Fanfic Crossover Las Aventuras de Tintín/Las Aventuras de Jackie Chan: El Imperio Maldito - *Capítulo 15: Inicia Un Dura Pelea Entre Jackie y Jade*

         Resumen del cartoon: Jackie Chan es un arqueólogo , que se ve atrapado en un conflicto entre la agencia del gobierno Sección 13 y un sindicato criminal conocido como la Mano del Mal. Dirigido por Valmont, la Mano del Mal está recogiendo talismanes mágicos para reanimar a un antiguo demonio-dragón conocido como Shendú. Jackie también tiene que mantener la mirada en su sobrina Jade, que ha volado desde Hong Kong. Jackie Chan, Jade, y su tío tienen que hacer todo lo posible para detener al mal, desde obteniendo estos poderosos talismanes hasta embarcarse en muchas misiones, para salvar al mundo del mal.





EL IMPERIO MALDITO

El peligro de la eterna oscuridad se cierne sobre la Tierra. ¿Podrán Jackie y sus nuevos amigos evitarlo? Jade es la llave y su destino será pelear a muerte contra su tío.

Género: drama, acción, fantasía, humor, artes marciales, aventuras
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 23 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan


ÚLTIMA PARTE: LA BATALLA ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

*Capítulo 15: Inicia Un Dura Pelea Entre Jackie y Jade*


—¡Aiiee-yaaaahh! ¡Estamos peldidos! —se quejó Tío, arrodillándose con
las manos en la cabeza al ver que el Imperio de la Oscuridad finalmente
había conquistado la Tierra.

—¡Maldición! —furioso, el capitán Black golpeó la pared con el puño.

—Tintín… —murmuró Haddock, observando con tristeza a su desfallecido
amigo quien aún yacía sobre el altar de piedra, desangrándose.

Tanto Hernández, Fernández, Ten Aptur y "El Toro Fuerte" agacharon la
cabeza igualmente derrotados ante la dura adversidad que los devoraba.
¿Qué podrían hacer ahora? ¡Todo estaba perdido!

El joven príncipe Deimono Caronte no paraba de reírse a carcajadas desde
la cima de la pirámide, burlándose de quienes habían intentado detenerlo
y lleno de gozo tras haber abierto el portal hacia su mundo. ¡Por fin la
Dinastía Oscura volvería a ser dueña y señora del universo!

Dejó de reírse y se volvió hacia Keya, quien se encontraba a su lado
disfrutando de su victoria. Era hora de dar inicio a los festejos para
agasajar a toda su gente que no paraba de dar vítores de alegría por su
señor.

—¿No crees que deberíamos ya comenzar con el espectáculo, mi querida
Keya? —le sonrió con malsana alegría.

—¿Por qué no? Nuestros fieles súbditos merecen presenciar mis grandes
habilidades como guerrera además de ser la llave a su mundo —replicó con
igual sentimiento.

—¡Bien! ¡Muéstrame de lo que eres capaz! ¡Destruye a tu contrincante de
la forma más dolorosa posible! —exclamó lleno de excitación, sentándose
en el trono real que se encontraba allí mismo, luego extendió la mano
con gran solemnidad y agregó—: ¡Ve, mi querida súbdita real y cumple con
mi mandato!

—¡Sí! —se inclinó respetuosamente ante él con el puño derecho sobre el
corazón y una siniestra sonrisa en el rostro.

Y así, la que antes había sido la inocente y traviesa Jade Chan, comenzó
a bajar lentamente por las escaleras con los ojos castaños clavados
fijamente sobre los de su joven tío, quien seguía arrodillado en el
suelo de piedra escoltado por dos guardias.

—Jade… —murmuró con el corazón latiéndole con fuerza al verla tan cambiada.

En cuanto ella llegó a su lado, volvió a sonreír cruelmente.

—Suéltenlo —dijo.

—Pero… —quiso replicar uno de los guardias.

—¡Suéltenlo, he dicho! —exclamó, propinándole al mismo tiempo una
poderosa patada que lo lanzó como una bala en contra de una de las
paredes más lejanas de aquel sector, dejando a todo el mundo boquiabierto.

Temiendo tener la misma suerte que su compañero, el otro guardián
obedeció apresuradamente a su ama y liberó al arqueólogo de sus
grilletes de energía negra.

Jackie se sobó las adoloridas manos y alzó la cabeza hacia la que antes
había sido su sobrina y le sonrió nerviosamente.

—¡Hola, Jade! Gracias por hacer que me liberaran, ya me dolían las
manos… ¿Nos vamos ya?

—¿Irnos? —alzó la ceja muy divertida—. ¿Por qué tendríamos que irnos
cuando aún no ha empezado la fiesta?

—Tú sabes…, a estas horas tendrías que estar en la cama ya —replicó con
animosidad—. Además, eres muy pequeña para este tipo de celebraciones.

Keya comenzó a reírse con ganas, cruzándose de brazos.

—¡Jah, jah, jah! ¡Qué divertido eres! ¿Aún insistes en hacerme creer que
soy esa tal "Jade"?

—¡P-pero tú eres Jade! ¿Es que no lo recuerdas? —desesperado, se puso de
pie, cara a cara con la joven, con las manos en el pecho—. ¡Soy yo,
Jade! ¡Tu tío Jackie! ¡Jackie Chan! ¡Recuérdalo, por favor!

