Fanfic Crossover Las Aventuras de Tintín/Las Aventuras de Jackie Chan: El Imperio Maldito -Capítulo 10: El Equipo J al Rescate-

      Resumen del cartoon: Tintín, eterno adolescente sin familia conocida, es reportero que en realidad actúa más como aventurero o detective. Viaja por todo el mundo acompañado de su inseparable perro Milú con el propósito de enfrentarse a las fuerzas del mal para proteger a los débiles y a los oprimidos y saciar su inagotable sed de aventuras. A su lado cuenta con el irascible Capitán Haddock, los inefables Hernández y Fernández, el despistado Profesor Tornasol o la celebérrima Bianca Castafiore.




EL IMPERIO MALDITO

El peligro de la eterna oscuridad se cierne sobre la Tierra. ¿Podrán Jackie y sus nuevos amigos evitarlo? Jade es la llave y su destino será pelear a muerte contra su tío.

Género: drama, acción, fantasía, humor, artes marciales, aventuras
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 23 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan



*Capítulo 10: El Equipo J al Rescate*


Luego de que los otros despertaran de su forzado desmayo y se enteraran de todo lo sucedido por boca del capitán Haddock, sintieron que la desesperación y la tristeza comenzaba a embargarlos. ¿Cómo podía ser que aquel niño tan serio resultara ser el mismísimo gobernante de la "Ciudad de las Sombras"¿Cómo era posible que se llevara a Tintín y aparentemente asesinara a Jade¡Aquello no podía estar ocurriendo!

–… Mal día… Mal día… –murmuró tristemente el joven Jackie Chan mientras se llevaba ambas manos a la cabeza.

-¡Poble, poble Jade! –exclamó angustiado el Tío mientras se sentaba sobre una roca, acabado-. Ella ela la "Llave" que tanto buscaban nuestlos enemigos¡y nosotlos no lo supimos a tiempo!

-Y ahora ella está… -comenzó a decir el entristecido Tohru, pero Jackie no lo dejó terminar. No. Él no quería escuchar siquiera aquella palabra.

-¡No¡No te atrevas a decirlo! –prorrumpió–. El tipo que se la llevó dijo que podíamos ir a rescatarla a ella y a los demás… ¡Eso significa que aún sigue con vida!

-¿De veras dijo eso…? –preguntó un deprimido capitán Haddock, quien se encontraba sentado al lado del viejo chino.

–Pues sí, eso fue lo que me dijo…

Jackie Chan calló unos momentos, deseando en su interior que su querida sobrina aún estuviera con vida.

-Eso significa que nos estarán esperando… –apuntó Ten Aptur, quien estaba dispuesto a ayudarlos en lo que estuviera a su alcance. Él, con su tranquilidad y fuerte espiritualidad, resultaba ser el más animoso del grupo.

Por unos momentos que parecieron eternos, todos permanecieron sumidos en un total silencio, pensando en lo que eso significaba, pero había que arriesgarse, así como lo hacían Jade y Tintín sin pensar en los resultados. ¡Debían actuar de inmediato!

-¡¡Rayos y centellas!! –exclamó de repente el capitán sobresaltando a todos mientras se ponía de pie con absoluta decisión-. ¡¿Qué demonios estamos haciendo aquí perdiendo el tiempo¡Tenemos que ir a rescatarlos rápidamente ¡Vámonos ya!

-Pero… -comenzó a decir algo dubitativo el joven arqueólogo, pero el capitán Haddock, dando un bufido de fastidio, caminó resueltamente hacia él y lo tomó por la camiseta azul para obligarlo a acercar su rostro al de él.

-¿Qué quieres decir con "pero", rata cobarde¿Acaso dejarás las cosas como están¡Si ellos aún están con vida es nuestra obligación ir a rescatarlos, rayos y centellas!

-Tranquilo, tranquilo… -replicó Jackie mientras alzaba las manos y le sonreía nerviosamente-. Yo no dije que no iría a rescatar a Jade, pero me resulta muy imprudente ir sin antes habernos preparado debidamente y haber trazado un plan…

-¡¿Me estás acusando de imbécil, ojos rasgados¡¿Especie de arroz frito?!

-¡No, no¡No me entiende, capitán!

