Fanfic Crossover Las Aventuras de Tintín/Las Aventuras de Jackie Chan: El Imperio Maldito - *Capítulo 21: La Intrépida Jade y el Inteligente Tintín*

            Resumen del cartoon: Jackie Chan es un arqueólogo , que se ve atrapado en un conflicto entre la agencia del gobierno Sección 13 y un sindicato criminal conocido como la Mano del Mal. Dirigido por Valmont, la Mano del Mal está recogiendo talismanes mágicos para reanimar a un antiguo demonio-dragón conocido como Shendú. Jackie también tiene que mantener la mirada en su sobrina Jade, que ha volado desde Hong Kong. Jackie Chan, Jade, y su tío tienen que hacer todo lo posible para detener al mal, desde obteniendo estos poderosos talismanes hasta embarcarse en muchas misiones, para salvar al mundo del mal.





EL IMPERIO MALDITO

El peligro de la eterna oscuridad se cierne sobre la Tierra. ¿Podrán Jackie y sus nuevos amigos evitarlo? Jade es la llave y su destino será pelear a muerte contra su tío.

Género: drama, acción, fantasía, humor, artes marciales, aventuras
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 23 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan


ÚLTIMA PARTE: LA BATALLA ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

*Capítulo 21: La Intrépida Jade y el Inteligente Tintín*


—¡¿Qué? —exclamó asombrado el Príncipe Deimono Caronte, dando un paso
hacia atrás—. ¡¿Pero cómo…?

—¡Jade! ¡No uses esas palabras! —la amonestó su tío al darse cuenta por
fin de las palabras empleadas por su sobrina.

—¡Duh, tío! ¿Te parece que éste es el momento de preocuparse por algo
así? —se volvió hacia él con los brazos cruzados y el rostro fruncido.

—¡Uh! Disculpa, lo siento; je, je, je… —se llevó la mano a la nuca,
avergonzado.

—¡Maldita sea! ¿Es que me están tomando a la chacota? ¡Ahora verán de lo
que es capaz de hacer Deimono Caronte, el Emperador del Imperio Oscuro!
¡DESTRUIRÉ TODA LUZ DE VIDA SOBRE ESTE MALDITO MUNDO! —declaró,
enfureciéndose más y más hasta que el blanco de sus ojos se volvió
completamente negro, las uñas de sus manos crecieron al igual que la
anchura de su boca, sus colmillos y sus orejas, volviéndose temiblemente
monstruoso; también su aura de chi maligno comenzó a crecer aún más
alrededor de su cuerpo, convirtiéndose en una energía tan intensa y
maligna, que comenzaron a aparecer centellas rojas a su alrededor,
desintegrando sin contemplaciones a todo ser vivo o cosa que estuviera
cerca de él.

Y para acrecentar aún más el horror de nuestros protagonistas, el portal
que conectaba a la Tierra con el mundo del Imperio Maldito, había
comenzado a agrandarse y succionar todo a su alrededor.

—¡Jade! ¡Debemos detenerlo antes de que sea demasiado tarde! —advirtió
Jackie.

—¡Bien! ¡Mandémoslo a casa y cerrémosle el portal en sus propias
narices! —exclamó con su habitual impetuosidad, preparándose con una
pose especial para atacar al enemigo con su técnica más poderosa.

El Tío vio la oportunidad de intervenir y comenzó a invocar un conjuro
chi con la ayuda del lagarto seco que había mantenido escondido entre
sus ropas, preparado especialmente por los monjes del templo para alejar
a la oscuridad de la luz. Los guardias oscuros quisieron detenerlo, pero
el capitán Black, el Toro Fuerte y Ten Aptur se encargaron de ellos con
sus respectivos estilos de combate.

—¡! —aún así, Deimono Caronte llevó las palmas de sus manos por sobre
encima de su cabeza, formando rápidamente una enorme bola de energía
negra envuelta con rayos rojos, lanzándola finalmente en contra de
Jackie Chan y su sobrina.

