Mundo Star Wars: Aprendiz de Jedi Volumen 1. El Resurgir de la Fuerza -CAPÍTULO 17-

          



Obi-Wan Kenobi quiere desesperadamente ser un Caballero Jedi. Después de pasar años en el Templo Jedi, conoce el poder del sable láser y de la Fuerza. Pero no sabe cómo controlar su miedo y su ira, y el Maestro Jedi Qui-Gon Jinn le rechaza para ser su padawan.


CAPÍTULO 17

Obi-Wan, aturdido, abandonó la habitación de Qui-Gon. Necesitaba descansar, pero parecía no encontrar ningún sitio. Probó primero en su habitación y después en el salón. Al final, anduvo deambulando por los pasillos sin rumbo fijo. Acabó cerca de la sala de máquinas, mirando hacia fuera, a la tierra sin aprovechar de ese planeta sin nombre.
Cinco lunas, que lo iluminaban todo con tonalidades rojas y azules, colgaban como frutas maduras sobre un océano silencioso. Una bandada de dragones dormidos sobrevolaban en el aire. La costa de la isla no era más que un conjunto de rocas mordidas a traición por el efecto de las olas. En el interior, cumbres volcánicas oscuras arrojaban humo. Allí, los dragones se posaban por centenares.
Una puerta sonó al abrirse detrás de él. Un momento después. Si Treemba estaba de pie a su lado.
—Te hemos estado buscando —dijo.
—Necesitaba pensar —contestó Obi-Wan.
Estaba contento de ver a su amigo. Si Treemba había demostrado su confianza en el encuentro con Jemba de esa mañana. Habían consolidado su amistad, y ambos lo sabían.
¿Podemos preguntarte en qué estás pensando? —dijo Si Treemba, dudando.
—Pensaba en el tiempo que pasé en el Templo, verdaderamente duro en muchos sentidos —dijo Obi-Wan —. Los días estaban ocupados por el estudio y el esfuerzo. Se esperaba lo mejor de nosotros. Respetaba muchísimo a mis profesores y pensé que sabía todo lo necesario, no sólo para sobrevivir, sino también para sobresalir. —Obi-Wan cogió aire —. Ahora veo que no tenía ni idea de la clase de maldad que el universo podía enseñarme. Nunca había visto la ambición real, nada semejante a la de Jemba o a la de los piratas. Me da asco.
—Como debe ser —Si Treemba mostró su acuerdo—. Es algo horrible.
—Y me pregunto..., ¿tengo en mi interior la semilla de esa misma ambición?
—cuestionó Obi-Wan.
Si Treemba miró confundido a su amigo. Podía ver que Obi-Wan reflejaba en su rostro una gran angustia.
¿Por qué te preguntas eso, Obi-Wan?
—Porque toda mi vida he querido ser un Jedi. Siempre lo he deseado. Estaba dispuesto a luchar para defender el honor y me enfadaba cada vez que otros se interponían en mi camino.
—Un Jedi hace mucho por los demás —razonó Si Treemba—. Protege a los débiles, lucha por el bien común. Yo no creo que sea malo querer hacer el bien. No, eso no es ambición.
 
Obi-Wan afirmó con la cabeza, mirando todavía al mar oscuro. Sentía una profunda nostalgia de su casa y del Templo, quería volver allí, donde las cosas eran claras y tenían un porqué. Aquí se sentía perdido.
—Habrá luz en unas pocas horas. Tú ya has hecho mucho por mí, Si Treemba, pero, ¿me ayudarías una última vez?
—Por supuesto que lo haremos —dijo Si Treemba inmediatamente—. Pero,
¿cómo?
—Ayúdame a superar mi cólera —dijo Obi-Wan. Sus dedos se habían curvado como si fuesen garras. Los miró y los estiró. Después se agarró al marco de la ventana —. Siento una gran rabia en contra de Jemba. Él quiere usar a otros seres en beneficio propio y yo quiero matarle por eso. Pero no me gustan esas razones con las que me siento bien. Qui-Gon tiene razón. Si intentara pararle los pies a Jemba, sería sólo para calmar mi ira.
—Pareces calmado —observó Si Treemba.
—Ha sucedido algo —explicó Obi-Wan tranquilamente —. Me he dado cuenta de algo. Qui-Gon nunca me aceptará como su padawan. Cree que no merezco la pena, y quizá tiene razón. Puede que no sea lo suficientemente bueno para serlo.
¿Y no estás enfadado? —preguntó Si Treemba sorprendido.
—No —dijo Obi-Wan —. Me siento extraño, Si Treemba. Es como si me hubiesen quitado una carga de encima. Quizá podría ser un buen granjero. Y ser bueno..., ser una buena persona es más importante que ser un Jedi.
¿Y qué pasa con Jemba? —preguntó Si Treemba.
—Yoda me dijo una vez que hay trillones de seres en la galaxia y solamente unos miles de Caballeros Jedi. Me dijo que no podíamos intentar arreglar todo lo que está mal. Todas las criaturas deben luchar por lo que no está bien, y no dejárselo todo a los Jedi. Puede que sea lo que los arconas deben hacer. No sé lo que pasará en el futuro, pero hoy he decidido no luchar.
Obi-Wan se volvió hacia Si Treemba.
—Te pedí que abandonaras a tus compañeros arconas para darnos una oportunidad para ayudarte. No me he echado atrás en lo que prometí. No quiero verte enfermo otra vez por falta de dáctilos. Estaré a tu lado, Si Treemba. De alguna manera, encontraremos la manera de conseguirlo.
 



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