ferozmente para arreglar de una
vez por todas sus diferencias ante una asombradísima e incrédula ex
institutriz, Annete Foubert, ya que ésta, al ver a la hermosa pero
impetuosa prometida de su ex pupilo, Katrina Watson, vestirse y pelear
como un pirata en contra de otro pirata que se le parecía muchísimo, se
había propuesto tratar de entender qué demonios estaba sucediendo allí.

Ella ya no sentía miedo alguno por esos dos, así que también se dedicaba
a tratar de salvar cada mueble o jarrón que corriera el peligro de ser
destruido por los impetuosos ataques de aquellos dos locos que parecían
arrasarlo todo a su paso. El pequeño Billy aún no se había enterado de
nada de lo que estaba pasando en la casa, pues dormía plácidamente en su
dormitorio.

A medida que iba observando cada vez más y más a los extraños
combatientes, la sagaz ama de llaves comenzó a entender poco a poco lo
que toda aquella inaudita situación significaba.

"¡Ella no es una dama! ¡Es una pirata! ¡E-esos dos son tan parecidos
como una gota de agua! ¡Seguramente son hermanos! —pensó asombrada—.
¡Oh, Dios! ¡Mi querido niño se enamoró de una pirata!".

Ajenos a los reveladores pensamientos de madame Foubert, los dos
capitanes estaban inmersos en su arduo combate para decidir cuál de los
dos se quedaba con el liderazgo del /Perla Negra/ y, sobre todo,
arreglar el asunto de la traición de Jacky Sparrow.

Mientras ella iniciaba una frenética carrera subiendo nuevamente por las
escaleras hasta llegar nuevamente al pasillo de los dormitorios, Jack la
siguió hasta que él también se encontrara en el mismo lugar frente a
ella. Annete los había seguido, por nada del mundo se iba a perder lo
que sucedería a continuación, además, debía permanecer atenta por si
Billy aparecía repentinamente y se asustara al ver todo aquel alboroto.

—¿A dónde vas, hermanita? ¡Quiero que me expliques por qué me
traicionaste de esa forma mandándome al pesado de Norrington! —comenzó a
decir Jack Sparrow.

—¿Cómo quieres que te lo explique si me lo preguntas de esa manera?
—replicó Jacky al otro lado del pasillo.

Entonces, el capitán Sparrow se detuvo y dijo:

—Está bien, como tú quieras, hermanita. Me voy a quedar aquí bien
quietecito sin intentar rebanarte en dos para que me expliques por qué
demonios se te ocurrió traicionarme.

Parada en la base de las escaleras, mirando hacia su gemelo, ella sonrió
y respondió:

—La respuesta es muy fácil de responder, hermanito, piensa un poquito
con ese cerebro de medusa que tienes y lo sabrás enseguida, ya que tú y
yo somos la misma persona.

—Entonces tú también tienes cerebro de medusa, hermanita.

—Jah jah, qué gracioso, hermanito. Tú eres el que lo tiene porque
debiste haber adivinado antes que yo te traicionaría.

—No te confíes, hermanita, pues entonces tú tendrías que haber adivinado
que yo intentaría vengarme viniendo a buscarte en esta casa, así que tú
eres la cerebro de medusa.

—¡No! ¡Tú eres el que tiene cerebro de medusa! —acusó Jacky muy enojada.

—¡Eso no es cierto! ¡Tú eres la del cerebro de medusa! —rebatió Jack
igualmente molesto. Y entonces, ambos comenzaron a discutir como un par
de chiquilines tratando de acusar al otro de tener cerebro de medusa.

—¡No, tú! —dijo Jacky.

—¡No, tú! —dijo Jack.

—¡No, tú!

—¡No, tú!

—¡No, tú!

—¡No, tú!

Terriblemente fastidiada y revolviendo los ojos, la francesa se cansó de
escucharlos y exclamó muy enojada:

—¡¡YA BASTA, IDIOTAS!! ¡¡LOS DOS NO TIENEN NADA DE CEREBRO PORQUE LA
MEDUSA NO LO TIENE, Y SE ACABÓ EL ASUNTO!!

Muy asombrados, los dos Sparrow se aproximaron muy intrigados al ama de
llaves y se le quedaron mirando como un par de tontos.

