Fanfic Crossover Las Aventuras de Tintín/Las Aventuras de Jackie Chan: El Imperio Maldito -*Capítulo 6: El Sorprendente Poder de los Talismanes*-

    Resumen del cartoon: Tintín, eterno adolescente sin familia conocida, es reportero que en realidad actúa más como aventurero o detective. Viaja por todo el mundo acompañado de su inseparable perro Milú con el propósito de enfrentarse a las fuerzas del mal para proteger a los débiles y a los oprimidos y saciar su inagotable sed de aventuras. A su lado cuenta con el irascible Capitán Haddock, los inefables Hernández y Fernández, el despistado Profesor Tornasol o la celebérrima Bianca Castafiore.




EL IMPERIO MALDITO

El peligro de la eterna oscuridad se cierne sobre la Tierra. ¿Podrán Jackie y sus nuevos amigos evitarlo? Jade es la llave y su destino será pelear a muerte contra su tío.

Género: drama, acción, fantasía, humor, artes marciales, aventuras
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 23 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan



*Capítulo 6: El Sorprendente Poder de los Talismanes*


Jackie Chan cayó de rodillas al suelo, incrédulo ante lo que veían sus ojos. ¿Acaso había presenciado la muerte de su sobrina? No… ¡Era una locura! ¡Una mentira! ¡Miles de veces Jade había estado en problemas, pero jamás le había pasado algo realmente malo! No… Aquello tenía que ser una pesadilla, una terrible pero verdadera pesadilla… Y él le había fallado a Jade, no la había cuidado bien. Él era el único culpable de su muerte.

-… Es… mi culpa… -apenas susurró, totalmente traumatizado, impactado ante aquella dura realidad. ¿Qué le diría a los padres de Jade? ¿Cómo podría él seguir viviendo sin su querida sobrina Jade?

Jackie escuchó que lo llamaban entre la oscuridad de su adolorida y confundida mente, apenas podía distinguir aquella voz, le era familiar, sí, pero estaba tan atontado que no podía prestarle atención del todo. Pero poco a poco, aquella diminuta voz en su cabeza, se escuchó más y más fuerte, hasta rebelar su verdadera procedencia.

-¡¡Tío!!

-¿Ja-Jade…? –el joven chino parecía volver a la realidad.

-¡¡Tío Jackie!!

-¿Eh…? –volvió a escuchar… No, no podía ser posible, ¿acaso esa voz era de su sobrina? Entonces… ¿ella no estaba muerta?

-¡¡Jade!! –exclamó por fin Jackie al volver totalmente a la realidad y poner toda su atención hacia el lugar de donde provenía la querida voz de su sobrina.

-¡Jade…! –se sorprendió gratamente el arqueólogo al ver sana y salva a su sobrina. Entonces supo porqué no le había pasado nada malo a Jade, ya que Seikah se interpuso entre ella y el monstruo, bloqueando temerariamente el golpe de aquel animal con el viejo bastón que su padre le había entregado como flamante guía de aquella región.

Chan, sin perder más tiempo, se lanzó velozmente hacia ellos para ayudar al pequeño guía, ya que sus fuerzas comenzaron a flaquearle. La descomunal fuerza de aquella bestia, era demasiado para un simple niño de 13 años.

De una sola buena patada voladora, Jackie lanzó lejos al Morador de las Tinieblas, salvando así a Seikah y su protegida. Entonces, el tío de Jade no perdió tiempo e inmediatamente abrazó muy alborozado a su querida sobrina, a quien no le agradó mucho aquella muestra de cariño frente a su nuevo amigo.

-¡Ya basta, tío! ¿Qué te pasa? –decía esta mientras trataba de zafársele.

-¡Jade! ¡Estás bien! ¡Pensé que habías muerto! –seguía diciendo emocionado abrazándola fuertemente.

-¿Acaso estás llorando por mí, tío Jackie? –preguntó la niña, con un dejo de burla en su voz.