-¡¡Aiiee-yaaaahh¡¡Ya basta ustedes dos!! –los reprendió el tío con un buen coscorrón en la cabeza a cada uno logrando que dejaran de discutir mientras se friccionaban sus adoloridas cabezas y lo miraban consternados–. ¿¡Cómo pueden estal peldiendo el tiempo cuando falta poco pala que seamos invadidos¡El tío está muy decepcionado de ti, Jackie¡Eles un tonto! –Hizo una pausa y agregó–¡Y algo más ¡Piensa en tu soblina!

Y le dio otro golpe.

–Uuuyyy… Eso es lo que hago, tío… –se quejó mientras se refregaba nuevamente la cabeza.

–¿Y se puede saber qué has tramado, especie de terrier? –inquirió impaciente el ex capitán de barco al arqueólogo.

Antes de contestarle, Chan dirigió su vista hacia el ocaso y dijo:

–Primero necesitamos la ayuda de gente especializada…

Hacía ya varias horas que todos habían regresado al Templo luego de su terrible desventura, relatando todo lo sucedido al Gran Lama, quien, con un semblante completamente tranquilo e imperturbable, les dijo que todo se solucionaría si ellos ponían todo de sí para lograrlo.

Como todos se encontraban terriblemente cansados y muy angustiados mentalmente, el Gran Maestro los mandó a sus habitaciones para que pudieran descansar hasta el otro día, aduciendo que se sentirían mucho mejor al encontrarse descansados y con la cabeza despejada para poder pensar en un buen plan para rescatar a los prisioneros y evitar que el "Imperio Maldito" gobernara la Tierra.

Si no fuera por unas hierbas soporíferas especiales de los monjes, ninguno de nuestros protagonistas habría podido cerrar un solo ojo durante toda aquella noche.

Al otro día, y después de un sencillo pero nutritivo desayuno de arroz hervido, Jackie Chan y los demás se reunieron con el Gran Lama y otros sabios monjes para tratar con más cuidado el plan de rescate.

–¿Cuánto falta para que se abra de la puerta dimensional? –quiso saber Jackie.

El viejo monje se tomó su tiempo para contestarle.

–Según nuestros cálculos, se abrirá mañana al medio día.

–¡¿Mañana al mediodía?! –Repitieron todos muy asombrados.

–¡Pero usted nos dijo antes que se abriría en varios días! –se quejó el capitán Haddock.

–¡Aiiee-yaaaaah¡Ignolante! –el tío lo golpeó en la cabeza con su mano–. ¡Ahola ellos tienen a Jade y a Tintín¡Las fuelzas del mal se hicielon más podelosas¡Su Chi maligno se ha aclecentado!

–¿Tanto como para manipular los planetas, sensei? –inquirió Tohru asombrado.

–Son planetas oscuros –explicó Ten Aptur–, están bajo la influencia del Chi maligno del Emperador de la Oscuridad.

–Entonces tenemos poco tiempo… -comentó Jackie mientras miraba ansioso hacia afuera a través de una de las rústicas ventanas de aquel antiguo cuarto –… Espero que ellos lleguen a tiempo…

–¿A quiénes demonios te refieres¡Espero que sea el ejército, los legionarios o la policía! –exclamó un histérico capitán Haddock.

Tohru se quedó pensando unos momentos, hasta que por fin se dio cuenta de a quiénes se refería su amigo. La llamada que Jackie había hecho por su celular cuando venían de regreso había sido solamente para llamar al…

De pronto, un estruendo se escuchó por todo el lugar y una enorme y poderosa ráfaga de viento recorrió todo el lugar llamando la atención de todos y desviando los pensamientos del aprendiz del tío.

–¡Rayos y centellas¡¿Qué demonios está pasando?!

–Parece que va a cambiar el tiempo –fue la desacertada opinión del profesor Tornasol, quien había permanecido en completo silencio jugando con su péndulo mientras todos los demás había estado conversado, por lo que el capitán Haddock sintió deseos de desollarlo vivo.

Curiosos, todos se acercaron a las viejas ventanas y vieron con asombro cómo un enorme y moderno Jet negro aterrizaba sobre la planicie de roca lisa que había a un costado del templo (que siempre les había servido a los monjes como una especie de pista para correr y hacer sus ejercicios matinales) levantando tal polvareda que todo mundo se vio obligado a retirarse de las ventanas mientras tosían y se refregaban los ojos llenos de tierra.

–¡Que un mal rayo para al imbécil que maneja ese montón de chatarra! –se quejó el capitán.

Luego de unos momentos, el alboroto cesó y todos regresaron a las ventanas para ver quiénes eran los recién llegados.