—¿Es cierto de que la medusa no tiene cerebro? —preguntó Jack acercando
su rostro al de la inmaculada mujer.

—Tan cierto como la suciedad que lleva encima, pordiosero —respondió
ésta con la cara fruncida y echándose hacia atrás con los brazos
cruzados tratando de evitar el hedor a ron que emanaba de la boca del
descarado hombre.

—¡Uy! ¿Entonces eso significa que no tienes cerebro? —opinó Jacky con
picardía.

Volviéndose hacia ella con una sarcástica sonrisa falsa, el ofendido
Jack Sparrow rebatió inmediatamente la sagacidad de su hermanita:

—No, mi querida hermanita, eso significs que la que no tiene cerebro
eres tú.

—¡Tonterías! ¡Tú eres el que no tiene cerebro!

Y nuevamente comenzó otra campaña verbal entre los dos gemelos Sparrow.

—¡No, tú no lo tienes! —rebatió Jack.

—¡No, tú! —aclaró Jacky.

—¡No, tú!

—¡No, tú!

—¡No, tú!

—¡No, tú!

—¡No, tú!

Los dos estaban tan enfrascados en su inútil duelo de opiniones, que
dieron un respingo de sorpresa cuando la ya muy enfadada Annete volvió a
gritar esta vez con mucha más fuerza que antes.

—¡¡SUFICIENTE!! ¡¡YA BASTA!! ¡¡NINGUNO DE USTEDES TIENE CEREBRO Y ASUNTO
TERMINADO!!

Metiéndose los dedos meñiques en los oídos para destaparlos, los dos
piratas la miraron de refilón un tanto molestos.

—A propósito, mi traidora hermanita… —le dijo Jack—, ¿quién es esta pesada?

—Se llama "madame Fastidiosa", hermanito… —le contestó maliciosamente,
poniendo a la aludida estaba terriblemente furiosa.

Vamos, hermanito, estamos perdiendo tiempo precioso —replicó la pirata—,
¿adivinarás o no lo que te dije que adivinaras?

—¿Qué adivine lo que me dijiste que adivinara? —preguntó muy extrañado
el olvidadizo pirata—. ¿Y qué fue lo que me dijiste que adivinara lo que
tenía que adivinar?

—Te dije que adivinaras el motivo por el que te "traicioné", si así es
como le llamas jugar las cartas con astucia… Vamos, te desafío a
adivinarlo, hermanito —le desafió mientras caminaba sensualmente
alrededor de él tocando sus brazos con la punta de los dedos.

—Lo, lo intentaré… —apenas pudo decir un nervioso capitán Sparrow.
Annete estaba muy enfadada con aquella actitud tan descarada de Jacky a
pesar de que se había enterado de que era una pirata, pues, fuera lo que
fuera, estaba prometida a Norrington y tenía que respetarlo esté donde
esté y con quién esté.

Y así, haciendo algunos pequeños esfuerzos para pensar en las posibles
respuestas a aquella pregunta, la cara del capitán del /Perla Negra/
tomó varias formas hasta que logró encontrar varias posibilidades; pero
descubrió que una de esas posibilidades había comenzado a perturbarlo de
sobremanera y, mirando de reojo a su otro yo, preguntó:

—Esteee… Si tú y yo somos la misma persona… ¿hay posibilidades de que
además de pensar lo mismo sintamos lo mismo?

—Puede ser… —le sonrió astutamente mientras bajaba por las escaleras con
un sensual contoneo, conociendo muy bien las conclusiones a las que
había llegado su hermanito y que no estaría dispuesto a revelar tan
abiertamente ya que comprometerían su amada hombría—. ¿Cuáles son las
respuestas que pensaste? —le preguntó una vez que hubo llegado a la
planta baja y girado sobre sus talones para ver a su hermanito.

—Esteee, yooo… —Jack comenzó a dudar en la respuesta que le daría, pero,
en un segundo, sus ojos brillaron de malicia y supo inmediatamente qué
decirle, y mientras comenzaba a bajar lentamente por las escaleras con
una malévola sonrisa en el rostro, dijo: —Como tú y yo somos la misma
persona (de eso no hay duda, hermanita), actuamos, pensamos y sentimos
de la misma manera, por esa razón adivinamos siempre cómo actuará cada
uno de nosotros, ¿verdad?