-¿Yo? ¡Por supuesto que no! –negó feliz mientras se ponía en pie y se enjuagaba las lágrimas-. Sólo se me entró una basurita al ojo, eso es todo…

Luego, su atención se concentró en Seikah.

-¿Estás bien? Gracias por salvar a Jade, por un momento pensé lo peor.

-Yo estoy bien, señor Chan –le contestó gravemente, como de costumbre-. Pero esto aún no termina, hay más monstruos como ése.

Y cuando apenas había terminado esa oración, varios Moradores de las Tinieblas comenzaron a aparecer por todas direcciones desde la vegetación circundante, dispuestos a atacarlos.

-¡Oh no! ¡Mal día! ¡Mal día! –se quejó el arqueólogo con su sentencia favorita mientras se ponía espalda contra espalda con Jade y Seikah mientras veía cómo aquellos engendros comenzaban a rodearlos-, esto no tendrá fin…

-Si usamos los talismanes podremos derrotarlos, tío Jackie –propuso la niña.

-¿Y en dónde están? –preguntó el aludido.

-En mi mochila.

-¿Y en dónde está tu mochila? ¿En la tienda de campaña?

-¡Ups! –exclamó la niña sonriendo vergonzosamente mientras se llevaba la palma de su mano a la cabeza para darse un golpecito-. Resulta que cuando pateaste a ese bicho, la mochila se le atascó en una de sus patas…, y ya sabes el resto. Así que… ¡tú tienes la culpa!

Jackie revoleó los ojos antes de replicarle con un dejo de reproche:

-Jadeee… La mochila tenía que estar en nuestra tienda, no olvidada en medio del bosque.

-No estaba en medio del bosque, estaba en medio del campamento –replicó incorregible la niña.

-Es lo mismo.

-No, porque…

-¡¡Cuidado!! –advirtió Seikah al ver que los Moradores por fin se les lanzaron al ataque.

Entonces, Jackie y Jade dejaron de discutir y se colocaron en su mejor posición de lucha marcial, dispuestos a defenderse de sus agresores. También Tintín, Haddock, Toru y Milóu, que respiraron aliviados al ver que Jade se encontraba bien, estaban por ser atacados en masa por aquellos horribles monstruos, el tío y Tornasol no podían hacer nada al respecto, ya que el primero no conocía a esas bestias, por lo tanto, no podía utilizar cualquier hechizo chi, y bueno, el segundo seguía durmiendo tranquilamente sin enterase de nada en lo absoluto. Todo estaba demasiado complicado, pero Jade tuvo una brillante idea, y no tardó en ejecutarla.

-¡MIlú! –llamó la niña al Fox Terrier-. ¡Tráeme mi mochila!

-¡Ve Milú! –le ordenó su dueño inmediatamente sin dudar un segundo, pues conociendo la sagacidad de la niña, sospechaba que ella tenía un plan.

El perrito blanco fue veloz, ningún monstruo pudo detenerlo, así que llegó sin problemas hasta la mochila que se encontraba tirada entre unos arbustos, la agarró y se la llevó hasta donde estaba Jade, quien la tomó y la abrió rápidamente, sacando los ansiados talismanes.

-¡Ya verán! –exclamó amenazante mientras sonreía pícaramente- ¡Usaré el poder del talismán del cerdo!

Entonces, para sorpresa de todos lo que no conocían estos talismanes misteriosos, un par de rayos salieron de los ojos de Jade para impactaren un gran árbol solitario que se encontraba a un costado del
campamento, incendiándolo. Al ver el enorme árbol incendiado, los Moradores de las Tinieblas se lastimaron sus sensibles ojos y salieron huyendo de allí, despavoridos, rumbo cuesta abajo y dejando libres a sus victimas. El Plan de la niña, había dado resultado.

-¡Hay que apagar el fuego antes que se propague! –ordenó Tintín alarmado.