–¡Lo sabía! –exclamó Tohru al ver a tres personas muy conocidas para él que bajaban de aquella enorme nave moderna junto a un grupo de oficiales vestidos de negro de la Sección 13– ¡Son ellos!

–¿Ellos¿Quiénes demonios son ellos? –quiso saber Haddock, a lo que Jackie Chan le respondió con una sonrisa antes de bajar por las escaleras para recibir a los recién llegados:

–Ellos son parte del "Equipo J" y nos van a ayudar a rescatar a Jade y a los demás, capitán.

–¿"Equipo J"? –repitió perplejo para luego seguir al arqueólogo hasta afuera, en dónde se encontraron con una mujer de color, un enorme hombre enmascarado y un niño latino, quienes tenían una expresión entre seria y afligida en sus rostros.

¿Cuál era el origen de aquel grupo tan dispar? Pues la ocurrente Jade era quien había creado al "Equipo J" cuando el capitán Black le había encomendado a su tío Jackie que se encargara de investigar a un taiwanés traficante de Jade (la piedra), llamado Chang hacía ya un tiempo atrás. Un poco renuente a aquella descabellada idea a pesar de la aceptación de todos los demás, Jackie Chan se resignó a los deseos de la niña, desde entonces, el "Equipo J" había resuelto varias misiones con sumo éxito.

Además de Jackie y Jade, los otros integrantes del equipo eran:

"El Toro Fuerte" (a menudo llamado "EL Toro") era un luchador enmascarado mexicano, que siempre se enorgullecía de que nunca se quitaba su máscara (bastante irónico, ya que la había perdido o quitado, por alguna u otra razón, en varias de las aventuras que había tenido junto a Jackie Chan). Anteriormente, él había llevado sobre su máscara el "Talismán del Buey" que le daba una fuerza extraordinaria. Pero luego, él se había quitado el talismán para demostrar que sus habilidades y su fuerza eran verdaderas. Sorprendentemente, este orgulloso y fortachón luchador, les tenía un miedo terrible a ratas.

Paco, de la misma edad de Jade, era el admirador #1 del "Toro Fuerte", creía que el "EL Toro" era el mejor luchador de todos. Aunque su creencia se había puesto a prueba varias veces, él le seguía siendo leal. Así que "EL Toro" le había dado su propia máscara como recompensa de su lealtad. Paco y Jade siempre estaban discutiendo entre ellos sobre cuál de sus dos tutores ("El Toro" y Jackie) era el mejor luchador. Paco a menudo llamaba a Jade, "Yade", debido a su acento mexicano, por lo que siempre la niña terminaba muy disgustada.

Viper, joven, inteligente, elegante, ágil luchadora de Jujutsu, había sido hasta hacía poco una exitosa ladrona hasta que accidentalmente había robado el "Talismán de la Serpiente" en vez de un diamante llamado "Puma Rosado". Tras conocer a Jade, a Jackie Chan y a la perversa organización del mal llamada "La Mano Oscura", ella decidió cambiar su modo de vida y abandonó el mundo del crimen para dedicarse como agente de seguridad. Aunque ella seguía siendo objeto de duda por parte de Jackie en cuanto a sus verdaderas intenciones, sus compañeros la valoraban mucho en tiempos de necesidad. Viper compartía una relación muy cercana con Jade, como si fuera su hermana mayor. Además, la niña siempre aprovechaba cualquier excusa para que su tío Jackie y Viper se enredaran sentimentalmente.

–A tí no te llamé, Viper –se quejó Jackie en cuanto tuvo a la hermosa mujer cerca de él.

–Si llamas al "Equipo J", también me llamas a mí –le respondió tranquilamente mientras echaba su abundante cabellera oscura hacia atrás para luego replicarle con una bella sonrisa conciliadora y algo sarcástica:

–A mí también me da gusto verte, Jackie.

–¿Y Yade? –preguntó enseguida el desgarbado niño de cabellos morenos en cuanto estuvo al lado del joven chino y miraba hacia todos lados, buscándola–. ¿Es cierto que se la llevaron?

–Sí, Paco, es verdad… –asintió muy apesadumbrado colocándole una mano sobre su pequeño hombro.

–¿Y qué estamos esperando entonces¡"El Toro Fuerte" está listo para rescatar a la niña! –exclamó decidido el enorme luchador de lucha libre mexicana mientras hacía gala de sus musculosos brazos frente a los presentes.