—No me niego a ese razonamiento tan acertado, hermanito —le sonrió
triunfante.

Intrigada y con el corazón en la boca, madame Foubert se acercó un poco
para poder escuchar lo que iban a decir aquellos dos.

—Entonces, supongo que estarás de acuerdo con que tú engañaste al
comodoro haciéndole creer que lo amabas y le dijiste que yo quería
hacerte algo muy deshonesto, así que le rebelaste mi posición y, el muy
caballero (por no decir tonto), fue a intentar capturarme para detenerme
y darte gusto.

—Tus pensamientos son muy acertados, hermanito.

—Ajá. ¿Así que decidiste olvidarte de nuestra apuesta, hermanita?

—Claro que no, hermanito, la apuesta siempre estaba primero y como he
logrado que Norry me permita piratear a gusto, gané la apuesta y, por lo
tanto, también te gané mi amado /Perla Negra /y ya no tendré que
acostarme contigo, y todo eso dentro de esta semana, como lo habíamos
planeado.

—Recuerdo que una clausula de la apuesta era que nos incluyera a los dos
en ese beneficio y no solamente a ti, hermanita —Jack Sparrow se afirmó
en el pasamanos de la escalera, al lado de su hermana, sonriéndole.

—Mi querido, hermanito… —comenzó a decir Jacky con una enorme sonrisa
mientras también se apoyaba en la balaustrada y lo miraba
triunfalmente—, Norry está dispuesto a hacer lo que yo le pida sin dudar
en negármelo un instante. ¿Crees que yo querría que tú anduvieras por
ahí haciéndome la contra en la piratería y tratando de quitarme el
/Perla Negra/ que tan legalmente he ganado? Además, estoy muy seguro de
que tú habrías intentado sacarme de tu camino tarde o temprano, /¿savy?/

—Tengo que darte crédito por eso, hermanita, acabas de demostrarme una
vez más, que eres indudablemente parte de mí…—comenzó a bajar lentamente
escalón por escalón, mirando maliciosamente a una algo extrañada Jacky
Sparrow—. Mentirosa…, tramposa…, deshonesta…, insensible…, descarriado…,
borracha…, promiscua…, etc, etc, etc… Pero déjame preguntarte algo,
querida hermanita… ¿Hasta dónde hubieras llevado este engaño? ¿Estabas
dispuesta a casarte con el comodoro Norrington?

Jack se reafirmó nuevamente en la balaustrada y miró socarronamente a la
aludida y siguió presionándola, esta vez con muchísimo más descaro:

¿Acaso estabas dispuesta a perder tu recién adquirida virginidad
permitiendo que él se diera gusto contigo una y otra vez dándotelo tanto
por delante y por detrás?

Durante mucho tiempo la capitana Jacky Sparrow jamás pudo explicar con
claridad lo que le había ocurrido en ése mismo momento en que había
escuchado aquellas horribles vulgaridades dichas por "hermanito" Jack,
pero una oleada de furia e indignación había gobernado su mente de tal
manera, que se precipito a responderle de la peor manera posible, que
por largo tiempo tuvo que lamentar los resultados de aquel accionar
irreflexivo.

—¿Estás mal de la cabeza o qué? —le replicó furiosa y tan colorada como
un tomate—. ¡Yo no soy ningún eunuco para permitir que me hagan algo
así! ¡Ni mucho menos me voy a dejar tocar por un tonto asqueroso y
miserable como Norrington! ¡Únicamente lo estoy utilizando para mi
entero provecho y nada más! ¿Por qué crees que lo mandé detrás de ti?
¡Podría haber acabado con dos pájaros de un solo tiro con aquella
tempestad! ¡Y te puedo jurar que daría hasta mi propia alma para volver
a ser un hombre antes de acostarme con uno de los estúpidos lacayos del
rey de Inglaterra!

Los ojos de madame Foubert se abrieron de sobremanera al escuchar
semejante declaración, no podía creer lo que estaba escuchando y lo que
todo eso acarrearía a continuación. ¡Cuánto iba a sufrir su querido niño
cuando se enterara de que solamente había sido engañado y utilizado! En
cambio, el capitán Sparrow comenzó a reírse burlonamente, confundiendo y
poniendo muy nerviosa a su gemela.