—¡! —Jade Chan, utilizando el poder que el príncipe le había otorgado
con el cuerpo de Keya, también juntó toda la energía chi oscura que
poseía utilizando toda la fuerza de voluntad de su alma, convirtiéndola
en una pequeña bola de energía negra en sus manos, muy parecida a la de
su enemigo, a la que lanzó como un enorme rayo de energía a través de
las palmas de sus manos mientras hacía acrecentar aún más el aura negra
que envolvía su cuerpo de mujer joven, impactando potentemente contra el
poder enemigo, logrando frenar su curso.

Jackie, por su parte, utilizó los poderes de los Talismanes del Dragón y
del Cerdo, disparándolos también contra el poder el Príncipe Oscuro. Tío
también intervino y dirigió la energía chi benigna hacia el aura maligna
de Caronte, tratando de disminuir su poder.

Ninguna de las dos partes quería perder, así línea de choque entre los
poderes que se había formado entre ambos lados, apenas oscilaba de un
lado a otro. Pero el Príncipe Oscuro era muy poderoso y tanto Jade como
Tío no iban a poder soportar tanto tiempo hacer semejante esfuerzo, y
eso comenzó a notarse rápidamente cuando el anciano chino cayó de
rodillas al suelo y su sobrina comenzó a trastabillar, presionando los
dientes con fuerza, provocando que el poder de Deimono Caronte comenzara
a ganar camino.

—¡T-tú no me vencerás! —declaró Jade, rehaciendo nuevamente su voluntad
y su poder pero arriesgándose a dañar profundamente su alma con la lucha
entre la luz y la oscuridad que se libraba en su interior.

—¡Rayos y centellas! ¡Ese mequetrefe alquitranado es invencible! —se
quejó el capitán Haddock, soportando la poderosa aspiración del Portal
Oscuro mientras sostenía fuertemente a su joven amigo entre sus brazos—.
¡Viviremos en una noche eterna si esto sigue así y ni siquiera podremos
ver el pelaje blanco de Milóu!

—¡L-los talismanes! —exclamó Tintín con voz débil pero excitada,
incorporándose con gran esfuerzo mientras apretaba contra su pecho al
mencionado animal—. ¡Debemos utilizar el poder de los talismanes, sólo
así tendremos una chance de vencer!

—¿Pero qué dices, especie de loro parlante? ¡Ése tipo es invencible!

Haciendo caso omiso a las quejas de su amigo, Tintín se incorporó como
pudo, se llevó ambas manos a la boca formando una especie de bocina y
gritó con todas las fuerzas que le quedaban:

—¡UTILIZA LOS TALISMANES QUE TIENES EN CONTRA DE ÉL, JADE! ¡LÁNZALO
HACIA EL PORTAAAL!

—¿Eh? —exclamaron la aludida y su tío por toda respuesta.

—¿Qué dijo? —se sorprendió Deimono Caronte, desconcentrándose un momento
de la pelea, momento que Jade aprovechó al dedillo.

—¡Tíralo hacia el portal, tío Jackie!

—¿Qué? ¿Y cómo hago eso?

—¡Pues a tu manera, tío! ¡D-date prisa…! —sus fuerzas se apagaban por
momentos, desafortunadamente, no podía seguir resistiendo por más tiempo
la doble batalla que estaba librando.

Jackie frunció el entrecejo al comprender la situación de su sobrina por
el desesperado tono de su voz. Debía apresurarse si quería salvarle la
vida y también el futuro de la Tierra y de los suyos.

—¡Allá voy y que la suerte me acompañe! —declaró al mismo tiempo que
dejaba de atacar con los talismanes y saltaba haciendo varias volteretas
en el aire hasta alcanzar al joven Emperador con una buena patada en el
rostro, haciéndolo trastabillar y obligándolo a interrumpir su ataque
contra Jade, quien cayó hincada al suelo, exhausta pero muy agradecida a
su tío por haberle otorgado ese pequeño momento de descanso.