–Antes de eso tengo que presentarles a unos nuevos amigos y explicarles todo lo que ha ocurrido, pues a ellos también le secuestraron a unos amigos –les propuso y enseguida les presentó al capitán Archivald Haddock, al profesor Silvestre Tornasol, al Gran Lama, Ten Aptur y a los demás monjes, incluyendo también a la mascota del secuestrado Tintín: Milou. Luego, les contó todo lo que tenían que saber al respecto de "Los Moradores de las Tinieblas", "El Imperio Maldito", la "Ciudad de las Sombras", de Seikah y su engaño, su verdadera identidad y sus malvadas intenciones utilizando para eso a Jade y a Tintín.

Después de esta extensa explicación, todos se quedaron en silencio por algunos momentos hasta que, sin saber si creer o no semejante historia inverosímil, Viper colocó su mano sobre el hombro del preocupado Jackie Chan, quien permanecía sentado en una silla un tanto abatido.

–No te preocupes más, Jackie. Sé que lograremos rescatar a Jade sana y salva.

El arqueólogo la miró y vio en ella una sincera expresión de amistad y, a pesar de que no podía confiar plenamente en ella, le sonrió también.

–Gracias, Viper. Sé que no defraudarás a Jade… Ella siempre confió en ti.

–¿Y tú¿Confías en mí?

Se quedó callado por unos instantes, pero su respuesta fue como siempre: con cierto recelo, pero con un dejo de esperanza.

–Eso lo veremos…

La joven mujer sonrió sin darle importancia a aquel comentario, pues sabía que tarde o temprano, Jackie sedería.

–¡Ya basta de cháchara y tracemos un plan de una buena vez, señores¡Hay gente desesperada qué rescatar! –pidió un impacientado capitán Haddock–. ¿Qué cosa sigue en tu plan?

–¿M-mi plan? –repitió el joven arqueólogo poniendo cara de tonto–

. Bueno, este… yo… pues… Lo único que se me ocurrió fue llamar al "Equipo J". –Y se rió como un bobo mientras comenzaba a rascarse la cabeza nerviosamente y poniéndose muy colorado.

–¡Grrrrg¡Mequetrefe¡Especie de excava tumbas¡Cabeza hueca¡Más te vale que se te ocurra un plan antes de que te de un buen merecido! –exclamó muy enojado mientras lo tomaba amenazadoramente por el cuello de la camiseta.

–¡Un momento, pequeñin! –exclamó enseguida "El Toro Fuerte" bastante furioso–. ¡Quítale las manos de encima a mi amigo si no quieres salir disparado por la ventana!

–¿Me dices "pequeñín" especie de mastodonte¡Vamos a ver cuál de los dos sale volando por la ventana! –replicó enfadado mientras soltaba al agredido. Haddock se sentía lo suficientemente valiente como para enfrentarlo gracias a que se había tomado una buena cantidad de vino añejo que tenían los monjes en sus bodegas, sino, lo hubiera pensado dos veces antes aceptar su desafío.

Jackie y Viper trataron de detenerlos, pero "El Toro" estaba tan furioso y el capitán estaba tan borracho, que no les hicieron ningún caso y comenzó entre ellos una rabiosa batalla de miradas asesinas.

–¿Qué te pasa¿Me tienes miedo¡Troglodita¡Espantapájaros!

–¡"El Toro Fuerte" no le tiene miedo a nadie¡Marinero de cuarta!

Ya estaban a punto de irse a las manos (obviamente que el capitán Haddock llevaría las de perder), cuando intervino la persona justa para detenerlos: el Tío.

–¡¡Aiiee-yaaaahh¡¡Ya basta ustedes dos!! –los reprendió el tío con un buen coscorrón en la cabeza a cada uno logrando que dejaran de hacerse los "gallitos" mientras se friccionaban sus adoloridas cabezas y lo miraban sorprendidos–. ¿¡Cómo pueden estal peldiendo el tiempo cuando falta poco pala que seamos invadidos pol el mal¡Palecen chiquillos malcliados¡Y algo más¡¡Piensen en Jade y en Tintín!!

Avergonzados por su conducta, ambos hombres se dirigieron sus miradas hacia sus zapatos y comenzaron a jugar con sus dedos índices sin animarse a levantar la vista.

–El anciano es bastante temible –opinó Viper en voz baja a Jackie para que no la escuchara el Tío mientras el pequeño Paco se escondía tras nuestro protagonista.