—¿De qué te ríes, idiota? ¿Qué te parece tan gracioso? —le preguntó la
pirata poniendo los brazos en jarra, aún muy ofendida—. ¿Por qué no me
cuentas el chiste para que yo también me ría?

Entonces, gozando por todo aquello, el capitán Jack Sparrow dejó de
carcajearse para sonriéndole burlonamente mientras señalaba detrás de su
hermana gemela.

—¿Por qué mejor no se lo cuentas a él? Estoy seguro de que le encantaría
reírse un poco después de lo que acaba de escuchar…

Jacky se quedó terriblemente helada al oír aquella propuesta,
impresionada, temiendo que la persona menos indicada para estar allí en
ese momento, hubiera estado justo allí cuando menos hubiera querido ella
que esté. Pálida como un muerto, mordiéndose nerviosamente los labios y
rezando desesperadamente para sus adentros: "¡Que no sea él! ¡Que no sea
él!", la pobre y arrepentida pirata comenzó a darse vuelta lentamente
hasta verse cara a cara con… ¡el comodoro James Norrington!

—¡Oh, no…! —murmuró con triste desesperación al ver el desconsolado
rostro del oficial.

--

Una vez que se hubo despedido respetuosamente del gobernador Weathervy
Swann, William Turner se dirigió hacia la puerta principal acompañado
por una ceñuda Elizabeth Swann.

El joven armero dirigió su mirada atractiva hacia la muchacha y sonrió.

—No te molestes así con tu padre, Elizabeth —le dijo—, realmente le
hemos dado motivo para que se enfadara de esa forma con nosotros.

La chica bufó fastidiada y se cruzó de brazos.

—Aún así no tenía derecho de decirte esas cosas.

—Creo que sí lo tenía —se alzó de hombros tratando de restarle
importancia al asunto—. Ya era bastante tarde cuando volvimos de nuestro
paseo por la playa, y se supone que una chica decente como tú debe estar
en su casa antes del anochecer. Como tu futuro esposo, creo que no le di
a tu padre una buena impresión acerca de mi madurez…

—Papá siempre ha sido un exagerado respecto a mi educación; siempre cree
saber qué es lo mejor para mí sin antes consultarme primero —replicó aún
un poco molesta—. Creo que todavía no le agrada mucho la idea de que yo
me case contigo en vez de casarme con James… ¡No veo la hora de que
estemos juntos en nuestra propia casa viviendo a nuestra manera sin
tener que estar escuchando las quejas de mi padre!

Will permaneció en completo silencio hasta que ambos traspasaron la
puerta principal y se detuvieron en las escalinatas de la hermosa mansión.

—Cuando era un niño —comenzó a contar—, siempre pensaba en la suerte que
tenían los demás niños al tener una familia: madre, padre, hermanos…
—miró a su prometida con una ligera expresión de tristeza y la tomó
suavemente de las manos—. Tú sabes muy bien que esas cosas tan poco
valoradas por los demás yo las tuve por muy poco tiempo o jamás las
tuve. ¡Lo que hubiera dado por tener a mi padre o a mi madre a mi lado…!
Dime, Elizabeth, ¿de verdad te fastidia tanto tu padre? ¡Ojalá yo
tuviera al mío para que me fastidiara!

Con los ojos llenos de lágrimas, la joven le rodeó el cuello con los
brazos y le dijo:

—¡Oh, will! ¡No hagas caso de las tonterías que digo a veces! ¡Soy una
verdadera tonta al despreciar así a mi padre luego de todo lo que él ha
hecho por nosotros! —apoyó amorosamente su cabeza en el pecho del
joven—. Y si quieres tener una familia, te prometo que tendrás una
propia muy pronto después de que nos casemos…

—Muchas gracias, Elizabeth… —murmuró dulcemente el muchacho.

Entonces, ambos jóvenes se miraron con ternura y sellaron aquella
promesa con un beso lleno de amor y romance. Luego de esto, caminaron un
poco a través del jardín en completo silencio, pensando en un porvenir
que les parecía muy próximo y próspero, lleno del amor que se sentían
mutuamente.

—Me alegra tanto saber que James regresó con vida de la terrible
tormenta que destruyó casi toda su flota… —comentó la joven hija del
gobernador Swann acordándose de lo que su padre le había comunicado
apenas los dos habían llegado a casa.

