Mundo Star Wars: Aprendiz de Jedi Volumen 7. CAUTIVOS DEL TEMPLO -Capítulo 14-

                                                       



La paz por encima de la ira
El honor por encima del odio
La Fuerza por encima del miedo

El Templo Jedi esta bajo ataque. Se hizo un intento de matar Yoda. Un peligroso intruso se ha infiltrado en los Jedi.
Todos estan debajo sospecha, y nadie esta a salvo de daños. Obi-Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn deben llegar al corazón de la conspiración ... o ver la destrucción del templo, desde adentro.


Capítulo 14

Tahl envió a DosJota a hacer un recado mientras Qui-Gon y Obi-Wan intercambiaban la ropa con Garen y Ali-Alann.

—Tus botas son enormes —dijo Garen intentando andar con ellas por la habitación de Tahl.

—No, son las tuyas las que son pequeñas —dijo Obi-Wan entrecerrando los ojos.

Qui-Gon y Tahl estaban en una esquina hablando en voz baja por el intercomunicador con Miro Daroon. Sus voces se mezclaban, se interrumpían y hablaban rápido y de forma resuelta. Consultaban sobre la estrategia y decidían lo que debían decir Qui-Gon y Obi-Wan en la grabación de voz.

Cuando Tahl y Qui-Gon cortaron la comunicación, Obi-Wan y el Maestro Jedi repasaron una y otra vez lo que dirían en la grabación. Qui-Gon le había dicho a Obi-Wan que el ritmo de la conversación debía ser natural. Era perfectamente normal que dudaran y se interrumpieran mutuamente, pero la información tenía que ser exacta.

La conversación tenía que ser registrada en el pasillo. El sonido de fondo y el ruido de ambiente tenían que parecerse a los de la zona en la que DosJota les escucharía. Ali-Alann y Garen permanecían uno en cada extremo del pasillo para impedir el paso. También vigilaban a DosJota.

Mientras preparaban todo, Obi-Wan sentía una constante tensión en su interior. Había conseguido deshacerse del miedo gracias a Qui-Gon. Ahora tenía que encontrar su centro de calma. Estaba impaciente por atrapar a Bruck y a Xánatos; pero la impaciencia no era un buen aliado de guerra, sino más bien un enemigo. Qui-Gon se lo había repetido muchas veces. Obi-Wan intentó adoptar la compostura de Qui-Gon. El Caballero Jedi se mostraba completamente tranquilo, aunque Obi-Wan podía apreciar la rapidez y seguridad en sus movimientos y en su forma de hablar. En muy poco tiempo, todo el mundo tuvo claro lo que tenía que hacer y se colocó en su posición.

Qui-Gon activó la grabación de voz.

Hemos de hablar, Obi-Wan. Tenemos que hacer algo rápidamente. Sin duda, Xánatos ha sacado a Bant de los túneles de agua. Comenzaremos la búsqueda en el ala norte del Templo. ¿Tienes los sensores de infrarrojos?

Aquí los tengo —respondió Obi-Wan —. ¿Dónde estarán los otros equipos de búsqueda?

Registrarán el piso superior del ala norte mientras nosotros nos ocupamos del inferior. Nos encontraremos a medio camino y cerraremos el ala norte para pasar al ala sur. Al final los atraparemos.

No sé por qué tenemos que dejar el transporte de Xánatos en la plataforma de despegue —protestó Obi-Wan—. ¿Por qué darle lo que quiere?

Porque podría estar siguiendo nuestros movimientos para asegurarse de que

 

se lo damos. No podemos poner a Bant en peligro. Paciencia, Obi-Wan. Xánatos nunca llegará al transporte.

No puedo evitarlo —dijo Obi-Wan con rabia y elevando la voz—. ¡Quiero enfrentarme a ellos!

Qui-Gon quería que Obi-Wan pareciera impaciente para que Xánatos pensara que el chico estaba a punto de perder el control. Si Xánatos subestimaba a Obi- Wan, tendrían ventaja en la batalla.

Contrólate —dijo Qui-Gon severo —. Ahora, mientras buscamos, recuerda que Miro va a desconectar el sistema eléctrico. No podemos correr el riesgo de que fallen otros sistemas mientras investigamos. Miro tendrá que apagar el sistema para ejecutar un programa que encuentre los virus informáticos.

¿Nos quedaremos sin energía por completo? —preguntó Obi-Wan.

Sí. Miro tendrá que apagar el sistema hidráulico, el de comunicaciones, el de energía y, por último, el de seguridad. El apagón durará doce minutos. Entonces, Miro volverá a activar los sistemas empezando por el de seguridad. Es un riesgo necesario. Ahora vamos al ala oeste.

Qui-Gon y Obi-Wan se dirigieron al túnel de transporte. En cuanto doblaron la esquina, Qui-Gon desactivó la grabación y se la dio a Garen y Ali-Alann. En unos instantes, Tahl llamaría a DosJota. Ali-Alann y Garen se harían pasar por Qui-Gon y Obi-Wan y transmitirían la conversación mientras DosJota estuviera escuchando cerca. Esto daría tiempo a Obi-Wan y a Qui-Gon para tender la emboscada a su adversario.

Qui-Gon suponía que Xánatos estaría espiándoles para saber si iban a darle lo que pedía. Gracias a la conversación grabada, creería tener el terreno despejado.

Vosotros dos haced como que seguís el plan —ordenó Qui-Gon a Ali-Alann y Garen —. Id a investigar el ala norte e intentad moveros por las zonas menos iluminadas, por si a Xánatos o a Bruck se les ocurre ir a asegurarse.

Ali-Alann y Garen asintieron.

¿Y yo qué hago, Qui-Gon? —preguntó Tahl en voz baja.

Tu trabajo ya está hecho, amiga mía —dijo Qui-Gon—. Ahora nos toca a Obi-Wan y a mí.

Que la Fuerza os acompañe —murmuró Tahl.

Que nos acompañe a todos —respondió Qui-Gon lentamente. Hizo un gesto a Obi-Wan y ambos se dirigieron al túnel de transporte.

¿Adonde vamos? —preguntó Obi-Wan.

A la última parada de Xánatos —respondió Qui-Gon—. Todas sus acciones nos han conducido hasta aquí. Capturar a Bant sólo ha sido un extra en su juego, ahora la puede utilizar para recuperar su transporte. Sabía que Miro acabaría teniendo que apagar todo el sistema, incluyendo el de seguridad. En esos preciosos minutos en los que el sistema de seguridad no esté activado, será cuando Xánatos ataque.

¡Claro!

Va a por el vértex de la Cámara de Seguridad —dijo Obi-Wan.

Y nosotros estaremos esperándole —replicó Qui-Gon con expresión severa.

 




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