—… ¡L-lo entendieron…! ¡Q-que bien…! —musitó el debilitado reportero
recostado en los brazos de su amigo.

—Vas a matarte un día de estos, amigo mío —le dijo el capitán, mirándolo
con cariñoso orgullo.

Como en el primer ataque que había salvado la vida de Tintín, Jackie
había utilizado el poder de la fuerza del Talismán del Buey para lograr
ponerse a la altura de Deimono Caronte.

—¿Cómo te atreves, mortal? ¡Te arrepentirás de esto! —espetó furioso,
incorporándose con todo su orgullo herido.

—¡Ah, ah! —negó con el dedo y una sonrisa en el rostro—. Tú te
arrepentirás por haber engañado a mi sobrina…
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!

Y utilizando nuevamente el poder del Talismán del Buey, acompañado esta
vez por la velocidad del Talismán de la Liebre, Jackie Chan se enfrentó
una vez más contra su enemigo, atacándolo con una seguidilla de ágiles y
rápidos movimientos de kung fu a los que el atónito Deimono Caronte
apenas podía bloquear y, por consecuencia, recibiendo algunos de ellos.

—¡¿P-ero qué demonios…? —el príncipe estaba más que sorprendido, no
podía comprender de dónde aquel absurdo sujeto había sacado tanta fuerza
de repente, y no sólo de los talismanes, sino que había algo más que lo
impulsaba a pelear con una enorme y renovada fuerza de voluntad.

Luego de haber descansado unos momentos, Jade se irguió con renovado
espíritu y, utilizando el poder de los talismanes y su propia voluntad,
extendió los brazos y dirigió las palmas de sus manos hacia el portal.
En la mano derecha aún conservaba los tres talismanes que su tío le
había entregado y que Tintín le había sugerido que utilizara para poder
derrotar al enemigo.

Con el corazón a punto de explotarle por el gigantesco esfuerzo que
estaba haciendo para controlarse a sí misma, gritó:

—¡HAZLO YA, TÍOOOOOO!

—¡Sí!

—¡Jamás! —Deimono quiso detener la poderosa patada que Jackie dirigió
hacia él, pero la energía chi del bien de la lagartija mágica de Tío, lo
detuvo el instante suficiente como para que recibiera de lleno el
ataque, viéndose lanzado como un bólido hacia el Portal de la Oscuridad
que se encontraba sobre la pirámide, pasando rasante al lado de Tintín y
el atónito Haddock.

Apenas el cuerpo del joven Emperador tocó el portal, Jade le lanzó
encima los tres talismanes con todas sus fuerzas para luego disparar su
más grande y poderoso rayo de energía chi, utilizando hasta su propio
espíritu para lograrlo.

—¡! ¡NO LO PERMITIRÉEEEEEEEEE! ¡NO ME DERROTARÁN TAN
FÁCILMENTEEEEEEEEEE! —declaró el Emperador Oscuro al tiempo que
intentaba inútilmente de apartarse de la trayectoria del ataque y al
mismo tiempo evitar ingresar a través del portal con los tres talismanes
incrustados en su pecho. Algo le decía que debía evitar a toda costa el
contacto de esas piedras con la Puerta Oscura.

Con Tintín alzado en brazos del capitán Archivald Haddock, él y Milóu
bajaron lo más rápido que pudieron de la pirámide antes de que algo
desastroso sucediera, uniéndose finalmente con sus compañeros quienes
junto a los pobladores de la Ciudad Oscura y sus sacerdotes miraban
atónitos hacia la cúspide, observando detenidamente todo lo que allí
ocurría.

—¡YA BASTAAAAAA! —gritó el príncipe, revolviéndose suspendido en el aire
en un esfuerzo supremo de liberarse del ataque de su enemiga. Casi lo
logró, pero Jade intensificó aun más su poder, logrando detenerlo por
completo y empujarlo un poco más hacia el portal.

