Mundo Star Wars: Aprendiz de Jedi Volumen 7. CAUTIVOS DEL TEMPLO -Capítulo 10-

                                                      



La paz por encima de la ira
El honor por encima del odio
La Fuerza por encima del miedo

El Templo Jedi esta bajo ataque. Se hizo un intento de matar Yoda. Un peligroso intruso se ha infiltrado en los Jedi.
Todos estan debajo sospecha, y nadie esta a salvo de daños. Obi-Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn deben llegar al corazón de la conspiración ... o ver la destrucción del templo, desde adentro.


Capítulo 10

La batalla no había extenuado a Qui-Gon. Obi-Wan se dio cuenta de que lo único que había hecho había sido aumentar su determinación por atrapar a Xánatos y vencerle.

Examinaremos la zona —le dijo Qui-Gon —. Creo que Xánatos me obligó a llevarle a las escaleras. Fue demasiado fácil.

Había planeado su huida —sugirió Obi-Wan.

Sí —dijo Qui-Gon —, pero con Xánatos siempre hay otro motivo. Estaba intentando alejarnos de algo.

Obi-Wan fue hasta el extremo opuesto de la plataforma.

Aquí hay una escalera —dijo.

Una estrecha escalera metálica estaba apoyada contra la pared, oculta tras el borde de la plataforma. Qui-Gon y Obi-Wan bajaron por ella. Cuando estuvieron sobre la superficie del agua, oyeron líquido que caía.

—Es una fuga de agua —le dijo Qui-Gon a Obi-Wan. La zona quedaba oculta por las anchas espaldas de Qui-Gon—. Y aquí hay un canal que lleva al exterior. Creo que...

De repente, Qui-Gon se quedó callado. Obi-Wan se agarró con una mano a la escalera y se aproximó para poder ver.

Amarrado a la pared había un pequeño deslizador aéreo.

—Ya hemos encontrado su vía de escape —dijo Qui-Gon satisfecho.

¿Qui-Gon? ¿Obi-Wan? —les llegó la voz preocupada de Bant.

¡Aquí! —gritó Obi-Wan, y un segundo después la cara de la joven asomó por el borde de la plataforma.

He traído a los responsables de seguridad —dijo ella —. ¿Estáis bien?

¿Dónde está Xánatos?

Escapó —dijo Obi-Wan —. Saltó al agua cuando llegó la corriente.

Subamos —dijo Qui-Gon —. Los de seguridad se llevarán el deslizador aéreo. Así, al menos, tendremos a Xánatos atrapado dentro del Templo.

Subieron por la escalera de vuelta a la plataforma, y dos miembros de seguridad Jedi bajaron para ocuparse del deslizador.

Estaba tan preocupada —dijo Bant —. No quería dejaros solos, pero no tenía sable láser y...

Hiciste lo correcto, Bant —interrumpió Qui-Gon amablemente—. Cuando la intuición es tan buena como la tuya, no la cuestiones.

Obi-Wan no dejaba de preguntarse si Qui-Gon estaba pensando en Bant para que fuera su próxima padawan. Desde luego, parecía muy interesado en ella.

 

Qui-Gon se volvió hacia él.

Has luchado bien, Obi-Wan.

En circunstancias normales, Obi-Wan se habría sentido profundamente satisfecho por el elogio de Qui-Gon, pero ahora sólo podía preguntarse si su antiguo Maestro se estaba limitando a ser amable para preparar el momento en el que le abandonaría.

Qui-Gon envió a Bant a que informara a Tahl sobre lo que había pasado. Obi- Wan fue hasta el borde de la plataforma desde la cual Xánatos se había arrojado al estruendoso torrente. Recordó la profunda sensación de desasosiego que había sentido cuando Xánatos había salido del agua, aquella forma negra que albergaba una maldad tan monstruosa...

Obi-Wan recordó de repente que Xánatos llevaba una mochila impermeable.

¿Por qué?

¿Y si no había sido casualidad que se encontraran con Xánatos en la plataforma? ¿Y si había ido a ese lugar para eliminar las pruebas de que ya había estado allí?

¿Y si se lo habían soplado? Era innegable que, hasta el momento, se las había arreglado para ir un paso por delante de los Jedi. Y eso no era fácil.

Creo que podría haber un espía en el Templo —dijo Obi-Wan lentamente, volviéndose hacia Qui-Gon —. Xánatos tiene un aliado dentro del Templo que le avisa de nuestros movimientos. ¿Qué otra razón tendría para venir aquí con una mochila?

—Pues muchas razones, creo yo —dijo Qui-Gon.

¿Y recuerdas que dijo que habías necesitado la ayuda de unos niños para saber que estaba utilizando los túneles? ¿Cómo sabía que Bant te lo había dicho?

Qui-Gon frunció el ceño.

No estoy seguro, Obi-Wan. Los únicos que sabían que estábamos rastreando los túneles de agua eran Bant y Tahl, y ambas están por completo libres de sospecha. Bant nunca haría nada que comprometiera la seguridad del Templo.

Herido por la rapidez con que Qui-Gon había salido en defensa de Bant, Obi- Wan replicó:

¿Y qué pasa con Tahl? ¿Confías en ella?

Más que en mí mismo —dijo él.

—Pero hacía años que no la veías —señaló Obi-Wan —. ¿Y si Xánatos hubiera llegado hasta ella de algún modo?

No, Obi-Wan —dijo Qui-Gon cortante—. Te equivocas. Estoy acostumbrado a la traición. Sé exactamente cómo es —miró a Obi-Wan fríamente y se alejó.

Obi-Wan sintió una punzada de dolor. Sabía que Qui-Gon se estaba refiriendo a él.






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