Mundo Star Wars: Guerras Clon. EL LEGADO DE LOS JEDI -CAPÍTULO 18-




El Templo Jedi es un lugar de secretos y de confianza. Dentro de sus paredes, un legado se transmite de generación en generación de la paz, la justicia y la fuerza. Pero ese legado se puede romper. A veces los mayores enemigos pueden elevarse desde dentro...

Lorian Nod es un aprendiz de Jedi prometedor. Un padawan llamado Dooku es su mejor amigo. Bajo la atenta mirada de Yoda, se están preparando para convertirse en Caballeros Jedi. Dooku sabe que su destino está entrelazado ... sin embargo, no está preparado para un giro de los acontecimientos que revelan el lado oscuro para él, por primera vez.

Años más tarde, Dooku es un Maestro Jedi y Lorian Nod es un paria de la piratería. Con un deseo de venganza imprevisto, Dooku trabaja para frustrar a su antiguo amigo, incluso si esto significa cruzarse con su propio aprendiz de Qui-Gon Jinn ... Cuando el propio Qui-Gon se convierte en un Maestro Jedi, el espectro de Lorian Nod todavía acecha. Como Qui-Gon y Obi-Wan Kenobi luchan por encontrar su lugar como Maestro y Padawan, deben trabajar juntos para prevenir una amenaza interplanetaria, y para burlar a un enemigo muy familiar ...

Durante las Guerras Clon, Lorian Nod quiere jugar un papel fundamental en la lucha de la República para mantener el control de un planeta estratégico. Por un lado, Obi-Wan y su aprendiz, Anakin Skywalker, deben decidir si pueden confiar en una figura tan infame. Por otro lado, el ahora comprometido Conde Dooku tiene una cuenta pendiente contra de su antiguo némesis ...


CAPÍTULO 18

Con un enjambre de Guardianes por toda la ciudad, Cilia, Stephin, Qui- Gon y Obi-Wan no tuvieron que esforzarse mucho para ser arrestados. Todos eran buscados. Sobre Aeran no había ninguna orden especial, pero como especialista de armas, sus habilidades ya no eran necesarias. Prometiendo poner en alerta a la resistencia para un gran anuncio, él los dejó.
Qui-Gon sugirió que para ahorrar tiempo, deberían hacer lo que Lorian esperaba que hicieran. Cilia fingió tratar de ver a su marido. Ella y Stephin trataron de entrar a hurtadillas al departamento de Jaren yendo por sobre los tejados. En unos momentos fueron rodeados por Guardianes encubiertos.
 
Cuando Jaren la vio, palideció, y su esposa fue llevada otra vez a la prisión.



Cuando tuvieron la seguridad de que Cilia y Stephin habían sido atrapados, Qui-Gon y Obi-Wan se encaminaron hacia un sector de la ciudad conocido por ser un lugar de reunión de la resistencia. Allí fueron apresados casi inmediatamente.
Qui-Gon y Obi-Wan fueron guiados al Complejo de Los Guardianes, donde fueron alojados en una celda preventiva. Cilia y Stephin ya estaban allí.
—El Guardián Nod será informado de su captura después de la conferencia que dará al planeta —dijo el oficial, colocando el cerrojo de seguridad. La puerta de duracero sonó como campana cuando se cerró.
¿Qué conferencia al planeta? —preguntó Obi-Wan a Cilia y Stephin.
—Nod las brinda de vez en cuando —dijo Cilia—. Usualmente tiene que ver con alguna nueva alerta acerca del Annihilator que requiere medidas más estrictas de seguridad. ¡Ahora sabemos qué engaño es esto!
¿Cómo es la conferencia emitida por radio? —preguntó Qui-Gon.
—Sale simultáneamente en las pantallas de datos y video por todo el planeta —explicó Stephin. —hay un estudio aquí mismo en el Complejo de los Guardianes.
¿Podrías ingresar esto a las líneas de entrada? —preguntó Qui-Gon, sosteniendo en alto el disco que contenía la información que habían visto en Delaluna.
Stephin asintió con la cabeza—. Seguro. Pero tendríamos que salir de aquí y en un área segura. Sin embargo, todas las líneas de entrada del estudio operan desde la consola central de información.
—Hablando de ello, ¿cómo vamos a conseguir salir de aquí? —preguntó
Cilia.
—Eso no será difícil —dijo Qui-Gon apartando a un lado su túnica y
dejando ver su sable de luz.
¿Pero… no fue usted registrado? —preguntó Stephin.
—Tenemos formas de distraer la atención —les dijo Obi-Wan. Él y Qui- Gon habían utilizado la Fuerza para distraer a los guardias de sus sables de luz durante la requisa.
Los Jedi encendieron sus sables de luz y los hundieron en la puerta de duracero. El metal derretido se despegó emitiendo una intensa luz, mientras ellos avanzaban por el agujero. El corredor estaba vacío, pero notaron por una luz intermitente, que una alarma silenciosa había sido activada.
Qui-Gon miró hacia atrás en el profundo agujero—. Pierdes el elemento sorpresa, pero es una salida rápida.
—Tendremos que movernos rápido —dijo Cilia.
Bajaron corriendo por el pasillo. Cilia y Stephin conocían muy bien el
 
