Mundo Star Wars: Aprendiz de Jedi Volumen 9. LA LUCHA POR LA VERDAD -Capítulo 14-

                                                               



Antes del “Episodio I”
Antes de "La guerra de las galaxias" La historia de Obi-Wan Kenobi
***

La paz por encima de la ira El honor por encima del odio
La Fuerza por encima del miedo

***
La mayor parte de la población de Kegan
no quiere tener nada que ver con el resto de la galaxia.
Pero cuando se descubre que allí hay un bebé
que puede albergar un tremendo potencial en la Fuerza, Qui-Gon Jinn, Adi Gallia, y sus aprendices, Obi-Wan y Siri, se ven obligados a visitar el extraño y aislado planeta.

No son bienvenidos.
Nada más llegar Qui-Gon y Adi se encuentran atrapados en una telaraña de engaños,
y Obi-Wan y Siri son capturados y conducidos a una escuela en la que se les dice lo que tienen que pensar, se les prohíbe estar en desacuerdo y el arresto es permanente.

En este planeta,
los Jedi tendrán que luchar por la verdad… aunque nadie quiere enfrentarse a ella.



Capítulo 14

Siri aprovechó el bullicio de salida del comedor para acercarse a Obi-Wan. — Se han llevado a Davi al Círculo de Reaprendizaje — le dijo en voz baja—. Oí a O- Bin diciéndoselo a otro Guía. Tenemos que hacer algo.

—Creí que querías escapar —dijo Obi-Wan. Siri se mordió el labio.

—No hasta que encontremos a Davi.

—Yo pienso lo mismo —asintió Obi-Wan.

—Creo que el Círculo de Reaprendizaje está aquí mismo, en el propio Círculo de Aprendizaje —le dijo Siri.

—Hoy tenemos recreo. Intentaremos explorar —sugirió Obi-Wan —. Pero no causes problemas en clase o tendremos que limpiar.

Siri asintió. Caminaron en filas ordenadas hasta el aula. La mañana pasaba despacio. O-Bin miró a Siri varias veces durante la clase, esperando a que tuviera algo que objetar. Pero Siri permaneció callada y con el rostro sereno. Obi-Wan podía sentir que los alumnos se preguntaban si O-Bin habría ganado la batalla y la había dominado.

Las clases terminaron por fin, y los estudiantes salieron fuera. El recreo consistía en correr por una pista que abarcaba una buena parte del Círculo de Aprendizaje. A lo largo de ésta había varios puestos para realizar ejercicios de equilibrio, coordinación y fuerza. No corrían para competir con los demás, sino con sus propios tiempos anteriores. Todos los estudiantes llevaban un sensor que medía su progreso en cada vuelta. Los sensores estaban conectados a una gran pantalla. El objetivo era completar cinco circuitos. Después tendrían tiempo libre en la zona del Círculo adaptada para las actividades al aire libre.

Había varias clases corriendo al mismo tiempo. Los Guías de Aprendizaje les supervisaban, pero estaban más interesados en tomarse algo al sol o hablar entre ellos, que en controlar a los alumnos.

—Corramos lo más rápido posible —sugirió Obi-Wan—. Cuanto antes acabemos las cinco pruebas, antes podremos disfrutar del tiempo libre.

Obi-Wan y Siri corrían sin dificultad uno junto a otro. Al cabo de unos segundos, se pusieron en cabeza. Llegaron al primer puesto, donde un haz de luz se encontraba suspendido a unos metros sobre el suelo. El rayo se curvaba en zigzag para medir el equilibrio. Sin perder el ritmo, Siri, y después Obi-Wan, saltaron sobre él, cayeron sin vacilar un segundo y corrieron por sus curvas sin detenerse. Siri saltó al final, dio una pirueta y aterrizó. Obi-Wan hizo lo mismo.

El siguiente puesto era un muro de duracero con pequeños asideros en los que apoyar las manos y los pies durante la escalada. Brillaba al sol.

Creo que está barnizado para que sea más resbaladizo —dijo Obi-Wan a Siri mientras corría a su lado—. Igual es un poco difícil de escalar.

 

Ella hizo una mueca.

¿Por qué iba a esforzarme?

Empleando la Fuerza, Siri saltó y aterrizó en lo alto del muro. Después saltó y voló por los aires. De nuevo, Obi-Wan la siguió, aterrizó en lo alto de la pared y saltó al suelo.

Ya estaban bastante alejados. La carrera en la pista era un ejercicio sencillo para ellos. Habían estudiado equilibrio y coordinación en el Templo desde que eran muy pequeños. Completaron la primera vuelta y se grabaron sus puntuaciones. Enseguida adelantaron a otros que seguían en la primera vuelta.

Siri y Obi-Wan corrieron sin parar. Los estudiantes llenaban la pista; los más rápidos en la segunda vuelta, los más lentos todavía en la primera. Era fácil ocultarse entre la multitud.

Cuando completaron la quinta vuelta, corrieron más despacio hasta que llegaron a una parte de la pista que se curvaba en dirección opuesta al lugar donde se encontraban los Guías de Aprendizaje sentados al sol. Entonces se pusieron a pasear.

Vieron cobertizos de mantenimiento, más aulas, los barracones de los trabajadores, cobertizos de suministros y una plataforma de aterrizaje. En ningún sitio vieron nada que pudiera ser el Círculo de Reaprendizaje.

Quizá me equivoqué —dijo Siri, desanimada—. Pero O-Bin dijo claramente que Davi había recogido sus cosas y que V-Tarz le había acompañado hasta allí. No fueron en deslizador.

Hemos recorrido casi todo el recinto —dijo Obi-Wan—. El resto son huertas y campos para la producción de alimentos.

Siri miró hacia el campo.

¿El grano de quinto es valioso en Kegan? —preguntó.

No especialmente —dijo Obi-Wan —. Es el cultivo básico en Kegan. Es la base de esas pastas de verduras que tanto te gustan.

—Y si no es tan valioso, ¿por qué hay diez Guías de Seguridad vigilándolo? — preguntó Siri.

Obi-Wan miró a lo lejos. La aguda vista de Siri había captado a los Guías alineados en un campo.

—Acerquémonos —sugirió él.

Utilizando las espigas para ocultarse, se aproximaron a los Guías. Cuando estuvieron cerca, sacaron los electrobinoculares de sus cinturones.

Los Guías estaban a unos diez pasos los unos de los otros. Parecían aburridos.

Uno de ellos bostezó. Otro dio un pisotón.

—No veo nada fuera de lo normal —dijo Siri.

—Mira el barro que hay junto al tercer guarda, el que ha dado un pisotón —dijo

 

Obi-Wan.

Siri enfocó los electrobinoculares en la nube de polvo que había levantado el pisotón.

Hay algo enterrado ahí —dijo ella—. Veo metal.

—Espera —dijo Obi-Wan.

El suelo se movió y el guardia se hizo a un lado rápidamente. Una puerta se abrió y una rampa que conducía hacia abajo apareció.

Salió una keganita que vestía las túnicas blancas de los médicos. La puerta se cerró tras ella, que se dirigió con prisa hacia el Pabellón Médico.

—Tiene que ser eso —dijo Siri —. Pero ¿cómo vamos a entrar? Tenemos que encontrar el modo de activar la rampa.

—Yo sé cómo entrar —dijo Obi-Wan—. Sólo depende de ti. Y será fácil.

¿De mí? ¿Cómo? —preguntó Siri con cautela. Obi-Wan sonrió.

—Limítate a ser tú misma.

 





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