—Pero seguramente deberá enfrentar una corte marcial por lo que ha
ocurrido, Elizabeth —sentenció Turner con razón, luego, miró a su novia
y le preguntó un tanto incrédulo:

¿De verdad crees que las intenciones del comodoro Norrington fueron las
de capturar al capitán Jack Sparrow?

—Tanto él como Jacky lo dijeron.

—¡Pero es imposible que hayan dos Jack Sparrows!

Ambos se quedaron pensativos por algunos segundos hasta que Will volvió
a hablar:

¿Crees que el comodoro sea capaz de seguirle al juego a Jacky haciendo
creer a todos que fue a capturar a Jack?

—No lo sé, Will, no entiendo nada de esto —replicó ella muy confundida—.
Quien está en la casa de James es sin duda Jacky Sparrow, pero entonces,
¿qué pasó? ¿Acaso no logramos romper la maldición aquella vez y Jack
volvió a convertirse en una mujer? ¡De todas formas no entiendo esa
tonta e inútil mentira de él y de James de que hay otro capitán Sparrow!
¡Simplemente no lo entiendo!

—A menos de que sí haiga otro capitán Jack Sparrow… —aventuró su
prometido para luego agregar bastante pensativo:

¿Te acuerdas de esos dos hermanos españoles que se llamaban "De Los
Gorriones" y que resultaron ser unos farsantes? Me hacían recordar mucho
a Jack tanto como hombre y como una mujer… Tal vez…, quizás…, ellos dos
serían Jack Sparrow…

Y sin agregar nada más, Will y Elizabeth se quedaron mirando el uno a la
otra por unos instantes, muy pensativos y bastante extrañados, pero poco
después de mucho pensarlo, exclamaron con incredulidad un largo
"¡Nooooo! ¡No puede ser!".

Después de que se despidiera de Elizabeth con un tierno beso en la boca
y cuando ya estaba a punto de comenzar su largo camino a casa, Will se
dio media vuelta y le preguntó a su prometida con curiosidad:

—Elizabeth, ¿crees que Jack… Jacky ame de verdad al comodoro Norrington?

—No lo sé, Will —respondió un tanto dubitativa, pero en sus ojos
brillaba un dejo de esperanza—, yo creo que sí, quisiera creer que sí,
porque ahora, en estos momentos tan difíciles por los que está pasando
James, la necesita más que nunca.

--

Parado bajo el umbral de la puerta con la espada en su mano, James
Norrington había acabado de escuchar aquellas hirientes palabras recién
pronunciadas por Jacky respecto a él y a la relación de ambos. Con el
corazón hecho pedazos, sintiendo un terrible dolor que oprimía su pecho
y que sus lágrimas comenzaran a correrle por el rostro, James sintió
cómo todos sus sueños de compartir su vida al lado de Jacky, se caían a
pedazos como un hermoso espejo hecho añicos. ¡Perder su puesto como
comodoro era de por sí terrible, pero enterarse de que había sido
utilizado por Jacky para quitarse de en medio a Jack Sparrow sin sentir
por él todo lo que ella le había asegurado, era lo peor que le había
pasado en la vida! ¡Un doloroso desencanto lo había golpeado como su
fuera un pesado yunque de acero!

—¿Así que es eso lo que realmente piensas y sientes por mí, Jacky? ¿Un
tonto, un asqueroso, un miserable y un estúpido lacayo? ¿Todo lo que me
dijiste acerca de tu amor por mí era mentira? ¿Todo? —le preguntó con
voz temblorosa y resquebrajada.

Sin saber realmente qué decir al respecto, Jacky dirigió una mirada
acusadora hacia Jack Sparrow, quien aún seguía sonriéndole burlonamente
apoyado en la barandilla de la escalera.

—¿Tú sabías que Norry estaba detrás de mí cuando me hiciste decir esas
cosas? —inquirió.