Ya calmadas las cosas, todos se pusieron manos a la obra para idear un plan de rescate: obviamente que el tío iría con ellos, pues sus conocimientos sobre el Chi maligno eran imprescindibles, también iría Tohru para ayudarlo al igual que Ten Aptur. Jackie Chan, "El Toro" y Viper serían la fuerza de choque. Pero no veían la necesidad de que Paco, el profesor Tornasol y el capitán Haddock fueran con ellos y se
expusieran innecesariamente al peligro. Obviamente, el capitán puso el grito en el cielo al escuchar esto último, pues se oponía firmemente a quedarse en el templo y hacer nada por ayudar a su amigo Tintín.

–¡Trogloditas¡Espantamoscas¡Separatistas¡Ectoplasmas¡A mí nadie me dice que me quede aquí en compañía de Tornasol y de un mocoso latino cuando mi amigo Tintín está metido en serios problemas!

–Pero entienda, va a ser muy peligroso para usted… –Jackie quiso hacerle entrar en razón, pero era en vano, el capitán no pensaba ceder ni por un segundo.

–¡Voy a ir y punto¡Y no se hablará más! –y se cruzó de brazos poniéndose tan terco como una mula.

Viendo que no sedería, Jackie Chan bufó fastidiado mientras llevaba su mano a la frente y lo dejó hacer a su antojo.

–¿Cuándo partiremos? –preguntó Viper.

–Mientras mas pronto, mejor. ¿Qué les parece si nos vamos ahora? –propuso nuestro arqueólogo aventurero.

Sus compañeros asintieron decididos. El tio, Tohru y Ten Aptur ya lo tenían todo preparado (respecto a los hechizos Chi). Jackie, Viper y "El Toro Fuerte", como personas de "acción", estaban siempre listos para cualquier cosa en cualquier momento.

–Se están olvidando de nosotros –comenzó a decir uno de los hombres de la "Sección 13", quienes habían permanecido en la sala en absoluto silencio desde que entraron junto al "Equipo J" –. También hemos venido para rescatar al capitán Black.

–¿Y cómo lo supieron ustedes? –quiso saber Jackie Chan.

–Recibimos un mensaje de nuestro jefe en el momento en que era secuestrado, pero la señal desapareció y no pudimos rastrear su paradero. Era como si la tierra lo hubiera tragado. Por más tecnología que poseyéramos, no logramos dar con ninguna pista suya…

–Ya le había dicho yo que la tecnología nada puede hacel contla la magia ni contla los podeles de la enelgía Chi –aseveró el viejo tío mientras se cruzaba de brazos con aire triunfal.

Después de dirigirle una mirada entre incrédula y molesta, el agente secreto, vestido de negro como sus otros compañeros y llevando sus respectivas armas, continuó con su relato:

–Cuando ya estábamos por dar al capitán Black como "persona desaparecida", aparecieron la señorita Viper y sus acompañantes asegurándonos de que sabían en dónde se encontraba nuestro jefe… –los miró–. Y como muchos de nosotros hemos visto cosas extrañas desde que usted apareció, creímos que valía la pena ayudarlos a llegar lo más rápido posible a este lugar tan apartado de la civilización, y rescatar al capitán Black de quienes lo secuestraron.

–¿Cuántos son ustedes?

–Una docena de hombres dispuestos para el peligro.

–No creo que sea prudente que vayamos todos juntos –dijo Viper–, creo que lo mejor sería que nos dividiéramos en dos grupos… –miró a Jackie y a los demás, haciendo una breve pausa antes de revelar sus alarmantes pensamientos–, por si el primer grupo falla, el otro tendrá que finalizar la misión... Sea como sea para evitar que la Tierra sucumba en la oscuridad total.

–La joven habla con la veldad –la secundó el Tío–. No sabemos lo que pasalá, debemos estal plepalados pala cualquier tipo de desenlace, sea cual sea.

Todos permanecieron en un incómodo silencio, rumiando aquellas desagradables pero ciertas palabras, hasta que el capitán Archivald Haddock exclamó con la vehemencia propia de un borracho:

–¡Pues, vamos entonces, miedosos¡Tenemos a unos amigos qué rescatar!

–¡Eso es! –exclamó Jackie con renovada decisión. Él era el tío de Jade, y como tal, debía hacer valer su título–. ¡Vamos a rescatarlos y a detener al Emperador!

Todos asintieron con absoluta decisión, influenciados por el capitán y el joven arqueólogo

"Jade –pensó Jackie Chan mientras cerraba su puño con fuerza y fruncía el entrecejo–, iré por ti, ya lo verás, sólo resiste un poco más y juntos volveremos a San Francisco".
 


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