Quiso tomarla de los hombros, pero la muchacha se le adelantó y lo
agarró por el brazo derecho y lo lanzó por sobre su cabeza hacia un
costado de la pirámide: una gran superficie llana cuyas piedras negras
se encontraban manchadas de sangre, en donde Jackie aun permanecía
tirado de espaldas, adolorido.

—¡Ay! Esto va a doler mañana… —bromeó mientras se ponía penosamente de pie.

Sus ojos se fijaron en la hermosa silueta femenina que iba acercándose
lentamente hacia él, con aire de malicioso regodeo, obligándolo a
retroceder un paso.

—¡J-Jade! —apenas pudo decir, esquivando velozmente un golpe de puño
lanzado por la sonriente muchacha—. ¿P-por qué haces esto?

—¡Tonto! ¿Aun insistes en llamarme por ese horrible nombre? —replicó con
una potente patada a la que Jackie tuvo que esquivar con un gran salto
hacia atrás.

Una media sonrisa se dibujó en el rostro de Keya al ver que su bufón
particular se ponía finalmente en guardia.

—Porque ése es tu verdadero nombre —insistió el arqueólogo.

Por toda réplica, la joven nuevamente comenzó a reírse con ganas,
poniendo los brazos en jarra.

—No le veo nada de gracioso —replicó, sintiéndose ofendido.

—¿No? Pues yo sí —alzó su bello rostro hacia el emperador que los estaba
observando detenidamente desde el trono en lo alto de la pirámide—. ¿Doy
inicio al primer entretenimiento, mi señor?

Deimono Caronte asintió con majestuosidad.

—Nuestros súbditos merecen una distracción, mi querida Keya, acaba con
ese pobre tonto.

—¡¿Qué? —Chan retrocedió horrorizado, escuchando cómo la multitud que lo
rodeaba comenzaba a vociferar y a reírse en contra suya, excitadísimos
con la expectativa de verlo destrozado en las manos de la que antes
había sido su amada sobrina.

—¡Jackie! ¿Cómo se atreven a utilizarlo como un entretenimiento? —se
quejó el furioso capitán Black, con las manos crispadas en los barrotes.

—Si es una lucha a muelte, Jackie no selá capaz de hacele daño a Jade
—aseguró el afligido Tío—; ¡pelo si ella sigue actuando bajo el hechizo
de Calonte, es más que segulo que telmine asesinando a su plopio paliente!

—Jade… —murmuró Thoru, sentado en el suelo con las manos juntas y la
espalda arqueada, vencido por la tristeza.

Jackie comenzó a retroceder al tiempo que Keya había comenzado a caminar
hacia él.

—¡No lo escuches, Jade! ¡Él te está manipulando a su antojo!

—Por supuesto, él es mi amo y hago todo lo que me ordena, estúpido.

Chan torció el gesto un tanto molesto. ¿Hasta poseída su sobrina siempre
iba a superarlo en astucia?

—Vamos, anímate, pelea conmigo —lo retó con la mano extendida, al estilo
Bruce Lee.

Jackie tragó saliva.

—¡P-pero, Jade! ¡Y-yo no quiero pelear contra ti! —exclamó, alzando las
palmas de las manos.

—Pero yo si, y quiero una lucha a muerte… —sonrió siniestramente—.
Quiero acabar con tu vida para ofrecer tu cuerpo como sacrificio para
los dioses de la oscuridad.

—¿Eh? —Jackie Chan puso los ojos como platos, sorprendido. Pero se vio
obligado a espabilarse rápidamente y esquivar 3 patadas giratorias
seguidas que Keya le lanzó directo a la cabeza.

—¡Te felicito! Eres muy veloz, ¡pero no tanto como yo! —exclamó,
barriéndolo con el pie para atraparlo inmediatamente desde atrás,
aprisionándole el cuello con una llave de brazo para comenzar a
ahorcarlo lentamente.

Desesperado, el arqueólogo la tomó del antebrazo en un vano intento de
quitárselo de encima. Ni soñando se le cruzó por la cabeza hacerle daño
a su sobrina para obligarla a soltarlo.

La chica sonrió, pero estaba muy molesta por la testaruda actitud de su
contrincante de negarse a pelear en serio contra ella. Tenía que
demostrarle que aquello no era ningún juego…dislocándole un brazo.

—¡AAARRRGGGH! —gritó Jackie en cuanto sintió el terrible dolor físico
que le provocó su sobrina.

Complacida por aquel alarido de sufrimiento, ella lo soltó para que
cayera de rodillas al suelo.

—¿Y bien? ¿Te parece que hablo en serio, esclavo? —se burló, muy
entretenida—. Acabaré contigo, sí, pero antes me divertiré contigo
haciéndote sufrir como nunca antes has sufrido… ¡Jah, jah, jah!

Jackie apretó los dientes, impotente ante la evidente maldad que anidaba
en su querida sobrina. Él no era capaz de hacerle siquiera un pequeño
rasguño, no, ni siquiera si su vida dependiera de ello, él nunca la
lastimaría mortalmente… Prefería morir en sus manos que hacerlo.

—Mal día, mal día… —pronunció una de sus sentencias favoritas mientras
se ponía penosamente de pie, sosteniéndose el brazo herido—... La suerte
no me acompaña.



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