Fanfic Crossover Las Aventuras de Tintín/Las Aventuras de Jackie Chan: El Imperio Maldito -Capítulo 1: La Desobediente Jade y el Inquieto Milóu-

  Resumen del cartoon: Jackie Chan es un arqueólogo , que se ve atrapado en un conflicto entre la agencia del gobierno Sección 13 y un sindicato criminal conocido como la Mano del Mal. Dirigido por Valmont, la Mano del Mal está recogiendo talismanes mágicos para reanimar a un antiguo demonio-dragón conocido como Shendú. Jackie también tiene que mantener la mirada en su sobrina Jade, que ha volado desde Hong Kong. Jackie Chan, Jade, y su tío tienen que hacer todo lo posible para detener al mal, desde obteniendo estos poderosos talismanes hasta embarcarse en muchas misiones, para salvar al mundo del mal.





EL IMPERIO MALDITO

El peligro de la eterna oscuridad se cierne sobre la Tierra. ¿Podrán Jackie y sus nuevos amigos evitarlo? Jade es la llave y su destino será pelear a muerte contra su tío.

Género: drama, acción, fantasía, humor, artes marciales, aventuras
Pareja: ninguna
Calificación: para mayores de 13 años
Cantidad de palabras: variable
Duración: 23 capítulos
Estado: completo
Año de creación: 2006
Escritora: Yu-Chan


Capítulo 1: La Desobediente Jade y el Inquieto Milóu


-¡¡Jadeee!! ¡¿Jade, dónde estás?! –Gritaba Jackie mientras buscaba a su revoltosa sobrina por todos los rincones del restaurante del aeropuerto en donde se encontraban.

Jackie Chan era un joven arqueólogo de unos 35 años, era chino y experto en Kung Fu, era soltero y de una personalidad afable, ingénua y tranquila, pero sólo su inquieta sobrina Jade lograba sacarlo de las casillas.

-¡¡Aiiiyaaa!!¡Ya deja de glital así! ¿No ves que me estás poniendo nelvioso? –Exclamó enojado el anciano tío mientras golpeaba a Jackie en la cabeza con su mano.

El delgado y anciano chino era llamado cariñosamente "Tío" por su sobrino Jackie y también por Jade. El tío era un anticuario cascarrabias de más de 70 años pero sabía mucho sobre hechizos y leyendas chinas.

-Pero tío, no encuentro a Jade por ningún lado... –se excusó Jackie preocupado sovándose la cabeza.

-¡Entonces búscala sin hacel tanto alboloto!

Fastidiado, el muchacho dejó a su tío muy cómodo en la mesa del restaurante y se fue a buscar a su sobrina fuera de allí. Pocos minutos después, el gordo y alto Toru llegó con el tío.

-Perdón por la demora, aquí tiene la revista, sensei.

Toru era un japonés de casi la misma edad de Jackie, su fuerza era tan grande como lo era su buen corazón. Era el fiel aprendiz de hechicero del tío.

El anciano tomó la revista muy enfadado.

-¡Te demolaste mucho Tolu!

-Lo siento...

-No impolta, lo que ahola tienes que hacel es ayudal a Jackie a buscal a jade.

-¿Se volvió a escapar?

El tío asintió y procedió a leer la revista mientras Toru volvía a salir de aquel lugar dispuesto a encontrar a la niña que siempre los metía en problemas.

Mientras tanto, en el otro extremo del aeropuerto, cerca de la pista de aterrizaje, los pasajeros abandonaban un avión que acababa de aterrizar procedente de Francia.

-¡¡Bestias!! ¡¡brutos!! ¡¡animales!! –un hombre alto de barba gritaba desaforadamente mientras bajaba por las escaleras y agitaba su brazo.

Era el capitán de barco llamado Haddock, era francés, tenía menos de 40 años y su humor variaba de muy bueno a pésimo, era un poco bruto pero tenía buen corazón. Su debilidad era la bebida y su suerte lo había convertido en un hombre rico.

-Tranquilícese capitán, sólo fue un accidente –trató de calmarlo su joven amigo Tintín.

Tintín era un chico belga de quizás 20 años de edad, rubio y bajo de estatura, era un periodista inteligente y valiente, capaz de hacer cualquier cosa por un amigo.

-Si, tienes mucha razón Tintín, el clima está espectacularmente bueno en este lugar.

Tintín miró un poco sorprendido al pequeño hobrecillo de anteojos y bigotes chistosos que había hablado. Le decían profesor Tornasol y la razón por la que había hablado cosas nada que ver, era que era bastante sordo. Su edad era un misterio, pero seguramente tenía más que el capitán Haddock. Era un gran inventor y científico, siempre viajaba con sus inseparables cosas: su péndulo, una sombrilla y su sombrero verde.

-¿De qué diablos está hablando este mequetrefe? –dijo fastidiado el capitán.

-Basta capitán, ¿qué le parece si vamos a comer algo al restaurante del aeropuerto? –propuso Tintín tratando de calmar a su amigo.

Con la sola mención de la comida, el capitán Haddock de olvidó de sus protestas y aceptó la propuesta.