—Así es, mi querida hermanita. Pero yo no te hice decir nada, más bien
todo eso lo dijiste tú solita sin que yo te manejara como a una marioneta…

Jacky lo asesinó con la mirada, estaba realmente furiosa; era justamente
eso lo que él había hecho con ella y la muy ingenua había caído en el
engaño más antiguo y tonto del mundo: hablar sin pensar, y ahora no
sabía cómo salir de aquel atolladero que ella misma había provocado por
culpa de su hermanito y su inoportuno arrebato de pudor femenino. ¿Cómo
podría explicarle a su querido Norry que todo aquello había sido una
astuta maquinación de Jack Sparrow? ¿Cómo decirle que realmente lo amaba
ahora que sabía que quizás lo había perdido para siempre gracias a su
gran e desacertado orgullo? ¡No quería perderlo por nada del mundo!

—Te juro que esto no va a quedar así, hermanito —amenazó mientras volvía
a tomar el mango de su espada—, esta me la vas a pagar muy caro.

—Vamos, hermanita, no te pongas así por una nimiedad como ésta —replicó
un tanto nervioso el aludido mientras se apartaba un poco de la
barandilla para tener algo de seguro espacio entre ella y él.

Pero antes de que los dos hermanos piratas decidieran comenzar a ajustar
cuentas nuevamente, una irónica y nerviosa carcajada masculina les hizo
volver su atención hacia el comodoro Norrington, quien era el que se
estaba riendo. Ambos capitanes del /Perla Negra/ lo miraron muy
extrañados al igual que la preocupada madame Foubert.

—¡¡Jah jah jah!! ¡Ya dejen de actuar! ¡No soy tan imbécil como creen!
¿Así que todo esto había resultado ser una elaborada mentira maquinada
por un par de piratas mequetrefes como ustedes? —dijo—. ¡Pero que
estúpido fui al creer que tú me amabas de verdad, Jacky! ¡Qué
tremendamente estúpido fui! ¡Ja ja ja! —Volvió a reírse frenéticamente,
como si hubiera perdido la razón, afligiendo tanto a Jacky como a
Annete. —¿Sabes, Jacky? Ya no tienes por qué fingir que sientes algo por
mí porque gracias a la promesa que te hice de atrapar a Jack Sparrow he
perdido toda mi flota y soy el responsable de la muerte de 150 hombres…
¡Deberé enfrentar una corte marcial con la plena seguridad de que me
relevarán de mi cargo por incompetencia! ¡Ya no seré más el "Comodoro"
James Norrington, el protector de Port Royal y jurado cazador de
piratas! ¡Jah jah jah! ¡Y todo te lo debo a ti y a mi estúpida testarudez!

Impactada por aquellas revelaciones, madame Annete Foubert cayó sentada
en el suelo cubriéndose la boca con la mano, incrédula.

"¡Mi niño sabía que esa mujer era una pirata! —pensó—. ¡Y aún así creyó
en ella y ahora ha perdido su honorable rango de comodoro! Si alguien
llegara a saber que él estaba encubriendo a una pirata, ¡lo condenarían
a la horca! ¡Dios mío! ¿Qué les diré ahora a los señores Norrington?

—¿Y bien, capitana Jacky Sparrow? —preguntó irónicamente el comodoro—,
¿aún pretendes proclamar que me amas de verdad?

—Esteee…, yo… —Jacky miró a su gemelo (quien la observaba atentamente) y
luego miró hacia su querido Norry. Ella estaba en un gran aprieto en
materia del orgullo masculino, ¿cómo decirle a Norry que aún lo amaba
con locura a pesar de que ya no estaba favorecido con el rango de
comodoro y sin que Jack Sparrow se burlara de ella? ¿Cómo decírselo sin
hacer el ridículo? Por otro lado, ¿no era mejor dejar las cosas como
estaban si aún había posibilidades de volver a ser un hombre? ¿Pero cómo
volverle la espalda a Norry ahora que él había perdido casi todo por
ella? ¡Ya no le quedaba nada! ¡Podía imaginarse lo mucho que él estaría
sufriendo en ese mismo momento al creer que ella nunca lo había querido
de verdad! ¿Cómo entonces osaría ella en clavarle otro puñal por la
espalda? ¡Sería una auténtica cobardía! ¡Una absoluta traición!

Y entonces, la luz se hizo sobre los confusos pensamientos de la pirata
y por fin supo lo que verdaderamente tenía que hacer.