—¡NO PERMITIRÉ QUE ARRUINES MI MUNDO NI QUE ME PONGAS DE NUEVO EN CONTRA
DE MI TÍO JACKIEEEEEEEE! —gritó la jovencita, intensificando más y más
su ataque—. ¡DESAPARECEEEEEE!

—¡NO! ¡NNNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO…! —Deimono fue empujado unos
centímetros más, tocando finalmente el espacio oscuro del portal,
entonces los tres talismanes del Tigre, el Caballo y la Oveja brillaron
con todo su poder, envolviendo con su poderoso chi tanto al emperador
como al Portal Oscuro, haciéndolos desaparecer con una sorprendente
implosión.

Victoriosa, Jade suspiró y cayó sentada al suelo, mortalmente exhausta
mientras que los tres talismanes caían revotando sobre el altar del
sacrificio en donde Tintín había estado antes.

—¡Jade! —Jackie quiso correr hacia ella, pero, de pronto, un fuerte
viento comenzó a soplar, succionando todo a su alrededor hacia un
pequeño agujero que se había abierto en el lugar en donde había estado
el Portal Oscuro. La pirámide fue la primera en desaparecer
destruyéndose ladrillo por ladrillo, siguiendo entonces el edificio real
y la ciudad, arrastrando todo a su paso, incluyendo a sus desesperados
pobladores.

—¡Tenemos que marcharnos de aquí! —aconsejó el alarmado monje Ten
Aptur—. ¡La Dimensión Oscura está reclamando todo lo que le pertenece
antes de auto destruirse!

—¡Buscaré a Víper! —declaró El Toro Fuerte, corriendo hacia el edificio
en donde ella había sido llevada en contra de su voluntad para formar
parte del harén del Emperador Oscuro.

—¡Y yo iré por Jade! —Jackie se dispuso a correr hacia donde ella se
encontraba, pero, desafortunadamente, parte del piso cedió adelante suyo
y dejó en su lugar un enorme abismo, impidiendo así su rescate.

¡Mal día! —exclamó, buscando desesperado en los bolcillos de su pantalón
el talismán del Gallo para que lo ayudara a levitar hacia el otro lado
y, cuando al fin lo encontró, torpemente se le escapó de la mano,
cayendo hacia el interior del oscuro precipicio.

¡Nooooooooooooooo! —desesperado, el arqueólogo se lanzó pecho a tierra
en un vano intento de atrapar la piedra, pero resultaba más que obvio
que la había perdido para siempre y, con ella, la posibilidad de
rescatar a su sobrina de una muerte segura.

¡Maldita sea, Jadeeeeeee! —se puso de pie, muy alterado pero dispuesto a
saltar hacia el otro lado aún si eso significara su propia muerte.

—¡No, Jackie! —Tío lo agarró por el hombro, deteniendo su irracional
intento—. ¡Es inútil!

—¿Inútil? ¡Pero, Tío! ¡Es Jade! —replicó entre angustiado y molesto.

Por toda respuesta, el viejo chino dirigió su tristísima mirada hacia el
lugar en donde se encontraba su valiente sobrina y dijo:

—Ya es demasiado talde pala mi quelida soblina…

—¿Qué? Pero… —temeroso, se volvió, poniéndose tan pálido como una hoja
de papel al descubrir a Jade tirada en el suelo cuan larga era en su
nuevo cuerpo—. ¡JADE!

—… El noble esfuelzo que ella hizo pala dominal al sel maligno que el
plíncipe Deimno Calonte había cleado a paltil de su lado osculo, acabó
pol… matala… —, enmudeció, no pudo seguir hablando porque se le había
hecho un nudo en la garganta, consumido por el dolor.