complejo, y los condujeron por un laberinto de pasillos traseros hacia la estación de la computadora central. Estaba vacío, pero la puerta tenía un cerrojo de alta seguridad. A través del vidrio, podían ver una hilera de videopantallas. Lorian Nod ya había comenzado su discurso.
¿Cuánto tiempo te tomará hacer puente en los circuitos y conectarte a la señal? —preguntó Qui-Gon.
—Difícil de decir —contestó Stephin—. Tres minutos. Tal vez cuatro.
—La alarma se apagará tan pronto como entremos a la fuerza —dijo Qui- Gon—. Entonces podrán precisar nuestra ubicación. Simplemente haz lo mejor que puedas. Nosotros cuidaremos de cualquier cosa que venga.
Cilia y Stephin asintieron con la cabeza para decirles que estaban listos. Qui-Gon y Obi-Wan usaron sus sables de luz para atravesar la puerta. Inmediatamente, una luz roja comenzó a pulsar. Cuando atravesaron el portal, otra luz indicadora comenzó a parpadear.
Ahora podían oír la voz de Lorian Nod.
—. .. Y es con gran renuencia que me presento ante ustedes ahora. Aún con malas noticias, podemos consolarnos en el hecho de que somos fuertes y capaces de protegernos a nosotros mismos de la gran amenaza...
Stephin corrió hacia la consola. Sus dedos comenzaron a volar. Qui-Gon le dio el disco y comenzó a vigilar el portal, con su sable de luz listo para ser usado.
Tomó solamente unos segundos antes que los droides llegaran. Qui-Gon no tenía dudas de que serían seguidos por guardias armados. Obi-Wan saltó delante de él, con su sable de luz brillando intermitentemente. Se movieron al mismo tiempo, en condiciones de cubrirse mutuamente, sabiendo cuándo pasaría el otro a la ofensiva. Era una circulación que Qui-Gon recordó, cuando supo lo que su aprendiz haría antes de que Obi-Wan lo hiciera. La Fuerza se levantó alrededor de ellos, reuniéndolos para que se sintiese como calor y luz, haciendo fácil cada maniobra.
En un momento, los droides estropeados y humeantes se esparcían como basura sobre el piso.
—Estrellas y galaxias —suspiró Cilia, que no había tenido tiempo para extraer su propio bláster...
—Tres minutos más —murmuró Stephin.
…Estamos rastreando a un grupo de espías que piensan subvertir nuestra sociedad, atacando nuestra seguridad misma. Gracias a los Guardianes, estaremos a salvo de ellos y sus planes....
—Estoy entrando los códigos del disco ahora —dijo Stephin.
—La información se mostrará en la pantalla —dijo Cilia—. ¿Pero lo creerán los ciudadanos?
—Deja encendido el audio —dijo Obi-Wan a Stephin. Obi-Wan pronunció las palabras resueltamente, de igual forma que una orden. No miró a Qui-Gon. Estaba totalmente enfocado en el momento, sobre un problema al alcance de la mano.
 