-¡No hay problema! –replicó Jade con su habitual entusiasmo, y tomando otro par de talismanes, el del conejo y el del mono, la niña se transformó en elefante con el poder del segundo talismán, y con la ayuda de la velocidad adquirida por el poder del talismán del conejo, se dirigió inmediatamente hasta el río cercano para volver con la suficiente agua como para apagar el fuego del árbol incendiado. Luego de lograr su objetivo, se des transformó y tomando el talismán del caballo y lo colocándolo en el tronco del maltratado árbol, logró curarlo mágicamente, devolviéndole toda su lozanía, dejando a todos los demás, exceptuando a Jackie y Toru, sinceramente sorprendidos.

-¡¡Qué mil rayos me partan si lo que acabo de ver no es brujería!! –exclamó asustado el capitán Haddock, aún sin comprender del todo lo que acababa de presenciar.

-¿Qué son esos objetos? –le preguntó intrigado Tintín a Jade acercándose a ella.

-¿Estos? Pues son los doce talis… -comenzó entusiasmada con su explicación la aludida, pero Jackie la interrumpió algo molesto.

-Jadeee… No tienes por qué contarlo todo, sé más prudente.

-Pero, tío –le replicó la niña-, ellos ya lo vieron todo y además son buenas personas. No tiene nada de malo que lo sepan, después de todo, son nuestros compañeros de viaje y no sería justo para ellos.

Una vez más, Jackie era derrotado con el clásico juego de "quien tiene la razón" de Jade, por lo tanto, la sagaz niña siguió con su explicación.

-Éste –dijo mientras le mostraba uno de los talismanes al joven reportero-, es uno de los doce talismanes de Shendú. Cada uno tiene poderes diferentes.

-Y según, veo, siempre los sacan de problemas –opinó Tintín con una sonrisa.

-¡Exacto! –secundó muy alegre la niña.

Mientras la niña seguía con sus explicaciones, el pequeño guía, Seikah, escuchaba con suma atención todo lo que ella decía.

-¡Rayos y centellas! –Vociferó el capitán Haddock- ¡Si no fuera porque lo acabo de ver con mis propios ojos, no lo hubiera creído jamás!

-Oye, Milú –le dijo a su perro-, ¿te imaginas todos los problemas que no evitaríamos si tendríamos algo así?

Milóu ladró secundando a su amo.

-Pero también lo quisieran tener las personas malas, así que no los muestres tan a la ligera, podría resultar peligroso –advirtió el joven reportero, a la que la niña, lo único que hizo, fue resoplar fastidiada. ¡Hasta él, que era uno de sus nuevos amigos, le daba un sermón!

Jackie Chan le puso una mano en el hombro y le dijo:

-Él tiene razón, Jade, además, será mejor que nos vayamos a las tiendas para seguir durmiendo.

-¿Y los Moradores de las Tinieblas? –Preguntó ella intrigada- ¿qué haremos con ellos?

-¿Los qué? –le inquirió un tanto sorprendido, pues era la primera vez que escuchaba eso.

-Los Moradores de las Tinieblas –se apresuró a responder el guía-. Yo les explicaré todo.

Mientras mandaban a dormir a una molesta Jade, su tío, "el" tío, Toru, Tintín y el capitán Haddock, escuchaban el relato de Seikah sobre aquellos seres increíbles pero peligrosos. También les dijo que muy probablemente ya no habría más peligros aquella noche, pues Jade los había espantado completamente. Aún así, el joven chino, el obeso japonés, el menudo reportero y el capitán venido a millonario, se turnaron cada dos horas hasta el amanecer, vigilando por si aquellas criaturas volvían. La noche pasó con total tranquilidad, dándole la razón al joven guía.

Amaneció un hermoso y helado día, y a la hora que Seikah había señalado, todos juntaron sus cosas y partieron montaña arriba, rumbo al tan anhelado templo. Caminaron por varias horas, y luego de muchas protestas del tío y el capitán Haddock, se detuvieron a almorzar cerca del mediodía. Luego de este descanso, todos volvieron al camino. Mientras ascendían, la montaña se hacía cada vez más empinada, haciendo cada vez más difícil la escalada. Pero, ya cerca del atardecer, vieron con mucha alegría el enorme edificio pardo que emergía de entre las rocas. Aquel era el templo que tanto buscaban.




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