Jamás en su vida el capitán Jack Sparrow había recibido uno de los
mejores puñetazos propinados por una dama, su gemela había actuado tan
rápido que él no pudo reaccionar a tiempo para poder evitar un tremendo
golpe de puño propinado directamente hacia su rostro, haciéndole perder
el equilibrio y caer por las pocos escalones que faltaban hasta
aterrizar de golpe al suelo, mareado y con la nariz rota, a los pies del
comodoro James Norrington.

—¿Pero por qué lo hiciste? —se quejó el capitán ante la triunfante
mirada de la pirata y la atónita mirada de James y Annete Foubert

—¡Porque te lo merecías, sucio patán! —respondió la aludida dedicándole
una mirada rabiosa—. ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Norry no merecía saber
esto!

—¡No te quejes, hermanita, te lo merecías por haberme traicionado!
—replicó mientras se ponía en pie y se aproximaba a la capitana Sparrow.

—¿Ah sí? ¡Pues no te hagas el santo porque estoy segura de que tú
también me habrías traicionado en cualquier momento! ¡Yo me adelante!
—rebatió sin moverse un centímetro y sacando pecho.

Cara a cara comenzaron a discutir fervientemente como si fueran dos
niños malcriados:

—¡No es cierto! —replicó Jack.

—¡Sí lo es! —rebatió Jacky.

—¡No es cierto!

—¡Sí lo es!

—¡No es cierto!

—¡Sí lo es! —cansada de repetir lo mismo, Jacky se volvió hacia el
consternado comodoro, se aproximó a él y lo tomó del brazo, diciéndole:

¡Norry! Dime quién tiene la razón: ¿él o yo? Tú me conoces muy bien,
¡ponte de mi lado!

—¡Eso no es justo, hermanita! —replicó Jack agraviado e inmediatamente
él también se dirigió hacia el sorprendido James y lo tomó del otro
brazo—. ¡Usted también me conoce muy bien, comodoro Norrington! ¡Pasamos
muchos meses juntos! ¡Yo soy quien tiene la razón, ¿no es así?!

—¡No te metas, Jack Sparrow! ¡Él me dará la razón a mí! —rebatió Jacky
muy molesta, hasta se podría decir muy celosa, tironeando del brazo de
su amado.

—¡No, hermanita! ¡Me dará la razón a mí! —replicó Jack también muy
molesto, tironeando del otro brazo del pobre oficial.

—¡No! ¡A mí! —exclamó Jacky inmediatamente.

—¡No! ¡A mí! —afirmó Jack, y así sucesivamente.

—¡No! ¡A mí!

—¡No! ¡A mí!

—¡No! ¡A mí!

—¡No! ¡A mí!

Cansado de que lo estuvieran zarandeando de aquí para allá, James se
desembarazó bruscamente de los dos hermanos piratas y gritó furioso:

—¡¡YA BASTA!! ¡Los dos tienen la maldita razón! ¡Los dos son unos
mentirosos tramposos que no les importa ni pizca lastimar los
sentimientos de los demás! ¿No se cansaron ya de haberse burlado de mí?
¡Me han hecho quedar como a un estúpido frente a todo el mundo!
¡Aaaagggh! —se tomó de la cabeza, histérico—. ¡¿Por qué fui tan tonto
como para creer que alguien como tú podría enamorarse de alguien como
yo?! ¡¡Que terrible y estúpido error cometí!!

—¿Te estás refiriendo a ella o a mí? —preguntó el descarado capitán del
/Perla Negra./

—¡¡Aaaaaaagggggh!! ¡¡Ya no los soporto más!! —gritó tremendamente
fastidiado y sacando nuevamente su sable de la vaina, declaró:

¡Esta ridiculez se acabó! ¡Ambos están arrestados en nombre de la corona!

Jack y Jacky se quedaron como congelados, incrédulos ante lo que habían
acabado de escuchar.

—¿M-me me estás arrestando, Norry? —preguntó una sorprendidísima
capitana—. ¿Lo estás diciendo en serio?

—¡Pero creíamos que nos amabas! —agregó con un leve tono de sarcasmo el
otro capitán.

Jacky lo asesinó con la mirada, ella estaba hablando en serio y él
parecía estar dispuesto a fastidiarla a ella y a su querido comodoro.

—¡¡Ya basta!! ¡¡Estoy cansado de que me estén tomando el pelo!! —volvió
a exclamar el oficial.