Qui-Gon sintió una oleada de satisfacción. Era como si Obi-Wan hubiera dado un paso en un viaje a su pasado. Perplejo, Stephin inclinó la cabeza.
Qui-Gon oyó el sonido de botas cayendo pesadamente sobre el piso del pasillo—. No tomes vidas —fue todo lo que le dijo a Obi-Wan. Si pudiesen lograr esto sin pérdida de vidas, sería un buen día.
— …Que un potencial nuevo disparo del Annihilator ha sido descubierto.
Los oficiales de seguridad entraron con estruendo, con sus blásters produciendo un sonido metálico y electrolanzas balanceándose.
— ¡Quédate detrás nuestro! —gritó Qui-Gon a Cilia, que se aprestaba a combatir y había dado un paso adelante.
El fuego de los blásters era frenético. Qui-Gon saltó y se enroscó, intentando estar en todo lugar inmediatamente. Obi-Wan se movió para proteger a Stephin. Los guardias estaban bien entrenados para la batalla. Se mantuvieron constantemente en movimiento, utilizando sofisticadas maniobras de flanqueo. Qui-Gon se dio cuenta de que el entrenamiento en el Templo le había venido bien a Lorian.
Pero los oficiales de seguridad no eran Jedis todavía. Qui-Gon y Obi-Wan los podían mantener a raya. Escuchó más botas pasando con estruendo por el pasillo y el zumbido distintivo de los droides que se acercaban.
Sí, ellos podrían mantener a raya a los atacantes, ¿pero si cada vez llegaban más, cuánto tiempo más pasaría antes de que el fuego de los blásters los alcanzara?
Qui-Gon pudo ver que la misma idea se le había ocurrido a Obi-Wan. Su Padawan no flaqueó, sino que un renovado estallido de energía lo hizo dar vueltas en arco. Desvió el fuego de los blásters al tiempo que destruyó dos droides que llegaban con una patada bien colocada.
Entonces, el momento que Qui-Gon estaba esperando llegó. La imagen de Lorian Nod se confundió y se partió en pedazos. Un memorando brilló intermitentemente desplegado en la pantalla.
Stephin había podido mantener la línea de audio abierta. La voz de Lorian Nod resonó.
— ¿Qué es eso? ¿Qué está ocurriendo? ¡Saquen eso de la pantalla!
INFORMACIÓN ERRÓNEA RELACIONADA A —ANNIHILATOR—
El título del memorando podía ser leído claramente. Más información fluyó cuando el holoarchivo se desplegó.
DESCONOCEMOS CÓMO O POR QUÉ ESTE RUMOR COMENZÓ…
— ¡Saquen eso de la pantalla! —gritó Lorian—. Tontos, ¿No ven lo que es? ¡Es una mentira!—
La concentración de los oficiales de seguridad se alteró. Qui-Gon vio sus ojos moverse a la deriva hacia la pantalla. Trataron de mantener el combate y estar al tanto de lo que se proyectaba en la pantalla.
Otra voz sobrevino de la emisión. — ¡Esto dice que no hay ningún Annihilator! —Debió haber sido otro oficial en el estudio el que lo dijo.
 
—Es un truco —dijo Lorian—. Los espías...
—Es un documento oficial de Delaluna —dijo otra voz—. Miren el código del sello.
Todos los oficiales habían dejado la lucha. Clavaron sus ojos en la pantalla con incredulidad. Quienquiera que controlaba a los droides había hecho una pausa. Se detuvieron colisionando en el aire.
—Vámonos —dijo Qui-Gon a Obi-Wan.
Avanzaron velozmente por el pasillo. Después de las indicaciones que Stephin les había dado, fueron en carrera al estudio atravesando violentamente la puerta.
La cara de Lorian estaba oscurecida por la ira—. ¡Estás bajo arresto, Jedi!
—Creo que está en un error —dijo Qui-Gon serenamente—. Le estamos arrestando.
— ¡Ese arresto sólo puede ser ordenado por el presidente mismo! —dijo Lorian chasqueando los dedos—. ¡Guardias! Lleven fuera a estos Jedi.
Un guardia en medio de la habitación bajó su comunicador lentamente—. La orden de arresto ha sido dada —dijo—. Debo arrestarle a usted, Lorian Nod, por orden del Ministro Ciran Ern.
El color se escurrió lentamente de la cara de Lorian. Intentó sonreír, pero se notó como si le costara un gran esfuerzo.
Mirando a Qui-Gon y Obi-Wan, se encogió de hombros. —Qué extraña es la vida —dijo.   —La galaxia es tan inmensa, pero no puedo apartarme de los Jedi. Han destruido mi vida otra vez.




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