—¿Qué dices, Tío? Jade no puede morir, es imposible —giró sobre sus pies
hacia el otro lado del precipicio, negándose en aceptar la verdad—. No
puedo dejarla sola, sus padres la dejaron a nuestro cuidado y tú me la
dejaste a mí, es mi deber protegerla…, No puedo dejarla sola…

—Poble, poble soblino mío… Ya no puedes hacel nada pol ella… —se le
llenaron los ojos de lágrimas.

—¡Jackie! ¿Qué estás haciendo? ¡Debemos irnos de aquí antes de que sea
demasiado tarde! —le advirtió el capitán Black con la larga gabardina
negra ondeando violentamente con la ráfaga de viento.

—¡Iré por Jade!

—¡Pero amigo mío, Tío dijo que Jade está….! —no pudo terminar la frase,
decir /esa/ palabra era sencillamente terrible.

—¡No! ¡No lo está! ¡Iré por ella! —replicó, testarudo.

—¡Pero, Jackie! —lo agarró por el brazo, debiendo soltarlo de inmediato
cuando Jackie Chan reaccionó violentamente con una patada giratoria para
que lo soltara.

—¡Vine aquí por ti, Augusto, pero no me iré de aquí sin Jade! ¿Entiendes?

—¡Jackie…! —exclamó sorprendido.

Justo en el momento en que El Toro Fuerte se unía al grupo junto a la
recién rescatada Víper, apareció un moderno helicóptero de la Sección 13
volando sobre sus cabezas y aterrorizando a los pobladores de la Ciudad
Oscura.

—¡Rayos y centellas! ¡Esto es imposible! ¡Esa momia china recalcitrante
dijo que ninguna de estas cosas modernas podía subir hasta aquí! —se
quejó Haddock.

—Creo que cuando los tres talismanes lograron destruir la energía chi
del Portal Oscuro, la magia maligna que protegía esta ciudad también fue
eliminada, por lo que ahora cualquier aparato construido por el hombre
puede llegar hasta aquí —trató de explicar el monje Ten Aptur.

El viento comenzó a arreciar con una fuerza tremenda, llevándose todo a
su alrededor, incluyendo construcciones y por supuesto, personas. El
helicóptero apenas podía mantenerse a salvo en el aire, bamboleándose
violentamente.

—¡Señor! ¡Apresúrense! ¡No podremos resistir por más tiempo! —le avisó
uno de los agentes asomándose por la puerta del aparato. Como lo habían
planeado con el Equipo J, habían ido a su rescate después del tiempo
acordado.

—¡Mira, Jackie! ¡Mis hombres ya están aquí! ¡Debemos marcharnos con
ellos antes de que todo este lugar desaparezca! —advirtió el capitán
Black a su amigo, quien aún insistía en pasar hacia el otro lado del abismo.

—¡No! ¡No me iré sin Jade!

—¡Jackie! ¡Sé cómo te sientes, pero ya no podemos hacer nada por ella!
—exclamó la compungida ladrona con su hermoso rostro bañado por las
lágrimas, pues ella también le había tenido un cariño muy especial a la
valiente niña.

—¡Dije que no me iré sin ella! —declaró, dispuesto a saltar el
precipicio, pero un fuerte golpe de puño propinado sobre su cabeza, lo
dejó sin sentido sobre el suelo.

—Perdón, Jackie… —murmuró El Toro Fuerte, embargado por la tristeza y la
culpa.

Y así, con Jackie Chan echado sobre los fuertes hombros del luchador
enmascarado, todo el grupo subió al helicóptero y, antes de huir de
allí, lanzaron una última mirada de despedida sobre el cuerpo de la
joven Jade, lamentando profundamente en sus corazones la pérdida de su
querida y valiente amiga, quien había dado su vida por salvar al mundo
entero.

Mientras el negro helicóptero escapaba del abrazo de la muerte y volaba
hacia el sol poniente, la Ciudad Oscura desapareció para siempre junto a
los restos del Portal Oscuro, llevándose con ellos a sus pobladores y a
los Moradores de las Tinieblas, dejando en su lugar un profundo y oscuro
abismo.



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