—Pero, Norry, él no habla por mí, yo sí te am... —quiso insistir la
capitana, pero James la interrumpió de inmediato con un gemido de
hastío, harto ya de toda aquella patética función.

Ya no había futuro alguno para él, ¿por qué debería seguir escuchando a
aquella farsante que solamente lo había engañado una y otra vez
diciéndole lo mucho que lo quería? ¿Haciéndole creer cosas que ella
jamás había tenido intención alguna de hacerlas realidad?¡Solamente
había vivido una mentira, y por esa mentira iba a perder su amada
carrera militar!

—¡Basta! ¡Ya no quiero escuchar más tus mentiras! ¡No soy tan estúpido
como aparento, ¿sabes?! —se calmó un poco, pero de sus ojos comenzaron
otra vez a brotar lágrimas de dolor al recordar todos aquellos sueños
que había imaginado de una maravillosa vida al lado de su tan querida
pero ingrata pirata—. Yo te amaba tanto, Jacky, que hubiera hecho
cualquier cosa por ti… cualquier cosa que me pidieras… ¿Cómo pudiste
hacerme esto…? ¿Cómo…? ¡Has acabado con mi vida y mis sueños! ¿Dime…
dime cómo podré seguir viviendo después de todo lo que me hiciste…? ¡No
soy nada ni nadie sin tu amor! ¡Arruinaste mi vida para siempre!

La pobre capitana Sparrow no sabía qué decir, únicamente deseaba correr
hacia él para abrazarlo, besarlo y decirle lo mucho que lo amaba
realmente, pero había algo que la detenía, algo que no le permitía
expresar sus verdaderos sentimientos, ¡era ese maldito orgullo masculino
de su antigua vida pasada el que no le permitía expresar lo que
realmente sentía por aquel hombre! ¡Miedo a ser la burla de los demás!
¡Miedo al ridículo! Todos se preguntarían qué había pasado con el
capitán Jack Sparrow y los demás dirían: "Nada, dejó de ser el estupendo
hombre que era para entregarse a otro hombre". ¡Una total ridiculez!

James parecía esperar una respuesta positiva por parte de la pirata,
pero al notar esas muecas que expresaban todas las dudas que pasaban por
su mente, las pocas esperanzas que aún mantenía anidando en su
resquebrajado corazón, se esfumaron sin dejar rastro alguno,
ennegreciendo su alma y su corazón, lanzándolo a un oscuro pozo de
desesperación y angustia del cual le sería muy difícil salir y que lo
llevaría a tomar las decisiones más trágicas de su vida.

Pero aunque se sentía morir por dentro, la sola presencia de su amada
Jacky frente suyo, lo hacía dudar, no sabía a ciencia cierta cuál
procedimiento seguir: si detenerla o dejarla marchar; pero entonces,
justo cuando Jacky decidía ceder su orgullo a sus sentimientos, la
repentina entrada de varios de sus hombres, le hizo tomar al atribulado
comodoro una rápida decisión: si ella, quien realmente no era una mujer
hecha y derecha, no lo amaba y había destruido su vida y su carrera,
debía pagar por haber ocasionado la muerte de 150 hombres inocentes y la
perdición de un comodoro de la poderosa /Royal Navy/. Ya nada importaba
ahora, solamente la venganza lo era todo. Todo lo demás estaba perdido,
hasta el amor.

Y entonces, con sus hermosos y vacíos ojos verdes, miró duramente a
nuestros protagonistas y declaró con una terrible frialdad que superaba
su antigua estoicidad:

—Prepárense, señores Sparrows, porque esta misma noche los atraparé y
mañana mismo los llevaré a la horca aunque sea lo último que haga —y
ante la atónita mirada de Jacky y la alarmada mirada de Jack, el
comodoro se volvió hacia sus hombres y exclamó:

Arréstenlos, caballeros; ellos dos son los culpables de la muerte de sus
compañeros en la trágica jornada de ayer.

Furiosos, todos los fusileros soldados apuntaron sus armas a los
capitanes, dispuestos a hacer justicia. Jack y Jacky se miraron muy
sorprendidos, ambos estaban atrapados.

Pero era la capitana Jacky Sparrow era la que más sorprendida estaba con
todo aquello: su amado Norry la había traicionado y abandonado a su suerte.



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