El pequeño fox terrier blanco de Tintín, llamado Milóu, (que era una mascota bastante inteligente y juguetona, incapaz de dejar a su amo en peligro) comenzó a festejar con ladridos junto con el capitán.

-Parece que Milú está de acuerdo –sonrió el muchacho.

Cuando ya habían llegado adentro del edificio, Tintín quiso entrar a una cabina telefónica para hacer un llamado.

-Tome a Milú un momento capitán. –dijo entregándole la correa.

-¿Milú dices? –se sorprendió su amigo mirando la correa mordisqueada -¡se ha escapado!

-¡¿Queeë?! –se asustó el muchacho y miró hacia todos lados -¡Otra vez me hizo lo mismo!

Así que, muy molesto, Tintín fue en busca de su perro.

Mientras Jackie y Toru la buscaban, Jade estaba bastante entretenida mirando las vidrieras de los negocios del aeropuerto sin importarle que la estuvieran buscando.

Jade Chan era sobrina de Jackie, una niña china de 11 años de edad, bastante inquieta, despierta, e impulsiva, no era chica de hacer caso y portarse bien muy seguido. La atraían los peligros y las aventuras, cosa que el trabajo de su tío le daban.

Mientras la niña estaba mirando una revista, unos muchachos sospechosos entraron al lugar llamando la atención de Jade, quien no los perdió de vista. De repente, con un rápido movimiento, uno de los chicos le arrebató el bolso a un mujer y salió corriendo hacia la salida, y sin pensarlo ni una vez, Jade se lanzó corriendo en pos su captura.

-¡Oye! ¡eso no es tuyo! –exclamó la niña al tomar impulso sobre una mesa para luego saltar encima del ladrón tirándolo al suelo.

Cuando Jade tomó el bolso, el otro ladrón la sorprendió por detrás y la atrapó sujetándole los brazos.

-Eres una tonta entrometida.

-¡Suéltame! –Jade no era niña de darse por vencida tan fácilmente.

El otro joven se levantó del suelo muy molesto, se sacudió la ropa y dijo:

-Déjala y vámonos de aquí antes que llegue la policía.

De pronto, el joven tenía a Jede dio un terrible grito de dolor y soltó a la niña, que penas se vió libre y sin darle tiempo a reaccionar, le dio una buena patada en el estómago al otro ladrón dejándolo sin aire en el suelo.

A Jade la sorprendió cuando un simpático perrito blanco dejó la pierna del chico que la había atrapado y comenzó a saltarle y ladrarle cariñosamente.

-¡Qué bonito perrito! –exclamó la niña abrazándolo llena de alegría, -¿Estás bién? Gracias por ayudarme.

Mientras la gente aplaudía el valiente acto de Jade y Milou y llegaba la policía a apresar a los jóvenes ladrones, Jackie llegó al lugar y vió lo que había pasado. Asustado, el arqueólogo fue hasta Jade para regañarla.

-¡Jade! ¿Cuántas veces te he dicho que no hagas estas cosas?

-Como unas 46 veces... –respondió la niña bastante despreocupada.

-¡Ayyy! ¡Algún día me vas a matar del susto! –se quejó Jackie sabiendo que los regaños no tenían efecto sobre su sobrina. Y notando a Milóu, preguntó:

-¿Y de quién es este perro?

-Él me ayudó a detener esos ladrones. –respondió abrazando felizmente a su nuevo amigo. –No sé de quién es, así que ahora es mío.

-No puedes, Jade, ya tienes uno. –se negó.

-Pero... –la niña no admitiría un "no" por respuesta.

-Dije que no.

Jade se cruzó de brazos muy enfadada y se puso testaruda.

-Si él se muere de hambre o atropellado por un avión, el único culpable serás tú por dejarlo en este lugar y yo me pondré muy triste.

Jackie la miró sin saber qué decir, suspiró dándose por vencido, y cuando ya estaba por permitir a Jade quedarse con el perro, apareció su dueño.

-¡Milú! ¡Te he estado buscando por todas partes! ¿acaso quieres que te ponga un bozal? –regañó Tintín muy enojado a su mascota para sorpresa de Jackie y Jade.

-Veo que no es el único con problemas de disciplina. –comentó Jackie mirando a Jade quien sólo suspiró fastidiada.

-¿Usted es el dueño del perrito? –preguntó ella.

-Sí –le contestó el reportero mientras le ponía la correa a un molesto Milou. –Se llama Milú y yo soy Tintín.

-¿Tintín? Qué nombre mas raro. –comentó la niña.

-Jadeee. –la regañó su tío. –Discúlpela, ella es algo... ingenua y no sabe cuál es su lugar.

Tintín sonrió y dijo:

-Disculpen si Milú les causó algún problema.

-Más bien me ayudó –comentó Jade.

-Bueno, vámonos ya Jade, que el tío nos estará esperando.

Todos se despidieron y se marcharon en direcciones opuestas. A Jade le dio pena separarse de sus nuevos amigos, pero estaba segura de que se verían otra vez más adelante.




También te podría interesar...

Comentarios

X Queridos visitantes: Únanse a las redes sociales del blog para estar en contacto si algún día es eliminado de nuevo.